Hay que decirlo más

Antonio Garamendi ha ejercido de “falso autónomo a sabiendas” (El Plural), ha cambiado su estatus a trabajador por cuenta ajena cuando nos han pegado una subida al resto, ha conseguido una sustancial mejora que implica unos gastos mayores a la empresa contratante (algo absolutamente extraordinario en el mercado de hoy) y además, y esto es lo peor, gana un dineral difícilmente justificable. 400.000 € por una labor de representación más que de gestión después de haberse opuesto a la subida del SMI, entre otras cuestiones sangrantes, marcan más un estatus que, si se empeñan en fortalecer, los demás debemos atacar.

Pues actúa

José María Saiz es un alcalde del PP en un municipio de 500 habitantes cerca de Cuenca al que se desplazó Javier Negre, un alborotador que hace contenidos audiovisuales que consumen y comparten desde la extrema derecha mientras el PP paga (recibe subvenciones anuales de ayuntamiento y comunidad de Madrid). El primero, al micrófono del segundo, dijo: “Irene Montero tiene llagas en la boca de chupársela al coletas”. Pablo Iglesias lo ha denunciado públicamente y Núñez Feijóo ha estado atento al quite y ha prometido “actuar de inmediato”. Pero el problema no es un alcalde de pueblo, sino convivir, alimentar y confiar en cavernícolas.

La lenta agonía de EA

Maiorga Ramírez parece solo ante el peligro entre las cuentas que han sido bloqueadas en Twitter por, según sugiere, ser críticas con la línea oficial de EA, su influencia reducida a un territorio y los números de afiliación que él mismo ofrece (120 en todo Nafarroa). Pero él sigue denunciando lo que, desde fuera, parece una entrega en diferido y mirando para otro lado a la izquierda abertzale del partido de Carlos Garaikoetxea. Una disolución en río revuelto, un desvanecimiento, un final alargado como en una versión extendida de una película reeditada por un director pesado y obsesionado consigo mismo que vemos por obligación.

“Bildu español”

La pintada que muestra Javier Salvador en Twitter, como todas las que llevo viendo toda mi vida señalando a personas que se dedican a la política o a partidos en su conjunto, me parece mal. Profundamente mal. Pero también me parece poética, y más en esta semana en la que Bildu, mientras con una mano disuelve EA, con la otra le hace un favor al PSOE implicándose en una ley de bienestar animal que, para colmo, supone una invasión competencial en la CAV. Hace muchos años, una persona mucho más inteligente que yo me explicó: si algo no soportan en la izquierda abertzale es que les pongan un espejo delante. Y eso es ese “Bildu español”.

Y una buena noticia

Salvo por la inflación, que nos afecta negativamente a todas y todos, esta que leemos en El Blog Salmón es, sin duda, una buena noticia: “Hacienda encadena récords de recaudación: por empleo, por inflación y ahora con el IRPF unos 2.400 millones por la subida de las pensiones”. Pocas cosas hay más progresistas que engordar comunitariamente y con progresividad, precisamente, las arcas de las que también vamos a beneficiarnos con servicios sociales e infraestructuras. Lo que nos toca a este lado del telescopio es observar que esa abundancia no se traduzca en campañas de partido camufladas como de gobierno.

¿»Ideológica»?

Me ha sorprendido mucho este titular en El Confidencial: “Ciudadanos entra en fase autodestructiva y la brecha ideológica interna se ensancha”. ¿Ideológica? El problema del partido, precisamente, es que es una amalgama, que no tiene un cemento ideológico que evite que se convierta en una centrifugadora. El final del partido de Arrimadas y Bal, lo he escrito varias veces en la columna, me recuerda al final de EA. En el español insisten en que son neoliberales igual que en el vasco abrazaron la socialdemocracia hasta que Bildu les hizo el abrazo del oso. Pero en ambos casos su objeto fundacional fue la ambición. Y así acaban.

Liberales en lo económico, fachas en lo moral

Ciudadanos acabó con UPYD y cebó a Vox. Esa ha sido su aportación a la política española. Por el camino ha dejado un reguero de políticos de muy bajo nivel que pulsaron el botón de descenso al sótano en el ascensor parlamentario. Nada más. Su liberalismo es de empeño: tuvieron que empeñarse en que eran liberales porque algo tenían que ser y porque sirve como excusa para casi todo. Por ejemplo, seguro que se declaran liberales en lo económico (y un poco fachas en lo moral, aunque no lo confiesen) los “inversores y grandes patrimonios” que “disparan las consultas a bufetes para tributar en Italia” (Vozpópuli).

“Solo es el inicio”

Poco estamos hablando de una de las consecuencias que tendrá la pérdida de valor de las criptomonedas: las empresas vinculadas a estos activos (que para mí nunca pasaron de estafa piramidal, lo siento) se metieron a promocionar eventos y equipos deportivos pagando, precisamente, en criptomonedas a sus patrocinados. Ahora, equipos como el de Mercedes en Fórmula 1 anuncian que rompen contratos. En algunos casos, las pérdidas de dinero suponen un agujero importante en los presupuestos, pero entiendo que serán pocos los equipos que admitan que tienen problemas de liquidez por los criptoactivos.

Un mundo descontextualizado

Llevo tiempo pensando que, si bien la iconoclastia ha sido común a todos los cambios generacionales, el modo en el que la juventud actual ha sido empoderada (por sus mayores) y ha roto con todo lo anterior es exagerado y no necesariamente positivo. Además, es evidente que el consumo cultural hoy es a pildorazos: escuchamos canciones en Spotify pero no las ponemos en su contexto, esto es, un disco. En CCCB Lab, Ainhoa Marzol reflexiona con acierto sobre “la multiplicación de los microformatos” que “propicia la viralidad” pero “también puede tener efectos bien nocivos en cómo accedemos a la información”.

Cuidémonos

Confieso en estas líneas que más de una vez he hecho que el camino de vuelta a mi casa pasara por delante del Café Farggi, en la calle Esperanza de Bilbao. Lo hacía cuando necesitaba mejorar un día. Esta semana me he enterado del cambio de gerencia de la peor manera posible: un post en Instagram anunciaba el fin a quince años de café y trozos de tarta que disolvían cualquier mala jornada, “por problemas de salud”. Me encantaría poder dar las gracias en persona a quienes me han endulzado la vida con su dedicación, y ojalá no fuesen necesarias noticias como esta para recordarnos lo importante que es cuidarnos unos a otros.

La EA de España

Me ha sorprendido algún tuit que pedía un final más honroso para Ciudadanos, como si el partido de Albert Rivera, Juan Carlos Girauta, Marcos de Quinto, Toni Cantó y otros hooligans neoliberales hubiese sido digno de respeto en algún momento. La cutre batalla final entre Inés Arrimadas y Edmundo Bal es un correcto fin de fiesta para quien cebó a la ultraderecha. En Euskadi también asistimos a ridículos estertores de un partido político, creado solo para sustituir a otro y que ha acabado en las garras de la izquierda abertzale por pura supervivencia. Estos espectáculos son siempre entretenidos, disfrutemos de ellos.

Y la Trump de España

En el Huffington Post recogen una especie de semblanza que han publicado en el francés Libération sobre Isabel Díaz Ayuso, de la que dicen que “va por buen camino para liderar la oposición de derecha a nivel nacional reivindicando abiertamente a Donald Trump en nombre de la sacrosanta libertad”. En el diario francés, tradicionalmente progresista, la presentan como una “populista conservadora que durante la pandemia se jactó de desobedecer las instrucciones del Gobierno central”, y critican abiertamente su política sanitaria. Realmente, no han publicado en francés nada que no sepamos.

El problema lo genera quien paga

Que Victoria Federica haya llegado a ser una influencer que vive de su presencia en los saraos madrileños (podría cobrar hasta 6.000 € por aparición) es uno de los mejores ejemplos de todo lo que va mal en España. Porque, además, la nieta de Juan Carlos I, como su madre y su hermano, son bastante desagradables con quien cubren esos actos, es decir, la prensa. Pero estando seguro de que su caché forma parte de la historia negra de España, como estoy, creo que no se le puede criticar nada por haberlo cobrado (incluso más, hasta “cinco cifras” según Vozpópuli) por un acto benéfico organizado y pagado por la fundación de McDonald’s.

Es muy gordo, es verdad

No soy un gran admirador del fútbol latinoamericano, lo confieso. Prefiero a las selecciones europeas por predecibles y a las africanas por inesperadas. Pero creo que el codazo de José María Giménez “al director de competiciones de FIFA”, Manolo Zubiria, es un poco el codazo del fútbol al organismo. No defiendo al jugador, al que podemos ver en acción en la Liga, pero tampoco lo haré a la FIFA. Si de algo tiene que servir el Mundial de Qatar es de coscorrón (porque no pasará de ahí): podrán hacer lo que quieran, pero lo vemos, lo señalamos y, hacemos que empiece a importar. Solo así dejarán de poder hacer lo que quieran.

Me temo que solo es un aviso

Llevo tiempo pensando que en el debate sobre el coche eléctrico instituciones e industria no están contando toda la verdad: ¿sería posible sustituir toda la flota de coches con un motor tradicional por los eléctricos? ¿Podemos soportarlo teniendo en cuenta que la electricidad ya es la base energética del resto de cosas? ¿Qué materia prima sustituiría al petróleo como la que más dependencia nos generaría? ¿Por qué se empeñan en imponer su compra si son artículos de lujo? El aviso de Suiza no es local, es para todo el mundo: existe la “posibilidad de prohibir la circulación de coches eléctricos si hay riesgo de apagones” (FCE).

No, no se ha terminado

En Pekín hay un rebrote del coronavirus y en una ciudad del tamaño de un país están volviendo a confinarse en círculos concéntricos en torno a un mercado (otra vez, un mercado) que parece que es el nuevo foco. Esto no se ha acabado, al contrario: solo estamos en medio del problema, terminando de superar el primer golpe. Este virus, que es de los que mata, no se ha ido a ninguna parte. Al contrario: está donde surgió (allí) y está donde se expandió (aquí). Así que más nos vale cuidarnos, usar la puñetera mascarilla (que algunos parece que no lo entienden) y mantener las distancias. También con la familia.

Y sí, las y los profesores sí importan

No hacía falta que un grupo de directores de centros escolares declarasen que los profesores en Educación Infantil y Primaria son importantes. Igual que lo son los de cursos superiores y hasta la universidad: la educación a distancia improvisada, evidentemente, no está funcionando tan bien como la presencia de nuestras hijas e hijos en las aulas. Igual el confinamiento sirve para que demos valor a las y los sanitarios, la Ertzaintza, las y los profesores, las y los reponedores y cajeros, repartidores, hosteleros… Esos profesionales que nos han ayudado o a los que hemos echado tanto de menos.

El irrelevante fin de EA

Mikel Segovia ha hecho un práctico resumen para lectores de El Independiente de toda España de lo que supuso electoralmente la escisión del PNV y EA, y la situación actual de cada partido. La del partido de Ortuzar, sobradamente conocida. La de EA, ignota para quien no está metido en la arena política. ¿Qué en EA están dirimiendo en los juzgados quién será su nuevo secretario general? ¿Quién lo era hasta ahora? ¿Cuántos quedan en EA? Son las preguntas que se hacen hasta muchos afiliados del PNV que vivieron aquellos tortuosos días. Hoy, solo quedan restos de la obra de Garaikoetxea y los rebaña Sortu con satisfacción.

Iturgaiz no sabe ni dónde vive

Después de tanto tiempo yendo y viniendo a Bruselas, me temo que Carlos Iturgaiz tiene jet-lag permanente. Y eso que su propio partido le dio un respiro cuando estuvieron a punto de apartarle del europarlamento. Bueno, la cosa es que el candidato del PP a lehendakari no sabe muy bien dónde se encuentra: “Iturgaiz se reivindica como única alternativa al ‘frente popular de Bildu, ERC, UP y PSOE’” (El Confidencial). Ahí es nada. Iturgaiz contra todos y con todo lo que se le pase por la cabeza. Entiendo que el PP esté intentando no convertirse en la nada, pero igual no tienen bien detectado su propio problema.

Pues en España les va bien

Está bien, me rindo: el PP parece desnortado en Euskadi pero en España las encuestas respaldan su estrategia de enfrentamiento constante, tono agrio y cara de oler siempre un pedo. Por lo menos, en La Razón han decidido que el ánimo no puede decaer, y han publicado una encuesta en la que los de Casado y los de Sánchez empatarían a escaños si hubiese elecciones generales, aunque el PP quedaría todavía 200.000 votos por detrás. Me cuesta creerme este resultado tan bueno, pero sí parece que el PP va recuperando voto fugado a Ciudadanos y Vox, y que el PSOE tiene menos margen de crecimiento.

La mentira como estrategia

Cuando los prescriptores de Bildu en Twitter decidió lanzar en tromba que en Radio Euskadi nadie de su partido había tenido ninguna entrevista durante el mes de marzo sabían que mentían: en ese mes, como bien aclaró a Arnaldo Otegi en Twitter el director de Eusko Irratia, Urko Aristi, el propio Otegi y Matute fueron entrevistados durante ese mes en Radio Euskadi, y evidentemente ese informe es erróneo. Insisto: en Bildu sabían perfectamente que era erróneo, pero decidieron difundirlo para victimizarse (una tendencia, también, muy habitual). ¿Decidieron mentir? Un partido que miente no solo lo hace en una cosa.

Me preocupa Otegi

Todos nos hacemos mayores, pero me preocupa la salud de Otegi, al que la memoria parece fallarle: no se acordaba de su entrevista en Radio Euskadi de marzo (¿o estaba omitiéndola deliberadamente?), no se acuerda de que llevamos décadas viendo pintadas en batzokis y que por eso sabemos quién las hace, no se acuerda de que forma parte de Sortu, un partido cuyo secretario general defiende a los presos de ETA sin mencionar a sus víctimas y cuyo europarlamentario da la bienvenida a uno excarcelado, por no acordarse, no se acuerda ni de la banda terrorista de la que formó parte… O no quiere hacerlo.

“Sector garaikoetxeista”

El tuit de Miguel Aizpuru sobre el “sector garaikoetxeista” de EA me dejó anonadado. Los de Maiorga Ramírez se declaran herederos (supongo que ideológicos) del lehendakari. Y se enfrentan a los de Eva Blanco que, por lo que sabemos, quiere que EA se integre aún más en Bildu. Entiendo a los de Ramírez, yo también apostaría por el mantenimiento de un partido y de una organización, de unas ideas y unos valores, de un liderazgo renovado que no pierda de vista lo que fuimos. Pero que esto esté pasando ahora en EA, precisamente, y en la casa común que ha construido la izquierda abertzale, tiene mucha gracia.

No somos racistas, no…

Las manifestaciones en España contra el racismo en EE.UU. han sido un enorme error con una pandemia que sigue matando día a día. Las justificaciones de algunos (no pocos) asegurando que, además, España no tiene el problema racial de EE.UU., no están menos equivocadas: solo unas horas después, hemos visto fallecer a un joven inmigrante en un centro de menores en Almería cuando era reducido por seis personas. Ojo, que en Euskadi tampoco nos libramos: tenemos que luchar jornada a jornada contra el racismo que negamos pero existe contra subsaharianos, magrebíes, rumanos o gitanos. Y el que lo niegue se engaña.

El tonto del día

En estos tiempos de Twitter y miles de medios digitales que hacen todo tipo de entrevistas y noticias es muy fácil que veamos cómo algunos de nuestros artistas favoritos vivos son, directamente, gilipollas. Pero si eso nos impide disfrutar de sus libros, pelis o canciones… Más vale que nos vayan los clásicos. El último en hablar y demostrar que no es muy listo es Miguel Bosé, que después de varias diatribas en Twitter sobre el coronavirus y contra Sánchez, ha concluido así de gráficamente: “Yo digo no a la vacuna, no al 5G, no a la alianza España/Bill Gates. Yo soy la resistencia”. Qué pena.