Poniendo orden en la chirigota

Voy a intentar tomarme unas vacaciones del tema, en plan turista, cansado ya de que nos traten cada día como si fuéramos tontos. Me despido del asunto por unos días con otro tuit de Otegi en el que, lejos de intentar reconducir la actitud de Ernai, quiere que nos resulte divertido el acoso y la coacción de sus juventudes, a cara tapada, a los usuarios de un tren turístico en Donostia. El problema lo tiene quien es incapaz de ver la gravedad del ataque, pero lo sufrimos todos.

Garzón, el motivador

Gaspar Llamazares me caía bien, y la aversión que le tiene la IU que se ha echado en manos de Podemos hacía que aumentara mi simpatía hacia él. Ahora empiezo a dar la razón a quienes nos advertían sobre el nuevo compañero de Baltasar Garzón, el juez estrella que cerraba periódicos mientras hablaba con la IA, el que vino a socorrer a López para asegurar las ilegalizaciones que le hicieron lehendakari, el que ahora se atribuye capacidad de movilización.

Y así, todo

No podemos dejar pasar este pantallazo: Unidos Podemos en el Congreso de los Diputados ha mandado una queja formal al ministro de Energía porque en la comisión de expertos sobre escenarios de transición energética no hay ninguna mujer. ¿Y Podemos a quién mando? Efectivamente, a un hombre (también lo hizo, por cierto, CC.OO.), y vez de cambiar su propuesta prefieren sacarse ahora la foto de la igualdad reclamando más presencia femenina.

El que pierde es el Athletic

El relato de Galder Segurola en su blog (uno de los primeros en Euskadi) es para tenerlo muy en cuenta. Narra la mala experiencia que vivió con una entrada VIP en el partido entre el Athletic y el Dínamo de Bucarest: el precio rebajado del pase no mantenía las condiciones normales de catering, con lo que la supuesta oferta era un cambio de condiciones en toda regla, lo que indignó a Segurola y al resto de clientes, varios visitantes, que se llevaron una mala imagen del club.

El Athletic responde pero no repara

Galder Segurola también ha publicado la respuesta que le ha dado el Club: en una carta sin firmar básicamente le dicen que el problema es suyo por creer que las condiciones se mantenían y que, no obstante, aprenderán de la queja (que Segurola ha dirigido igualmente a Consumo). ¿Y la reparación a los clientes? El afectado es además socio y podía haber entrado al campo sin pagar otros 70 euros. Últimamente parece que el Athletic está perdiendo el respeto a sus verdaderos propietarios.