«Carta abierta a Camilo José Cela»

En Vanitatis han abierto un concurso de literatura infantil llamado así: “Carta abierta a Camilo José Cela” y Marina Castaño, su eterna viuda (aunque ahora Enrique le llena el vacío), ha escrito un modelo para que las y los pequeños vean cómo se hace. Prefiero pensar eso, aunque no haya ni una sola prueba de que ese concurso existe, a admitir que Castaño se haya ofrecido voluntaria a ponerse en ridículo con un texto infantil, hilarante para cualquiera que lo lea y logre salir de la estupefacción, en el que mezcla un aparente simplismo mental con una esperada ideología algo más que conservadora y que, por dejar, deja mal hasta a Cela.

Libertad para elegir tribunal

En este frío domingo de enero otra mujer se presta a rescatarnos del aburrimiento con su particular estilo: “Ayuso se equivocó de tribunal al presentar su recurso contra el Gobierno por el reparto de los fondos europeos”. En concreto, “presentó un recurso en la Audiencia Nacional cuando tenía que haberlo registrado en el Tribunal Supremo”. Lo más gracioso, o todo lo contrario, es que se queja de haber recibido poco menos de mil millones cuando “de esos 994,6 millones de euros, solo ha ejecutado, por el momento, 18. Parte de este dinero ha sido utilizado para ahorrarse el dinero destinado a las becas universitarias” (Público).

Que no sean de chiste

Candidatos hay muchos pero si tengo que elegir el texto me ha arrancado una carcajada esta semana me quedo con este en El Mundo Today: “Elena de Borbón pregunta si la mujer con la que está Urdangarin es ahora su hermana”. No solo eso: “Pide que, de ser así, se la presenten ‘porque necesito saber si ella es la hermana mayor o la menor’”. En el digital satírico siguen: ‘¿Nos llevamos bien?’, ha preguntado con curiosidad”. Y añaden: “Hasta que se aclare este asunto, Elena de Borbón no se hablará con Cristina de Borbón ‘porque si no es mi hermana no quiero tener nada con ella y además no quiero que intente aprovecharse de mi familia’”.

Necesitábamos a Daniel Fernández

Si los chistes sobre la casa real española hacen un poco de justicia al gasto que nos generan, los que hace Daniel Fernández los necesitábamos: el cómico está acertadísimo con su serie de vídeos en los que comenta los muchos consejos que pululan por TikTok. Jóvenes que no saben nada de la vida pero con miles de seguidores dan lecciones con una seguridad que genera cierta ternura y ganas de guasa. Y de esto último Fernández tiene para hacerte reír hasta llorar. Su canal en TikTok, precisamente, es un éxito, pero su salto a Twitter ha sido definitivo para que le conociésemos casi de casualidad y nos enganchásemos a su personaje.

El fin del humor, en esto, es buena noticia

Llevo tantos años convirtiéndome lentamente en un viejo cascarrabias que nunca me gustó ese tono pretendidamente gamberro y gracioso de las marcas en redes sociales. Nunca. Incluso reconociendo el acierto de algunos chistes aislados la estrategia me parecía absurda: una marca en Twitter o Instagram tiene que informar de sus novedades y ya. Ahora empieza a haber cierto consenso: en Trecebits leemos que “un estudio llevado a cabo por la compañía Real Talk, señala que la mitad de los usuarios de Twitter considera que emplear el humor en la red social, por parte de empresas y cuentas corporativas, es algo que está ‘pasado de moda’”.

El otro tonto del pueblo

En todos los pueblos hay un tonto evidente y otro que a simple vista no lo parece. De hecho, seguramente sea licenciado y puede que hasta vista bien. Pero en un par de conversaciones se le reconoce: no pasa de las frases hechas y de los tópicos. Aún así convence a quien quiere dejarse seducir por su licenciatura, su traje y su verbo manido. El economista José Carlos Díez recordó ayer que “el nacionalismo se cura viajando” para ganar de calle el premio “Cuñado 2017”.

Assange, Sancho Panza y Pérez Reverte

A este paso voy a acabar pensando que el tiempo me da la razón: como con Airbnb o las bitcoin, ahora Julian Assange es reconocido por periodistas poco sospechosos de sectarios como Carlos Franganillo, como un vendemotos. Su fin de semana ha sido glorioso: tuits en catalán, confundiendo a Sancho Panza con “Pancho Sánchez”, discutiendo con el ganador del “Cuñado 2016”, Pérez Reverte y ofreciéndose como aliado a Catalunya con fotos de Tiananmén.

Tarde, amigos

No, Julian Assange no es un personaje recomendable. Como bien recordaba César Calderón en Twitter, apoyó a Le Pen y a Trump. Tampoco lo es Nicolás Maduro, primer líder internacional que posó con una estelada. Y quien entre los líderes vascos elija a Otegi ya sabe lo que elige. Sinceramente, creo que en esta huida hacia adelante algunos catalanes están sumando compañeros de viaje de los que se arrepentirán. Solo espero que no se den cuenta demasiado tarde.

¿Quién colabora con Corea del Norte?

Muy bien planteado y resuelto el reportaje de El Independiente sobre qué países son los principales clientes de la dictadura norcoreana: China (que acapara un 83% del total de las exportaciones), India y Pakistán. Detrás de ellos, estados africanos a los que Corea ayudó a independizarse y que aún hoy siguen pagando favores. Rusia, contra pronóstico, es un cliente muy menor, como lo es España, por cierto. ¿Lo que más exportan? Carbón, tela, o metales.

¿Y si se nos olvida escribir?

Es una consecuencia lógica: si nuestros hijos e hijas tocan cada vez antes una pantalla y nosotros, sus amas y aitas, vivimos aporreando teclas, ¿de qué nos extrañamos cuando leemos que en Cambridge se plantean usar el ordenador para hacer exámenes ante la horrorosa caligrafía de sus estudiantes? Se nos está olvidando escribir y personalmente me preocupa las consecuencias de esta inercia perniciosa. Les propongo recuperar este hábito unos minutos al día.