ERNAI COMO EN EL FAR WEST

Viernes 11 de julio de 2017

El problema que tiene Otegi en la actualidad es un grave problema de credibilidad, clave en política. Su papel de secretario general de Bildu, le obliga a ser mucho más contundente contra la violencia que Ekaitz Rodríguez, su pupilo, que ante todo este maremágnum organizado por Ernai contra el turismo no ha mostrado la menor voluntad de criticar, ni tan siquiera hacer el mínimo amago de parar a sus cachorros destructores de lo ajeno.

Y es algo inquietante pues la apuesta aparente de la nueva Bildu indicaba que lo tenían claro. Pues no señores, no lo tienen claro, se les ve el pelo de la dehesa y han demostrado que no saben qué hacer los fines de semana y en vacaciones sin agredir al prójimo en su normal actividad, en sus vacaciones, en su negocio, en su vida normal.

En sus documentos y en aquellas manifestaciones del gran Pope Rufi Etxeberria se nos decía que “….el nuevo partido se opondrá al uso de la violencia y de las amenazas incluyendo las de ETA si la hubiera en cualquiera de sus manifestaciones para el uso de objetivos políticos”. La nueva formación según nos informaron con gran trompetería “ni justifica, ni ampara la utilización de la violencia, sea quien sea quien la utilice….”.

Al parecer se les olvidó decir que si venía ésta de Ernai, estaba justificada.

Independientemente de que ahora vayan contra el turismo, siendo ellos turistas, se ve que ésta es la excusa y que lo grave es que se hagan eco de una organización como la CUP que trabaja con mayor intensidad para que el proceso catalán descarrile, pero es que muchísimo más, que el PP.

Si el pequeño ha de ser inteligente, éstos desde luego, no lo son. No piensan, embisten.

Cuando uno tiene fiebre es síntoma de que está enfermo. Cuando uno ataca a un tren Txu Txu en Donosti como si fueran los indios o los ganaderos del Far West de las películas porque el “caballo de hierro” iba a perturbar su tranquilidad y su negocio, significa que esa parte de la sociedad sigue sin asumir la democracia, los valores del respeto a los demás, y la necesidad de una convivencia respetuosa ,amén de hacerse harto odiosos y que la sociedad termine por perseguirles de la misma forma como actúan ellos contra los demás.

Ojalá esto no se produzca pero este continuo llamamiento a la fiscalidad, a la policía y a poner orden, anuncia por una parte que las acciones de Ernai, demasiado publicitadas por una prensa en vacaciones, están logrando lo que estos termocéfalos tirapiedras están buscando. Represión y espiral, que es lo que abona su discurso tremendista y victimista.

Una lástima en momentos en los que la sociedad vasca comienza a ver luz al fondo de un túnel donde nos llevó ETA y la represión contra ETA, alimentándose mutuamente.

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