Infinidad de rituales mágicos para San Juan

En la víspera de San Juan a muchos se nos despierta nuestro lado más misterioso y mágico. La noche más corta del año es también la más luminosa en el hemisferio norte. En unas horas nuestros pueblos y rincones se llenarán de brillantes fogatas, se dice que así se quiere simbolizar al triunfo de la luz frente a la oscuridad de la noche. Hasta el más escéptico en esto de los rituales, se da un paseo para ver la fuerza del fuego en acción (por si acaso, no vaya a ser que funcione, …). Y es que este elemento tiene algo mágico que atrapa. Los que somos algo más supersticiosos «quemamos» lo viejo junto a lo malo para llamar a la suerte y empezar un nuevo ciclo con energía renovada. Otros giran y cantan en torno al fuego y los más atrevidos hasta saltan por encima de las brasas. Todo esfuerzo es poco para atraer a la buena suerte.

Cueva de la bruja de Zugarramurdi

A esta noche también se le llama la noche de las brujas y aquí de eso sabemos un rato, sobre todo en el pequeño pueblo de Zugarramurdi. Desde hace algunos años vienen celebrando actos para conmemorar este día por todo lo alto. Para esta ocasión, entre otras cosas, han preparado en la misteriosa cueva, un concierto único a cargo de la orquesta Sinfonietta Académica con “El Amor Brujo”, de Manuel de Falla, como protagonista. Si así no se nos despierta nuestro lado más enigmático, pocas cosas lo harán.

El fuego ha sido desde tiempos inmemoriales la estrella de esta noche. Resurreción María de Azkue recogió infinidad de creencias en torno a este elemento en cada rincón de nuestra geografía. En Oiartzun, hacían el fuego con zarzas para a continuación con un ramo de paja encendido recorrer las huertas cantando: San Juan dela, San Juan: gure goiko soruan sorgin-begia galdu da; galdu bada, galdu bedi: sekulan agertu ezpaledi! (San Juan, que es San Juan: en nuestro prado de arriba el ojo de la bruja se ha perdido; si se ha perdido, que se pierda: ¡ojalá no aparezca nunca!).

Pero no solo el fuego tiene poderes, también el agua posee cualidades regeneradoras según las creencias. El más popular nos cuenta Azkue, es el del rocío de la mañana de San Juan. Con estas pequeñas gotas madrugadoras existía la costumbre de restregarse tanto los pies como todo el cuerpo, así se pensaba que se curaban o evitaban enfermedades de la piel. En algunos lugares existe la tradición de ir a visitar las fuentes en las primeras horas de sol del 24 de junio, la gente bebe agua y se lava en ellas. A falta de fuentes buenos son los ríos, en el valle de Salazar muchos iban al río a lavarse.

Panorámica de la Presa de Aixola en Elgeta
En la Presa de Aixola (Elgeta) donde se encuentra el caserío Ur bedeinkatua que significa agua bendita.

El espino albar o elorri (en euskera) es un árbol sagrado muy importante en los ritos del solsticio de verano, se utilizaba antiguamente como pararrayos. Pero también se han empleado para los rituales ramas de cerezo, chopo, roble, laurel o hojas de saúco y de nogal, con ellas se adornaban las puertas o las huertas. Una costumbre muy arraigada entre los vascos es llevar a la iglesia en la mañana de San Juan a bendecir ramilletes de hierbas y flores. En Eibar una vez bendecidos los ramos de flores (sorbia) se solían guardar en las puertas de los caseríos para protegerlos contra los rayos.

Si no sabíais qué rito hacer en esta festividad, aquí tenéis un montón de tradiciones donde elegir.

 

 

 

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