Miércoles 26 de julio de 2017
Rajoy ha salido vivo de su actuación como testigo. Y la prueba es que tras el interrogatorio no se ha ido a La Moncloa a lamer sus heridas sino a Génova 13 a estar con los suyos y vender el acuerdo logrado por todos en relación al combate contra la violencia de género. Ha sido un buen termómetro, porque de lo contrario, ¡para rato hubiera ido a recibir el pésame!.
He visto el interrogatorio. La Sexta ha convertido la política en espectáculo y no le va mal. Esto debería ser trabajo de TVE. No sé qué pintaban 300 periodistas acreditados cuando se veía mejor en la tele y hasta con detalles. Alrededor de estas cosas hay mucho cuento y mucho negocio. Renzi, Cameron, Jospin, Chirac, Sarkozy pasaron por ese trance y tampoco les hundió. Y la prueba ha sido las patéticas intervenciones de Iglesias y Pedro Sánchez. Si tienen que hacer oposición en base a carroña y no a propuestas concretas, van listos.
Rajoy ha mandado algunos recaditos a Esperanza Aguirre a Cascos y a algunos más.
Yo lo he visto así:
1.- Rajoy ha mentido todo lo que ha podido, pero lo ha hecho con una buena representación, suficiente para que su obligación de decir la verdad como testigo, no le hubieran cazado en casi nada. No ha cometido un gran error, y eso le salva.
2.- Ha contado con la manito que le ha prestado el presidente del Tribunal. Se la ha echado en relación a su viaje a Canarias, en sus alusiones a Esperanza Aguirre que ya veremos que dice la señora, en su ignorancia de lo que pasa en la tesorería de su partido, en su negación a reconocer que el PP ha obstruido a la justicia, en negar que existe una caja B en el PP, en su mensaje a Bárcenas….en tantas respuestas increíbles.
3.- Ha logrado huir de la foto en el banquillo. Parecía aquello una entrevista en la televisión. Y para colmo no ha ido Bárcenas, corroborando el pacto de no agresión.
4.- Ha dicho que como director de campaña solo llevaba la acción política y no su financiación. No me lo creo.
5.- Ha dicho y repetido que estaba encantado en colaborar con la justicia. Nada más lejos de la verdad.
Pero ha salido vivo, y ahora viene el verano. A pesar de Iglesias y Sánchez que piden su dimisión, pasado mañana este trance está olvidado. Y ahí seguirá Rajoy, minusvalorado por sus opositores, pero sentado en la silla y los otros comiendo cable. Pero, mal que pese, la corrupción continuará siguiendo al PP y a Rajoy como su sombra.