Mis viajes exóticos del 2016

Termina el 2016 y toca hacer balance de lo vivido en este año; de lo bueno y de lo malo, de las lecciones aprendidas, de las metas conseguidas y de las que se han quedado en el tintero, y a este blog en particular le toca recordar los lugares naturales más impresionantes que ha visitado e ir preparando una nueva lista para el año que viene. En casa tenemos muchos lugares que, sin duda, podrían estar en este «top», pero como seguro que en alguna ocasión vuelvo, he decidido recordar esos sitios que por la distancia probablemente me costará volver a pisar. Así que aquí va la lista de los lugares naturales más impresionantes de este 2016 como Bangkok, volcán Etna, Islas Perhentian,… con algunas fotos que me había dejado en el archivo.

– Taormina, mucho más que su teatro greco-romano

Seguro que muchos han visitado o han oído hablar del teatro greco-romano de Taormina. Es una de las obras más importantes de la Magna Grecia. Cuando los griegos levantaban sus teatros, lo hacían aprovechando la geografía de los terrenos, de ahí que esté insertada en la naturaleza. Y siempre lo hacían donde las panorámicas del lugar fueran las mejores (la foto lo dice todo). Se encuentra en la parte más alta de esta ciudad siciliana, bajo el monte Tauro. Desde aquí se divisa el monte Etna y la línea de la costa del estrecho de Mesina. No ha habido civilización que más haya entendido la belleza artística de la propia naturaleza que la griega, ¿verdad?

Pero aunque esta obra clásica haga sombra al resto de este rincón de la isla de Sicilia, Taormina tiene además otros muchos encantos. En este punto de la costa la geografía se vuelve más abrupta, por lo que nos encontramos con acantilados, pequeñas calas e islotes encantadores como el de Isola Bella. Hoy día es Reserva Natural pero en 1890 fue adquirida por Lady Florence Trevelyan, sobrina de la Reina Victoria I del Reino Unido. Como su nombre indica, es bellísima. Las veces hace de península, según las mareas, y es otro de los grandes atractivos de este lugar del noroeste de Sicilia. Ha sido uno de los rincones más bonitos que he conocido a lo largo de este 2016. Sin menospreciar el resto de la isla, fue una de esas sorpresas inesperadas.

– Etna, el volcán bueno

Quizás más por imponente que por bello me sorprendió el gran volcán Etna. Pisarlo sabiendo que se encuentra activo, es una sensación extraña. Tengo que confesaros que me fascinan los paisajes volcánicos y ver los estragos que hace la fuerza de la naturaleza en la tierra. Son paisajes que tienen algo magnético. Sus más de 3.000 metros de altura lo hacen aún más fascinante. Es el volcán activo con mayor altura de la placa Euroasiática.

Aunque el Etna es uno de los volcanes más activos del mundo, pueblos y ciudades enteras viven en torno a él, ya que no se considera muy destructivo, a pesar de algún susto que otro. Además, su tierra es especialmente fértil debido a la gran actividad volcánica; son famosos sus vinos, huertos y frutales. Subiendo a las faldas del volcán os encontraréis con un centenar de pintorescos pueblitos rodeados de viñedos y de árboles frutales ¡Una de las otras maravillas de la isla!

– Bangkok también es naturaleza

Y si no que se lo digan a esta escultura que casi como si fuese un capricho de los dioses ha conseguido salvar la cabeza. Este año tuve la gran suerte de recorrer varios puntos del sudeste asiático. Cuando realizas estos grandes viajes te das cuenta de lo ruin que es el calendario, los días se te hacen cortos y las semanas pasan volando. Te quedas con ganas de recorrer más mundo y seguir  vagabundeando por semanas. Además siempre te topas con gente que te cuenta que lleva meses viajando y no puedes más que morirte de la envidia. Uno de los lugares donde más tiempo pasamos por ser un buen lugar para las conexiones de los aviones fue en Bangkok. Sinceramente la ciudad no nos gustó mucho, pero sí algunos de sus rincones como estas ruinas.

Nos encontrábamos en Wat Mahathat, situado en la ciudad de Ayutthaya, antigua capital de Siam. Está a una hora en tren de Bangkok. Nadie sabe cómo llegó esta cabeza de Buda a incrustarse en el tronco de un árbol de higos. Algunos dicen que la escondieron allí para evitar que se la llevasen los cazatesoros. Otros cuentan que la cabeza de piedra de arenisca cayó de una estatua y aterrizó justo en el árbol o que fue dejada allí por un ladrón que no podía transportarla. Sea como fuere, se ha convertido en uno de los lugares de parada obligatoria de toda Tailandia. Y sin duda merece una visita aunque el templo entero no se queda atrás.

Otro de los puntos fuertes de Bangkok por ser un lugar muy curioso y también por su naturaleza, y que todos los que hayáis visitado la capital de Tailandia seguro que lo conocéis, es el Mercado Flotante. Es, como la palabra indica, flotante, es decir que la compra-venta se realiza sobre el agua, en barcas como esta. Para llegar allí tienes que alquilar una de esas e ir en busca de los productos. Está en activo desde el siglo XVIII, aunque dado lo curioso que es, en los últimos años ha dejado de ser un lugar donde comercializar con frutas y verduras para convertirse también en un punto de atracción turística.

Puedes encontrar frutas, especias, tallas de madera, regalos, todos de calidad. Aunque no compres nada, un paseo por el mercado y todos sus canales es toda una aventura. Fue una experiencia muy bonita, sobre todo cuando nos salió a saludar un lagarto gigante ¡verde fosforito! La pena es que no nos dio tiempo a sacarle una foto. Era uno más en esta locura de ir y venir de lanchas y comida. Con el que sí nos sacamos una fue con nuestro simpático chofer. Después de pasar toda una mañana recorriendo el mercado con él, tocaba foto.

 

Si vais a esta capital, la más poblada del país con casi doce millones de habitantes, no os asustéis. En un primer momento parece caótica y con poco encanto, pero ya veis que no es así, está repleta de lugares naturales muy bonitos como estos.

– Con los habitantes de la jungla más antigua del planeta.

Otro de los lugares que me ha impactado este año ha sido la jungla de Malasia. En este país la palabra contraste se queda corta. Es un lugar no muy conocido aún por el turista occidental pero eso no quiere decir que no tengan muchas de las comodidades de los países de Europa. Es un lugar confortable para conocer a fondo este rincón del planeta, ya que las carreteras, la sanidad (algunos la sitúan como la tercera mejor del mundo) y la seguridad están al nivel de algunos países llamados del primer mundo, con el aliciente de que además el turismo aún no está sobrexplotado, como en la vecina Tailandia.

Está lleno de lugares para ver como la moderna capital, Kuala Lumpur, o la elegante ciudad colonial de Malaca, aunque también existen zonas vírgenes y naturales como el Parque Nacional de Taman Negara, que se encuentra en el centro del país. Es un bosque tropical de 4.343 km2 (tres veces el tamaño de Singapur) que se formó hace ciento treinta millones de años. Todavía habitan poblaciones autóctonas, son los Orang Asli. Se trata de los pobladores originales de Malasia, están aquí mucho antes que los malayos, más numerosos y de origen asiático. La mitad de las tribus siguen viviendo en la selva y normalmente en torno al río.

Este pueblo vive de la caza y de los alimentos que le aporta la selva. Cuando llegan a la adolescencia deben de conocer todos los secretos de la jungla; para qué sirve cada árbol, cada hoja y cada raíz. Tienen un conocimiento de su entorno increíble, ya que estamos en una de las selvas con mayor diversidad del mundo. En la visita que realizamos para conocer su modo de vida, nos enseñaron cosas increíbles, como hojas que hacen de lija, la mejor madera para hacer fuego o de qué árboles extraen el veneno para paralizar las presas. ¡Y es que utilizan distintos venenos para cada animal! No es lo mismo cazar un tigre que un mono, claro. No es de extrañar que el eje de sus creencias esté entorno al árbol, ahí es donde por ejemplo entierran a sus difuntos.

 

– Naturaleza desbordante en las islas paradisíacas, las Perhentian

Son una de las islas más vírgenes y menos conocidas del sudeste asiático. Se debe a que además de Parque Natural y estar protegidas, la única forma de llegar allí es a través de un taxi-bote donde apenas entran doce personas y está a la intemperie. Esto hace también que los precios sean muy asequibles. Es decir, un paraíso difícil de olvidar. Estamos a doce kilómetros del noroeste de la costa de Malasia, a unos cuarenta kilómetros de la frontera de Tailandia.

 

No solo es una playa idílica de palmeras; si te adentras más allá de la arena te sumerges en plena jungla. Son unas islas con mucha vida, tanto encima como debajo. Sus aguas están repletas de vida, es un auténtico vergel compuesto de tortugas marinas, corales, pececillos de todos los colores, morenas e ¡incluso tiburones!

Con unas simples gafas puedes divisar tortugas marinas como estas, ya que todo este fondo marino, repleto de corales, se encuentra en plena playa ¿no es una maravilla?