De predicar y dar trigo

Íñigo Errejón ha sido bastante templado en sus críticas tuiteras al gobierno español esta semana (y como siempre): “Un bono joven de alquiler sin control de precios es un bizum a los caseros”. “El Gobierno acaba de adquirir por 1€ un agujero de 35.000 millones del banco Sareb. El 43% del gasto público sanitario en España en 2021 en plena pandemia”. No quiero ni pensar qué hubiese tuiteado Echenique de estar en la oposición sobre estas recientes medidas del gobierno. Lo que queda claro es que predicar o criticar no tiene nada que ver con tomar decisiones para mantener la cosecha de trigo.

Cada uno elige lo que es

Hablando de gestionar: llegar a la alcaldía y encontrarte con placas que recuerdan episodios históricos tan crueles y despreciables como el de bombardear un barco de refugiados es un marrón. Manuela Carmena decidió abordarlo y liquidar algunas de esas reminiscencias en su callejero. Nada que objetar y mucho que aplaudir en esos gestos. Justo al contrario de lo que sucede ahora en el ayuntamiento de Madrid de PP, Ciudadanos y Vox, que juntos han decidido esto: “El crucero que bombardeó Málaga en la Guerra Civil vuelve a tener calle en Madrid” (Eldiario.es). No es que la hayan mantenido, es que la han restituido. Es difícil ser más canalla.

Johnson cuidándose a sí mismo

Espero que este titular de República.com sea suficientemente claro: “Johnson anuncia por sorpresa que elimina las restricciones COVID en pleno escándalo ‘Partygate’”, porque, aunque cueste creerlo, hay unos cuantos que van de muy listos asegurando en Twitter y donde pillen que el Reino Unido es más valiente y pragmático que Euskadi, por ejemplo, donde mantendremos la mascarilla. Para ellos la relación entre la medida y las juergas del gobierno parece que no existe. ¡Hay que ver, con lo poco que les cuesta señalar a los demás sus tonterías, y Johnson se la está dando con queso Stilton sin pretenderlo siquiera!

¿Qué sugiere?

El comportamiento de algunos aficionados en los alrededores del Reale Arena, apedreando los autobuses del Atlético de Madrid, es injustificable y bastante poco inteligente. No solo por cómo pasaron de las medidas contra el covid: ¿cómo van a ser recibidos los aficionados de la Real en el Metrpolitano a partir de ahora? Y no, ni en Donostia, ni en Bilbao, ni en ningún sitio el nombre de un muerto justifica nada. Pero lo que sugirió Simeone no es menos grave: ¿echa las culpas de lo sucedido a Imanol Alguacil porque él mismo tiene algo que ver cuando los aficionados del Atlético agreden o presionan a los rivales?

Buen camino, compañeras

Aprovecho estas líneas para agradecer a Txuskan Coterón y las personas que le han acompañado en las juntas directivas de la Asociación Vasca de Periodistas su labor. Han logrado lo más difícil: que nos veamos, nos miremos los unos a los otros y nos sintamos bien juntos. Coterón ha dejado paso a Amaia Goikoetxea, a la que acompañan periodistas como Nekane Lauizirika, Begoña Beristain, Carmen Peñafiel o Amaia Fano, que tendrán que esforzarse por mejorar lo hecho hasta ahora, pero estoy seguro de que lo lograrán. Un grupo al que deseo lo mejor porque su suerte será la de un colectivo muy desgastado en la CAE.

Otegi haciendo de Otegi

En un par de frases, Mikel Segovia en El Independiente retrata a Bildu, “el aliado presupuestario amable con Sánchez e implacable con Urkullu”. Y continúa: “La coalición de la izquierda abertzale mantiene su disposición a facilitar las cuentas a Sánchez, pese a mantener incumplido su acuerdo para derogar la reforma laboral. En Euskadi, es el único partido que no ha apoyado las cuentas de Urkullu ni una sola vez desde 2012”. No hay más: los del “Espainaren morroi” al PNV son hoy dóciles en Madrid mientras en la CAV se muestran los más beligerantes para seguir intentando romper un techo de cristal que no acaba de caer.

Y Casado haciendo de Casado

La estrategia de Casado en España es la misma que la de Otegi en la CAV (que no es igual que la que mantiene en Nafarroa, donde Bildu convive muy a gustito con el PSN): desgaste al partido en el gobierno cueste lo que cueste. Y si a veces se cae en el ridículo no pasa nada: la actualidad pandémica, volcánica o económica proveerá otra oportunidad. Me centro: Casado ha visitado esta semana La Palma y ha hecho unas declaraciones con el volcán a su espalda. ¿Qué ha dicho? Eso es lo de menos, lo importante en la estrategia contemporánea de acoso y derribo político es sacarse todas las fotos y criticar sistemáticamente.

La extrema derecha, a lo suyo

La extrema derecha europea intenta recabar apoyos entre negacionistas de la pandemia y antivacunas. La española sabe que esa jugada en su caladero es más problemática porque el porcentaje de reaccionarios a la ciencia es bastante menor. Vamos, que es una cosa de frikis. Pero Espinosa de los Monteros ha decidido que Vox no está para perder ningún voto, y si para eso tiene que jugar a la ambigüedad con su libertad para vacunarse o no, lo hará. El populismo, al final, va de eso, de ponerse a favor del viento sin que a nadie le importe cuántas veces rola. Y si toca ser antivacunas, lo serán.

PSOE y Podemos, en su línea

María Castañeda ha publicado en Merca2 un texto bastante interesante sobre “las 10 meteduras de pata del Gobierno en la crisis del recibo de la luz”. En la pieza recupera algunos momentos previos a la escalada que estamos sufriendo que no deja en buen lugar a quienes integran el consejo de ministras y ministros actuales, como el “caso omiso a la subida del gas en marzo” o “el tarifazo eléctrico, a destiempo y sin criterio”. Con el marrón ya encima, el gobierno español también ha actuado mal, aprobando una “reducción del IVA, pero solo a unos cuantos” o tomando “decisiones importantes sin contar con las eléctricas”.

Enésimo resbalón

Con lo bien que le iba a Errejón mostrando que hay nicho electoral en España para una izquierda pragmática sin deudas consigo misma, el líder de Más País ha decidido ponerse la zancadilla y tropezarse presentando un libro innecesario en un momento inadecuado, en el que “narra ‘caudillismo’ y una ‘corte’ en torno a Iglesias, que buscó ‘enterrarle’ políticamente” (República.com). Con Iglesias brillando en spots televisivos y todo Podemos agarrándose al tablón de Yolanda Díaz para mantener su flotabilidad, estas memorias parciales son un error. Bienaventurados los que saben esperar a que pase todo para contarlo con perspectiva.

¿Qué pasará? ¿Qué misterio habrá?

Llevábamos tiempo sin vivir un evento político con algo de emoción. Es más habitual que asistamos a espectáculos con el guion escrito desde hace tiempo como Vistalegre IV, aunque el autor del libreto haya decidido no aparecer (eso también estaba en los papeles, por supuesto). La incertidumbre hoy se vivirá en la madrileña plaza de Colón, donde está por ver cómo queda la foto: ¿Saldrá Casado sale a rebufo de Abascal o será al revés? Yo no apostaría en contra del PP, que tiene más oficio para estas cosas. ¿Arrimadas por quién será fagocitada? Y lo más importante: ¿habrá gente o “pincharán”?

Nunca fueron los hechos

La declaración de independencia de Catalunya nunca pasó de puesta en escena. Se preocuparon de que así fuera quienes ahora sufren cárcel y exilio, precisamente, para no tener que pasar por ello. La mejor prueba es que nunca dejó de ondear la bandera española. E hicieron bien. Lo que nadie esperaba era el empeño del poder judicial español en rectificar la actitud del gobierno de Rajoy. Hoy, “un informe del Consejo de Europa contradice al Tribunal Supremo y sostiene que en el ‘procés’ se condenaron declaraciones políticas” (El Independiente). Lo que vuelve a confirmar que condenas y condenados son políticos.

Las nuevas intervenciones

La intervención de documentación a ERC e incluso de fotos sacadas de discos duros de encuentros o reuniones está siendo vendida a los medios con el mismo manual con el que colocaban intervenciones a miembros de ETA y documentación de la banda. Un error por parte del equipo ministerial de turno porque pone en duda que lo de antes no fuera también una caza de brujas. Porque lo de ahora sí lo es, en versión española, más chusca, por supuesto: cada filtración señalando la intención de delinquir (si es que responder a una encomienda vía elecciones lo es) es un ridículo y una debilidad más en el haber de España.

No tanto

Uno de los temas de la semana en Twitter ha sido la acusación desde OK Diario a Íñigo Errejón por haber golpeado, según el digital amarillista, a una persona que le había pedido un selfie fuera del toque de queda. No tengo ni idea de si el diario de Inda, conocido por publicar fake-news, ha contado esta vez la verdad o solo se ha basado en una denuncia cuya honestidad también desconocemos. Pero sí sé lo que tienen que soportar los políticos en la calle y en las redes sociales, y que eso no va en el sueldo: en el sueldo va escuchar las quejas y recoger las ideas, no los insultos ni ser el objeto del chiste irrespetuoso o la calumnia gratuita.

La fiesta que pagamos los cercanos

Pocas dudas tengo de que la del fútbol es la mayor burbuja del momento (y desde hace años). Tampoco las tengo de que esa orgía de millones, además, la pagamos los aficionados más próximos a los clubes: ni las audiencias de China ni el merchandising para Sudamérica. Los que vamos al campo abonamos la anualidad, la televisión para ver los partidos de fuera y la camiseta a 100 €. Mientras tanto, “BeIN ‘aprieta’ a la UEFA: renueva la Champions en Oriente Próximo por un 25% menos” (Palco 23). Otra muestra, por cierto, de que los de la Superliga, esos “visionarios” que derrochan los millones, hicieron los cálculos con el PC Fútbol.

Arantxa Tapia

Es una de las políticas de la semana en Euskadi. A su habitual labor de generación de riqueza en la CAV esta semana ha tenido que añadir la de defenderse de los ataques de Bildu porque el ayuntamiento de Azpeitia no ha querido modificar su plan y, en vez de explicar por qué no se abre Corrugados, que es lo que nos interesa a todos, ha jugado la carta del señalamiento. La intervención de representantes de Bildu de todos los niveles ha convertido un tema de empleo e industria en uno político y algunos medios, sorprendentemente, se lo han comprado. Si algo caracteriza a la autocrítica es que ni la hacen otros ni se hace sola.

José Luis Escrivá

Sigo con el tándem al que se suben periodistas y políticos: si algunos elevan la anécdota a exclusiva de un gran periódico, creo que es justo que lo que “se trata de un dato meramente simbólico” pueda tener, por lo menos, un párrafo en esta humilde columna, y más cuando se trata de algo positivo para variar: “Ayer se superó el nivel de afiliados a la Seguridad Social que había antes de la crisis de la COVID-19”. Los entrecomillados forman, junto a una gráfica, el tuit de ministro Escrivá y lo que es, a todas luces, una buena noticia. Una de esas que necesitamos porque estamos todos agotados con los contagiados, los muertos y los ERTE.

Íñigo Errejón

Desde que Más Madrid superó al PSOE en las elecciones que ganó Díaz Ayuso, Íñigo Errejón se ha prodigado en los medios con bastante buena acogida, para desgracia de sus máximos enemigos, que no son de derechas, sino de Podemos. Y habla de todo: uno de sus cortes más valiosos de esta semana puede ser ese en el que apela a una vida tranquila, a que dejemos de estresarnos no ya con el coronavirus o el empleo, sino con el ocio. Que no todo es aprovechar el tiempo libre a muerte para las stories de Instagram, como él mismo sugiere, y descansar y estar simplemente tranquilos no está suficientemente valorado.

Pablo Iglesias

Precisamente Pablo Iglesias, que pagó los platos rotos de la victoria del PP después de impulsar la polarización que tan bien vino a Ayuso, ha decidido tomarse la vida con más calma: ni siquiera tuitea, según Vozpópuli. Y hace bien. Twitter es una red social sobrevalorada y sobrerrepresentada en los medios (empezando por todas las líneas que preceden a estas) que no sirve para comunicarse con nadie, sino para lanzar mensajes. Y la prueba es, precisamente, este abandono (al que se han precedido los de Ada Colau y González-Pons): Iglesias ya no pide que le recomienden series ni opina sobre el gobierno. Todo aquello era teatro.

Celia Villalobos

Esto sí que no lo esperaba: “La exministra y política Celia Villalobos anuncia su equipo de eSports: Candy Crush solo fue el comienzo”. Más allá del sorprendente titular, en 3D Juegos se hacen la misma pregunta que yo me formulo (más o menos): “¿Campaña de marketing o la puerta giratoria más sorprendente? De momento hay pocos detalles sobre el proyecto”. Si algo no es esto es una “puerta giratoria”, concepto que, como el de “fondos buitre” muchos aplican a todo y la mayoría no lo son. Pero volvamos a la exministra, que se ha prestado incluso a participar en el spot promocional de un equipo de gamers. Veremos cómo acaba.

El “mataor” del 15-M se ha cortado la coleta

Ha sido una de las noticias de la semana: la exclusiva de Pedro Vallín en La Vanguardia sobre el corte de pelo de Pablo Iglesias, con foto de Dani Gago, el fotógrafo de Podemos al que le gusta endiosar al exlíder morado. Para completar el pasteleo, Iglesias aparece leyendo el libro de Vallín en los posados. Así cumple diez años el 15-M: despidiendo a su matador, su cortaorejas, su machote que marca coquilla y pelazo. Lo que no han faltado, antes y después de esta anécdota elevada a noticia, son las lecciones de progresismo, victimismo, periodismo y ética que les sale por las orejas. Porque puedes abandonarlo todo, menos el púlpito.

Mucho ruido y pocas nueces

En el haber de los fundadores de Podemos estará siempre que, cuando desde el PP y el PSOE les decían: “Pues montad un partido”, lo hicieron. Diez años después, sin el líder mesiánico y más allá de pasteleos y odas verticales (“Podemos traslada a sus bases que Iglesias siempre será un ‘referente’ tras una ‘trayectoria sin parangón’”, según República.com), vemos que “la nueva política” ha hecho mucho ruido pero ha traído pocas nueces: Iglesias no ha culminado sus proyectos como europarlamentario, diputado, vicepresidente ni parlamentario en Madrid. Y ha dedicado más tiempo a purgar su partido que a hacerlo crecer.

¿El 15-M ha muerto? ¿Viva el 15-M?

La esencia de la izquierda española se puede apreciar observando cómo están tratando a Íñigo Errejón los que reparten carnés de progresista. Si triunfa es porque es blando con los fuertes. ¿Pragmatismo? Mejor idealismo barnizado con las pinturas de todas las batallas. Y si los medios vemos en Errejón a un socialdemócrata sensato, es que no tenemos ni idea y él es un vendido. ¿No lo era Iglesias cuando era una estrella de rock en todas las teles? Para colmo, Errejón da por “muerto” el 15-M para situarse en un escenario posterior: ese Podemos que no ha dejado de caer es el partido de aquel movimiento, Más País es lo nuevo.

La juventud de hoy es diferente

Esto que tuiteó Isaac Rosa va en la línea de lo que ha detectado Errejón y me parece muy interesante: “Mi hija de 17 años, muy activa en convocatorias feministas y Fridays For Future, y que se informa vía redes sociales de gente de su edad, no sabe qué es el 15M ni había oído hablar de ello. Pensábamos que 15-M tenía brecha con generación anterior, y me da que más con la siguiente”. En efecto: aquel movimiento culminaba la acción de quienes nos precedieron, pero no tenía nada de nuevo (sí tuvo algo de disruptivo). La juventud de hoy está tan alejada de aquello como lo está de televisión: es cosa de viejos.

Los pies, lejos del suelo

Durante estos diez años el 15-M ha sido más manoseado que observado. Y eso es bastante significativo. Hoy se declaran herederos de aquel movimiento todo tipo de personajes de izquierdas (menos Errejón, que pretende superarlo, y por algo será), muchos de ellos muy alejados de la realidad, como Eduardo Garzón, que tuiteaba: “¿Meritoqué? Más del 95 % del patrimonio de las clases medias proviene de herencias”. Repito una parte del tuit: “Clases medias”. ¿Qué cree Garzón que es él, un temporero? ¿Quién cree que le vota? ¿Quién cree que forma la clase media y piensa en qué dejará a sus hijos?