La Ineptocracia – Merkel cabrea a los del Brexit – Puigdemont quiere que se negocie

Martes 25 de septiembre de 2018

Manuel Millán Maestre es un periodista y político catalán que en su día fue miembro de AP. Cuando llegó Aznar lo dejó o lo dejaron pues es un analista crítico y con personalidad. Hoy es un opinador con larga trayectoria política que me manda este interesante comentario al que no le falta razón.

“De la Aristocracia de Aristóteles, que era el gobierno de los mejores, hemos caído en una brutal crisis del sistema, que nos arroja en manos del gobierno de los peores.

Con tales mimbres no se puede hacer un cesto, por más que lo propalen los demagogos de una u otra orilla. Una tal degradación del sistema la definió el escritor y académico francés Jean d’Ormesson como la ineptocracia. El sistema de los ineptos, el de los peores en una sociedad occidental. Hago mía su definición que retrata una etiología del problema, que merecería una muy detenida meditación:

“La ineptocracia es el sistema de gobierno en el que los menos preparados para gobernar son elegidos por los menos preparados para producir, y los menos preparados para procurarse su sustento son regalados con bienes y servicios pagados con los impuestos confiscatorios sobre el trabajo y riqueza de unos productores en número descendente, y todo ello promovido por una izquierda populista y demagoga que predica teorías, que se sabe que han fracasado allí donde se han aplicado, a unas personas que sabe que son idiotas”.

¿Acaso Pedro Sánchez y su socio Pablo Iglesias no nos han dejado en este umbral de la ineptocracia?. Que sean discutibles los currículos de los gobernantes no me parece baladí, pero la gravedad es mayor cuando a la ambición de los ineptos se añade la soberbia – causa de la perdición de los héroes, según Homero – que ciega las propias limitaciones y es la madre de todos los desafueros, si se matrimonia con el ocaso de la Ética. Un mal uso habitual en esta escenografía de los peores. Eliminada la Ética, se arrasa cualquier factor moral, se liquida toda legitimidad y se propende a construir la más alterada y perversa legalidad… y latrocinio. El modelo Maduro se cernirá en este supuesto, sobre el horizonte de la gobernación. ¿A alguien le puede sorprender que reaparezca en el próximo horizonte el fantasma del neofascismo, como ocurrió en Europa tras el cataclismo de la crisis de 1929?. Para un remedio, aconsejaría leer El mundo de ayer del gran escrito Stefan Zweig. Y que se tome el lector un tiempo para meditar.

Merkel cabrea a los del Brexit

La canciller alemana, Ángela Merkel, rechazó hoy de plano la propuesta de Londres respecto a su relación futura con la UE alegando que Reino Unido no puede mantenerse en el mercado único sólo para bienes pero no permitir la libre circulación de personas. Durante un foro de la Asociación de la Industria Alemana (BDI), Merkel subrayó en un discurso que la zona de libre movimiento incluye cuatro aspectos -bienes, servicios, personas y capitales que funcionan en bloque y no se pueden deslindar unas de otras. «No puede ser que quiera ser parte del mercado común en un aspecto y no en otros tres», aseguró Merkel, aunque sin citarla explícitamente, sobre la propuesta presentada por la primera ministra británica, Theresa May, en la cumbre informal europea de la semana pasada en Salzburgo (Austria). No obstante, Merkel agregó que lo esencial en estos momentos no es definir la relación futura entre la Unión Europea (UE) y Reino Unido, sino fijar las condiciones de la salida de Reino Unido del bloque comunitario en un «acuerdo razonable».

La canciller aseguró que las próximas «seis u ocho semanas» serán cruciales en este respecto

Puigdemont quiere que se negocie

Carles Puigdemont propone poner en marcha una «mediación discreta», encabezada por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, para abrir una vía de diálogo entre Catalunya y el Estado, que pueda conducir a una solución refrendada en las urnas. Así lo plantea en el libro «La crisis catalana. Una oportunidad para Europa» (La Campana), un texto de 238 páginas fruto de las conversaciones del expresident con el periodista belga Olivier Mouton. El último capítulo del libro está dedicado a desarrollar la «propuesta» de Puigdemont para «salir de la crisis catalana», que pasa por buscar la «supervisión de actores internacionales» para que acompañen las conversaciones y «verifiquen» el grado de cumplimiento de los acuerdos que puedan alcanzarse. En este sentido, se lamenta de su decisión de suspender los efectos de la declaración unilateral de independencia, el 10 de octubre del año pasado en el Parlament, para dar una oportunidad al diálogo, a la espera de que surgiese una figura mediadora. «El fraude del 10 de octubre de 2017, cuando atemperamos nuestro deseo de independencia para hacer posible el diálogo, no se puede volver a repetir. Si realmente hay una voluntad de hablar, la tiene que verificar un mediador que proporcione las garantías necesarias», subraya. Esta «mediación internacional independiente», señala Puigdemont, debería ser «discreta.

No puede ser pública. Debe contar con una autoridad política y técnica importante», y en este sentido apuesta por la figura del polaco Donald Tusk. La aceptación por parte del Estado de una mediación supondría, según Puigdemont, «reconocer que hay un problema. España debe reconocer que le hace falta ayuda para salir de este agujero». El diálogo que pudiera establecerse debería evitar imponer «condiciones previas» y, en ningún caso, remarca el expresident, podría implicar una «renuncia» al derecho a la autodeterminación o a la independencia de Cataluña. Si el Estado no quiere de ningún modo que Cataluña se independice, debe «proponer una alternativa» y defenderla en las urnas, como hizo el ex primer ministro británico David Cameron al admitir la celebración de un referéndum en Escocia. «Ahora le toca ser creativa a España. En caso contrario, continuaremos luchando por una independencia que está reconocida por el derecho internacional a través de la sentencia del Tribunal Internacional de Justicia sobre el caso de Kosovo», remarca. Y añade: «La opción prioritaria es un acuerdo obtenido a través del diálogo, pero no podemos aceptar el ‘statu quo’ que nos propone España». En el plano más personal, Puigdemont reconoce desde su residencia en Bélgica que «sueña» con «poder volver a Girona para gozar del lugar que más amo en compañía de mi mujer y mis hijas». «No aspiro a tener ningún papel en el futuro. Lo que quiero es volver a mi normalidad tan pronto como sea posible y recuperar el máximo de libertad posible», explica Puigdemont. Por ahora, piensa poner en marcha el «Consejo de la República», aunque cuando la situación se haya «normalizado» en Cataluña no quiere «continuar haciendo política».

 

 

 

 

 

 

Un comentario en «La Ineptocracia – Merkel cabrea a los del Brexit – Puigdemont quiere que se negocie»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *