«No tiene que ser cierto, solo viral»

Sé que últimamente puedo parecer un poco pesimista. Al contrario: creo que las señales del colapso de nuestra civilización son tan visibles que seremos capaces de reaccionar. Estoy seguro, por ejemplo, de que EE.UU. no elegirá a Donald Trump de nuevo como presidente. Y menos, después de conocer estos apuntes que Carles Planas saca en X de un artículo del New York Times: “‘No tiene que ser cierto, solo viral’. Trump tiene un ejército de trolls que inunda las redes de memes y deepfakes para impulsar su victoria presidencial. Los ataques más duros con IA son contra rivales mujeres como Nikki Haley, a quien desnudan”.

Lo sabemos, actuemos

Sabemos que los personajes como Donald Trump hacen trampas, que Internet está lleno de desinformación e intoxicadores, y que el resurgir del fascismo tiene mucho que ver con la propagación on-line de noticias o noticias falsas. Actuemos en consecuencia. Para lograrlo, nada mejor que leer las reflexiones de Daniel Innerarity en X (o Twitter): “La extrema derecha parece controlar cada vez más la situación. Impone a los demás un punto de vista que ellos mismos no han elegido. Establece los temas sobre los que los demás quieren distanciarse de ella. El reto no es cómo refutarla, sino cómo recuperar el control”.

Un mal chiste

Sería gracioso si millones de personas no viviesen bajo una dictadura, con un monarca hereditario que, literalmente, pasa de su ciudadanía mientras vive en Europa, y con un conflicto sin resolver que tiene sin tierra propia a un pueblo entero. Pero nada de esto ha importado, por lo que parece: “Marruecos, elegida para presidir el Consejo de Derechos Humanos de la ONU pese a las violaciones en el Sáhara” (El Independiente). Quienes han permitido que esto suceda han dado la espalda no solo a las víctimas del régimen de Mohamed VI, también al resto de una población mundial que sí sabe reconocer a un dictador.

¡Al banquillo!

Una vez más, el posible fichaje de Kylian Mbappé por el Real Madrid vuelve a ser noticia. Una vez más, una cantidad insultante de dinero separa al jugador de la capital española. Una vez más, la ambición desmesurada se disfraza de competitividad y talento. Pero en este circo todos tenemos una responsabilidad: sostenerlo está bien pero atar a los perros con longanizas es imposible. Si las pretensiones de Mbappé, por muy bueno que sea, ponen en peligro las finanzas de un club como el Real Madrid están fuera de mercado se muestra, se explica y se admite con honestidad. Quienes amamos el fútbol tenemos que pinchar esta burbuja.

Lujos innecesarios

Con el paso del tiempo, Bill Gates se ha convertido en un tipo razonable pese a su fortuna y Microsoft, en una empresa refugio. Desde que sé que el que fuera hombre más rico del mundo lleva a diario un Casio de 90 € le respeto un poco más. El peluco de Gates es una excepción, según: el actual jefe de Microsoft, Satya Nadella, lleva un Breitling de 3.200, y los 375 dólares del Swiss Army que lleva Michael Bloomberg no son nada comparados con los 35.000 € que vale el Rolex de Warren Buffet o las colecciones de lujo de Elon Musk o Jeff Bezos. Aparatos cuya fabricación y comercialización deberían de ser tomadas como un insulto.

Descubriendo la democracia

Me flipan algunas sorpresas sobreactuadas que empezaron en los digitales y, por desgracia, se han contagiado al papel o los medios audiovisuales: Pedro Sánchez elige para los puestos de confianza a personas de su confianza. ¡Cómo puede estar pasando esto! ¡Seguro que es la primera vez que sucede! ¡Es increíble que a nadie se le hubiese ocurrido antes algo así! Podemos tirar de sarcasmo lo que queramos para compensar cómo en Vozpópuli tiran de teatro y esperpento (que tiene su arte): “Pedro Sánchez coloniza los ministerios con cargos afines: ‘Este es el verdadero muro del PSOE’”.

Siempre fueron jefes

Es cierto que algunas personas nacieron para ser jefas. Pero creo que no tiene nada que ver con su capacidad de liderazgo o gestión de equipos. Más bien, al contrario: la incompatibilidad de su personalidad con el sencillo hecho de tener compañeras y compañeros les lleva a las alturas para evitar la turrada. Me refiero a personas como Elon Musk que si no hubiera sido la persona más rica del mundo y hubiese acabado en una desprecia a anunciantes como Disney para Twitter (“¡que les den!”), pero, ¿qué dirá a sus directoras y directores comerciales?

“¿Cómo se atreven?”

La censura de hoy, normalizada en algunos países como EE.UU., no sería posible sin el exceso con el lenguaje políticamente correcto que, sin duda, hemos abordado mal. Aquellos argumentos que extendíamos con sumo cuidado, como aguantándonos un pedo, han sido aprovechados por el populismo para victimizar a colectivos dominantes. Y aquellas maneras, que han arrinconado formas de expresarnos, han abierto la puerta a modificar discursos y proteger, como ha pasado a Robert De Niro, críticas a Trump. Cuando vio en el prompter que su discurso había sido cercenado, soltó un “¿cómo se atreven?”, sacó su móvil y lo leyó.

¿Es un youtuber un empleado de YouTube?

Como trabajador autónomo que soy lo tengo claro: no. Si montas tu negociete de generación de contenidos y los comercializas en varias plataformas, es tu movida. No vale querer cambiar las condiciones sobre la marcha (de hecho, nos quejamos si lo hacen quienes nos contratan) o renegar de las que aceptaste con la libertad que te daba tu negocio por bandera. Así que entiendo la postura de Google, de negar que sea despido improcedente cancelar la posibilidad de monetización de un canal de un youtuber. “Jota” es el que ha demandado a la plataforma de la mano de UGT, según cuenta El Chapuzas Informático.

¿Netflix reinventa la tele (pero de pago)?

En Genbeta han puesto por escrito la reflexión que todos hemos hecho de alguna manera: si Netflix pone publicidad en sus emisiones, además de cobrarte una cuota, ¿en qué se diferencia de la televisión convencional? Vale, puedes elegir contenidos, pero también puedes hacerlo en las webs y aplicaciones, como Primeran, que están desarrollando los canales tradicionales de televisión. El paso atrás de Netflix, sin embargo, es absolutamente lógico: su modelo de negocio no era sostenible y eso, que algunos hemos puesto también por escrito desde su eclosión, también lo intuíamos muchas y muchos.

Muy buena gente

“Vox ordena a sus concejales boicotear los actos oficiales del 25-N, día contra la violencia machista”, leo en El Diario y pienso en lo que me decía el otro día un buen amigo: Vox puede parecernos lo que sea, pero son coherentes y demuestran que son tan malas personas en los gobiernos como parecen en la oposición. Negar la violencia machista no solo es negar una evidencia: es romper un consenso y poner en duda bases del sistema democrático. Es atacar lo que somos (personas capaces de empatizar y llamar a las cosas por su nombre) y lo que no somos (bestias), y ante eso solo cabe una posición: la oposición frontal y activa.

¿Dónde no hay talento?

Andaba otro buen amigo mío trasteando en la web del Parlamento Vasco (hay páginas con información valiosísima pero encontrar los tesoros requiere tiempo) y encontró un link que no pudo evitar enviarme. Cuando lo abrí, me sorprendí igual que hizo él: Lore Martínez, de Bildu, planteaba así una pregunta al Gobierno: “La carencia de talento existente en la CAV es notable”. ¿Dónde nota falta de talento? ¿En su entorno? ¿Hay carencia de talento en todas esas empresas punteras que ponen a Euskadi al mundo? ¿En las y los trabajadores que son fichados por multinacionales? ¿El funcionariado vasco carece de talento?

Correcto

Igual que la unidad de acción de EH Bildu con ERC ha mejorado la política en fondos (las y los vascos han descubierto el posibilismo) y formas (también han descubierto las sonrisas para las fotos y las americanas que ahora no se quitan), la unidad de acción entre EAJ-PNV y Junts per Catalunya será positiva. Estoy completamente seguro. El regreso a la arena política de las y los catalanes, propiciada por unos números endiablados en el Congreso y la necesidad del PSOE, es una gran noticia, que además lo haga de la mano de las y los de Ortuzar la mejora por lo que dijo el lehendakari Agirre: “Euskadi, siempre con Catalunya”.

El misterio del aceite español

Hablemos también de España: en Reuters recogen para el resto del mundo que en ese país, el que más aceite de oliva produce, algunos supermercados guardan las botellas bajo llave por el incremento desmedido de los precios. Un misterio, el de este ascenso asceta, que se extiende, para nuestra desgracia, también a Euskadi (donde producimos aceite, por cierto). Albares tiene trabajo acumulado desde la anterior legislatura: mejorar la imagen de España y de quienes recogen y elaboran uno de sus mejores productos. Pero Pablo Bustinduy, al frente de Consumo, también tendrá algo que hacer y que decir urgentemente.

La gerontocracia

Ya que miro al exterior, lo hago un poco más allá: esta semana hemos visto a Joe Biden llamar Britney Spears a Taylor Swift. Un lapsus, sí, pero en su caso es otro más. Y en la esquina contraria, Donald Trump va cada vez más a su aire pero sigue manteniendo serias opciones para ser el candidato republicano a la presidencia. Eso pondría a las y los estadounidenses ante una tesitura terrorífica: elegir en 2024 entre un presidente (que lo normal es que se presente a la reelección) que hoy tiene 81 años y un aspirante que también lo fue y que hoy tiene 77 años. Entiendo que los 50 sean los nuevos 40, pero esas edades son excesivas para el cargo.

Lo primero, votar

En todos los procesos electorales, desde hace años, escuchamos la misma canción: a lo de la propaganda en papel que llega a casa y lo del límite para publicar encuestas hay que darle una vuelta. Lo que sí creo es que tenemos que escuchar argumentos tanto a favor de cambiarlo como de mantenerlo: en Internet la ciudadanía no compara programas ni folletos, sino tuits y memes. Y las encuestas, por supuesto, influyen. ¿Debemos dejar que influyan? ¿Y a esto que comentan en The Objective: “España paga por cada hora en una mesa electoral menos que el Salario Mínimo”? Pensemos lo que pensemos de la campaña, sabemos que hoy toca votar.

Un facha es un facha

He votado, así que puedo permitirme no hablar de la campaña vasca. El pescado ya está vendido. Prefiero mirar fuera: es mucho más tranquilizador en esta jornada que será de nervios en muchas casas. Y mirando fuera descubres que un facha es un facha, que, de hecho, los fachas suelen ser personas muy coherentes (en Euskadi lo sabemos bien): “Condena de 18 años de prisión para el líder ultraderechista de Oath Keeper por el asalto al Capitolio de EE.UU.”. Las vinculaciones de Trump y Bannon con la fascistada estadounidense ha quedado documentada en varias ocasiones y, de nuevo, en esta sentencia.

Y un rico, un rico

Nunca me han importado demasiado los pijos. Incluso me resultaban divertidos, graciosos, chistosos. Hasta que he tenido una hija y un hijo: ahora sus comportamientos me resultan molestos y no me río. Será porque sé que sus descendientes lo tendrán más fácil, mucho más fácil, que los míos. Así que algo me llama a no dejar incompletos tuits como este de Paola Becerra: “¿Quieres tener éxito? Despiértate antes, trabaja más, sacrifica más, sal más tarde, esfuérzate más. Tiempo de sembrar”. A mí lo que me falta es: “Y no te olvides de nacer rico o rica”. Eso es lo que hoy garantiza el éxito, más que ninguna otra cosa.

Gracias por contarlo

Voy a intentar pasar la jornada electoral distraído después de ejercer mi derecho a voto. He repasado la prensa internacional, me he reído de una rica, y ahora me toca agradecer a Ángela Sáiz que esté compartiendo en Instagram su aventura colombiana. Lo cierto es que creo que sus crónicas son merecedoras de mucho más que una cuenta en Instagram y que el eco debería de ser mayor que el yo le ofrezco en esta columna. Pero como es el rincón en el periódico que tengo, lo aprovecho. Con la cantidad de contenido aleatorio y de mierda que consumimos en redes sociales, sus historias me resultas sorprendentes y gratificantes.

Gracias por jugarlo

Una de las grandes sorpresas de la temporada para mí ha sido el Athletic… de Endika Río. Este periodista está narrando en sus redes sociales cómo juega al Football Manager con el club del que es aficionado, que es el mismo que el mío. Me ha sorprendido lo bien que lo hace y me he sorprendido siguiéndole con tranquilidad e interés por ver cómo avanza su partida y cómo va construyendo su relato. Creo que Río ha encontrado un pequeño nicho: quienes somos demasiado mayores para entender a lo que juega la chavalada pero somos capaces de disfrutar de videojuegos, eso sí, a nuestro ritmo y de nuestras cosas.

No podemos olvidar

Por supuesto, no discuto que las y los candidatos de Bildu que fueron condenados por colaborar o pertenecer a ETA tienen todos sus derechos restituidos después de cumplir su condena. Pero eso no implica que no hicieran lo que sí hicieron y por lo que fueron condenados. No podemos estar señalando los ascensos de Arturo Espejo y meternos la mano en el bolsillo con la legitimación del fascismo local con la que algunos pretenden que traguemos. Nuestra labor como periodistas (como bien hace Jesús Barcos en su tuit) y, lo que es más importante, como vascas y vascos, es que no se olvide lo que pasó en nuestro país.

Haberte hecho funcionario

Como vasco, precisamente, una de las instituciones de la que más orgulloso me siento es la Ertzaintza. Tener una policía propia y dotarla de competencias y recursos es importantísimo como país. Defenderla de quienes quisieron aniquilarla, literalmente, fue una obligación como abertzale y persona. Recurrir a ella, por desgracia, es inevitable en nuestras vidas. Pero el cuerpo no puede olvidarse de qué va esto, de qué nivel de protección social e institucional tiene, de que amenazar con eventos que van a ser de todas y todos no es legítimo, y de que “haberte hecho ertzaina”, por supuesto, no es una respuesta.

¿Dónde estarán las y los comerciantes?

La idea de un supermercado público me resulta extraña y la insistencia de Pablo Iglesias, sospechosa. Pero sobre todo creo que no es un sector en el que poner en marcha una nueva mecánica funcionarial. España y Euskadi tienen un serio problema con las y los autónomos. No hablo de “entrepreneurs”, hablo de la fontanera y el tendero, del ebanista y la carnicera. Anuncios como este: “Belarra promete que en los súper públicos los trabajadores ganarán más que en los privados” (El Independiente) no parecen realistas, primero, porque habla de una hipótesis y, segundo, porque demuestra que no sabe de qué va el día a día de la mayoría.

No hay maquillaje que lo tape

Donald Trump, en un gesto que le retrata, ha despreciado a la mujer de la que, según las evidencias, abusó sexualmente, diciendo que ni siquiera la conoce. No hay maquillaje que tape de qué madera esta hecho el multimillonario (la misma que todos los multimillonarios, no lo olvidemos) ni el hecho de que haya sido condenado a “pagar cinco millones de dólares a E. Jean Carroll por abuso sexual y difamación” (EPE). Tampoco podemos olvidar quién sigue el modelo trumpista (Vox y Díaz Ayuso, en España; los populistas vascos, en Euskadi) especialmente ahora, que toca votar otra vez. EE.UU., como país fallido que es, va a su aire.

“Un terrible recordatorio”

“Su muerte es un terrible recordatorio de los riesgos y peligros que enfrentan los periodistas a diario”. Así empieza la nota con la que la agencia AFP daba a conocer que Arman Soldin, su coordinador de video en Ucrania, de solo 32 años, había fallecido en un ataque a los soldados locales con los que estaba en los alrededores de Chasiv Yar, una localidad cercana a Bajmut. Un ataque, ya lo digo yo, que partió del ejército invasor ruso. La de Soldin es, por desgracia, una muerte más en un conflicto cuyo inicio es la ocupación rusa por la cara de una parte de Ucrania. Su muerte, como todas las demás, podía haberse evitado.