Todos los Villarejos de España

El comisario de la Policía Nacional José Manuel Villarejo es una excepción, sí, pero porque no creo que muchos hayan amasado hasta 23,5 millones de euros “en 14 trabajos para empresas y particulares” (Abc) sin colgar la placa. Lo que me preocupa es la norma: ¿cuántos Villarejos hay en la Policía Nacional española? ¿También los hay en la Guardia Civil? Y en otros puestos con acceso a información privilegiada e investigaciones como la Justicia, ¿hay otros Villarejos? ¿Y por qué estaba tan extendido acudir a este comisario? ¿Y nadie acudía a otros comisarios u otro tipo de agentes? ¿En serio me tengo que creer que no?

No era una broma

La imagen de la apisonadora chafando un montón de armas que vaya usted a saber dónde estaban hasta ahora, en presencia de miembros del gobierno español y de Idoia Mendia, era tan ridícula que en El Mundo Today, el medio digital satírico que con más tino lacera nuestro día a día, titulaba con una descripción de los hechos: “Una apisonadora destruye las armas incautadas a organizaciones terroristas en un acto simbólico presidido por Pedro Sánchez”. Simplemente, no cabía un chiste más en una idea y una puesta en escena graciosas, y una intención de humor negro: apropiarse de la imagen del fin de la violencia.

Esto, tampoco

Otro titular que parece un chiste puede ser este: “Felipe VI se desentiende de sus hermanas, a las que el ministerio de Interior pagó su seguridad cuando se vacunaron irregularmente, porque no forman parte de la familia real”. ¡Qué tomadura de pelo! ¡Qué gran comedia que sufragamos entre todos! Y que no me venga ningún listo a decir que si hablamos de Cristina y Elena no lo hacemos de los millones de parados en España porque no solo es perfectamente compatible sino que son dos muestras del mismo país de pandereta, corona, privilegios y erario público para los mismos aprovechados de siempre.

A ver si así…

Las imágenes de la Asamblea Popular Nacional de China que estamos viendo desde hace unos días en los periódicos, los informativos de televisión e Internet son las de una dictadura que gobierna un país enorme solo con hombres que deciden cuánto va a crecer este año sin que les importe las condiciones de vida de la ciudadanía o las personas trabajadoras. Esa imagen debería de servirnos para recordar, cuando nos lo pongan de modelo a derecha e izquierda, la mierda de régimen que es, y que solo con mano de hierro y promesas imposibles con modelos de riqueza extravagantes puede mantener el orden.

Nosotros hicimos la travesía del desierto

Pertenezco a una generación que recordaba solo con imágenes vagas (y mucha hemeroteca) los últimos triunfos del Athletic, que creció sin títulos, ni finales, ni gloria mientras otros niños y otras niñas apostaban por caballos ganadores llamados Romario o Ronaldo. Pertenezco a la generación que resistió de rojiblanco porque era el color de ama y aita, de amama y aitite, y de izekos y osabas. Soy de la generación que ahora alucina con las finales y los títulos, y que se pregunta cuánto durará este ciclo porque quiere que sus hijas e hijos, tan pequeños como yo en aquellos títulos de los primeros 80, también los disfruten.

Que vayan a buscarlas

Esta pandemia está afectando a mi tolerancia: como un viejo, cada día hablo más con la televisión y reprocho a los protagonistas de las noticias en el Teleberri su actitud si me lo parece. Y cada día aguanto menos las mentiras y la búsqueda de notoriedad. Así que, sí, cuando aparece un sindicalista o representante de un colectivo que reclama la vacuna para los suyos, suelo preguntar a mi televisor: ¿y a quién se la quitamos? Porque la realidad, la puta realidad, es esta: “Sanidad notificó a las comunidades que el tercer envío de vacuna de Moderna iba a ser inferior a lo anunciado” (Vozpópuli).

La foto vs. el derecho

Hablamos mucho de las vacunas, de las curvas, las restricciones y el desempleo, pero apenas hablamos del drama de quienes podrían recibir el Ingreso Mínimo Vital si los procesos lo permitiesen: “Directoras de Servicios Sociales denuncian la ‘desesperación’ de los solicitantes”, leemos en InfoLibre. Un millón de personas habrían solicitado la ayuda en junio, cuando se consumó la foto sin que al gobierno español le importase la invasión competencial, y solo el 20% habría conseguido recibirlo. ¿Cómo se genera este caos? Con “cuatro decretos en ocho meses para modificar situaciones que ya habían sido advertidas”.

Todo se arregla con un tuit

Y en esta situación de mierda aparece Pablo Echenique en Twitter para decir: “Escucho en la radio que el ingreso mínimo vital funciona mal. Es correcto. En contra de la opinión de Unidas Podemos, se primó la burocracia sobre los derechos de la gente más vulnerable. Es inaceptable. Por eso registramos esto hace ya un mes”. Y adjunta un PDF con la propuesta de “mejoras al IMV” que ha hecho su partido en el Congreso… Como si el máximo mandatario de Podemos no fuera vicepresidente de un gobierno en el que, además, tiene cuatro ministras y ministros. Cuatro. Qué vergüencita da Echenique…

El milagro madrileño. Ya

Otro tema que me baja la tolerancia es el del famoso “milagro madrileño”: Ayuso mantiene la hostelería abierta y la gente no se muere de coronavirus en las aceras. Es cierto. Tan cierto como esto otro que apuntaba Héctor Tejero (de Más Madrid) en Twitter el martes, después de conocer los datos del desempleo: “En Madrid el paro ha aumentado más que en el resto de España (+1.69% vs. +1.12%) y la Incidencia Acumulada es superior a la media nacional (281 vs. 175). Este es el Madrid de Ayuso: ni salud, ni economía. Solo desastre”. Una descripción sucinta pero suficiente para que dejemos de alabar chorradas.

No me sorprende

No me esperaba la noticia, pero no me sorprende que las infantas Elena y Cristina, las hermanas del actual jefe de Estado español, se hayan vacunado en los Emiratos Árabes, aprovechando una visita a su padre, el anterior jefe de Estado que abandonó España cuando empezó a plantearse regulaciones que Hacienda no ha perseguido. Esa es la España que manda: picaresca, poder, impunidad, dinero y, por supuesto, ninguna responsabilidad. Porque Felipe VI se lava las manos y los medios destacan la anécdota y añaden sin que les pregunten que las hijas y hermanas del rey no forman parte de la Casa Real.

Coherencia, esa es la clave

No daré yo lecciones a expertos politólogos y científicos con amplia experiencia en política, tanta que desde diferentes partidos acaban en la casa común de Podemos, regada por la fuente del conocimiento absoluto: Twitter. Pero en estos casi 20 años que llevo observando la política hay un valor que siempre está presente en los vencedores, en los que se perpetúan o, por lo menos, se sostienen: la coherencia. Justo lo que no demuestran quienes, como Javier Salvador evidencia con dos pantallazos, reclamaron bajar el IVA de la luz y hoy argumentan en contra de la medida con la misma contundencia y seguridad.

Nada vino para quedarse

Ni del confinamiento salimos mejores ni con la pandemia vino nada para quedarse. Hasta perderemos de vista las mascarillas, pero más tarde lo que desearíamos todos. La parte buena es que también volveremos a salir o a viajar incluso sin ser conscientes de cómo podemos permitírnoslo. La mala, es que con la vacunación todos volveremos al puesto de trabajo en horarios imposibles de conciliar con la conciliación. “El teletrabajo no es bien recibido en la empresa después del confinamiento”, alertan en Pymes y Autónomos. Y me temo que aciertan: ¿qué empresa va a duplicar gastos a cambio de perder control?

Ellas siempre teletrabajaron

“Las infantas Elena y Cristina serán las más ricas de España tras heredar 1.800 millones. Las hermanas del rey Felipe VI serán las grandes beneficiarias de la herencia del rey Juan Carlos a la que renunció el monarca”. Ahí las tienen. Da igual que parezcas tonta o lista: si eres Borbón, te llevas el montón. El titular es de Vozpópuli y hace referencia a “la gran fortuna que a día de hoy tiene el padre del rey Felipe VI, según afirma la revista ‘Forbes’ y ‘The New York Times’”. Por desgracia, cada día estoy más seguro de que la grieta de la monarquía española se tapará con el ataúd de Juan Carlos I. Y los vivos, al megabollo.

Ibai, cada vez mejor

Desde que vi por primera vez a Ibai Llanos, cómo no, en Internet, tengo claro que es el vasco con el mejor sentido del espectáculo que hay y seguramente haya habido. Ahora también sé que es un tío que, en cuanto al tema fiscal, lo tiene claro, como hay que tenerlo: en una serie de vídeos explica que le parece normal tributar la mitad de lo que gana porque, simplemente, gana mucho dinero e incluso sin esa mitad vive muy bien. Y como él, son muchas las estrellas de Internet que no emigran a Andorra, lo que genera mucha controversia. “Seguramente la mejor campaña pro-impuestos que hayamos tenido”, tuiteaba Numeritos.

El fascismo se organiza

Un rasgo característico del fascismo es que es muy organizado. Solo así logra pervivir en los momentos en los que más ha sido perseguido. La anarquía de Trump, que nadie se confunda, se equilibra con la solidez de los grupos ultra en los que se ha apoyado. En España, tienen una estrategia: “Denuncias en cascada y escuelas para futuros jueces y líderes políticos”, según Público. Y en el fascismo más próximo también hay una ruta: las ofertas públicas de empleo son el objetivo al que encaminan a las nuevas generaciones para que el sistema sufra desde dentro mientras ellos están siempre mejor remunerados.

La desinformación como síntoma

Van del tirón un ramillete de noticias de Eldiario.es, a cada cual más sintomática de la mierda de tiempos que vivimos: “La Policía alerta de la creación de 1,5 millones de cuentas en redes sociales para ‘manipular’ sobre el coronavirus”. La que acabo de escribir casa especialmente mal con la siguiente: “La Policía evita abrir expediente al agente que difundió el bulo del material sanitario y comprueba si cabría una sanción”. Y para terminar: “El PP paga en Facebook para difundir que ‘mueren por coronavirus muchas más personas de las que dice el Gobierno’”. En Euskadi, por supuesto y por desgracia, también lo padecemos.

¿Quién se la merece?

Adriana Lastra ha puesto la cara en Twitter para que se la partan cuando ha publicado un vídeo con datos para desmentir parte de esos bulos que ha hecho correr la oposición al gobierno español. Dice la socialista que España no se merece esta oposición. Estoy de acuerdo. Pero es la que representa a la ciudadanía de un país. Exactamente igual que la oposición vasca, que se ha dedicado a extender bulos y a negar las cifras oficiales, por supuesto, para generar más alarma. Es la oposición que representa a una parte de Euskadi que nunca ha comprendido el dolor y por eso, precisamente, siempre ha pretendido apropiarse de él.

La realidad es compleja

Todos esos bulos, toda esa mierda lanzada a Twitter para que actúe a modo de aspersor se basa en ideas sencillas: que garanticen material a todos los sanitarios, que regalen mascarillas a la ciudadanía, que paren la producción de todo y los sueldos sigan pagándose. Lo jodido es dar respuesta con datos reales: los gobiernos de todo el planeta están buscando material sanitario y mascarillas, y son menos los países que paran la producción que los que la mantienen, por eso lo que vendrá después será una crisis económica, porque los clientes y los proveedores siguen compitiendo en el mundo. Lo fácil es el tuit.

¿Una pandemia que no entiende de clases sociales?

Pase lo que pase, la extensa familia real española vivirá mejor que cualquier otra familia. Quien siga defendiendo que esto sea así o pilla cacho o no se tiene ningún respeto a sí mismo. Esto han publicado en El Plural: “Los escoltas de la Casa Real han decidido alzar la voz (…). No sólo claman por la falta de material de protección frente a la pandemia, que les ha llegado en cuentagotas hasta este mismo martes, sino por los caprichos de las infantas Cristina y Elena, que les mantienen trabajado al mismo nivel y cumpliendo encargos como ir a por comida a restaurantes o a por zapatos en Zarzuela”.

Operación: salvar al soldado Felipe

Con la opinión extendida de que la Casa Real española no aporta nada en el siglo XXI salvo gasto y escándalos, llega este coronvirus para certificar la inutilidad de algunos elementos. Por desgracia para Felipe VI y su cohorte, solo los que chupan del tarro defienden ya una jefatura de Estado por herencia genética. Así que unos cuantos se pusieron a inventar una serie de noticias favorables al monarca. Pero nada da resultado. Su última comparecencia, vestido de militar y con mascarilla y guantes podría formar parte del museo de lo prescindible. “Flipao”, como le llamaba Llimoo en Twitter, es lo menos que podemos decir.

Otro preso vasco

Iñaki Urdangarín parece que entrará definitivamente en la cárcel. Solo falta que solicite el traslado a una prisión suiza para estar cerca de su familia, o el indulto, o un recurso a Europa, y que le caiga alguna medida de gracia para que el serial tragicómico sea ya completo. De momento, la cosa va bien: un delincuente entrará en prisión, como corresponde. Y los pesados del “y Urdangarín en su casa” estarán callados durante un tiempo. Pero España deja poco espacio para la esperanza: veremos qué y cómo cumple esos cinco años de condena y, sobre todo, veremos a Juan Carlos en la calle.

Camps, ese buen tío

No sé si Francisco Camps es un buen tío, como asegura Arcadi Espada en su libro sobre el expresidente valenciano, ni lo voy a saber: con la cantidad de novelas que tengo en cola no voy a perder el tiempo con tonterías. Lo que sí sé es lo que dice el juez que ha emitido otra sentencia condenatoria contra la financiación ilegal del PP, José Manuel Vázquez: “No puede omitir este juzgador que varios de los acusados han apuntado la existencia de otras responsabilidades en concreto los Sres. Fco. Camps y Víctor Campos, pero es jurídicamente imposible emitir pronunciamiento alguno”.

Un país mejor

Pasamos de la actualidad de los juzgados a la política y social para asegurar que estamos haciendo un país mejor: el ofrecimiento de Urkullu de acoger a parte de las más de 600 personas atrapadas en un barco a la deriva en el Mediterráneo después de que Pedro Sánchez se mostrara dispuesto a que el mismo atracara en España, es una gran noticia. No podemos seguir mirando para otro lado: tenemos que hacer de la solidaridad la norma, de la humanidad lo habitual, y este tipo de gestos nos ayudan a familiarizarnos con lo que somos: acogedores y colaboradores.

Con personas no tan buenas

En Euskadi no todos abren los brazos cuando es necesario: Yolanda Couceiro, hostelera, periodista, expresidenta de “España y Libertad” y con más de 30.000 seguidores hoy en Twitter, está en su derecho de protestar en esta red social ante la decisión de no dejar morir a más de 600 personas en el mar. Y lo hace: “629 INMIGRANTES A VIVIR DEL CUENTO. Ya sabes para que pagas impuestos. A DISFRUTAR DE LO VOTADO GAÑANES!!!!!!!” (sic) es solo uno de los mensajes que ha lanzado para pedir poner primero a los españoles. Sí, esta gente tiene éxito en Twitter.

Es necesario desmontar los bulos

Posiblemente a Couceiro no le interese el texto de Pepo Jiménez en Vozpópuli en el que desmonta los mitos en los que, precisamente, se apoya la extrema derecha: no hay efecto llamada (los refugiados e emigrantes van a intentar seguir huyendo de su muerte y miseria); no reciben “paguitas” por tocar suelo vasco o español, y si lo hacen como otro ciudadano son de la misma cuantía; un inmigrante integrado, que trabaja y cotiza, aporta más que recibe (como cualquiera); y el argumento: “Pues acógelo en tu casa” retrata y desacredita a quien lo esgrime.