Huellas renacestista a los pies del Oiz

Me encanta ir en busca de rincones por nuestro territorio. Además de ilustrativo, es divertido y ¡barato!, algo que hoy día no viene nada mal. Hacía muchos años que no iba a Ziortza-Bolibar (Bizkaia). Lo recordaba como un sitio cargado de arte, totalmente rodeado de montaña. ¿Y hay algo mejor que ahondar en nuestra historia mientras hacemos una travesía por nuestros montes? Bizkaia y toda Euskadi es así. Seguramente se deba a que nuestra vida económica, social y cultural se haya desarrollado en las faldas de nuestros verdes montes y escarpadas costas. Esto hace que en cualquier lugar encuentras tesoros como el del Monasterio de Santa María de Zenarruza, que fue antiguamente Colegiata.

Más info: https://turismo.euskadi.eus

Tengo que confesaros que no recordaba que aquí se encontrasen las pocas muestras de arte de la época renacentistas en Euskadi.

Aunque la edificación de este lugar comenzó antes. Cuenta la leyenda que allá por el siglo X, los lugareños vieron cómo un águila cogía una calavera de una tumba que estaba abierta y la dejó caer en el lugar donde hoy se encuentra el templo. Interpretaron aquello como una señal divina y decidieron construir aquí este bonito monumento. La verdad es que al estar tan rodeados de naturaleza, no es tan difícil imaginar la escena. Nosotros tuvimos la suerte de ver un corzo en los alrededores, se encontraba bebiendo agua en uno de los arroyos que rodea al Monasterio. Aquello lo interpretamos también como un mensaje divino, ese tan popular que reza: Al que madruga, Dios le ayuda. 😉

Pero no os dejéis engañar por su naturaleza porque este sitio no ha sido nunca un lugar recóndito. De hecho, ha sido y es una parada internacional. En pocos minutos escuchamos hablar en tres idiomas distintos. Y es que este enclave tiene el honor de ser Camino de Santiago, está dentro de la ruta del Camino del Norte. Se trata de una parada obligatoria en este popular recorrido porque es entre otras cosas Monumento Nacional de Euskadi.

Foto: http://xacopedia.com

 

Este hecho le hace tener en su haber un claustro de estilo plateresco, muy poco habitual por estos lares, por no decir que es el único. Este movimiento artístico es una forma de arte que surgió en la península entre el Gótico tardío y el Renacimiento, a finales del siglo XV, extendiéndose durante los dos siglos siguientes. Este estilo se caracteriza por una decoración rica que cubre las fachadas con elementos vegetales, fantásticos y todo tipo de figuraciones. En este claustro podemos encontrar muchas conchas que nos recuerdan que estamos en plena ruta jacobea.

Foto: http://www.euskadi.eus

Su retablo también es uno de las pocas muestras de este movimiento artístico en Euskadi. Otra joyita del lugar con pinturas y esculturas de la escuela flamenca. Es muy bonito ver como un arte tan ostentoso como el de la época del Renacimiento, se entremezcla con las vigas de madera de estilo rural y arcos medievales de media punta.

En el interior del templo llama mucho la atención su órgano. Resulta que es ¡el más antiguo de Euskadi! Fue construido en 1686, también en estilo plateresco, por Joseph de Eizaga Echebarria, franciscano natural de Eibar, y su discípulo y homónimo José de Echebarria. Echebarria fue clave en la formación del órgano hispano.

Creo que poco más se puede decir de este rincón de Bizkaia, a los pies de Oiz, más que se trata de una visita obligada en nuestra agenda. Os invito a visitar también el pueblo de Ziortza-Bolibar donde está el museo de Simón de Bolívar. Aquí se puede ahondar en la historia de los vascos en Latinoamerica y pasear por sus calles repletas de caseríos y molinos muy bien conservados.

Fuente en el paseo de Ziortza-Bolibar
Una de las calles de Ziortza-Bolibar.
Motivos que nos recuerdan que estamos en plena ruta jacobea.

 

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