El Athletic en bucle

Me ha costado escribir más de lo habitual pero aquí va mi comentario, tras el nuevo fiasco contra el Alavés en casa.

El portero Pacheco el mejor (Foto: Borja Guerrero y Juan Lazkano)

Empate a cero frente al colista. Ya sé que jugaron de titulares todos los suplentes, excepto Simón, pero… parece que el partido ya lo habíamos visto antes. Los suplentes tuvieron unos 30 ó 35 minutos iniciales lo suficientemente buenos como para dejar el partido sentenciado, pero nuestra falta de pegada nos volvió a penalizar. Luego el Alavés se quitó el agobio y sin hacer prácticamente nada marcó un gol, que por suerte y por el VAR, anularon.

El inicio del segundo tiempo fue similar y de nuevo nos volvieron a meter otro gol, que se volvió a anular, en este caso por mano. Los suplentes habían dejado buenas sensaciones en esos 30 minutos iniciales pero no tuvieron continuidad. Mal endémico en el equipo, sean titulares o suplentes. Morcillo quizá fue el que mejor aprovechó la oportunidad, pena de travesaño. Ibai, algunos centros buenos. Balenziaga cumpliendo de nuevo de central. Sancet, volvió a disparar solo frente al portero pero Pacheco se lució (no tiene suerte con los remates). Villalibre no recibió mucho. Lekue, en algunos momentos, estuvo muy impreciso. Y entre los que ya tienen más minutos esta temporada, Unai López, pasó muy desapercibido (le pido mucho más) y Vesga, destacable, hizo el pase perfecto a Oihan.

La falta de control del partido hizo que Marcelino recurrirse a los titulares enseguida, saliendo prácticamente los cinco, en dos ventanas, en un lapso de 6 minutos. Se mejoró y se tuvieron otras dos oportunidades claras pero ni Núñez ni Berenguer acertaron. Y otra vez, un empate insulso que nos deja fríos y preocupados para la final de Copa del próximo sábado. Me alegra saber que en Barcelona los mismos jugadores tampoco están muy confiados, por lo menos eso se deduce de las palabras de Jordi Alba en una conversación con Piqué. Bien.

Marcelino tiene una semana para insuflar ánimos a los nuestros y buscar el mejor sistema para intentar evitar todos los errores que estamos repitiendo en bucle, desde la vuelta de semifinales contra el Levante. Errores en los pases, en las entregas, errores en los acercamientos, en las terminaciones, errores de defensas, de medios, de delanteros, del portero,… Bastantes, demasiados. Los suficientes como para que estemos intranquilos. Hay que encontrar la versión de la Supercopa y olvidarse de lo demás. Son capaces, muy capaces de lograr competir, que dijo el sábado el entrenador, que es lo que se necesita para ganar la final. Que sabe que lo van a hacer. Sólo hace falta que los jugadores se lo crean y lo lleven a cabo. Los claros favoritos serán los culés, así que nuestros chicos no deberían tener esa presión que parece que les pudo la final anterior. Se puede. ¡Claro, que se puede! ¡A por el Barcelona! Y…

¡Aúpa Athletic!

Un Barça llorón y beneficiado…

El Barcelona no tiene vergüenza, ni los jugadores, ni el entrenador, ni la prensa deportiva que le sigue… da igual quién sea… Llevan ni sé el tiempo quejándose y llorando por los árbitros.

Árbitro chulo sí, valiente no (Foto: LFP)
Árbitro chulo sí, valiente no (Foto: LFP)
Y así, escandaloso en su contra sólo han tenido un gol, que no vieron que traspasó la línea y un fuera de juego mal pitado. Más que de sobra, según ellos, para llorar como plañideras. Y en medio nosotros… unos pringados que tienen que ir a jugar en el Camp Nou, justo el mismo día que tienen preparada para minuto 12 una pañolada de protesta por la enorme afrenta de quitarles dos puntos a ellos, a los intocables, a los que sólo pueden ser favorecidos… En esa situación, empieza el partido y estaba el Athletic jugando muy bien. Dominando por momentos el juego, no dejándoles sacar el balón por una presión muy alta que les impedía estar tan cómodos como normalmente. Los rojiblancos estaban teniendo incluso ocasiones clamorosas debido a sus errores en las entregas y a nuestras recuperaciones. Pena que sólo fueron ocasiones y no goles debido a la falta de pericia de nuestros delanteros. Cosa que no les ocurrió a ellos, que metieron un gol y otro más, dejando el marcador en un incomprensible 2 a 0 para el minuto 40. Antes a Piqué le sacan una tarjeta amarilla por una falta en el borde del área a Raúl García, que acaba dentro, siendo Gerard el último defensor.
Y en el último minuto de la primera mitad, también en el borde del área, el mismo jugador, cómete una falta clarísima sobre Laporte al que deja dolorido en el suelo. Tarjeta amarilla tan clara o más que la anterior… pero… González González, el árbitro de turno, que se hace el orejas como lo hubiese hecho cualquier otro trencilla… ¿por qué? Por cobarde, por ser imposible echar a Piqué o a cualquiera del Barça. Incluso perdiendo dos a cero. Por si acaso… no vaya a ser que se complique el partido.
Y siempre es así, y siempre será así. Tenemos que dejar de ser ingenuos.
El Barcelona es un equipazo. Juegan muchísimo. Tienen al mejor jugador del mundo y a otro montón que le andan cerca. No debería necesitar ayudas pero se las dan. Estoy harta de competir contra ellos siempre en inferioridad de condiciones y no me refiero a la calidad de los jugadores sino, lo que es peor, a los árbitros y a sus arbitrajes. Cuando las faltas de ellos sean consideradas como las nuestras, cuando sus fueras de juego se vean igual que los nuestros, cuando piten a nuestro favor los mismos penaltis que les pitan a ellos… dejaré de quejarme… De momento no puedo. Y sí… estoy siendo tan llorica como ellos… pero con una pequeña gran diferencia… Yo tengo razón. Algo se podía haber conseguido jugando el segundo tiempo completo el Barcelona con un jugador menos. Quizá, nunca lo sabremos. Otra vez será… ¡JA! ¡JA! ¡Qué más quisiera que eso ocurriera alguna vez!
Por supuesto, también me quejo de nuestros propios errores de cara a puerta y del de la portería… pero… Ya mejoraremos eso. Lo que no puedo o no podemos solucionar es lo otro. El competir en igualdad de condiciones arbitrales. Me encantaría, pero es una utopía.
¡Aúpa Athletic!