Por el ajedrez de base

Con este espacio que me brinda Deia, pretendo corregir una grave deficiencia que detecto en la información del ajedrez a partes iguales tanto de los medios de comunicación como de la comunidad ajedrecística, cuál es, la de que acaso deslumbrados por el juego de las estrellas, no le prestamos la suficiente atención a esas primigenias luces que las vieran nacer cuando todavía no eran nada entre nosotros.

Hablo del ajedrez de base que aparece sin previo aviso en las fiestas de los barrios, del ajedrez escolar que se practica en cientos de colegios durante los recreos o en horario de comedor, del ajedrez aficionado donde los jugadores sólo se juegan el placer de la victoria, ese ajedrez en el que importa más pasarlo bien que ganar puntos aplicando el reglamento de la FIDE, cuando en el tablero se dan cita el principiante al que le dan su primer Mate Pastor con el jugador de café que tiende la celada para dar el Mate Legal…En definitiva, hablo de la fuente de la que manó nuestra afición, nuestra ilusión y nuestro amor por este maravilloso mundo de las 64 casillas.

Este otro ajedrez generoso en actividad y altruista en tiempo, pese a contar con numerosos seguidores y patrocinadores particulares e institucionales, apenas se le conceden espacios dignos que resalten el soterrado y desgraciadamente anónimo esfuerzo de las personas que participan en sus torneos, de los maestros que durante generaciones transmiten el gusanillo de mover las fichas, de los clubes que sin medios ni local sobreviven décadas temporada tras temporada, cuyos sacrificios y méritos deportivos al respecto, nada tienen que envidiar al de los ídolos a los que nuestro deporte ciencia rinde culto tan a menudo.

Será entonces mi propósito rescatar de la marginalidad mediática a este ajedrez para honrarlo semanalmente en la medida de mis posibilidades y de las fuerzas con las que mis colaboradores tengan a bien prestar, como verdaderamente merece, publicando los resultados de aquellos campeonatos que normalmente no encuentran cabida en las páginas de los periódicos, fotos de los campeones locales, entrevistas a los Maestros de Escuela que se han destacado durante años en la enseñanza de nuestro querido juego, reportajes sobre nuestros clubes y escuelas de ajedrez, videos de simultáneas, encuestas entre las madres y padres de los jóvenes ajedrecistas…
Como todas mis anteriores facetas en este mundo blanquinegro, emprendo esta nueva iniciativa movido únicamente por el enfermizo afán de contagiar la afición por este juego, si bien, con más arte que ciencia, o sea, con más ilusión que técnica, pues para nada me he formado como periodista y sobradas muestras daré de ello, como de mi falta de pericia a la hora de insertar materiales ajenos a la palabra para ilustrar los temas.
Si los lectores del blog son de mi espíritu constructivo de apreciar más la intención que los resultados si estos son inocuos a terceros, y además son de los que se animan a participar en su continua mejora, estoy seguro que también en esta ocasión habré abierto una puerta a mi felicidad y a la de quienes me rodean.