Sí, esto va así

Cuando parte de los trabajadores tuvieron que volver a las fábricas algunos se apresuraron a pronosticar el fin del mundo. Oímos argumentos de lo más peregrinos que solo calaban en quien quería ser mojado, pero el miedo fue generalizado. Poco a poco, la situación se ha normalizado y los políticos (empezando por los sindicatos) han tenido que buscar otros elementos de presión al gobierno. El empleo se salvó. Y sí, las grandes empresas generan más empleo. Ahora, como bien dicen en Pymes y Autónomos, hay que salvar a las empresas de todos los tamaños para superar la crisis económica derivada.

Regreso al pasado

La crisis sanitaria no está superada pero tenemos que enfrentarnos ya a la económica. Las primeras consecuencias serán las más evidentes: claros retrocesos que comprobaremos en lo grande e importante y en lo pequeño y accesorio. En Magnet adelantan un previsible encarecimiento de los billetes de avión. Volar será, como hace años, para quien pueda permitírselo. La parte buena, añado yo, es que dejaremos de coger el avión para mantener reuniones, una costumbre de lo más innecesaria en pleno siglo XXI. Ha tenido que venir un confinamiento para que generalicemos las videoconferencias.

¿Y el teletrabajo?

Algunas consecuencias pueden ser positivas pese al sufrimiento que está dejando el coronavirus: el teletrabajo puede dejar de ser algo excepcional. Eso, sí, habrá que regularlo. Hemos avanzado en lo tecnológico, con escritorios virtuales, videollamadas, colaboraciones en red… Solo falta que avancemos en la sensibilidad hacia la posibilidad para conciliar incluso con las ikastolas en funcionamiento. Alemania ha anunciado ya una normativa para cuando pase el confinamiento porque el 25% de las y los alemanes han podido seguir trabajando desde casa. Es un dato relevante que merece atención. Y se la están dando.

Pero con cuidado

Antes del confinamiento ya había teletrabajado. Conocía sus beneficios y sus riesgos. Pero la intensidad de las últimas semanas lo ha transformado todo. El teletrabajo funciona… Porque todos los teletrabajadores que conozco se pasan el día delante del ordenador. El asunto, con niños o mayores en casa, se complica. Es evidente, como sugieren en El Confidencial, que nos hemos pasado. Algunos jefes o clientes y también algunos compañeros que van acumulando tareas no han respetado un derecho básico: el derecho al descanso. Que estemos en casa significa que tendremos que adaptar nuestro descanso, no prescindir de él.

El extraño caso de Smith… O no tanto

El de Ted Smith puede ser un nombre importante en la historia del fútbol: el portero del Southend (en la tercera liga inglesa), de 24 años, y pretendido por Mourinho para su Tottenham, ha anunciado que se retira. No hay lesión física de gravedad: renuncia a seguir viviendo bajo la presión del fútbol. La suya no es la historia de una estrella, pero sí la de una persona que dice “basta”. Y esto, en sí mismo, ya es reseñable. Si tenemos en cuenta el contexto futbolístico, es especialmente reseñable: no todos los futbolistas son de primera y ganan millonadas, pero sí todos tienen que resistir cada domingo.

Los proveedores de China

China exportó el coronavirus al mundo y, a continuación, todos los gobiernos empezaron a buscar proveedores chinos de material sanitario porque este país, pese a su dictadura, o precisamente por ella, es el gran productor de cualquier cosa que se necesite en grandes cantidades o, mejor dicho, de cualquier cosa. Pero el gran volumen de negocio les está llevando a subcontratar: Myanmar (que también es consumidor), Vietnam, Indonesia e incluso México son países en los que se han instalado plantas chinas que manufacturan parte de la producción, según Magnet. Este mundo va a la velocidad del rayo.

Y la competencia mundial

China es una dictadura, aunque en nombre del comercio mundial haya sido blanqueada hasta en sus momentos más delicados, como este. Y los proveedores chinos son los propios de una dictadura, no de una democracia. Es triste pero explica lo que le sucedió a Díaz Ayuso, según su propia versión: el material sanitario para la Comunidad de Madrid que anunció pero no llegó al principio de la crisis sanitaria, simplemente, se lo quedó otro gobierno que pago más por él. Por esto, precisamente, hablamos de crisis sanitaria. Y ya que hablamos: ¿a qué estamos abocando a los países en vía de desarrollo?

Que no se escape este tema

Durante el confinamiento no se nos pueden pasar noticias que invitan a la reflexión como esta de Vozpópuli: “Hallan 50 inmuebles de Villarejo, incluidos palacetes en Uruguay y casas en el Caribe”. El valor de esas viviendas ascendería a más de 16 millones de euros, pero sigue siendo una parte de lo que podría haber capitalizado este ex agente de la policía nacional. Él mismo se jactaba en una grabación, ante Corinna zu Sayn-Wittgenstein, de que los investigadores no habían encontrado ni el 10% de su patrimonio. Entonces hablábamos de 12 sociedades. Hoy sabemos que solo entre Estepona y Benalmádena es propietario de 14 viviendas.

Si el fútbol alemán está así…

Estos días hemos leído sobre cómo en Alemania alertan de posibles repuntes de la pandemia con la relajación de un confinamiento ya de por sí relajado. Si ellos están así… Nosotros nos veremos igual o peor. Y las derivadas sanitarias del coronavirus no son las únicas comparables: si, como avisa Hans-Joachim Watzke, director ejecutivo del Borussia Dortmund, la Bundesliga está en peligro de hundimiento, ¿cómo estarán los equipos de la liga española? En este caso, además, los equilibrios financieros alemanes no son iguales que los riesgos que asumen los clubes más cercanos. Y del fútbol vive mucha gente, no solo los jugadores.

Eskerrik asko, Ainhoa

El de Ainhoa Tirapu es uno de los primeros nombres del fútbol femenino con el que me familiaricé. Era fácil para mí porque jugaba en mi puesto, el de portero, y en mi equipo, el Athletic. Esta semana, Tirapu ha anunciado que se retira después de 17 años en la élite (15 en el club de Ibaigane). Según la Adurizpdia, forma parte de los 5 porteros que han logrado defender 15 años el mismo marco junto a Iribar, Casillas, Busto (Sevilla) y la portera Alicia, del Rayo Vallecano (que esta temporada no ha debutado). Mila esker por todo lo que has hecho por el fútbol dentro y fuera del campo, Ainhoa.

Nadie está haciendo test masivos

Quien pide a estas alturas que se haga test masivos en Euskadi para detectar el coronavirus como en otros países sabe que está pidiendo un imposible o necesita cambiar de fuentes de información: ningún país los está haciendo. Tampoco Islandia, Alemania o Corea del Sur. Los científicos y divulgadores llevan semanas insistiendo en que es imposible acometerlos porque no hay recursos (“no es dar a un botón”, recordaba Nekane Murga en rueda de prensa) y porque tampoco ofrecerían una información tan valiosa. Sufrimos dos pandemias: la vírica y la desinformativa, y tenemos que acabar con las dos.

Y a todos se la están colando

Otra crítica recurrente a los gobiernos es sobre la adquisición de material sanitario que, en su mayoría, viene desde China. Los expertos en pandemias y confinamientos ahora mutan, como un virus, a expertos en exportaciones. Como si comprar un par de fruslerías en Aliexpress diese el título de importador. La verdad es que encontrar proveedores de confianza en un momento como este tiene que estar siendo complicadísimo, y que a todos los gobiernos se la están colando: el material es escaso y no cumple los estándares de calidad a Euskadi, a España, a Madrid… A Alemania y a Canadá. Por supuesto.

Y el material sigue siendo escaso

Hago una mención más a Alemania porque algunos médicos de este país han decidido posar desnudos para denunciar la escasez de equipos para hacer frente al coronavirus, según Business Insider. Sí, esto está sucediendo también en Alemania. La verdad incómoda es que todos los países con cierta liquidez compiten por el material sanitario porque escasea. Por eso estamos ante una crisis sanitaria mundial. ¿Y qué hacen los gobiernos con menos recursos? ¿A qué precio se van a encontrar los países en vías de desarrollo las mascarillas, los EPI, los desinfectantes? Eso también está sucediendo.

Hasta en Japón se equivocan

Hasta el gobierno de Japón está cometiendo errores y enfrentándose al escarnio: las mascarillas que se comprometió a enviar a los hogares han recibido multitud de críticas públicas por su calidad, por el estado en el que llegan a los hogares, por el sistema (dos por hogar, a modo generalizado) y por la idoneidad de la medida (pese a que ha habido momentos de escasez, la japonesa es una sociedad previsora que pudo hacer acopio). Este es el contexto mundial, el mismo que pone en ridículo, sobre todo, a los que aseguran aquí, muy cerca, que lo vieron venir y que ellos sí saben qué hay que hacer.

El caso sueco

En Xataka han escrito un extenso e interesante post sobre cómo va el experimento sueco de permitir que el coronavirus campe a sus anchas por el país para que la ciudadanía se inmunice, pase lo que pase. Pues bien, son el octavo país del mundo en fallecidos por porcentaje de población y multiplica por diez los decesos en Noruega, donde sí se ha aplicado un confinamiento. El gobierno sueco decidió no arriesgar su economía y es muy restrictivo haciendo test, “un bien escaso”. La falta de inversión es la mayor crítica de los medios, pero la popularidad de su presidente parece que aumenta.

Cuando Urkullu mira a cámara

El contenido político del vídeo ya lo conocen. Yo me quedo con el gesto Iñigo Urkullu, que se ha puesto delante de la cámara en Lehendakaritza y, mirando al objetivo, ha pedido a Sánchez que colabore, que no se imponga, que deje de llamar “coordinación” a un ordeno y mando que solo se explica porque Sánchez pretende acotar su miedo acotando a otros. Y eso solo lleva al desastre. La capacidad del lehendakari para dirigirse a Sánchez y a la ciudadanía está suponiendo para muchos una sorpresa. Quien lo conoce sabe que la humildad que muestra exponiéndose es genuina y que no es una pose: dice lo que piensa.

Cuando la pandemia vuelva

Yo no estoy haciendo planes para la desescalada, yo estoy haciendo planes para el próximo confinamiento. Primero, porque cuando el gobierno español logre ponerse de acuerdo consigo mismo y con los demás ya se habrá desdicho un par de veces. Después, porque estoy seguro de que el propio desconfinamiento y la estacionalidad nos devolverán a casa. Tal vez no durante tanto tiempo, pero sí en varias ocasiones. Lo del repunte de otoño con la vuelta a las ikastolas lo tiene claro ya casi todo el mundo, así que más vale que vayamos haciendo planes, personales pero también políticos, para aprovechar julio y agosto.

Con listos como estos…

Estamos abocados a repetir errores porque somos humanos y, sobre todo, porque algunos son idiotas. Generalmente, al idiota se le distingue porque es el único que se cree que es más listo que los demás. Esto es lo que piensan quienes han activado una campaña para salir mañana a las calles de un modo masivo, desafiando el confinamiento. En El Periódico apuntan a la extrema derecha y no me extrañaría: en EE.UU. esta facción es la que se manifiesta luciendo sus armas y, siguiendo sus propios pasos, no sería extraño que haya activado el efecto imitación en sus ramificaciones en todo el mundo.

¿Qué oculta China?

Las teorías conspirativas siempre me han parecido cuentos chinos. Al final, las explicaciones más sencillas suelen ser las razonables. Las conspiraciones solo son invenciones complejas que, sobre todo, sirven para aliviarnos porque hay un culpable malintencionado. Así que, sí, me creo que este coronavirus se haya creado accidentalmente aunque llame mi atención las presiones diplomáticas y económicas de la dictadura china contra Australia, que quiere investigar el origen del virus. ¿Qué oculta China? Supongo que unas cifras de mortalidad y unos riesgos sanitarios terribles que nunca querrán admitir.

La caverna no descansa

Ni siquiera en medio de una pandemia descansa la caverna. La caverna de siempre, sí, esa que necesita al enemigo vasco. Hemos visto recientemente en los digitales noticias a personajes que echan la culpa de sus males de hoy a enfrentamientos pasados o, como denuncia con retranca Egoitz Moreno, cómo algunos han aprovechado una noticia sobre Carlos Sobera para criticar que no tuviera una oportunidad en ETB por no hablar euskera: “‘Señorío de Larrea’, ‘Mi Querido Klikowsky’, ‘Ciudadanos’, ‘Arde la Tarde’, ‘Consumidores’, ‘Cien x Cien’… ¿Me dejo algo? Ah, sí… siete años presentando ‘Date el Bote’”.

El caos nuestro de cada día

Pedro Sánchez lleva una racha muy mala: si lo suyo claramente era su porte y su voz (además de su capacidad de resistencia) y falla en cada intervención pública que hace, malo. Muy malo. Pero es lo que vemos: el plan de desescalada, si es que se puede llamar “plan”, es una llamada al desastre que solo invita a pensar que volveremos a confinarnos. Sánchez y su equipo de gobierno intentan contentar a todo el mundo: a las personas que seguimos confinadas, a los empresarios que se desesperan cada día y a todas las facciones del PSOE y Podemos. Y, claro, como cantaba Iván Ferreiro, el equilibrio es imposible.

Lo que nos viene

Me temo que, hoy más que nunca, ser realista es ser pesimista. Si en Alemania un confinamiento suave está llevando a un repunte de la pandemia y a medidas más restrictivas, según la web especializada DW.com, el caos español, que afectará sin salvedad a Euskadi, nos devolverá a la cuarentena. Las barbas alemanas señalan el remojo de las nuestras no tanto por Alemania como por país que avanza un poco más rápido. En resumen: si eso pasa allí me temo lo peor aquí, sobre todo, porque cada día es más difícil defender que se deje actuar al gobierno español ante una situación inesperada y terrible.

Noticias que igual no lo son

Siempre he preferido un medio honesto, que deje claro de qué parte está, que uno que vaya de objetivo (y al final resulta el más tendencioso). Pero lo que mina la credibilidad del periodismo es convertir en noticia lo que se explica como contexto: puede ser normal que el gobierno socialista cuente con proveedores de afiliación socialista como importadores de China. Primero, porque un importador puede tener afiliación. Después, porque en esta situación es normal llamar a quien ya conoces. Lo raro sería contratar a importadores sin experiencia que se arriman al ascua del negocio rápido.

Política que no lo es

Lo que seguro que no es política es lo que hace el portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando. Lo suyo es activismo, agitación, lo suyo es vivir como un hooligan de derechas. No solo tuitea mentiras: cuando le pillan tiene una forma muy particular de pedir perdón, acusando a los demás de hechos más graves, como las “miles de vidas” que, según él, son responsabilidad del gobierno español. Hernando no tiene vergüenza, eso está claro. Por sus actos cabe pensar que carece de ética y valores. Desde luego, los partidos que alientan a estos personajes no son los que recibirán mi voto.

El futbolista que abrió la puerta a las historias

Estoy seguro de que Michael Robinson tuvo sus sombras: nadie puede ser tan universalmente querido. Yo lo conocí como espectador de sus programas, no me dio tiempo a verlo como futbolista. Y en lo mío, que fue lo suyo, solo puedo darle las gracias: Michael Robinson nos mostró que había otra manera de informar sobre el fútbol, que este deporte que tanto amamos tantos es algo más que crónicas escritas rápidamente y ruedas de prensa insustanciales, que hay historias de jugadores, de clubes y de aficionados, que el análisis táctico se puede explicar, que lo más bello del fútbol se puede contar.