La tele que adoctrina

¿Se imagina al lehendakari Urkullu explicando a niños y niñas en un programa de televisión dedicado a él que los nacionalistas vascos queremos decidir por nosotros mismos y los nacionalistas españoles nos quieren imponer su decisión? ¿Se imaginan al president Torra haciendo esto en un programa de la TV3 y con los recursos del medio en redes sociales para mayor gloria suya? Pues lo está haciendo el nuevo alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, del PP, en Telemadrid, hablando de izquierdas y derechas. ¿Qué tele adoctrina? ¿Qué partidos políticos usan para sus fines lo público?

Los medios que señalan

Tiene razón el president del Parlament, Roger Torrent, en que están intentando criminalizar el nacionalismo catalán. Será porque en Euskadi sabemos cómo funciona la caverna (ahora está de moda llamarlo “cloacas”), pero huele muy mal ese chorro de opinión e incluso información acrítica que señala a un movimiento que ha dado ejemplo como pacífico y civilizado (sobre todo a unos cuantos vascos que ahora intentan arrimarse como sardinas al ascua). Incluso aunque los detenidos quisieran atentar (cosa que sigo dudando leído todo lo leído) tendríamos que hablar de hechos aislados. ¿O lo importante es manchar el nacionalismo?

Podemos se rompe en mil pedazos

Hay varias elecciones dentro de las del próximo 10-N: las del sentido común contra el de supervivencia de Sánchez, las del PP para reunificar voto del bloque de derechas y extrema derecha, las elecciones propiamente dichas, entre ese bloque ultraconservador y el resto, y las elecciones entre ex y actuales miembros de Podemos y contra Podemos. Lo que está claro es que el partido morado se ha roto, y la maniobra de Equo, que se va con el partido de Errejón salvo su fundador y alguna federación, que se quedan con Iglesias, es el mejor ejemplo de lo hecho trizas que llega Podemos a la campaña.

No necesitamos a Glovo

Por mucho que lo intente no voy a ser capaz de expresar mejor que Jorge Matías en Twitter mi opinión sobre Glovo y el resto de empresas similares: “Un payaso como el de Glovo amenazando con llevarse inversión a otros países si no le dejan hacer lo que le sale del nabo con los trabajadores. Pero qué coño es esto. Que es Glovo, un puto cagao de app. Ni que fuera General Motors. Pero si sois el Candy Crush de la pizza, payaso”. Lo que más me sorprende es la cantidad de personas con condiciones laborales mejorables (la mayoría) que no muestran problema en contar con estas empresas que explotan a sus “riders”.

Tampoco este periodismo

No sé si me parece bien que Julio Maldonado arremeta contra programas deportivos como El Chiringuito después de que cancelaran el suyo, diametralmente opuesto. Sí sé cuál es mi opinión sobre este periodismo deportivo de falsas exclusivas, espectacularización extrema de la anécdota, forofismo garrulo y empoderamiento de periodistas que dudo que sean capaces de escribir una buena crónica. Y sí creo en el buen periodismo deportivo que disfruto más en los medios generalistas y en alguna publicación especializada y cuidada que se aleja de chiringuitos y sus copias. Necesitamos sosiego hasta en el fútbol.

Democracias diferentes, resultados diferentes

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Coincidió como lo ven en mi cuenta de Twitter: la inhabilitación a Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau, por desobedecer, se solapó al anuncio de Nicola Sturgeon, que piensa volver a preguntar a los escoceses si quieren abandonar el Reino Unido después del Bexit y las promesas incumplidas. Este enfrentamiento es el de dos noticias, sí, pero también el de dos formas de entender el ejercicio de la democracia: en contra de las consultas o insistiendo con ellas.

¿Por qué dejo de ser presidente Mas?

Porque la CUP señaló a Artur Mas como la primera pieza a cobrar. Así fue, su cabeza fue el trofeo que exhibieron este puñado de parlamentarios que son, al mismo tiempo, la garantía de que los pasos hacia la independencia contarán con el respaldo suficiente, y de que se darán de la manera más esperpéntica posible. Ramón Cotarelo lo recordaba en Twitter: “Si la CUP no hubiera impedido el gobierno de Mas, ahora los neofranquistas habrían tenido que inhabilitar a un presidente”.

Que la verdad no te estropee un tuit

Más valor añadido para la democracia en España: IU, Podemos y Equo mienten y no les importa. Es más, están encantados. Fíjense: un veterinario de ERC, ¡un veterinario!, pacta con el PP que en España se prohíba cortar la cola a los perros salvo en los casos en los que sea recomendable, especialmente, en casos de caza. A este pacto se suma el PNV. ¿Resultado? Campaña con que PP, ERC y PNV están en contra de cortar la cola a los perros… Y paso atrás de una ERC demasiado pendiente de Twitter.

¿De verdad que descubrís ahora a Lagarder?

Lagarder Danciu es un buscador, un buscador de protagonismo. Él se define a sí mismo como “activista” porque, claro, “quiero salir en la tele y el periódico pase lo que pase” no es una buena carta de presentación. Y aunque se le ve venir ha conseguido un montón de seguidores y aplaudidores… hasta esta semana. Al parecer, ha calculado mal cuando se ha situado como defensor de los transexuales delante de los medios. Ahora, sí, caen las críticas. ¿demasiado tarde o demasiado cínicas?

Donald Trump sí cumple su programa

La corresponsal en Washington, Dori Toribio, nos vuelve a adelantar en Twitter una de esas noticias que son, sobre todo, de consumo interno en EE.UU. pero que sirven para medir la altura moral de quien gobierna hoy ese país: “14 millones estadounidenses se quedarán sin seguro médico en 2018 con el nuevo plan republicano. 24 en 2026”. Es el resultado de revocar el programa para universalizar la Sanidad que puso en marcha Omaba, y del nuevo despotismo ilustrado: todo con el pueblo pero nada para el pueblo.

Pablo Iglesias quiso saltar la banca

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Había expectación por lo que podía decir Pablo Iglesias, pero nadie, absolutamente nadie, esperaba que fuera a hacer las cosas tan mal. Como le recordaría después Aitor Esteban, un portavoz de un grupo en el Congreso no le traslada primero al Rey sus intenciones: éste espera que los partidos hablen entre ellos antes de acudir a Zarzuela. Eso sí, Pablo Iglesias dio mucha, muchísima materia para tuitear entre el asombro, la risa de quienes llevamos un tiempo en esto, y las palmas de sus palmeros. Cada vez menos, por cierto.

La poltrona es la crítica

Además del desconocimiento y la osadía (eso de que la ignorancia amadrina el atrevimiento va a acabar siendo cierto) Pablo Iglesias recibió, principalmente, dos críticas: la primera, la de la hemeroteca (dijo expresamente que no sería vicepresidente de Sánchez), me parece menor. La de la poltrona me parece mayor. Marcelino Madrigal y Martu Garrote (poco sospechosos de “peperos”) ironizaban sobre su querencia por los buenos puestos (secretario general, eurodiputado, portavoz de grupo y, ahora, vicepresidente primero), y Carlos Alsina señalaba el cambio de criterio: “No era el derecho a decidir, era el derecho a vicepresidir”.

Sea lo que sea, que sea televisado

Pablo Iglesias puede que no conozca los mecanismos democráticos ni el concepto de prudencia, pero sí que sabe qué es atractivo para los medios (aquí me tienen, dedicando una columna a una idea de bombero). Ahora pide que su negociación con Pedro Sánchez sea televisada. Como lo oyen. El periodista Carlos Cué rescato el único precedente que uno es capaz de recordar: la negociación que protagonizaron Renzi y Grillo en Italia “que acabo fatal”. En LaSexta se frotan ya las manos.

¿Y qué dice Sánchez?

Pedro Sánchez fue bastante más prudente en la rueda de prensa y, ante el bombazo, compareció tranquilo (previa visita a Ferraz) y sin prisas. En Twitter reiteró que va a esperar a que Mariano Rajoy sea rechazado por la mayoría del Congreso (esa foto le refuerza, y hace bien en buscarla). Después, negociará con Podemos. Por el bien de todos, espero que Sánchez sea más razonable que Iglesias y negocie antes. Y que lo haga sin anunciarlo primero a la prensa con la excusa de que acaba de contárselo al jefe de Estado.

Los que se suman a la fiesta

Me cuesta entender la amabilidad de Alberto Garzón en Twitter con Pablo Iglesias, después de que Iglesias le haya fastidiado tanto como ha podido al propio Garzón y a toda IU. La promesa ahora de un ministerio (que en todo caso le daría Sánchez, no el de Podemos) no puede tapar que los morados cedieran la mayoría de la Mesa del Congreso a la derecha, que Iglesias no permitiera a los de IU en sus “confluencias” sumarse a la IU de Garzón, el robo de nombres, el ninguneo en las negociaciones… Por cierto, Equo se suma a la puja por un sillón.