Hernando solo cayó en la trampa

Rafael Hernando es tan torpe que cayó en la trampa que todos los demás portavoces habían salvado. Me refiero, por supuesto, a que dos personas que mantienen una relación sentimental plantearan la moción de censura para sumar el de “machista” a su defensa. Lo intentaron sin fundamente desde el Twitter del círculo feminista de Podemos en el momento en el que Rajoy comenzó su réplica a Montero. Pero instrumentalizar las desigualdades de género no ayuda a luchar contra ellas, precisamente.

Las matemáticas de Podemos

Lo vi una vez. Después, otra. Y otra más. Al final, en un montón de tuits entre los que destacan los de Echenique o Espinar: Podemos sumaba a los “sí” a su moción todas las abstenciones para asegurar que habían ganado, JPG incluido. Entonces, ¿qué hace Rajoy de presidente hoy? ¿Por qué no activaron esa mayoría cuando pudieron? Allá a quien le valgan estas trampas al solitario, pero cada vez me preocupa más cómo nos toman por tontos algunos políticos, líderes en Twitter.

¡Oh, Tebas!

El martes me sorprendieron unas declaraciones de Javier Tebas asegurando que, para él, los futbolistas eran inocentes de fraude fiscal y que no cree que haya que hacer inspecciones a los jugadores. Ayer cobró sentido la tontería: el presidente de la LFP está siendo investigado por defraudar hasta cinco millones de euros, presuntamente, según El Confidencial. ¿A que ahora les encajan las piezas? El problema del fútbol moderno es que cualquiera gana demasiado dinero demasiado fácilmente.

“Han trincao a Andritxol”

Les pongo en contexto por si acaso no son de “los muy cafeteros” de Twitter: hace años, cuando la herramienta no era tan popular y nos conocíamos casi todos los usuarios activos en España y Euskadi (sí, esto fue posible), Andritxol no pasaba de ser un zumbado que tuiteaba ideas homófobas y racistas desde Baleares, una especie de tonto del pueblo en el bar de Twitter. Hacía años que no sabíamos nada de él… Hasta ayer, cuando nos enteramos de que le han detenido por aquellos tuits.

Buen camino, Gorka

Después de casi diez años escribiendo esta columna yo creo que ya lo saben todo de mí. ¿Les he contado alguna vez que jugué de portero en un equipito de fútbol del colegio? Pues sí y era muy malo, pero me ayuda a explicarles mi predilección por los futbolistas que ocupan ese puesto. Y uno de los mejores que he visto en los últimos tiempos es Gorka Iraizoz, otro que se va de Bilbao sin que le reconozcamos justamente y a tiempo sus méritos, y al que deseo lo mejor en Girona. Salvo cuando juegue contra el Athletic.