Achicoria para el camino

A los que nos toca quedarnos por aquí en estas fechas, estamos siendo testigos de que este verano está siendo algo inusual, incluso para nosotros; por un día de playa, tenemos cuatro o cinco de zirimiri y nubes. Pero a pesar de la lluvia, la temperatura está siendo agradable e incluso en ocasiones sale el tímido sol. Sin duda, el clima ideal para hacer muchas actividades. Una de las mejores opciones es pasear. Personalmente prefiero los días sin mucho sol para andar por nuestros caminos. Uno de mis paseos preferidos es el de los acantilados de la playa de Azkorri (Getxo). Como cada verano llama la atención por su belleza y cantidad esta bonita flor de color azul-lila que crece junto a los senderos y caminos.

En su día me sorprendió saber que esta planta de la familia de las asteráceas, es la achicoria común (txikoria en euskera). Sí, esta bonita flor de perfectos pétalos azul-lila, es ese famoso sustitutivo del café. Para prepararlo se utiliza la raíz de la planta, tostada tiende a acaramelarse y al molerla, da como resultado un sabor intenso, ligeramente picante y amargo que recuerda al café. Se utilizó sobre todo en épocas de escasez de la afamada bebida con cafeína, como en la Guerra Civil o la Postguerra, más adelante se empezó a mezclar con café hasta que su uso casi desapareció. Recuerdo como si fuera ayer el olor de la cocina de mi amama cuando preparaba café con achicoria las tardes de domingo, decía que con la mezcla se intensificaba el sabor y que así era más sano. Hoy día debido a su peculiar sabor y a sus beneficios para la salud está volviendo a muchas cocinas de los grandes restaurantes.

¿Cuáles son sus beneficios?

Tiene una cantidad alta de inulina, muy buena para regular el azúcar. Además, posee intibina, que le da ese sabor amargo tan característico, que ayuda a la digestión. Es rica en ácidos grasos esenciales, vitaminas del grupo B y minerales como el potasio, calcio y fósforo. Y dicen incluso que ayuda a reducir peso, ya que evita la retención de líquidos y aporta menos de 20 kcal por cada 100 gramos. Una joya natural y culinaria que todos deberíamos tener en la cocina.

La podemos cultivar nosotros mismos, es una planta muy rústica que no requiere de muchos cuidados y además se puede sembrar durante todo el año. Aunque los mejores resultados se logran con las siembras de otoño y primavera. Es originaria de Europa, así que en nuestro clima se encuentra de maravilla. Le gusta crecer a los bordes de los senderos como sucede en los caminos de Azkorri.

Es una maravilla de planta que puede alcanzar el metro de altura. Solo tiene una raíz, pero esta es profunda y gruesa. Su flor sale precisamente ahora y la podemos encontrar hasta el mes de septiembre. Lo normal es que su flor sea de color azul-lila pero puede coger tonalidades rosas e incluso blancas.  Un dato curioso; la flor solo se abre a pleno sol y sigue su trayectoria al igual que los girasoles.

Es una vieja conocida de nuestros campos y también de la medicina. El mismísimo Carlomagno ordenó cultivarla junto a otras hierbas y condimentos.

Azkorri y sus acantilados tiene otras riquezas naturales como el brezo del cantábrico y muchas otras plantas y arbustos. Estos días las tonalidades y olores de estos caminos merecen un paseo y más en esas jornadas de poco sol, ya que no hay muchas sombras. El sol quizás no, pero la que si nos acompañará en nuestro paseo, es la bonita y alegre flor de la achicoria.

 

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