No son ellos, somos nosotros

Me sorprendió leer este titular en Vozpópuli: “CC.OO. prepara protestas en Andalucía y costas españolas porque la hostelería ‘no cumple los protocolos’”, porque sigo pensando que, aunque haya hosteleros que se pasen todo por el arco del triunfo, en Andalucía como en Euskadi, creo que la culpa de la expansión del coronavirus en espacios de ocio es, sobre todo, de los clientes. Es fácil echar la culpa a las instituciones (les va en el sueldo), “la patronal” o hasta “las cloacas”, pero el virus se propaga flotando en la insolidaridad de la sociedad, el egoísmo individual y entre quienes piensan que las normas son siempre para los demás.

Vamos dopados

El fracaso de Sánchez es su ronda diplomática no es un fracaso político, es económico. Si Europa no apuesta por un Plan Marshall superlativo el dopaje financiero se acabará antes y, entonces, sí, vamos a pasarlo mal. Esto en El Confidencial no puede ser más elocuente, hasta la última palabra tiene mensaje, y en todo caso, negativo y pesimista: “La banca endurecerá el crédito a pymes y familias cuando acabe el efecto ICO. La ‘nueva normalidad’ de los bancos pasa por endurecer el crédito a empresas y familias. En el primer caso esperan una caída de la demanda y en el segundo una recuperación”.

Vox, contra los periodistas

Da la casualidad de que Antonio Papell es uno de los que, para mí, suman en Los Desayunos, pero aunque fuera uno de los que no me gustan denunciaría de igual manera el señalamiento que está sufriendo por parte de Vox. Él mismo le resta importancia en Twitter: “Era previsible que los medios afines a Vox, que veta e insulta a periodistas, empezarían una campaña mendaz y distorsionadora. No les valdrá de nada: acabarán aislados cuando los partidos decentes les den la espalda, como procede en democracia”. Pero es grave, porque Vox es un partido de ultras que no duda en marcar objetivos. Y eso es intolerable.

La vieja normalidad

El conocido como “caso Dina” me parece una filfa. Es, sobre todo, un autorretrato: el del político que señala cloacas para tapar miserias, paternalista aunque va de feminista, y que vendía nuevas formas, nueva política y transparencia absoluta… Y se acoge a pactos de partidos en el gobierno para no dar explicaciones. Pablo Iglesias se está sacando un selfie que va guardado en la famosa tarjeta SD que parece que sí tuvo y retuvo, que alguien intento destruir, que llevaba fotos personales (no necesariamente íntimas) y que sirvió para denunciar persecuciones que, por lo menos en ese caso, no lo fueron.

Airbnb nos toma por tontos y tontas

Pocas empresas más dañinas que Airbnb. Para empezar, por su venta falsa (ceder habitaciones que no usas a viajeros). Para seguir, porque nos enfrenta entre personas: dueños que se vuelven locos con su propiedad y que pierden el respeto a quienes fueron sus vecinos. Y para terminar, porque ha acabado siendo un business para inversores que montan un negocio de hostelería con varios pisos saltándose las obligaciones, generando molestias en comunidades y trabajos no siempre declarados para arreglar y abrir casas. Y ahora va Airbnb, y lanza la iniciativa de dejar propina extra (¿con comisión?) al “anfitrión”.

Tiktok es el nuevo Twitter

Apenas estoy escribiendo de la campaña vasca, lo sé. No lo hago porque no hay novedades: para Bildu todo está mal, la incoherencia de Podemos y las calamidades de Iturgaiz dejaron de tener gracia hace mucho tiempo hasta para sus propios votantes, y Andoni Ortuzar, que es el vasco que mejor coloca los chistes, ha anunciado que no va a meterse con nadie. Pero, gracias a este tuit de César Calderón, sí hablaré de comunicación política: “TikTok solo sirve (al menos de momento) para conseguir que tu campaña parezca más molona y que consiga colarse en las teles… Vamos, lo que se ha hecho con Twitter toda la vida”.

La incoherencia resta

En política, la incoherencia resta y la coherencia suma. Esa es una de las poquísimas certezas que manejamos. Por eso, porque es lo más básico, me sorprende cuando veo a políticos con cierta experiencia tomar por tonta a la ciudadanía. Y Trump, algo de experiencia, tiene, vaya: ganó las primarias republicanas y las elecciones de EE.UU. y, ahora, se enfrenta a la reelección. Experiencia suficiente para saber que es absolutamente incoherente rechazar las medidas de prevención de la población ante el coronavirus… Y meterte como presidente de 74 años que eres en una burbuja para no contagiarte, como explican en República.com.

Lo que queda del PDeCat

Soy muy malo haciendo predicciones, pero no pude evitar que en mi cabeza se relacionaran dos noticias: por un lado, que Marta Pascal, ex líder del PDeCat, ha creado el Partido Nacionalista Catalán, y por el otro, que el PDeCat esté al borde de la ruptura, según algunas crónicas de El Nacional. Las tensiones internas en la formación, creada después de la desaparición de CiU, no son nuevas, de hecho, llevaron a la propia Pascal fuera del propio partido. Tensiones que teledirige Puigdemont para diversión de sus propios adversarios políticos, y que sufren las personas valiosas que quedan en el partido.

Airbnb, fuera del centro

Aunque el modelo de negocio nunca me gustó, he acabado usando Airbnb, en total, en tres ocasiones. Y sigue sin gustarme. Si desaparece, lo reconozco, no lo echaré de menos. Y creo que casi nadie lo hará. Ni siquiera los inversores, que solo tienen que ofrecer sus viviendas para alquiler habitual o venderlas. Y los llantos de sus responsables o los grandes propietarios, evidentemente, no me han dado ninguna pena. Al contrario. Además, creo que es necesaria la regulación, como en Amsterdam, que prohíbe las viviendas turísticas en el centro de la ciudad. Pero, ¿no es un error y hasta clasista enviar el problema a los barrios?

No, no es teletrabajo

Creo que estamos cometiendo todos un grave error si nos permitimos creer que el teletrabajo es lo que hemos hecho durante el confinamiento. Nada más lejos de la realidad. El teletrabajo permite conciliar tu labor con el cuidado de un niño o un mayor enfermo, o con el horario de la ikastola, pero estar en casa con niños sanos y con tareas diarias mientras los adultos tienen que trabajar, en ocasiones, a la vez, no es teletrabajo. Es un confinamiento jodido. Las cosas, por su nombre. Así que, si van a plantear una ley sobre el teletrabajo que empiecen desde cero, que vuelvan a febrero de 2020. Si no, será un error de graves consecuencias.

Por qué son irresponsables

Todos los que están impidiendo un gobierno español, empezando por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias son unos irresponsables. España lleva parada desde la convocatoria de elecciones generales de 2015 con los tambores de una nueva recesión sonando cada día más fuerte: “Es el país que está peor preparado de la UE para enfrentarse a una nueva crisis, debido a que España tiene deficiencias estructurales graves como la alta tasa de paro, no se han llevado a cabo políticas de reformas, el déficit presupuestario español es demasiado alto, industria muy automatizada y las empresas no están recibiendo los incentivos necesarios” (El Blog Salmón).

A lo que nos abocan

Héctor G. Barnés hace un retrato del consumismo de hoy un poco agrio… Pero certero: ridiculiza con sus propios comentarios a quienes critican a la ciudadanía que, como los que hicieron cola en la tienda física de Aliexpress, nos vemos envueltos en la vorágine consumista con nuestros muy limitados recursos, y contrapone las dos opciones (ambas para pobres): comprar un móvil de diseño estadounidense de 1.000 euros o hacer colas larguísimas por otro chino de 200. Y sobre todo, señala a quienes se creen mejores y no se dan cuenta de que forman parte del mismo colectivo.

Para eso están aquí

Ciudadanos es el partido cuyo éxito, por pequeño que sea, me parece más difícil de entender: ideológicamente son ultraconservadores con barniz por defecto salvo que el viento sople fuerte de algún otro lado, y económicamente, más que liberales son auténticos desalmados. Ellos están al servicio de los grandes holdings y la falsa modernidad, y el caso de Airbnb en Madrid es un buen ejemplo de a lo que me refiero: leemos en Eldiario.es que, ahora que apoyan al gobierno municipal, van a intentar “suavizar” la ley de regulación de los alquileres… Para beneficio de la empresa, claro, y no de los vecinos.

Maroto recomienda el cochinillo de Sotosalbos

Javier Maroto ha declarado a Abc que “si alguien no ha probado el cochinillo de Sotosalbos tiene un problema”, según recogen en El Plural. Más allá del toque costumbrista y campechano, el exalcalde de Gasteiz deja claro que “se siente cómodo cuando el PP pacta con la formación que lidera Santiago Abascal” y que su partido no ha renunciado a ninguno de sus principios para acoger con comodidad su acuerdo con la extrema derecha española. Por cierto, de los chistes de Maroto en Sotosalbos el que se ríe ahora es él, que como senador autonómico no depende de la repetición electoral.

El peligro de las SAD

El fútbol británico suele ser ejemplo de pasión, de afición, de respeto a las tradiciones… Pero también tiene su parte oscura sobre todo cuando se trata de la propiedad de los clubes. Desde que estos están en manos de accionistas, la mayoría de las malas noticias vienen de desencuentros de propietarios enfrentados a aficionados o staff técnico, de la mala gestión económica o de cambio de manos de los paquetes accionariales. En Palco23 explican cómo el Bolton se ha salvado vía fondo inversor, algo que no logró el Bury por su alto endeudamiento. ¡Más nos vale en Bilbao seguir siendo diferentes!

Revelaciones de un marciano

El relato se construye solo: José Antonio Campoy dirige una revista en la afirma que el cáncer se desarrolla por motivos temperamentales, que la quimioterapia no es efectiva o que el ébola no es una enfermedad real. Esa revista, según El Español, llega a facturar 500.000 euros anuales difundiendo semejante contenido, sugerido, y aquí viene lo más interesante, por las revelaciones que en los años 90 sufrió Campoy en sus repetidos encuentros con los extraterrestres. Él lo cuenta, él se lo cree, él se lo guisa y se lo come gracias a quienes coleccionan sus mentiras.

Vox crece

Veremos si finalmente materializan alguno de esos escaños o concejales que diferentes fuentes dan al partido de Abascal, pero es evidente que Vox crece en número de afiliaciones y donaciones: de 3.000 afiliados que tenía en julio de 2017 habría pasado a 11.000 actualmente, según El Plural. Y en lo que vamos de año habría ingresado un millón de euros en donaciones para, entre otras cosas, cambiar su sede a una mucho mayor. Cómo ha logrado llegar hasta aquí, fracaso electoral tras fracaso electoral, es un misterio. Pero el contexto europeo les ayuda a seguir creciendo.

Pérez-Reverte es la valentía

Arturo Pérez-Reverte empieza a convertirse en un personaje delirante, un tipo duro que ha visto más horrores que nadie y que ha estudiado más guerras cruentas que ninguno. Un hombre de acero, como las espadas y las bayonetas de sus personajes de novela. Un tipo capaz de despreciar a Picasso porque, entre otros motivos, nunca estuvo en una guerra. Dejando a un lado el talento para lo suyo del pintor y el escritor, no me parece muy inteligente desacreditar a Picasso como persona que hizo frente a una dictadura creando una obra icónica y convirtiéndose en un modelo cultural.

Otra burbuja

Ahora que ha pasado el verano esos pisos de alquiler ocasional de los que tanto hemos hablado tienen mucha menos actividad y, por lo tanto, generan menos ingresos (y problemas). Ahora, en definitiva, el cuento de la lechera cambia y podemos echar un ojo a otro tipo de cálculos más conservadores: en El Confidencial leemos que solo dos de cada diez pisos que se ofertan en Airbnb generan más ingresos que si estas viviendas tuvieran un alquiler tradicional. Pero el daño ya está hecho y el negocio, para los de la App y otras empresas, generado y ganado.

Una inmensa burbuja

Bill Gates está teniendo una madurez muy interesante: después de reinventar el negocio del software y manejar casi un monopolio informático, se ha asentado como un interesante filántropo y un empresario que supo definir el negocio de los intangibles y hacer mucho, muchísimo dinero con ello. Tanto que ha sido el más rico del mundo… Hasta este año, que le ha desbancado Jeff Bezos. La fortuna de este último no tiene nada que ver: está basada en la especulación (la promesa de lo que Amazon será), el abaratamiento constante de costes y un marketing gigantesco.

Alguno tendrá que retractarse

No me fío de Nicolás Maduro, ni de El Español informando sobre Venezuela. De hecho, al drama urgente que vive una parte de los venezolanos tenemos que sumar la utilización mediática que están haciendo unos y otros de la actualidad política en este país. Lo que parece hoy innegable es que Maduro es un gobernante tan poco apto como parecía. No entro en cuestiones de enriquecimientos que se probarán más adelante si toca. Pero sí espero el paso atrás o un humilde “me equivoqué” de todos esos que le han sacado la cara durante estos años con excesiva contundencia para lo que valía el personaje.

Rivera convierte el lazo amarillo en un símbolo

Albert Rivera ya piensa como un madrileño más: “Vamos a Barcelona, llamamos a la prensa, nos graban unas imágenes quitando lazos amarillos, regresamos a Madrid y mañana miramos las portadas de El País, El Mundo y Abc”. Algo no muy diferente a esto debió decir el propio Rivera o alguno de sus colaboradores cuando planificaron aquella concentración en la que todo salió mal: presencia de la extrema derecha (según varias evidencias), un cámara agredido, y el lazo amarillo elevado a la categoría de símbolo no solo de solidaridad, también de oposición a la intransigencia y el oportunismo.

La pureza

Envidio la fuerza de voluntad y la capacidad de concentración de personas como Alberto Garzón, que nunca se ha reído con chistes “racistas, clasistas o machistas”. De hecho, no los considera ni chistes. Puedo imaginármelo frío como el hielo ante cualquier broma de este tipo, crítico incluso con los chistes de la cuenta de IU en Twitter, que de clasismos van bien servidos. Vistos sus tuits sobre las amenazas recibidas por Rober Bodegas y los comentarios sobre los gitanos del humorista, si me cuentan que cuando Garzón oyó el chiste del perro Mistetas se acordó de las personas mastectomizadas, me lo creo.

Problemas que nos buscamos

Al respecto de lo de Rober Bodegas, espero poner el corolario con este tuit de Bietka: “Lo voy a resumir brevemente: el que tiene cosas que hacer y problemas que solucionar, no se ofende con cualquier mierda. Fin”. Como resumen a mí me parece bastante acertado: los que se ofenden en Twitter, ¿no tienen otra cosa que hacer que buscar la polémica del día, la posición más indignada y el tuit más aleccionador (para los propios y los ajenos: no han faltado quienes han dicho a los gitanos por qué tenían que indignarse)? Porque es lo que parece: o son muchos los ociosos… O los profesionales del tuit y de la ofensa.

“El Airbnb de la comida”

Después de las plataformas “colaborativas” para compartir piso que se convierten en un negocio de alquiler turístico sin las obligaciones de los hoteles, y de las de compartir coche que se convierten en una alternativa al taxi sin las obligaciones de los taxistas, llegan ahora las plataformas colaborativas para que cualquiera te dé de comer en su casa y te cobre por ello, claro. En Cuba, por cierto, nos llevan años de adelanto con su sistema de paladares particulares. Pero esto es diferente porque se hace por medio de una App y, ya se sabe, con eso nos atontamos.