Lo que destapa Abel Azcona

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Abel Azcona ha llegado a ser trending topic esta semana porque el artista ha respondido en Twitter a Fermín Alonso, de UPN, que le acusaba de beneficiarse del dinero público de los pamploneses. Azcona ha sido contundente: el propio Alonso contó con él hasta en tres ocasiones, llegó a darle un premio y le “ofreció plaza pública en Cultura porque me estaba follando a uno de vuestros parlamentarios”. Como el propio Azcona culmina: “Viva la coherencia”.

El controvertido humor vasco

“Vaya semanita” llevamos con el humor vasco. Y para culminarla, el community manager del Athletic intenta hacer una gracieta después de la remontada del FC Barcelona al PSG (y de la eliminación del propio Athletic por un equipo chipriota). No me pareció un mal chiste, y aunque me lo hubiera parecido, tampoco habría atacado al encargado de colocar el tuit porque bastantes golpes lleva el humor vasco ya, y este es un país muy pequeño al que exigimos ideas, atrevimiento y frescura constante… Con el hacha en la otra mano.

Facebook «falló»

Lo cierto es que ese “failed” del titular es más amplio que el limitado “falló” que yo utilizo, y tampoco se trata de un error: según la BBC en su reportaje, que ha cogido vuelo esta semana en Internet, Facebook simplemente no borró fotos e incluso grupos de pederastia alojados y accesibles en su web. Incluso llegó a denunciar a los periodistas de la BBC que los pusieron delante del ejecutivo que negaba su existencia. Eso, sí: es necesario dejar claro que si Facebook “falló” la hizo como todas.

Veremos si fallan las demás

Y si la BBC continúa observando otras redes sociales encontrarán los mismos “fallos” o incluso peores. Ahora, lo importante es que no han fracasado ni el medio que ha hecho la investigación… Y que no lo haga la comisión que designe el parlamento británico para estudiar el asunto. La cámara se ha puesto manos a la obra rápidamente y ha llamado a la empresa para que dé explicaciones sobre sus procedimientos y su permisividad. Con el control ganamos todos.

Trump, un presidente en albornoz

“Su estilo no se hace a la presidencia, si no al revés. Es la presidencia la que se contorsiona bajos sus hábitos, férreos y caóticos a la vez”. Esa frase resume estupendamente el dibujo que leemos en El Confidencial sobre cómo Donald Trump ha hecho suya la presidencia y la Casa Blanca. Su mujer y su hijo pequeño siguen viviendo en Nueva York, y él ha llevado su método a Whasington: dormir poco, ver mucha tele, comer hamburguesas en albornoz y pasar días sin salir del edificio llamando a horas intempestivas a sus colaboradores.