Sí, es un exceso

Ibai Llanos es, seguramente, el vasco con mayor sentido del espectáculo. Un auténtico talento creativo lleno de energía, insultantemente joven y que consigue un milagro: conectar con el público más difícil (la juventud con cierta capacidad de gasto) en sus propios canales. Primero, lo hizo como “caster” o narrador de videojuegos. Ahora, simplemente, como showman: vive en una casa que le paga su nueva empresa y se graba haciendo lo que se le pasa por la cabeza. Siete días a la semana durante seis años, sin descanso. Lo ha contado en una entrevista y a algunos nos ha parecido una exageración, también, por lo que muestra a su público.

No hay polémica: hay caso

Ibai Llanos se ha revelado contra las críticas: se considera un privilegiado (“hago literalmente lo que me da la gana”) bien pagado. Pero el mensaje me parece terrible: su joven público está viendo que el trabajo a destajo es una opción real (no, no lo es: existe el derecho al descanso), y otros “generadores de contenido” (como se autodenominan) apoyan el modelo de negocio sin privacidad y sin tregua que les posibilita Internet. ¿Esa es la liberación que nos iba a traer la gran red? ¿Así nos facilita la vida la tecnología? No hay polémica: están equivocados y ese mensaje es pernicioso. Lo que debería de haber es caso de oficio y regulación.

Teletrabajar desde un parque público

Con todas las barbaridades que estoy leyendo, a estas alturas, podría abrir una serie: “No lo llames esclavitud, llámalo ‘teletrabajo’”. Empezando por quienes nos invitan a creer que hemos teletrabajado durante el confinamiento con nuestros hijos en casa, siguiendo por quienes nos invitan a llevarnos el trabajo a la playa y terminando por quienes nos recomiendan teletrabajar desde un parque con una wifi pública. Eso no es trabajo, es una especie de mendicidad, una puta mierda, una gilipollez y un mensaje que merece una contestación en toda la cara. El trabajo es digno o es un abuso. Y punto.

No estudies: solo pelea

Trabajar a destajo, desde cualquier sitio (lo que implica, también, en cualquier momento) y haciendo que todo dependa de ti: ¿ese es el mercado laboral que queremos dejar a nuestras hijas e hijos? Pues más vale que vayamos espabilando y frenando la tendencia. En La Información leemos que, en el Reino Unido, según Linkedin, “el mercado laboral es actualmente tres veces más competitivo” con puestos de trabajo para los que no hace falta titulación, solo algo de formación: desarrollo, marketing on-line, servicio al cliente, ventas, análisis de datos… ¿Ese es el mensaje: compite y no estudies? ¿Quién gana con él?

Las fotos del verano

Dicen que Felipe VI está muy bien preparado para ser Jefe de Estado. Me gustaría verle en un entorno militar o uno laboral reales, con minúscula, y sin apellido ni contactos. Pero sé que no pasará, que toda la vida será un Borbón, con o sin trono. De momento, este año está haciendo una gran labor: un álbum de fotos precioso por la geografía española, posando cerca de la gente pero sin tocarla. Una serie de cuadros costumbristas increíbles, como el de Benidorm: ellos, impecables; el pueblo, medio metro más abajo, con sus lorzas postconfinamiento, sus bañadores del año pasado y sus móviles para inmortalizarles la espalda.

¡Cómo nos conocen… Estos de Madrid!

Unos huevos con chorizo y una botella de sidra, eso es lo que desayuna el personaje que va del verde de Bildu mientras el que viste del rojo del PSOE está adormilados y el que va de morado de Podemos avisa de que hay un malvado, Urkutron, que, claro, es Urkullu. La campaña de Podemos quiere llamar la atención y lo ha logrado, pero si nunca he aprobado eso de que “lo importante es que hablen de uno aunque sea bien”, en plena campaña lo creo todavía menos adecuado. Podemos ha ocupado las conversaciones y los grupos en WhatsApp pero para mal: fuera de contexto, fuera del momento, que es grave, y fuera de lugar.

Estaba más claro…

A nadie le sorprende a estas alturas que Rosa Díez arrope al candidato de Vox en Bizkaia, sobre todo, después de que su aproximación al PP fuera fallida. Lo único que puede llamar la atención es que haya tardado anda tanto porque la mujer esfuerzos ya ha hecho, como en sus participaciones en programas digitales de esas estrellas comunicativas (que no periodísticas) de la extrema derecha. La nueva normalidad para Rosa Díez ha consistido en quitarse la mascarilla más que en ponérsela: las cosas, claras. Del PSOE a UPyD, de UPyD al PP, y del PP a Vox. No puede decir que no tiene libertad para elegir.

Reyes visitando a pobres y peligrosos

La visita de Felipe VI y Letizia Ortiz al barrio sevillano conocido como “de las 3.000 viviendas” es un error comunicativo como una casa. Está claro que su periplo por España ha sido organizado por alguien con un nivel de caspa digno de la Casa Real. ¿Dónde van los Reyes? ¡Al barrio más pobre de España! Y, ¿cómo van? Estrenando coche blindado de 550.000 € por lo que pudiera pasar. ¿Cuál es el mensaje? No hace falta ni ponerlo en negro sobre blanco. Quien alaba este recorrido, esas fotos y aquellos gestos (el del coche blindado a estrenar de medio millonazo entre pobres y armados) tiene que estar en el ajo.

La historia de una foto. La historia de un país

El matrimonio McCloskey vive en un casoplón en San Luis, Missouri. Ambos son abogados especializados en lesiones. Él tiene un rifle de asalto y ella una pistola (igual tiene más armas, pero solo hemos visto esas). Y se vieron obligados a sacarlos para proteger su propiedad, como reconoce la ley estadounidense, ya que se vieron amenazados por unos manifestantes negros que atravesaron su propiedad para llegar hasta la casa de la alcaldesa de la ciudad, que ha filtrado los nombres de quienes reclaman mayor control sobre la policía. La historia de la ya famosa foto la cuentan bien en El Confidencial, y es la crónica de un país.

¿Qué buscan las apps?

Durante el confinamiento me abrí una cuenta en TikTok. Siempre intento comprender los mecanismos que hacen que algo guste a mucha gente, como esta app que, a mis ojos, solo es una versión concentrada de lo peor que puedes encontrar en YouTube. Pero en Magnet nos explican lo que obtiene la aplicación china: “Tu nombre y apellidos, predecir con un bajo margen de error con quién convives y quiénes son tu pareja o amigos, cuál es tu banco, cuáles son las contraseñas de otras aplicaciones, el dinero que tienes y extraer más datos sobre tus datos biométricos”. ¿Para qué? Esa es otra historia.

¿Estamos seguros?

Ni quito ni pongo comas. Tampoco rey. Solo pongo contexto. Primero, Javier Durán tuiteaba sobre el periodismo cortesano: “Los Reyes de España se gastaron en su luna de miel 500.000 dólares pagados por el Rey Emérito y un empresario. Ni una portada. Los Reyes de España se van a Canarias a hacerse fotos”, y después mostraba las agradables portadas de El País, La Razón y el 20 Minutos. Sobre este tuit, Rule se preguntaba: “¿Estamos seguros de que los medios de comunicación están guardando la distancia de seguridad cuando le lamen el culo al Preparao?”. Así las cosas, que disfruten del viaje. Alguno será el último como reyes.

La culpa será del Gobierno, claro

Mucho más prudente se muestra Fernando de Córdoba en Twitter: “Si tenemos que volver a medidas duras (restricciones de movilidad o incluso confinamientos), ¿creéis que habrá una reflexión sobre cómo ha fallado la responsabilidad colectiva o se echará la culpa a algún grupo/conspiración?”. Yo lo tengo claro: la culpa será de los gobiernos. Del vasco y del español, claro. Y no dudarán en hacer campaña con ese posible rebrote quienes basan su política en el cuanto peor, mejor. Nadie ha dudado en señalar el descontrol de quienes toman decisiones para todos, algunos, sin ser capaces antes de autoprotegerse.

Quien alimenta a las fieras que no mire a otro lado

Lo que tengo clarísimo es que la culpa de que aparezcan exaltados que en Galapagar acosan a Pablo Iglesias e Irene Montero y, en Euskadi, pintan batzokis, casas del pueblo, sedes de Podemos y hasta el domicilio de Idoia Mendia, es de quien los alimenta. Así que el expediente que Vox va a abrir a la concejala ultra que acude cada día al domicilio del vicepresidente y la ministra, es el mismo papel mojado que las declaraciones de unos y otros que, en plena vorágine de las pintadas, decían que quienes las perpetraban no eran de los suyos. ¡Vaya si lo son! No solo son de los suyos, sino que les dan de comer puntualmente.

Más claro, agua

El vídeo de un grupo de jóvenes dispuestos a marchar por España (y sobre España, diría yo), como bien decía Eider Hurtado, “resultaría cómico, si no dieran miedito”. A su tuit, Marcelino Madrigal respondía directamente: “No lo paran porque no quieren”, y mostraba un hilo en el que se vislumbra una cabeza visible con cierta proximidad a los legionarios de cristo. “Un apellido ilustre”, en palabras de Madrigal que, una vez más, en España aparece relacionado con un movimiento con reminiscencias fascistas que se mezcla en ese marasmo entre el franquismo tradicional y la nueva ola ultra y parlamentaria.

¿Y si lo dejamos todo?

Soy bastante pesimista respecto al teletrabajo: a lo que se lo estamos llamando no lo es, porque si una o un trabajador coincide con sus hijas e hijos sanos en casa, no puede trabajar, directamente. Hacemos lo que podemos, pero no teletrabajamos. Veremos si al final hay una ley, que es a lo que esperan muchas empresas, y veremos a qué obliga. Y si todo sale de la mejor manera posible (cosa que dudo) podremos responder a lo que plantean en Bolsamanía: abandonar las ciudades si no es necesario acudir al puesto de trabajo, con todos sus beneficios. Pero me temo que yo seguiré siendo pesimista.

¿Dónde estabas entonces, Arnaldo?

Quien ha justificado lo injustificable no tiene problema en mezclar lo imposible. Así que, gracias al GAL, Arnaldo Otegi, Joseba Permach y compañía se marcan su campaña… Contra el PNV. ¿Coherencia? Pues eso: la herencia que comparten en Bildu. Las cargas policiales en el funeral de Lasa y Zabala son la excusa de los últimos tuits de campaña pero, ¿dónde estaban Otegi, Permach, Barrena… hace 25 años? ¿Qué defendían? ¿Qué excusaban? A ver si ahora el único grupo terrorista injustificable fue el GAL, a ver si, ahora, la única violencia fue la policial, a ver si, ahora, de una vez, nos dejan de tomar por tontos.

Enemigos de los extremos

En la CAV, el PNV es el enemigo de quienes justificaron a ETA. En Nafarroa, lo es de quienes quieren expulsarles del territorio. Unos y otros centran a los de Ortuzar y el lehendakari. Ya sé que por estas líneas tendré hoy una racioncita de tuits metiéndose conmigo. Cada uno es responsable de sus actos: yo, de lo que escribo. Los de Bildu, de lo que defienden. Y los que se declaran navarristas pero son más españoles que el palo de la bandera de la Plaza de Colón, de no tener ni idea de su propia historia. Resulta que la bandera navarra fue diseñada por un afiliado al PNV, Arturo Campión, y por un euskaltzale, Hermilio de Olóriz.

“Simplemente”

Ortega-Smith ha estado en Euskadi para marcarse su tour del odio. No ha venido a pedir el voto, no ha venido a hacer propuestas, no ha venido a explicar su argumentario ultraconservador y ultraliberal. Ha venido a hacerse la puta foto. Y lo ha logrado porque algunos confunden hacer frente al fascismo con hacerle el trabajo. Por supuesto, Abascal, Espinosa de los Monteros y el resto de rancios, han hecho su parte: tuitear lo agresivos que somos los vascos contra quienes “simplemente” daban “un paseo por San Sebastián”. Yo no quiero a ningún facha en mi país, ni de fuera, ni de los que han nacido aquí.

La otra coherencia

Pablo Echenique insiste en darnos muestras de que es el político más sobrevalorado del momento. Ahora, intenta vendernos como un ejercicio de “coherencia” desdecirse y anunciar que, después de afirmar lo contrario, Podemos apoyará la creación de la comisión para investigar la relación entre Felipe González y el GAL. Por si fuera poco, en un hilo que no tiene desperdicio ni vergüenza, asegura que la culpa del lío que montaron defendiendo al socialista es de todos menos de ellos. Yo, lo de los políticos que nos toman por tontos, cada día lo entiendo menos. De lo suyo gastan. Allá ellos.

Una pareja de su tiempo

Cuando Felipe de Borbón y Leitizia Ortiz se casaron y se fueron de luna de miel, varios periodistas aseguraron que lo hacían “como una pareja de su tiempo”. Aquello llamó mi atención por cómo coincidían en el argumento y por cómo insistían en él cuando lo que trascendió de aquella nueva vida en común era, evidentemente, exclusiva. Hoy sabemos que la luna de miel costó medio millón de euros que abonaron Juan Carlos I y un amigo (que algunos señalan como testaferro). Entonces, el hijo del Rey no hizo ascos a aquel regalazo pagado con el mismo dinero al que ahora dice que renunciará en forma de herencia.

Así, no

El periodismo ha sido declarado un elemento de especial relevancia en esta crisis en la que se permite a los quiosqueros que sigan abiertos después de que nadie se preocupara de los que iban cerrando, en la que se ha inyectado una millonada pública a medios privados, y en la que la tele ha ganado la batalla a YouTube. Pero los periodistas nos hemos mostrado serviles (a poderes y a populismos), mezquinos, ignorantes y algunos, idiotas, sin paños calientes, como el que se metió a un almacén del hospital montado en Ifema y empezó a tocar sin guantes todo lo que mostraba para Espejo Público incluso mientras tosía.

Así, sí

Hace solo unos días preguntaba en esta columna para que servía la sanidad privada si en plena crisis sanitaria mundial anunciaban un ERTE a nivel de España. Hoy tengo que celebrar la disposición del colectivo de centros privados que ponen recordaban a finales de esta semana que contaban con 2.200 camas de UCI libres salvo en Madrid, La Rioja y Catalunya, donde ya han ocupado todas. Así, sí. Aunque esta pandemia ha puesto en evidencia lo que necesitamos la sanidad pública y el beneficio social de que esta sea universal, la privada esta vez se ha movido correctamente. Pero cada una, en su sitio.

Así, también

Siempre con retraso pero, esta vez, también acertadamente se ha movido YouTube, que está retirando vídeos como el de Josep Pàmies, que de nuevo anunciaba una cura milagrosa, en esta ocasión, contra el coronavirus. Cómo no. Una conjunción de las plantas y las lejías aguadas que él mismo vende sirve, siempre según él, para vencer a este virus que no tiene vacuna. YouTube ha actuado correctamente. Ahora, igual es el turno de las autoridades que tienen que velar porque nadie haga negocio con el miedo y la mentira en estos tiempos de confinamiento, pandemia y dudas, y más si reincide.

Así, cualquiera

Ya sé que es mucho pedir pero, del mismo modo que los controles de las plataformas y las autoridades tendrían que estar vigilantes ante los atrevimientos de algunos, creo que la mayoría deberíamos de estar alerta ante los que nos quieren colar gilipolleces. Antonio Cartier sugería que tenía que ser una broma el titular de que Letizia Ortiz había pasado una “estricta cuarentena” en una habitación de 110 metros cuadrados. Cartier sabía perfectamente que no era una broma, sino el último ejemplo de un periodismo cortesano y servil que debemos rechazar. Muchas casas, empezando por la mía, no miden eso.

Así… De crudo

Juarma tuiteaba recientemente: “No tengo muy claro si son bots o tontos gratis”. No quedaba muy claro a qué caso se refería este humorista gráfico, pero tampoco importa: uno siempre piensa que no puede haber tantos usuarios acríticos capaces de retuitear o compartir en Facebook o WhatsApp bulos, mentiras o mensajes con claro interés electoral, que muchos de ellos tienen que ser pagados (y algunos lo son), o que tiene que tratarse de robots. Pero, no, tiene razón el ácido Juarma: son tontos gratis, sociópatas nostálgicos de tiempos de pólvora o cuneta (hay fascismos a ambos lados) que actúan ahora en Internet.