Cala del Getafe y Morientes del Fuenlabrada muy desafortunados

Este comentario entre otras cosas trata sobre los profesionales que meten la pata cuando les entrevistan o cuando escriben en twitter o en cualquier red social.

¡Madre mía que penalti, Cala! (Foto: La Liga)
¡Madre mía que penalti, Cala! (Foto: La Liga)
Voy a empezar por Cala, defensa central del Getafe que las tuvo tiesas con Aritz el sábado durante el partido. Y como vio que no pudo con él decidió soltar la tecla para criticarle posteriormente en Twitter. Tanto Aritz como Gurpe fueron la diana de sus dardos escritos. A lo que le respondo yo, que no tiene vergüenza porque visto el partido y las imágenes puede decir misa. Está claro que no tiene razón. Habla del teatro de Aritz, que si le puso la mano en el pecho y nuestro jugador pidió penalti inventándoselo. En fin, si no vistéis las imágenes os las recomiendo. Un auténtico escándalo de Penalti, que por supuesto el árbitro no pitó. Pero escandaloso por lo claro y por lo largo en el tiempo. Cala le hace una auténtica llave de yudo hasta que le tira al suelo. (Una imagen vale más que mil palabras. Arriba la tenéis) ¡Que a tiempo has estado de callarte, Cala! También se queja de Carlos Gurpegi. No sé muy bien por qué. Pero de nuevo os recomiendo que reviséis las imágenes y veais la torta que le da el defensa del Getafe a nuestro jugador en los últimos minutos de partido, cuando están discutiendo sobre una jugada polémica. Torta a Gurpe, y de paso y de rebote, a un compañero suyo que se puso en medio. Increíble. Esto es lo que nos faltaba, que los contrarios digan que nuestros jugadores finjen… para que los árbitros nos piten todavía menos cosas a favor de las que nos pitan, o más bien, no nos pitan. Da la sensación de que para que nos piten un penalti a favor o una tarjeta a los contrarios, éstos tienen que cometer un asesinato, porque no hay manera.
Paso a Morientes, exjugador del Real Madrid y actualmente entrenador del Fuenlabrada, que este fin de semana se ha enfrentado al Baracaldo, allí en Madrid. Pues bien, el simpático de Morientes dijo en la rueda de prensa previa al partido que a uno de sus jugadores que estaba saliendo de una lesión igual no lo ponía a jugar todavía porque en el partido que se lesionó fue precisamente contra el Baracaldo, y dice: «donde se lesionó o donde le lesionaron, que no es lo mismo». Vamos que insinúa o dice que es posible que la lesión fuese apropósito, porque los del Baracaldo sabían que era su mejor jugador, e hicieron entradas muy duras. Dejando al equipo fabril en muy mal lugar. Una pasada. Por si alguien lo quiere escuchar aquí va la rueda de prensa (entre el minuto y medio y el tercer minuto). Si a esto le unimos que Morientes le dijo a Movilla que no iba a entrenar nunca a un Primera… ya tenemos el lío montado. De ahí surgen las declaraciones tras el partido del entrenador del Baracaldo, que lo que hace es contestar a Morientes. Le dice que efectivamente sólo está de acuerdo con él en que en el partido de ida hubo entradas muy fuertes, excesivamente fuertes, pero que le recuerda que el árbitro a los madrileños les sacó 8 tarjetas amarillas y a ellos sólo 4. Este detalle lo desconocía. Morientes cuéntalo todo guapo, que sino nos quedamos a medias. Decir además que no va a llegar a Primera división es rastrero y nada deportivo, sobre todo viniendo de ti, Morientes, que por ser quien eres es probable que llegues a las más altas cimas, valgas o no valgas para dicho puesto. El nombre lo tienes, de jugador, pero ya sabemos cómo funciona esto. A Movilla, (entrenador buenísimo, que todos sabemos lo que ha conseguido con el Leioa, su anterior equipo), con disgusto tengo que decir que se le va un poco la mano cuando sigue dándole zapatilla , no sólo al entrenador, sino también a su equipo y a su juego… (rueda de prensa). Pero he escrito esto para que el que critique sólo a Movilla tenga las dos versiones y pueda al menos entender de dónde ha venido todo.
Una pena Cala y una pena Morientes, y lo peor de todo es que a quien hacen daño al final es a los nuestros, a Aritz, a Gurpe y a Movilla. ¡Ojalá no se repita nada parecido!