Las palomas mensajeras del Athletic

Las palomas mensajeras (Foto: Futbolretro.es)

Mis abuelos, Cecilio y Sole, mi madre, Sole, y sus hermanas, Mila y Simo vivían en Olaveaga, cerquita, cerquita de San Mamés, y me cuentan que cuando eran crías siempre iban a ver al Acero, el equipo de su barrio. Que ahí se inició su afición al fútbol. Desde pequeñas iban a verle jugar cuando jugaba en casa. Luego ya, siendo más mayores, no le veían solo en casa, sino que se trasladaban a donde se terciase: Bermeo, Zalla, Sodupe, Carranza, Sestao… Vamos que eran auténticas hinchas del equipo. Me cuenta Simo que las aficiones del Bermeo y del Zalla eran terroríficas, pero que ahí iban ellas, a animar contra viento y marea. En ese equipo jugaron varios años mi padre, Valen y su hermano Iñaki. También, dice, que durante años el equipo era muy bueno y estaba normalmente muy bien clasificado. De hecho, Rosi, hermana de Valen e Iñaki, me comenta que un año ganaron la final del Trofeo Hierro, jugando la final en San Mamés. Aquel partido lo jugó mi tío Iñaki. Y por supuesto, el partido mi familia paterna lo vio desde el balcón de Luis Briñas, que comentaba el otro día. Al año siguiente, el Athletic se llevó de una tacada a cuatro jugadores a la vez, entre ellos, recuerdan (sin saberlo seguro) a Orue, Gojenuri y Prieto.

Por cierto, unos Gojenuri vivían en Olaveaga y eran de sus amigos. De una familia de estos Gojenuri, era el caserío del mismo nombre, que estaba al lado de San Mamés y que pertenecía a José Gojenuri, que era el cuidador del campo. Mi ama me habla de Josetxu y Santos Gojenuri y de sus hermanas, que eran las encargadas de lavar los equipajes del Athletic, todos ellos hijos de José. Mi ama se acuerda de haber estado en esa casa porque ella era amiga de Charito Gojenuri. También recuerda ver allí todas las camisetas, y calcetines zurigorris y los pantalones. ¡Buena trabajera se pegarían con la cantidad de barro que había en aquella época!

Como curiosidad os repito, que yo estoy aquí gracias al Acero, ya que mis padres se conocieron, cuando mi ama iba a ver los partidos y mi padre, jugaba en el equipo. Para rizar el rizo, os diré que hoy en día, uno de mis sobrinos, Iker, juega en el Acero. Es decir, una vuelta a los orígenes, el nieto de Valen y Sole, ahí está defendiendo los colores de sus abuelos.

Vuelvo al Athletic. Mi madre y sus hermanas no iban a San Mamés porque el dinero no les llegaba, pero lo que sí les llegaba era el ruido del campo, los murmullos, los silbidos, pero, sobre todo recuerdan el estruendo que había cuando se metían los goles, que se oían perfectamente. Supongo que se oían más que ahora porque el campo era mucho más abierto.

Así como también se acuerdan de las palomas mensajeras que se enviaban cuando el equipo marcaba un gol. A veces dicen que las veían, porque las buscaban después de oír la celebración del gol. Esta historia la desconocía y me ha parecido bonita para contarla aquí.

Desde el siglo XIX se venía demandando en Bilbao la existencia de un hospital que se especializase en el cuidado de los enfermos de tuberculosis, que era una enfermedad que se estaba extendiendo mucho. En 1927 gracias al dinero dado por Luis Briñas nació un hospital que tenía su nombre, pero que a lo largo de los años se fue ampliando, con cada vez más camas, hasta que acabó tomando el nombre de Santa Marina. Entre los enfermos de Santa Marina había muchos aficionados al fútbol y al Athletic y para tenerlos debidamente informados de lo que ocurría en San Mamés, los días de partido, como las comunicaciones no son lo de ahora, todo inmediato, al segundo de ocurrir las cosas, al párroco del hospital se le ocurrió pedir ayuda a un amigo suyo aficionado a las palomas y muy athleticzale. Dicho y hecho. Ese amigo instruyó a sus palomas para que aprendiesen el camino de La Catedral al Hospital. Sobre 1946 empezó esta tradición, que duró más o menos 25 años. El Athletic metía un gol y se soltaba desde el campo una paloma blanca que dicen, iba y sobrevolaba el hospital, por lo que los enfermos ya sabían que el Athletic había marcado. Si la palomaque mandaban era oscura, malo, ya que era el rival el que había conseguido un gol. Parece que posteriormente se fue mejorando el sistema y en la pata de la paloma se ponía un mensaje con minuto, nombre del goleador y resultado hasta el momento. ¡Genial! El dueño de las palomas era Remigio López, llamado «el morito» por ser chiquitín y muy moreno, y el párroco, Alberto Álvarez. La información la he sacado de un comentario de Futbolretro.es, que os introduzco por si alguien está interesado. Como anécdota también decir que un día las palomas tuvieron mucho trabajo porque tuvieron que ir doce hasta el hospital, ya que se le metieron esos goles al Celta en un partido de Copa, siendo 8 de ellos, de Piru Gainza. Esto último se comenta en Conoce Bilbao con Esme, un blog muy chulo que he encontrado en la red y os recomiendo.

Edito el texto para añadir un dato que desconocía y me ha dado Ismael Arnaiz (gracias), cuando ha entrado a comentar en esta entrada. Se ve que los enfermos de Santa Marina eran aficionados también del Barakaldo, porque las mismas palomas al fin de semana siguiente, cuando el Athletic jugaba fuera de casa, y el Baracaldo lo hacía en su campo, en Lasesarre, salían para anunciar los goles del conjunto fabril. Es decir, se alternaban, un domingo en San Mamés y otro en Lasesarre.

Para acabar, volver a decir, que el Athletic no es sólo un equipo de fútbol, si os dais cuenta hay más cosas. Los jugadores son los de tu barrio, por ejemplo, Olaveaga, ya que su equipo, el Acero, le pasa jugadores, que son de la familia. Esa familia tiene amigos que están encantados de que los chavales jueguen en el Athletic. Los que están en el campo son de los tuyos, familiares, amigos, conocidos,… Así mismo, de vez en cuando, se dan detalles como esta anécdota de las palomas, que algunos aficionados se preocupen de que los enfermos de un hospital de la ciudad estén informados de lo que ocurre en San Mamés,… detalle que hace que ame un poco más a este nuestro equipo.

¡Aúpa Athletic!

¿Por qué soy del Athletic?

Más que un sentimiento (Foto: Athletic Club)

Llevamos más de 15 días de confinamiento, por tanto, 15 días sin fútbol, y en mi caso, más bien, 15 días sin ver al Athletic. En este tiempo no he escrito nada, pero como esto igual se alarga, he pensado que voy a explicar (si es que eso se puede) por qué soy del Athletic. Pero para contaros eso necesito tiempo y espacio. Es decir, no lo puedo explicar o contar en un solo comentario. Necesito varios, no sé cuántos. Desconozco si va a ser interesante para vosotros, pero con que a varios os guste u os haga pensar en por qué lo sois vosotros… ya me vale y habré conseguido el objetivo que quería. Retrotraeros también en el tiempo, y si alguien quiere compartir sus vivencias con todos, aquí tiene su espacio dentro de los comentarios posteriores. Allá voy yo con lo mío.

En este mismo blog, Athletic-Bihitzez, ya he puesto otras veces que si tengo que decir una palabra que defina lo que para mí puede ser el Athletic, esa palabra es familia. Por varios motivos, pero quizá el principal, o por lo menos, el primero en el tiempo, es que el sentimiento Athletic es algo que se pasa de generación en generación y normalmente de padres a hijos, como fue en mi caso. Mi abuelo se lo pasó a mi padre y mis padres me lo pasaron a mí. ¿Cuándo? Pues os diría que antes de nacer. Pero para explicar esto os voy a comentar una anécdota, increíble, que le pasó a mi madre hace un mes. Os pongo en antecedentes. Mi ama tiene 90 años. El domingo 1 de marzo salió de casa por la mañana, y nada más salir vio en la calle a tres matrimonios que iban con críos pequeños, todos vestidos con distintivos, bufandas , camisetas del Athletic. No les conocía, pero les preguntó si jugaba el Athletic esa mañana. Ellos le dijeron que sí, que jugaba a las dos contra el Villarreal. Mi ama, con ganas de hablar, les dijo que su hija también iría al campo porque era una gran forofa y que como ellos (en ese momento se dirigió a los niños) iba a San Mamés desde chiquitina. Mi ama se iba ya, pero cuando se estaba alejando, se le ocurrió darse la vuelta y les dijo… (ahora dirigiéndose a los mayores), que se fijasen si era forofa su hija que sus padrinos de bautizo habían sido Eneko Arieta y su mujer. Entonces, una de las mujeres de las tres parejas, le preguntó a mi ama que a ver qué apellido había dicho, que a ver si había dicho Arrieta, Arteta… Y mi ama, que no, que Arieta, pero Eneko, Eneko Arieta y su mujer Begoña. Y de repente, la mujer, supongo que asustada o sorprendida, le dijo… ¡¡¡Pero si eran mis abuelos!!!

¿Casualidad? Pues más que eso. ¡Impresionante!… Mi ama luego me dijo que casi se quedó sin palabras, que no sabía ni qué decirles, y ellos también que no hacían otra cosa más que repetir entre ellos: «¡Qué casualidad!, ¡que casualidad!». La mujer que habló, resultó ser hija de Begoña, la hija mayor de Eneko y de Begoña, todo según mi ama. Mi ama, por último les dijo, que yo me llamaba Itziar, pero que en el Registro Civil constaba como Begoña Icíar, y que el Begoña me lo pusieron por mi madrina, es decir, por su abuela. Vamos, que la anécdota demuestra eso de que el mundo es un pañuelo, y Bilbao un Kleenex. Mi ama no les dijo más, porque se quedó, como dice ella, flaseada… No me extraña. Yo no salgo de mi asombro y por más que le pregunto a ama que cómo se le ocurrió decir quiénes eran mis padrinos. Me dice que ni idea, que es algo que no recordaba haber dicho nunca, pero… que en ese momento se le ocurrió.

Increíble, ¿verdad?

Os he comentado esta anécdota, para unirlo a que creo que soy del Athletic, ya antes de nacer, como mis padres tenían una gran amistad con Eneko y Begoña, ya eligieron que ellos serían mis padrinos. Es decir, Eneko, uno de los grandes del Athletic, mi padrino, para un Athleticzale,… ¡ahí es nada! 15 temporadas en el club, 302 partidos y 170 goles... (Datos en la web del club) Teniendo semejante padrino, como para ser de otro equipo. Para los jóvenes que no saben quién es, decirles que seguro que tienen en mente una fotografía del equipo en la que aparece él. La famosa foto de Piru Gaínza llevando la Copa del Rey del 58, Piru va sobre los hombros de Eneko, que en esa final metió el primer gol, para ganar al Real Madrid en su campo. Lo dicho, ¡ahí es nada!

Eneko llevando a Piru (Foto: El País)

De todas formas he de decir, que aunque mis padrinos hubiesen sido otros… también hubiese dado igual porque mis padres no me hubiesen permitido otra opción… Jejeje… Como mis abuelos a mis padres tampoco… Eso es algo que va de generación en generación, en la sangre. Por lo menos,… en los «locos» del Athletic como yo.

¡Aúpa Athletic!

P.d.: ¿Y en vuestro caso?

La Copa de todos

Hace seis años escribí una contraportada en el Mundo Deportivo con este mismo título. Por supuesto fue la semana anterior a jugar la Final de Copa del 2009, en la época de Caparrós. Mucha gente me dijo que les había gustado el comentario. Estoy segura que era similar a muchas de mis otras opiniones, que lo que llamó la atención fue el tema o más que el tema, los sentimientos que este tema provoca. No sé vosotros pero yo mentiría si dijese que no estoy nerviosa. Y no porque piense que vamos a ganar. De hecho si alguien pretende leer en estas líneas un comentario optimista, positivo, en el que vaya a asegurar que vamos a traernos la Copa, que deje de leer ya porque no lo voy a hacer. Ya me gustaría que así fuese pero… el Barcelona me parece diría que casi casi inalcanzable, de ciencia ficción. Así que voy a hablar de otras cosas. Seguramente de sentimientos.
Las redes nos están invadiendo con vídeos motivadores, yo los veo y rara es la vez que no se me caen las lágrimas. La gente tiene mucha imaginación y a cada cual es más bonito. Aquí podría poner 20 ó 30 ejemplos pero sólo voy a elegir el siguiente. Los protagonistas son los residentes de la residencia Rodríguez Andoin V de Portugalete. Para mí verlo es ver a mis abuelos o a mis padres animando al Athletic. Nuestros mayores son, en la mayoría de los casos, los que nos han ido inculcando el amor a los colores, así que me parecen unas imágenes perfectas para ver de dónde parte el sentimiento y lo qué supone.
Por otro lado conozco otro vídeo que hace años corrió como la pólvora por las rees sociales, whatshapp. etc… en el que se ve a una cría muy muy pequeña dando unos besos enormes y con muchísimo sentimiento a un escudo del Athletic de un pantalón. Supongo que se reprodujo tanto porque era una pocholada de cría y por lo que representaba. Escuché que los padres pedían que por favor no se difundiera más, por lo que no lo voy a colgar, pero reconozco que lo veo de vez en cuando. Esa niña en su inocencia representa un poco la inconsciencia del sentimiento Athletic. Igual somos todos un poco niños en ese amor ciego a algo que no podemos ni describir. Es así, sin más. Y es así en muchos casos desde la cuna. En otros casos no. Por ejemplo… el camarero al que compro de vez en cuando algún kebaph, ayer me dijo (como pudo porque no habla bien español) que quería que ganara el Athletic y me señaló un banderón enorme que había colgado dentro del local. Me aclaró que la bandera era suya, que no era de su jefe. Que la había comprado él con su dinero, ¡20 euros!, me dijo (por la forma de decirlo, sé que era muchísimo para él), pero ahí estaba él más contento que unas castañuelas, con su bandera y suspirando por un triunfo de su equipo… ¿Desde cuándo es del Athletic? Ni idea, pero… ¡Qué más da! Y así hay doscientos mil casos, por arre o por so, cada uno quiere al Athletic a su manera. Ese sentimiento nos une, y en muchos casos ese sentimiento nos lleva hasta Barcelona (vaya tomadura de pelo que tengamos que ir allí, pero ese es otro tema). En mi caso a Barcelona con mi familia. Con mis hijos para los que va a ser su primera final, con más o menos los mismos años (13 y 12 años), con los que viví yo la mía (la del Betis). Aquel año también perdimos, fue una pena, pero eso fue lo único malo… los recuerdos que tengo de aquellos días son excepcionales. Mi familia, Madrid rojiblanco, los béticos, el buen ambiente entre las aficiones, y todo, todo el mundo contento, con ganas de fiesta y pasándoselo bien. Esto mismo es lo que pido a la final de este año (salvo el resultado, jeje): que el ambiente sea una fiesta en Bilbao, en Cádiz, en Barcelona, en Donostia, en Jaén… una fiesta en cualquier sitio en el que haya un aficionado del Athletic, que no haya ni medio problema, que lo pasemos bien, que mis hijos vuelvan de allí siendo más del Athletic de lo que ya son (difícil pero…). Y saber, que esto sí que lo sé, que por mucho que nos ninguneen, no nos tomen en cuenta, seamos una rara avis para todos los que vean la final,… y hagan lo que hagan en ella nuestros leones, repito saber positivamente que seguiremos siendo fieles a estos colores, a este sentimiento. Igual que lo es Mikel Rico al que ayer le oí decir en una entrevista que él vivió la final mencionada de Mestalla, en las gradas, allí mismo, campo al que fue con un amigo, y del que tuvo que salir al acabar el partido, casi corriendo y de madrugada, hacia creo que dijo El Ejido (no estoy segura), porque allí tenía entrenamiento al día siguiente. Él sabe lo que es sentir eso, y sabe cómo lo vivimos todos los demás, porque él lo vive igual. Así que él, como todos sus compañeros se van a dejar la piel en el campo, porque todos tienen a sus familiares detrás, a sus vecinos, a sus amigos, a los que han nacido en el mismo lugar que ellos, a sus compañeros que no pueden estar en el campo, por lesión o porque otros lo han hecho mejor según el entrenador y no han encontrado sitio, a todos detrás… para animarlos a tope para que intenten traerse la Copa.

¡Ojala fuese para nosotros!
¡Ojala fuese para nosotros!
Una Copa que es de todos los que he dicho aquí arriba y de los que no he dicho. De los que no están, de mi padre, que como dice una amiga, con lo salsero que era, seguro que, con la ayuda de San Mamés, ha liado a San Pedro y a San Juan, para que le dejen organizar un campeonato de viejas glorias. Campeonato que habrá interrumpido, porque con permiso de Dios, se va a llevar a todo el cielo a ver la Final (primera fila de palco para su padre Valentín , mi abuelo, para Telmo, para Lezama, para Angel, para Txomín, para Piru, para Arieta,…). Y desde allí, seguro que ha convencido hasta el mismísimo Kubala, para que anime al Athletic, ¡pues bueno es él!
Conclusión: Muchos ánimos van a ser. Bueno, muchos no, muchísimos tampoco, muchisísimos (que dicen algunos niños).
Y ya continuando con el sueño, sólo pensar lo que podría ser si se ganase, lo que supondría, hace que…. Buf… ¡Impensable!
Os deseo… ¡Feliz Final!
Y…
¡Aúpa Athletic!

ANDONI IRAOLA, Agur a todo un señor

Siempre que llega la hora de la despedida es difícil, y más cuando el que se va es todo un deportista y un gran señor. Y Andoni Iraola lo es. Por supuesto, el anuncio de la despedida lo realizó en Lezama, su casa desde hace 16 años. Ahí es nada. Toda una vida.

Grande, ANDONI IRAOLA
Grande, ANDONI IRAOLA
El otro día se le dio un premio a Matthew Le Tissier, One Club Man, por su fidelidad a unos colores en este caso el Southampton. Desde luego se lo merecía, porque fue un hombre de Club, pero puestos… quizá no hubiese estado mal comenzar la andadura de un premio así, dándoselo a alguien de la casa. Podía haber sido a Andoni. ¿Por qué no? Como ya está hecho y no hay vuelta atrás, que quede claro que el premio también se lo merece él.
Dieciséis años y doce de ellos en el primer equipo. Años en los que ha demostrado una regularidad encomiable y una calidad puesta fuera de toda duda. Otros jugadores pueden provocar discusiones o disputas sobre si debe ser titular o no. En el caso de Andoni, eso pocas veces ha pasado. 507 partidos hasta ahora. 507. ¡Qué barbaridad! El cuarto jugador con más partidos En la historia del Athletic. Y sin despeinarse y sin una palabra más alta que la otra. Hablan de jugador inteligente. Yo añado educado. Ayer leí a un comentarista que decía que le hubiese gustado que fuese más echado para adelante. Más luchador. Más… Pues a mí no. Sino, no hubiese sido Andoni.
Se le preguntó por el mejor partido de los que ha jugado. El comenta que la eliminatoria contra el Manchester United. Supongo que por el escenario, sea La Catedral o el Teatro de los sueños, y por el ganar a un grande de Europa. Para mí también se han quedado como dos partidos referentes. Y sobre el gol, de los 37 que ha metido, no ha dicho nada pero hay que reconocer que el último que ha conseguido meter hasta ahora (todavía tiene tiempo…) fue de una calidad extraordinaria y de esos goles que pocos jugadores pueden firmar, sobre todo siendo laterales.
El momento de la despedida, un acierto porque ya se le nota que se le hacen largos los partidos. Yo ya le he dado desde estas líneas algún palito, pero es que somos así. Se pide el máximo. Y como él dice llevar la camiseta del Athletic es una enorme responsabilidad y hay que estar a tope. Buen momento para dejar paso al siguiente, aunque… se le va a echar de menos muchísimo, de eso no me cabe ninguna duda. Y ahora, haga lo que haga, desearle suerte y recordarle que él siempre será una parte importantísima de la historia de este club. Y ya puestos, hacerle, antes de que se vaya, una petición… jejeje… no hace falta ni que os la diga, ¿verdad? Pues claro. Que levante la Copa el 30 de mayo y que nos la traiga para casa. Vaya colofón sería para su carrera. Mejor broche de oro no podría existir y así, igual que ha entrado en la historia zurigorri la foto de Piru Gainza con la Copa, subido a hombros de Eneko Arieta, quedaría la de Andoni Iraola levantando la Copa en el Camp Nou. ¡Que pasada sería!
¡Aupa Andoni y Aupa Athletic!

Agur a otro hincha del Athletic

Seguramente éste es el comentario más difícil que he escrito porque es sobre mi padre, Valentin Iriarte Gómez, fallecido la semana pasada. Alguna vez he confesado que la culpa de mi locura por el Athletic es suya y que le estoy muy agradecida, porque ¡bendita locura! Mi padre siempre ha estado relacionado con el deporte. Desde crió jugaba al futbol y lo hizo en varios equipos (muchas veces acompañado de su hermano Iñaki): el Lagun Beti, el Acero, el Juventus, el Indautxu, el Moraza, el Trueba de Espinosa de los Monteros,… seguro que me dejo algunos. Pudo haber jugado en el Athletic pero su padre no le dejó porque eran tiempos duros y tenía que trabajar para ayudar a la familia. Lo que son las cosas… ahora si jugases en el Athletic ayudarías a tu familia y a las siguientes generaciones. Antes… no te daba ni para que viviera tu propia familia. Lo que sí que jugó fue en el Athletic veteranos durante seis o siete años porque había jugado con los jugadores rojiblancos en otros equipos.

Valen agachado, agarrando del hombro a Jose Luis Arteche (Foto: Cecilio hijo)
Valen agachado, agarrando del hombro a Jose Luis Arteche (Foto: Cecilio hijo)
Así que yo me crié viendo partidos y fotos suyas con Zarra, Iriondo, Eneko Arieta, Orue, Artetxe, Maguregui, Panizo, Piru Gainza, Garai, Etura, Koldo Aguirre, Gorostiza, Rentería, … y muchos otros que se me olvidan. Con los que jugaba y de los que era amigo. Y si algo era mi padre era amigo de sus amigos. De hecho mis padrinos eran Eneko Arieta, Arieta I, y su mujer Begoña, muy amigos de mis padres en aquella época. Así, era francamente difícil que no me gustase el fútbol o que no fuese del Athletic. Mi padre hizo que yo creciese entre Garellano, Mallona, Olaveaga, San Mamés, Artxanda,… ¡La de fútbol que podíamos ver! Además no sólo fue jugador, era de los que se implicaba y acababa en directivas. Llegó a ser presidente del Moraza, varios años, donde se dio la curiosidad de que era jugador y presidente a la vez.
En el banquillo de San Mamés durante una final de la Copa Vizcaya, siendo presidente del Moraza (el de la izquierda)
En el banquillo de San Mamés durante una final de la Copa Vizcaya, siendo presidente del Moraza (el de la izquierda)
Así mismo, era presidente de honor del Indautxu, nombramiento que le hicieron después de ser presidente del club durante la época dorada de este equipo, cuando estaba en Segunda División. Y como historia que siempre le gustaba contarnos estaba, que la iluminación que aún hoy en día se conserva en la estación de Garellano, la consiguió él, no sin esfuerzo, cuando era presidente. Dicha iluminación para la época era una de las mejores del país, dentro de los campos de fútbol. Pues bueno era él, de Bilbao centro centro, consiguiendo lo mejor de lo mejor para su Indautxu. Así que siempre que paso por ahí y veo las torretas de focos me acuerdo de él.
Su curriculum deportivo se completa con su presencia en las directivas del Casco Viejo de Bilbao de Hockey sobre hielo, y su presidencia en el Vizcaya Hockey Club (cambia el nombre pero era el mismo equipo), con el que se consiguieron muchos títulos de Liga y de Copa.
De presidente con el equipo en la pista de hielo de Nogaro
De presidente con el equipo en la pista de hielo de Nogaro
Por cierto, una de estos títulos de Copa el equipo lo logró en Barcelona, precisamente “robándosela” al anfitrión, el Barça, que era uno de los mejores y por supuesto, el favorito para hacerse con el título, por jugar en su casa. A ver si es premonitorio, y este año logramos lo mismo en el Camp Nou.
Mi padre, más de Bilbao que las baldosas, nos pidió que echásemos sus cenizas en el Pagasarri. ¡Cómo no! Así que para acabar con una nota de humor, como a él le gustaba, ya que siempre estaba contando chistes, os diré que si alguna vez vais al Pagasarri y oís: “¡Cuidado, que me estás pisando!”, pensad que seguramente será Valentín Iriarte que estará ahí arriba, descansando, con sus amigos, y contándoles chistes, mientras ven a su Indautxu, a su Begoña, a su Acero, y por supuesto a su Athletic, jugar y convertirse de nuevo este año, en campeón de Copa. ¡Qué así sea!
Goian bego!