Viaje a Sicilia (III): Siracusa, una ventana a la época clásica

Nos encontramos en la parte sur de Sicilia. Hemos dejado atrás el deslumbrante volcán Etna y las verdes laderas que se funden en el Mediterráneo para llegar a Siracusa. Aquí la isla más grande de Italia nos muestra su cara más marinera y urbana. Las grandes civilizaciones europeas que llegaron hasta este rincón, y fueron muchas, pronto se enamoraron de este pedacito de tierra que da al mar. Los viajeros griegos que arribaron hasta sus costas la describieron como la ciudad más bella del mundo, por delante incluso de Atenas. También se rindieron a sus encantos fenicios, árabes, normandos, aragoneses y venecianos. Os podéis imaginar la combinación de estilos que se pueden ver en poco más de doscientos kilómetros cuadrados.

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Fotos: www.nationalgeographic.com

Pero sin duda los que dejaron una impronta mayor fueron sus vecinos los griegos. De hecho, Siracusa es conocida como la ciudad griega clásica más grande fuera del país helénico. Es increíble la de obras de arte muy bien conservadas que nos encontramos. Sin menospreciar a los romanos y su arte, tras conocer Siracusa y toda Sicilia, aprendes a valorar la arquitectura y filosofía helena. Su arte, pensado para fusionarse con la naturaleza, además de ser estéticamente sorprendente, es, a mi entender, de lo más sostenible e incluso actual.

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Nos damos un paseo por la Neopolis o el «barrio nuevo» de la antigua polis griega. Toda una ciudad clásica. Y claro, una urbe griega no se entiende sin su teatro. Pero no cualquier teatro, estamos en uno con una de las cáveas más grandes construidas por los griegos, tiene una capacidad para 15.000 espectadores. Aún hoy día se utiliza para representar teatro clásico y otros espectáculos. Los asistentes además de ver la obra, pueden contemplar al fondo el Mediterráneo. Nada era dejado al azar por los griegos.

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En esta gran urbe clásica también nos encontramos anfitetatros romanos, una fuente donde dicen se aparecían las musas,… Por si acaso mejor pasar por allí, no se pierde nada,… y otras muchas obras arquitectónicas. Y también lugares sorprendentes como la oreja de Dioniosio.

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Es esta gran gruta de piedra calcárea que antaño habitantes de la ciudad ensancharon y habilitaron. Verdaderamente su peculiar forma se asemeja a una oreja, pero ¿por qué precisamente la de Dionisio? Cuentan que en el año 413 A. C., este famoso tirano de Siracusa encerró aquí a los prisioneros atenienses para obligarlos a trabajar la piedra. Dicen que Dionisio se escondía entre sus paredes y aprovechando la buena acústica de la gruta, escuchaba las conversaciones de los prisioneros. ¡Desde luego que a este tirano seguro que no se le escapaba una!

Todo mi periplo por tierras sicilianas lo he hecho junto al Coro eibarrés Goruntz. Además de cantar en iglesias y actos en Euskadi, una vez al año viajan por el mundo para actuar. Este año tocó la costa de Catania. Tuve la oportunidad de acompañarles y no lo dudé un instante! Una maravilla viajar junto a estas grandes cantantes, es como poner banda sonora a un viaje increíble, sobre todo cuando cantan «Txoria Txori» de Mikel Laboa. Y claro, estando en la oreja de Dionisio, famosa por su gran acústica, imposible resistirse.

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Aunque parezca que es quejarse de vicio, lo cierto es que después de recorrer la Neopolis, una puede llegar a agotarse, y más con un sol abrasante sobre nuestras cabezas. Así que un paseo por Ortigia, apetece. Aquí es donde verdaderamente se siente el aroma a mar y se nota el carácter marinero de Siracusa. Es una pequeña isla que se adentra en la bahía de esta ciudadela. Así que por mucho que nos perdamos por sus callejuelas empedradas, tarde o temprano siempre damos con las calmadas y cristalinas aguas del Mediterráneo central. Sin olvidarnos de su Piazza del Duomo de carácter barroco e infinidad de muchos otros monumentos.

Plaza

Aunque de estilo moderno, el Duomo esconde en el interior estas columnas del siglo V a.c.. Y es que el monumento se eleva sobre los restos del antiguo templo dórico dedicado a Atenea. Así son estas tierras cargadas de historia y de huellas de antiguas civilizaciones. Impresiona el tamaño ¿verdad?

Comuna

También estamos en un rincón de curiosidades naturales únicas. Recorriendo uno de los paseos que dan la orilla del mar, repleto de terrazas y bares, nada nos hace pensar que nos vamos a encontrar con este manantial de agua dulce. ¿A que resulta sorprendente? Es la Fuente de la ninfa Aretusa. A pocos pasos del mar, el agua dulce emerge de la tierra y da forma a este manantial. Antaño era la fuente más importante para los siracusanos. Hoy día es refugio de fauna y flora.

Papiros

Porque en estos escasos metros cuadrados que ocupa el manantial, podemos encontrar la única plantación de ¡papiros de Europa! Sí, esa famosa planta en donde los antiguos egipcios escriban sus manuscritos. ¡Increíble!

ConPapiros

Sin duda, Siracusa da para más de un post, imposible resumir su arte y belleza en unas palabras. Un viaje a este rincón de Sicilia suscita sensaciones profundas, es como viajar al confín del tiempo en un transporte de primera clase y con las mejores vistas al Mediterráneo. Y no nos podíamos olvidar de sus habitantes. Pocas veces he conocido a un guía que muestre tanto entusiasmo y amor por las obras de arte. Fue un placer dejarnos orientar por este arqueólogo siracusano, amante de la historia, el arte y la naturaleza.

ConMarcelo

 

Siracusa

 

Gato

2 comentarios en «Viaje a Sicilia (III): Siracusa, una ventana a la época clásica»

  1. He vivido 8 años en Siracusa, en Ortigia y no puedo jamás dejarla de verdad, estando fuera de allí se que no estoy en mi lugar. Es maravilloso amarla con sus defectos y todo. Siempre lloraré haberme ido de allí, pero a veces no se puede volver aunque uno quiera..
    Sin pensarlo vine donde está mi familia, mis hijos y mis nietos, pero de todos modos hay algo interior que es solo nuestro y sabe cuál es su verdadero lugar en el mundo. El mio es sin duda la tierra de mis padres, Sicilia y en especial Ortigia

    1. Adriana, no me extraña que sientas nostalgia de tu tierra. Siracusa es una ciudad única bañada por el mar, con muchísima encanto y cargada de historia. Espero que vuelvas pronto. Un abrazo. Oihana.

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