¿POR QUÉ CALLAN LOS CRÍTICOS DE EA?

Martes 8 de agosto de 2017

Pello Urizar, secretario general de la subsumida EA, acaba de estar en Bakio en la charla anual que este partido lleva pronunciando desde la época de la escisión del PNV. Allí, la muy activa dueña del Arimune, Begoña Garai, organizaba dicha charla anual contando con Garaikoetxea que era siempre fiel a la cita. Algo así como lo que organiza el PNV en Zarautz a fin de agosto cada año. Una tradición.

Urizar ha desaprovechado la oportunidad para decir algo sobre las acciones de su socio Ernai. Eso fue lo que le achacaron los críticos internos cuando estuvieron a punto de ganarle la secretaría general, hartos de que EA solo tuviera presencia a la hora de reparto de puestos pero no de emitir opiniones distintas de Sortu en relación con ETA, con la Ertzaintza y ahora con el Turismo. De un partido que ha regentado concejalías y carteras vinculadas con este sector, no se entiende que mantenga la boca cerrada ante la violencia de la CUP trasladada a Euzkadi con esas pintadas que le piden a los turistas que se vayan fuera de Euzkadi. Go Home.

¿Existen los críticos en EA o han sido todos cepillados?.

Ya sé que desde la carbonera las voces no se escuchan pero algo podían haber dicho ante tanto despropósito de un Urizar que en su charla de Bakio solo criticó al PNV con esa fijación que tiene el personaje contra el partido jelkide.

A Sortu creando su invento de Bildu, sabía que tenía callados a los dirigentes de Aralar y de Alternatiba, con b, porque son ovejas de la misma dehesa, pero no a una EA que, como partido socialdemócrata y de gobierno y de una larga y clara trayectoria anti violencia, le podía dar algún que otro dolor de cabeza. Pero, tras ganar Urizar la contienda interna y lograr que el fundador de EA, Carlos Garaikoetxea, ni estuviera en la Asamblea de elección, que ya es decir, cumple a la perfección su papel de costalero de Sortu y al parecer considera que esa locura de gentes sin banderas que ahora se centran en ahuyentar turistas, siendo ellos a sí mismo, turistas en agosto, no es digno ni de decir media palabra.

Por eso vuelvo a preguntar, ¿dónde están los críticos de EA a los que tanto se les escuchó en las elecciones de hace pocos meses?.

 

SIN LA TUTELA DE CUBA, MADURO HABRÍA CAIDO

Lunes 7 de agosto de 2017

Para definirse alguien como de izquierdas hay que propiciar la justicia, la democracia, los derechos humanos universales y la distribución de la riqueza. Si faltan criterios democráticos estaremos hablando de estalinismo, gulags, bolivarianismo y falso abertzalismo, pero no de Izquierda. Lo decía muy bien el P. Ugalde, el jesuita bergarés referencia moral en Venezuela, que Chávez era un militar carismático, golpista y populista pero que de hombre de izquierda no tenía nada. Lo acaba de decir una diputada de Izquierda en el Parlamento argentino. Ojalá el ejemplo cunda.

Yo, a Monedero, le conocí en Caracas y por eso no me fío de Podemos en nada. Cuando tus recetas y tu talante desemboca en lo que hoy es Venezuela, hay que huir de estas fórmulas y de estas gentes como de la peste.

Pero ni Podemos, ni los partidos de Bildu ante los 130 muertos en las calles de Venezuela, el cese arbitrario de la Fiscal General, la entrada y salida de prisión del alcalde de Caracas y de López, un referéndum para unas constituyentes amañado según la propia compañía ibermática, una expulsión de Venezuela de Mercosur por país que no cumple los mínimos de una sociedad civilizada, un poder judicial correa de transmisión del ejecutivo de Maduro y una Asamblea ninguneada y asaltada, si ante eso no se protesta, eso no es ser de izquierdas, sino ser un costalero apoyador de una dictadura de la peor especie, corrupta y sanguinaria.

Otro de los argumentos de Bildu, del Granma vasco Gara, de Sortu y Podemos es la injerencia norteamericana en el país. Les sirve de espantajo para desviar la atención. Injerencia fue la de Reagan en Nicaragua, de Bush en Panamá y de Johnson en República Dominicana, pero lo de Trump ha sido solo decirles que las cuentas corruptas del chavismo van a ser intervenidas y que se lo va a pensar si sigue comprándoles petróleo.

La verdadera injerencia es la cubana, porque si Cuba, sin la tutela de Cuba y del castrismo hoy Venezuela sería de nuevo una democracia. No nos olvidemos que Chávez murió en La Habana y que Maduro se educó en Cuba. Fue designado por ser el hombre de Fidel en Venezuela.

INFORME ESPECIAL: La intervención de Cuba en Venezuela

Julio 24th, 2017 Editor contenido Noticias

Esta pieza, cuyo autor es Álvarez Quiñones, es un informe especial preparado por la Human Rights Foundation for Cuba, que fue citado ampliamente en un artículo de Mary Anastasia O’Grady publicado en The Wall Street Journal el 16 de julio de 2017 con el título “How Cuba Runs Venezuela”, cuya traducción sería “Cómo Cuba Maneja Venezuela”.

 SUMARIO

Intervención masiva de Cuba en Venezuela amenaza a la región

La heroica lucha de los venezolanos contra la dictadura que encabeza Nicolás Maduro y por restablecer la democracia, choca no sólo contra los esbirros de la Guardia Nacional y los “colectivos”, sino con la maquinaria represiva, logística y política de la tiranía castrista, la más implacable y duradera en la historia de las Américas.

La intervención de Cuba en Venezuela es abrumadora. Hay allí miles de militares cubanos, incluyendo 3 generales, 12 coroneles y tenientes coroneles, 6 capitanes de fragata y otros 25 oficiales de distintas graduaciones. También intervienen 4,500 soldados de infantería en 9 batallones, uno de ellos acantonado en Fuerte Tiuna, el corazón militar del país, según el sitio online venezolano “Q’Pasa en Venezuela” y la periodista Sebastiana Barráez, especialista en temas sobre las fuerzas armadas de Venezuela.

Hay también fuerzas especiales del MININT. Y los más de 34,000 médicos y profesionales cubanos de la salud tienen órdenes de defender la tiranía con las armas. Ese contingente cubano interventor tiene conexión por cable con el Centro de Operaciones de Valle Picadura en La Habana, al mando del general Leonardo Andollo Valdez y supervisado por la cúpula militar cubana.

Otros miles de cubanos copan puestos claves del Estado, el Gobierno, las fuerzas militares y represivas venezolanas, y en particular los servicios de inteligencia y contrainteligencia. La seguridad personal de Maduro está a cargo del MININT. Hay tantos castristas que venezolanos enfurecidos queman banderas cubanas en la vía pública. A los cubanos eso nos entristece, pero si nos ponemos en el lugar de esos manifestantes logramos comprender lo de “Cubanos go home” en español.

Además, en abril pasado el ex presidente de Colombia, Andrés Pastrana, denunció en su cuenta twiter que hay en Venezuela al menos 4,000 guerrilleros de las FARC. Hay también iraníes y denuncias de que podrían estar enviando uranio a Irán. “Noticias 24” informó que esos yacimientos de uranio venezolanos han sido denunciados por los servicios de inteligencia de Alemania, Francia, Reino Unido, EE.UU, Israel y el Mukabarat jordano.

Artículo de Mary Anastasia O’Grady publicado en The Wall Street Journal el 16 de julio de 2017 con el título “How Cuba Runs Venezuela”.

Igualmente hay terroristas del movimiento Hezbolá; por órdenes de Tarek El Aissami, Caracas ha entregado unos 15,000 pasaportes diplomáticos venezolanos a milicianos del Hezbolá, chiítas iraníes, y a otras huestes yihadistas del Medio Oriente que hoy se mueven por el mundo con propósitos nada edificantes, según el periodista libanés Francois Bayni, quien hizo pública su denuncia en Facebook y fue publicada por medios de todo el mundo..

O sea la crisis venezolana tiene un peligroso carácter internacional. Preocupados deben estar en Colombia, Brasil, Guyana, Panamá, Ecuador y Perú, por dos motivos: 1) si estalla una guerra civil multitudes de venezolanos huirían hacia esos países vecinos o más cercanos; y 2) si Maduro impone la Constitución redactada en Cuba la erosión de la democracia en la región será mayor que nunca.

Sin la tutela de La Habana ya Maduro habría caído

Sin la tutela directa de Raúl Castro, su Junta Militar, el PCC, las FAR y de todo el aparato de inteligencia y contrainteligencia castristas (a cargo del coronel Alejandro Castro, hijo del dictador), el gobierno de Maduro habría ya sucumbido.

Ese tutelaje apuntala al régimen chavista, lo rescata cuando comete errores, y lo ha convertido convenientemente en un vulgar gobierno forajido de narcotraficantes, criminales y ladrones. La Habana los alentó a enriquecerse con el tráfico de drogas y el robo al Estado. Incitó a Hugo Chávez a comprar armas y entregárselas a miles de delincuentes, émulos de las brigadas de respuesta rápida castristas, pero no con palos y cabillas, sino con fusiles y unos 5,000 lanza cohetes hombro-aire.

Maduro, su esposa Cilia y sus hijos, el “Cartel de los Soles”, y los demás jerarcas chavistas, están metidos hasta el cuello en el narcotráfico. Casi el 90% de la cocaína que va hacía EEUU y Europa pasa por Venezuela. Todos roban al Estado y muchos cometen crímenes de lesa humanidad. Ya son más de 130 los venezolanos ejecutados en las calles desde febrero de 2014. Con semejante nivel de criminalidad, a Raúl Castro le resulta fácil recordarles a esos “fuera de la ley” que si entregan el poder irán todos a la cárcel. Esto es lo más grave de la crisis venezolana, que el alto mando chavista se sabe en prisión si pierde el poder. Se aferra a él y solo lo soltará a cañonazos.

Las directrices castristas causaron el desastre económico

Entre 1999 y 2015 Venezuela recibió 960,589 millones de dólares por sus exportaciones de petróleo, un promedio de 56,500 millones anuales, según la consultora Ecoanalítica. Esa cantidad fue muy superior a todo el dinero obtenido antes por Venezuela desde 1811, al declarar su independencia de España.

Pero con tan fabulosa fortuna el gobierno “bolivariano” no diversificó la economía (hoy depende más del petróleo), ni hizo nada por desarrollar el país. Guiado por Fidel Castro, Chávez utilizó su chequera para comprar lealtades políticas en Latinoamérica, intervenir y financiar campañas electorales de izquierda en Latinoamérica y hasta en España para extender el “Socialismo del Siglo XXI”.

También lo empleó en gastos sociales desmedidos con fines propagandísticos (al estilo fidelista), en vez de emprender obras de infraestructura y desarrollo económico. Gastó miles de millones en armas y tecnología para reprimir. Recientemente llegaron a Venezuela 167 nuevas tanquetas Norinco de fabricación china, que lanzan gases lacrimógenos y agua a los manifestantes. . Pero lo peor es que buena parte de esa bonanza financiera fue robada por la cúpula chavista y sacada del país.

Encima, Chávez ordenó emitir 54,327 millones de dólares en bonos de la República y de PDVSA, la entidad estatal petrolera. Y ahora, ya en ruinas, el país tiene que pagar a esos acreedores $110,000 millones hasta 2027, en intereses y capital. Aparte, le debe a Rusia y China. La deuda con Pekín llegó a $60,000 millones. El país está quebrado.

La estatización del grueso de la economía venezolana, y la guerra a la empresa privada destrozaron la planta industrial, comercial y agrícola del país. La burocracia pasó de 900,000 empleados públicos a 2.4 millones. Y los de PDVSA de 40,000 a 145,000.

Con la tutoría castrista a la “revolución bolivariana” hoy los venezolanos son más pobre que nunca en su historia. Familias venezolanas con niños pequeños hurgan en latones de basura para poder llevarse algo a la boca.

CONCLUSIONES

Caracas mantiene a Cuba, y Cuba guía los hilos del poder en Caracas Quien mejor aprovechó la bonanza de petrodólares fue el castrismo, con subsidios por unos $10,000 millones anuales y unos 40 millones de barriles de petróleo gratis cada año (66% del consumo nacional cubano).

Esos subsidios de Caracas a La Habana ahora han disminuido a unos $6,500 millones, pero siguen siendo, junto con aproximadamente la mitad del petróleo que recibía antes, uno de los dos soportes que mantienen a flote la economía cubana (el otro lo componen las remesas, los paquetes y el turismo).

¿Qué ofrece la isla a cambio?: Nada menos que su “know how” para mantener al chavismo en el poder. Curiosa ironía, Cuba, el país más pobre y pequeño de los dos, es la metrópoli colonialista, pues tiene el conocimiento para mantener a la mafia chavista en el poder. Y el país más fuerte económicamente, más grande y con el triple de población, es la colonia. Sin duda vivimos en la era del conocimiento.

Con la eventual caída del chavismo el castrismo sufriría un terremoto en lo económico, político, ideológico, y diplomático. Sería el fin del “Socialismo del Siglo XXI”, y de paso, del Foro de Sao Paulo, la internacional comunista creada en 1990 por Castro y Lula da Silva para “cubanizar” la región.

Al haber sucumbido también el segundo mayor aliado político-financiero de La Habana, el gobierno populista de Brasil, y también el de Argentina, y la negativa de Pekín y Moscú a regalar dinero, el Estado proxeneta del Caribe se quedaría sin mecenas. Se produciría una reedición del “período especial” en una escala algo más pequeña, pero devastadora. Baste saber que casi la mitad del comercio exterior (45%) de Cuba se realiza con Venezuela.

Sin el petróleo venezolano el gobierno de Raúl Castro tendría que conseguir $1,800 millones para comprar los 110,000 barriles diarios que le suministraba Venezuela hasta 2014, o $1,000 millones para comprar 68,000 barriles diarios, reducir el consumo de combustible en un 38%, y sufrir apagones que podrían desestabilizar al régimen y hundir el turismo.

La Constituyente pretende impulsar viejo proyecto castro-guevarista

La convocatoria de Nicolás Maduro de una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución copiada de la cubana es una maniobra para sepultar la Constitución “burguesa”, no celebrar las elecciones de 2018, desmantelar la Asamblea Nacional, todas las instituciones del Estado, y militarizar definitivamente el gobierno al estilo cubano. Para ello cuentan con 2,000 generales, una cifra asombrosa (y ridícula) que supera el total de generales de los 29 países miembros de la OTAN en conjunto.

Con una Constitución comunista, el chavismo emprendería — con 50 años de retraso–, el malogrado proyecto de Fidel Castro y el Che Guevara de llevar el totalitarismo “revolucionario” a Sudamérica, tal y como anunció el argentino en su carta a la Conferencia Tricontinental. Esta vez no con un grupito de guerrilleros hambrientos perdidos en la selva boliviana, sino en Venezuela, el mayor productor regional de petróleo, y desde el Palacio Presidencial de Miraflores.

La Constitución cubana fue copiada de la vigente en la Unión Soviética. Así surgió en las Américas la figura del Presidente del Consejo de Estado en lugar del Presidente de la República. Ese Presidente es elegido a dedo por el Consejo de Estado (Presidium del Soviet Supremo en la URSS), que a su vez es nombrado a dedo por el dictador (primer secretario del PCC), quien le ordena a esa cúpula estatal que debe elegirlo a él mismo otra vez como Jefe de Estado. Y punto.

Los chavistas se despojarían de las hojitas de parra que cubrían la fachada democrática que vendían al mundo. Pero agravarían a niveles insospechados la crisis venezolana y afectaría a las naciones vecinas, en particular a Colombia con las FARC convertidas en fuerza política legal. La lucha popular en Venezuela se dispararía. También hay sectores del chavismo, con respaldo militar, que rechazan que Venezuela se convierta en otra Cuba.

Aplastar los derechos humanos no es ‘asunto interno’ de un país

La indiferencia de la comunidad internacional ante el salvajismo del gobierno de Maduro es una expresión de la “realpolitik” que parece prevalecer en Latinoamérica y en todo el mundo en lo que va de siglo, y que coloca los intereses políticos y económicos por encima de los derechos humanos. Ya en el tercer milenio, el desarrollo mismo de la civilización exige que la salvaguarda del ser humano sea la prioridad de todos los gobiernos, por encima de la política, la economía y todo lo demás.

Si antes de la Revolución Francesa ya Jean Jacques Rousseau y otros baluartes de la Ilustración en Europa se percataron de que la soberanía de una nación es el pueblo mismo, con más razón el mundo moderno debería disponer hoy de leyes supranacionales de obligatorio cumplimiento para todos los Estados, para proteger los derechos precisamente del pueblo soberano.

La violación de los derechos ciudadanos no puede ser “asunto interno” de un país. Eso atañe al género humano, sin importar fronteras. Y las denuncias internacionales al respecto no violan la “soberanía nacional”. Es todo lo contrario. Todo Estado violador de derechos humanos debe ser obligado, por la fuerza si es necesario, a respetarlos. Es hora de que haya instrumentos legales y fuerzas internacionales para intervenir donde quiera que se atropelle la integridad física de los seres humanos y se asfixien sus libertades fundamentales.

La actuación prochavista en la OEA es una vergüenza histórica

Pero ocurre todo lo contrario. En Latinoamérica los gobernantes y políticos no quieren disgustar a los partidos de izquierda porque pueden perder votos electorales, o quieren evitar ruidosas protestas callejeras de la izquierda. Otros venden su lealtad política al que pague, y si con petróleo barato mucho mejor. Esa obediencia muy tempranamente la compró Hugo Chávez, aconsejado por su paradigma, héroe y guía, Fidel Castro.

Y tan importante fueron sus consejos que ahora en la OEA, ni en su reunión de cancilleres del 31 de mayo, ni en la más reciente de junio, se logró nada. No ya para para aplicar la Carta Democrática a Caracas, romper masivamente relaciones diplomáticas con Venezuela, o para retirar los embajadores en Caracas, sino ni siquiera para “rogarle” a la dictadura chavista que reconsiderase la creación de la Asamblea Nacional Constituyente.

Se necesitaban 23 votos para obtener los dos tercios de un total de 34 países miembros de la OEA y se consiguieron 20 votos. La propuesta de 14 países –-a los que sumaron otros 6–, para solicitarle al chavismo que no sea tan malo fue bloqueada por los gobiernos neocomunistas aliados de Caracas y por los países caribeños que reciben crudo venezolano barato. Vale precisar que Venezuela, Nicaragua, Bolivia, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Dominica, los cinco países que votaron en contra de condenar al régimen de Maduro, tienen 17 millones de habitantes, mientras que en los 20 países que querían hacer lo justo habitan 500 millones. Muy duramente juzgará la historia a quienes de hecho se convirtieron en cómplices del genocidio y de la destrucción de toda Venezuela.

No hacer nada ante los crímenes de las dictaduras de Venezuela y la castrista, es una vergüenza histórica mayúscula. Y confiere dramática vigencia a una frase de José Martí: “Ver cometer un crimen en calma es cometerlo”.

El autor es escritor y periodista radicado en el sur de California. Ha escrito durante más de tres décadas sobre el curso de la economía mundial. Es también experto en temas políticos de América Latina con énfasis en Cuba y Venezuela. Es colaborador de la Human Rights Foundation for Cuba.

 

GUIONES PARA BORGEN.

Domingo 6 de agosto de 2017

Vi hace poco una película con solo dos actores. Una periodista norteamericana le entrevistaba a un antiguo miembro de ETA. La película era interesante y se seguía. Posteriormente me dijeron que los actores no habían cobrado nada, la habían filmado con un móvil y les había costado seis mil euros.

Hace unos días he visto Dunkerque, película bélica basada en la operación Dinamo que consistió en repatriar a Inglaterra por barco el ejército inglés y parte del francés en 1940. Es una película recomendable, dura, y extraordinariamente bien hecha. Los ingleses, me imagino, se emocionarán con ella y su Brexit habrá subido varios enteros. Termina con lo dicho por Churchill en el Parlamento sobre la lucha del pueblo en las calles, en las plazas, en los montes, en las fábricas…para no rendirse nunca. La película ha costado 150 millones de euros.

Aquí hace ochenta años, tuvimos todo eso y más. Incluso Aguirre estuvo cerca de Dunkerque y allí le pilló aquel caos. Pero nos falta un film épico de parecido calibre. Temas hay muchos.

La ofensiva final de Euzkadi duró 81 días que fueron los que tardaron los franquistas en llegar de Otxandiano a Bilbao, o sea 42 kilómetros de distancia. La ofensiva sobre Santander y Asturias duró 67 días en los cuales las tropas de Franco recorrieron de Castro a Avilés, 300 kilómetros. En Bilbao, con el enemigo en Artxanda, no hubo el menor resquicio de quinta columna. En cambio Santander y Gijón fueron tomadas por la quinta columna. El aparejador del ayuntamiento de Bilbao, Antonio Borde, ayudante del arquitecto Pedro Ispizua quien diseñó en su exilio el obelisco de la Plaza de Altamira en Caracas, símbolo hoy en día de la lucha por la democracia en Venezuela, diseñó un mojón que fue puesto en el primer Centro Vasco de Caracas, sito entre las esquinas De Truco a Balconcito, debajo de un gran escudo de Euzkadi. Hoy está expuesto en el actual Centro Vasco en el barrio El Paraiso. El mojón dice: ”A Bilbao, 45 kilómetros”.

Antón Borde era funcionario del ayuntamiento de Bilbao y al llegar Areilza, como todos los nacionalistas, socialistas y republicanos fue depurado y expulsado de su trabajo. Durante la guerra fue teniente de zapadores y en el año 2005, con 98 años, nos contó a Josu Erkoreka y a mí, en su residencia cómo y por qué lo había hecho: ”La gente preguntaba que quería decir aquello.     Y yo les respondía que, cuando se estabilizó la ofensiva fascista, tardaron en conquistar Bilbao nada menos que tres meses, lo que significaba que sólo habían sido capaces de avanzar cuarenta y cinco metros al día, disponiendo ellos de armamento, intendencia y aparato militar, mientras nosotros sólo teníamos una fe lejana en la victoria y una moral de lucha tremenda. Cada vez que recuerdo a tantos jóvenes muertos en combate para que aquí nos cayera una larga noche de cuarenta años…..Me encantaría que ese mojón lo trajerais de Caracas y lo pusierais en Otxandiano porque estas cosas no hay que olvidarlas y los jóvenes necesitan también una épica y que alguien les cuente que significa esa piedra”. Queda dicho.

Y es que hay muchas, demasiadas historias sin contar. Y lo primero que hay que hacer es saberlas, luego escribirlas, posteriormente transformarlas en un guión y luego hacer una serie como la que acabo de ver, Borgen, sobre la política danesa. Te engancha.

Aquí podríamos hacer una con lo que hizo nuestra gente en Londres, en la guerra en Euzkadi, la postguerra y la guerra mundial, porque historias las hay. Cuento una.

Vámonos a Londres en plena guerra. El embajador republicano era Azkarate pero el embajador oficioso fue José Ignacio Lizaso un donostiarra que sabía el inglés perfectamente y que formó una Delegación vasca, en Victoria Street, con pretensiones de embajada y en la que trabajaba como secretario Ángel Gondra, un bilbaíno que tenía negocios de importación y exportación y que hablaba un buen inglés, y el hijo de un alto dirigente de Altos Hornos Jesús Hickman. A este núcleo duro se les añadían Manuel de Irujo que era el político principal y Ramón de la Sota. Un Manuel Irujo que forma el Consejo Nacional vasco cuando Aguirre desaparece y pacta con De Gaulle a través de René Cassin, redactor de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, nuestra presencia en la guerra.

Pues bien. El Lehendakari Aguirre estaba perfectamente informado del ambiente previo a la guerra mundial pues Lizaso se iba todas las semanas a Westminster y seguía los debates parlamentarios, hacía informes sobre ellos y establecía relaciones con diputados. En uno de estos dossiers le informaba al Lehendakari:

“Comí ese 17 de febrero 1939 con el yerno de Churchill, diputado conservador, y, acompañado del presidente del EBB, Doroteo Ziaurritz, asistí por la noche a la octava cena en el Parlamento. Podría darte detalles de ella, pero puesto que nuestro presidente del EBB regresará uno de estos días, él podrá con mayor libertad darte su personal impresión. Entre los que asistieron ayer al ágape figuraba el Ministro de Pensiones del Gobierno británico. Fueron en total veintidós los diputados que asistieron a ella. Todos conservadores. Doroteo se sentó entre dos diputados que hablaban francés. No se puso cuello duro. En cambio, con su amena charla les conquistó fácilmente. Entre neologismos y anécdotas les colocó magníficamente el “disco” y terminamos la noche en el bar del Parlamento. No te asustes Lendakari todos regresamos a casa con formalidad. Saqué una buena información sobre lo que piensa Lord Halifax de España. Hablando con el ministro de forma previa a la cena les conté nuestro caso. Me prometió hablar con sus compañeros de gabinete inmediatamente. Otros grupo de diputados prometieron entrevistarse con Mr. Chamberlain para pedirle se tenga en cuenta nuestra situación en las gestiones que realiza el Gobierno Británico cerca de Burgos. La solución federal es admitida por todos como la única posible para garantizar la convivencia en la Península. Las preguntas después de mi discurso fue vivísimo y al final me expresaron su agradecimiento por haberme dirigido a ellos con tanta sinceridad. La lectura del último decreto de Burgos fue enorme. Son gentes de mentalidad distinta y exquisita educación. El discurso lo preparé con todo cuidado, como siempre, después de haber sido retocado por “el jesuita» de la Casa de Propaganda. Manuel de Irujo le conoce bien”. La cena fue un éxito. Hitler había invadido Checoslovaquia y Lizaso les habló de la intervención alemana en España y del bombardeo de Gernika. No desentonaba entre los gentleman.

Y seguía Lizaso: ”Un periodista poco escrupuloso se permitió publicar en el Sunday Express del domingo y en la sección de críticas parlamentarias unas notas contra nuestro diputado Vyvyan Adams, aunque seguiremos trabajando en la creación de la Asociación Anglo Vasca de Amigos de Euzkadi, en la que el esfuerzo inicial estaba a cargo del referido diputado. Lo malo es que Adams contestó diciendo que las cenas no las pagaba él, y el periodista preguntó quién las pagaba y, si, lo que se decía en ellas no pasaba inmediatamente al presidente de los vascos”. Deduzco que Lizaso y los suyos hacían buena diplomacia gastronómica y además pagándola con los sablazos que daban a los vascos con posibles. Pero la guerra mundial rompió todo ésto, aunque nuestra gente no se desanimó y hubo mil acciones de este tipo. Parece un capítulo más de una serie de Netflix ya que teníamos un servicio diplomático, de lujo.

Otra serie la constituiría una historia de espías. La importante red Álava cayó cuando entraron los alemanes en Paris y los franquistas en el edificio de la Delegación Vasca en la Av. Marceau. Enviados los papeles a Madrid diecinueve vascos fueron condenados a muerte en julio de 1941. Solo se mantuvo la pena contra Luis de Alava, jelkide, católico, ingeniero agrónomo. Desde el Vaticano, hasta el gobierno de los Estados Unidos, Inglaterra, Alemania y Francia pidieron clemencia. Una de las acusaciones era que el grupo clandestino suministraba información de tipo militar que las aprovechaba el estado mayor francés, durante la preparación de la guerra. A través del ex embajador republicano en Paris, Quiñones de León, que conocía a Petain se llegó al Mariscal que ya había intervenido antes a través de su embajador Pietri y a instancias del amigo de los vascos, el escritor Francois Mauriac. Y como la acusación había sido ayudar a los franceses estos se movieron. Pero Franco lo fusiló. Es una historia dura y preciosa de una red, donde las mujeres vascas tuvieron el mayor peso.

Seguiremos hablando de gentes perdidos en la niebla de la historia.