Sánchez ha dado una nueva oportunidad a estos

Lo que ha pasado en Madrid es solo el principio y parece que van en serio: los que forman el trifachito ya han aprobado una iniciativa de la Asamblea para ilegalizar a los partidos nacionalistas. Quien no piense como ellos queda al margen de la ley. De ahí a perseguirnos solo les queda dar otro paso. Y lo han hecho en campaña porque quieren dejar claro a los españoles que ellos son los que nos hacen frente. Mañana tenemos una buena oportunidad para dejarles claro que nosotros también les haremos frente, como ya hicieron otros antes. Y Sánchez deberá cargar con haberles dado otra oportunidad.

La campaña más rara

Terminamos con esa amenaza del trifachito a los partidos nacionalistas la campaña más extraña que yo he vivido en primera línea. No solo porque ha sido una semana y la presión, lejos de concentrarse, ha ido de un lado para otro: nunca he oído tan pocas ideas. Lo que han escrito en Público de “muchos ruido y pocas nueces” pocas veces será mejor utilizado: en España, ruido, a tope de temas generales, y nueces de lo concreto, ni una. ¿Qué demonios van a hacer para garantizar las pensiones? ¿Qué ideas tienen para hacer frente a la nueva crisis? ¿Qué prioridades tienen los partidos españoles?

Y muchas, muchas mentiras

Del mismo modo que hemos devaluado la palabra “fascista” y ahora que los tenemos enfrente ellos se aprovechan de ese excesivo uso, todo lo que hemos hablado de las mentiras de los políticos en campaña, demasiadas veces a la ligera, les viene bien a los fascistas de verdad: Vox es el partido que más ha mentido con total impunidad, delante de periodistas y otros políticos. Aitor Esteban, que les ha hecho frente, es una isla que resiste al tsunami mientras todos los demás callan. También los de Maldito Bulo han intentado plantarles cara desmontando las mentiras de los de Vox, sobre todo, sobre la inmigración.

Pero, ¿cómo puede haber ganado tanto dinero?

Suelen decir que cuando no te explicas una fortuna algo raro hay. Pues yo no me explico la fortuna de Marcos de Quinto desde que veo cómo se comporta como diputado electo de Ciudadanos. Sus excesos son habituales, su falta de empatía, también, pero su torpeza desde ayer va a ser legendaria: “Ser independentista es como ser del Betis, es complicado que alguna vez ganen la Liga”, ha afirmado, haciendo un flaco favor a la candidatura de los de Albert Rivera en Sevilla y Andalucía. Ahora, que vuelva a explicarnos cómo ha amasado su fortuna. Por el contrario, a Ciudadanos esta campaña se le está saliendo carísima.

Siempre Madrid

Esta campaña es la campaña de cinco machotes de Madrid. Entre ellos se ha colado Aitor Esteban representándonos a todos los que pasamos de esa falsa hombría y ese real franquismo, y también intentan colarse otros, con menor fortuna, como Íñigo Errejón, que para acercarse a la chavalada ha propuesto construir un estadio para los eSports (cuyo auge es un fenómeno apasionante). Josu Eguren acierta en su respuesta: es una propuesta mirando solo a Madrid porque su universo es ese. En resumen, que esta campaña ha servido para que los políticos de Madrid muestren qué comparten: una mirada muy corta.

La gran metedura de pata

Mientras en el PSOE se dedicaban a intentar cruzar todos sus dedos para que Cayetana Álvarez de Toledo o Isabel Díaz Ayuso metieran la pata, no se dieron cuenta de que el que la había metido hasta la altura de la ingle era Pedro Sánchez, que reconoció la clara injerencia del gobierno español en el sistema judicial vía fiscalía: “La fiscalía, ¿de quién depende?”, preguntaba con convencimiento el presidente en funciones. “Eso querría yo saber. Si la fiscalía actúa con criterios jurídicos o sometida a decisiones políticas. Machacando el Estado de Derecho”, respondía Joaquín Urias en Twitter .

Vox señala, los ultras ejecutan

Después de 48 horas de persecución de Vox a inmigrantes menores de edad no acompañados, un grupo de extrema derecha ha manado a la UCI a uno en Zaragoza, con el cráneo hundido. Que no me venga ahora nadie con que se trata de una causalidad o mirando para otro lado, especialmente, que no me venga nadie que haya dado alas a Vox convocando unas nuevas elecciones para que siga engordando el monstruo o dándoles poder, directamente, vía pacto de gobernabilidad. Esto es tan grave como parece: son los de la Falange que se manifiestan y los cabezas rapadas que dan palizas.

Y la prensa les blanquea

En estas estamos, intentando que todos abran los ojos y vean al monstruo como lo que es, cuando en Vozpópuli sacan esta noticia: “Santiago Abascal es el líder político favorito para los jóvenes y Pablo Iglesias, el más aburrido para irse de fiesta. La generación Z han elegido al líder de Vox como su favorito y también han escogido quién es su candidato a la presidencia preferido para irse de fiesta”. Por mí, Bea Téllez de Meneses puede irse a la mierda, porque en ningún momento recuerda que la juventud elige a la extrema derecha. Y también los autores del autor del estudio: “Generación Z & Políticos”.

Rosa Díez pide el voto para otro partido

Finalmente, el segundo cambio de partido de Rosa Díez se ha consumado después de que esta semana haya pedido el voto para el PP junto a Pablo Casado y Cayetana Álvarez de Toledo en Barcelona. Lo ha hecho sonriente, encantada de volver a ser enfocada por las cámaras, y con una indumentaria que no ha pasado desapercibida, justo lo que ella buscaba. Y así, la que empezó en el PSE y fundó UPYD, ha acabado en el PP… De momento, porque ella nunca cierra ninguna puerta, nunca agota ningún camino que le lleve al imperio español y, sobre todo, a un micrófono encendido con tomas para las cámaras.

La campaña más española

Más que sorprenderme a mí mismo dando la razón a Pérez Reverte, me ha sorprendido el escritor español tuiteando esto con lo que estoy tan de acuerdo: “Anoche vi el debate. Esta mañana muchos dicen que los españoles no merecemos tener esos políticos, a cual más mediocre. Pero no estoy de acuerdo. Creo que realmente son los políticos que merecemos, porque nos representan. Encarnan lo que hemos sido, somos y pretendemos ser”. Así va a votar España el próximo domingo, eligiendo entre el menos malo de los males o el peor, a ver si revienta todo. Cada vez me siento más lejos de esa realidad.

¿Ahora, sí? Bienvenidos todos

No sé si será porque las encuestas le dan un subidón que convertiría de nuevo a España en un peligro dentro la UE pero el velo que cubría a Vox parece que por fin se ha caído, y ya solo sus socios, PP y Ciudadanos, siguen sin señalarles como lo que son: extrema derecha. El resto de partidos se ha sumado, también algunos periodistas como Susana Griso que, después de colaborar en su blanqueo, ha intentado meter las gomas a Espinosa de los Monteros (aunque le ha salido fatal). Por fin, sus discursos fachas son reconocidos por todos como tal: hasta una cita del falangista Ramiro Ledesma nos coló Abascal en el debate.

Una simple descripción

Ahora que muchos se van sumando a arrinconar al fascismo, es el momento de apretar y señalar a quien, como Pepe Reina, da alas a la extrema derecha. Sillonbowl, un usuario de Twitter interesante y que es de los que antes también llamaba a las cosas por su nombre, era así de claro: “Pepe Reina es fascista por votar a fascistas y compartir ideas fascistas. Y decir que alguien es basura por votar fascismo o por coquetear con ideas propias del fascismo, por mucho que después se haga el digno… Eso no es fascismo, es descripción”. Por el bien de todos, no podemos ceder en el marcaje.

Menos gestos y más gestas

Entiendo que para ellos será difícil admitir que cometieron un gravísimo error, pero tenemos que obligar entre todos a que el PP rompa sus acuerdos con Vox. Eso sí que es una gesta, y no los gestos de los que presume Cayetana Álvarez de Toledo: una foto en la plaza de Vic (donde los partidos nacionalistas son elegidos por una amplísima mayoría) y un vídeo de ella soltando lazos amarillos en TV3 son sus mayores “logros” contra personas que solo se solidarizan con los presos políticos catalanes. Lo verdaderamente valiente es que el PP rompa sus acuerdos con Vox. Todo lo demás es colaboracionismo.

Aunque mejor están calladas…

Solo quedan dos días de campaña y la gran metedura de pata de Cayetana Álvarez de Toledo o Isabel Díaz Ayuso no llega. Pablo Casado ha logrado retener a las líderes con discurso extremo que él mismo ha aupado y en el PSOE tienen un problema: si logran repetir sus resultados de abril lo darían todo por bueno. En cambio, la que habla es Marimar Blanco, contra la que el PSOE no va a alzarse, para asegurar que en el gobierno navarro hay un miembro de Bildu aunque no sepa cómo se llama. Jon Arrizabalaga le responde en Twitter con lo obvio: “No sabes su nombre porque no lo hay”.

Señalar a periodistas también es de nazis

Marimar Blanco, Cayetana Álvarez de Toledo o Inés Arrimadas, como Santiago Abascal, aunque sean vascas y catalanas o se presenten por Euskadi y Catalunya, comparten una estrategia: utilizar estas nacionalidades para hacer campaña en España. Por eso, cuando Arrimadas señaló al moderador del debate en TV3, que también es director de la cadena, y le dijo que cuando apliquen el 155 “lo primerito” será despedirle, se dirigía más a los votantes españoles que a los vascos. Pero es que además hizo algo muy nazi: señalar al periodista enemigo. Por cierto, que también lo hicieron algunos independentistas en la calle y está igual de mal.

Sánchez, culpable

Estas elecciones son una faena que me roba horas de sueño y de estar con mis hijos. Estamos aquí, hablando de ellas solo porque a Pedro Sánchez le dio la gana convocarlas. Un presidente en funciones que ayer sumaba 100.000 parados más y que en el debate restó más que otra cosa. Solo le honra decir que se opondrá a la ilegalización del PNV que propone Vox. El resto de su tiempo fue un desperdicio porque no aclaró nada, salvo que para Catalunya planea más mano dura. En Twitter, resumieron su intervención: “A Pedro Sánchez le das a elegir entre graparse los huevos y pactar con Podemos y te pregunta a qué pierna”.

Casado, verde

Pablo Casado mejora pero sigue sin llegar: nadie se lo cree como presidente del Gobierno. Lo cierto es que nadie se lo cree, en general. ¿Qué Pablo Casado es el de verdad, este, más moderado, o el que se destapó como un rival de Abascal por el espacio que queda entre la derecha y la pared? Debatiendo no estuvo mal pero como está verde cayó en el error de hablar de corrupción, que siempre le perjudicará porque preside el partido más corrupto, y se equivocó también hablando de meter dinero en un sobre para hablar de la deuda pública. Eso, sí, supo arrinconar al PSOE, pero dejó claro que su futuro es con Vox.

Rivera, hundido

Juan Soto Ivars resumió mucho mejor de lo que yo podré hacerlo la intervención de Rivera en el debate: “Le han puesto un alzador a Rivera para que pareciera más alto. Fernando de Páramo le lleva una maleta llena de objetos para que saque. A última hora, como había cachondeo con el alzador, lo han quitado. La historia del partido, entera, está contada en estas tres frases”. Rivera está en las últimas: el próximo lunes, a más tardar, tendrá que dimitir. Y Fernando de Páramo, irse con él. ¿A dónde? Siempre le he ubicado en Vox pero él sabrá. Yo solo sé que me alegro de que desaparezcan.

Iglesias, fuera de sitio

Más que fuera de sitio, Pablo Iglesias está fuera de tiempo con su discurso maniqueo, pretendidamente social y ampliamente incoherente con sus actos (¿de qué cuna vienen? ¿A qué chalés van cuando termina todo? ¿Cómo vamos a creernos que pretenden preocuparse de lo de todos si empiezan ocupándose siempre cada uno de los suyo dentro de su partido, su familia política y sus propias obsesiones?). Está tan fuera de foco que dejó unos segundos que en Twitter cazaron al vuelo para hacer un GIF: mira a un lado, al otro, alza una mano y arquea las cejas. Nunca entendieron nada y siguen sin hacerlo.

Abascal, facha

Lo grave no es que la noche del lunes Abascal mintiese mirando a cámara e hiciese un discurso xenófobo cuando lograba no trastabillarse consigo mismo. Lo grave es que Abascal estaba allí, que nadie puso un cordón sanitario a la extrema derecha. Lo grave es que Espinosa de los Monteros, Ortega Smith y Abascal han podido decir lo que les ha dado la gana, amenazar y soltar datos falsos a porrillo en la tele sin que ningún periodista y moderador de esos debates le pare los pies, sin que ningún político salvo Aitor Esteban les haga frente y les diga que mienten y merecen nuestro desprecio.

¿Y de esto quién es el responsable?

María Solana (que es la que ha recibido el reply) y Aitor Esteban (al que han mencionado expresamente a la hora de componer el tuit) han recibido un GIF de unos pocos segundos en el que se ve cómo alguien carga una pistola, la amartilla y la dispara, junto al mensaje: “Voto útil”. ¿Quién se responsabiliza de esto? ¿Ortega Smith, que va buscando la boca de plató en plató? ¿El que organiza la campaña de Vox en redes basándose en mentiras y violencia? ¿El fundador de Twitter que anuncia gilipolleces como que no va a permitir a los partidos colocar sus spots pero permite estas amenazas en su red?

Son nazis, joder

La extrema derecha promueve la violencia, es una de sus características más reconocibles. Y lo hace porque con la razón sabe que no llega ni a la orilla en sus desembarcos. Lo hacen en Twitter, lo hacen en la tele (el spot que pretendían colar en TVE es absolutamente condenables) y lo hacen en sus actos de campaña. Ayer mismo, Juan Soto Ivars denunciaba que Vox convocara a los medios a las puertas de un centro de menores extranjeros no acompañados. Como bien recuerda el periodista, estos niños y adolescentes son los más desprotegidos, señalarlos y deshumanizarlos como hace Vox es propio de fascistas.

Y son mentirosos

Otro rasgo que caracteriza a la extrema derecha es el uso sistemático de mentiras porque, igual que con la razón, si van por la verdad por delante nadie les compra el discurso. Cuando Ortega Smith dijo, con sus santos cojones, que en Alemania y Francia ilegalizan a los partidos nacionalistas y por eso Vox va a promover la ilegalización del PNV, se “olvidó” (o tal vez nunca lo supo, aunque lo más probable es que mintiese con toda la intención) de la existencia del partido nacionalista bávaro o del corso. También se habrá olvidado del SNP escocés, de los kurdos, tan asfixiados, los flamencos, o los varios partidos nacionalistas que hay en Italia.

Pero, ¿de dónde salen sus votantes?

La debacle de Ciudadanos y el ascenso de Vox no son una casualidad. Hasta el más inexperto en sociología es capaz de ver un trasvase de votos. Óscar Guardingo, ex senador catalán de Podemos, lo explicaba así de bien: “Vox sería la tercera fuerza política tras capitalizar buena parte de la debacle de Ciudadanos. La aportación de Albert Rivera a la política española: haber fanatizado a un electorado que ha llevado del centro a la extrema derecha”. Y vuelvo con mi pregunta: ¿y de esto quién se responsabiliza? ¿Girauta que ha pasado de gran agitador a temer por su escaño? ¿Los jefes de campaña de Rivera?

Rivera, déjalo

El tiempo de Albert Rivera en política se ha acabado. Si el domingo los resultados electorales se parecen a todas las encuestas Rivera solo puede dimitir. Él decide si caer con dignidad, defendiendo su argumentario de siempre (que también está lleno de bandazos) o caer como lo está haciendo, de error en error, de ridículo en ridículo, hasta la humillación final. El último vídeo, con un cachorro al que, además, han abierto una cuenta en Twitter que pretende ser divertida, es el enésimo ejemplo de que algo va muy mal en Ciudadanos. Por cierto, que la idea no es suya: el perro de Esperanza Aguirre tuvo antes cuenta en esa red.