Excusas, no: responsabilidad

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La nota de prensa de LAB sobre lo sucedido en el campus de Leioa de la UPV/EHU es un show de equilibrismo para evitar ponerse en el único lado bueno: el de los agredidos por los que van con la cara tapada. Todo lo demás, sobra, y más cuando luego, en Gasteiz, los mismos de las capuchas repiten. Alguno de los del nuevo tiempo, el relato respetuoso y el reconocimiento de todo el dolor padecido tiene que hacerse responsable de lo injustificable, y no poner más excusas.

Menos ejemplos de fuera y más trabajo interno

Ahora para la izquierda abertzale el ejemplo es Catalunya, es decir: un territorio que no ha logrado el autogobierno económico del vasco pero que, sin violencia, parece que ha avanzado más hacia la independencia. ¡Ojalá se hubieran fijado antes! Pero, no, entonces el modelo era el norirlandés, ¡ah, claro! ¿Y ahora, por qué no hablamos de ellos? Básicamente porque siguen disparándose: un antiguo miembro de un grupo paramilitar ha fallecido en Belfast a causa de disparos en el cuello. Ya hay dos arrestados.

Cuidado con quién te solidarizas

Ninguna agresión es justificable. Ninguna. Tampoco cuando la agredida es una agresora habitual como Lucía García de la Calzada, conocida como “La Intocable”, y que ayer fue detenida en Madrid dentro de una operación contra bandas neonazis junto a otros dos compañeros de ideología y prácticas, con los que convivía. García de la Calzada fue también la agredida por otro puñado de “valientes”, esta vez de izquierdas, según ellos, que la atacaron en grupo en Murcia.

Sí, hay que intervenir

Google, Facebook y Twitter tienen un problema: lo que permiten en sus webs empieza a no permitirse fuera de ellas, y el primero en alzar la mano y la voz ha sido el parlamento británico después de un reportaje en la BBC. En este programa se veía que en Facebook (empezaron por esta red social pero solo es la primera) se permitía la existencia de grupos de pederastas. No es el único riesgo: incitación al odio, violencia explícita, manuales para robar o poner bombas… Internet tiene que tener límites, y la responsabilidad también es de las principales empresas.

Tampoco podemos seguir haciéndonos trampas

Pero no es posible pedir responsabilidad sin asumirla. Y en que Internet sea aprovechable, como pedía Chema Alonso en las páginas de DEIA, tenemos todos responsabilidad, especialmente los que nos ganamos la vida observándolo e interviniendo en esta gran red. Y no podemos seguir haciéndonos trampas al solitario. Por ejemplo, Urtzi Jauregibeitia tuiteaba una de las grandes realidades: las Apps se desinstalan rápidamente, ¿por qué entonces nos intentan colocar el número de descargas si lo que importa es la retención?

La agredida es hoy agresora

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Hace unas semanas hablábamos de las discusiones que había generado en las redes sociales el ataque a una chica, identificada como parte de una banda neonazi, por un grupo en Murcia. Hasta el ministro de Interior se significó, y muchos se preguntaban si incluso este ataque no hacía, en parte, justicia. Ayer leíamos que “la intocable”, Lucía García de la Calzada, ha sido identificada como participante en la agresión de hasta 30 neonazis a una pareja y su familia en Murcia.

Cuando las campañas hacen efecto

Cuando las campañas hacen efecto acabamos leyendo tuits como el que firma Pablo Díaz, al que mi admirado Egoitz Moreno rebautiza con bastante gracia como “Pablo el ‘sucnormal’”. Este mexicano afincado en Madrid tuiteaba: “Acojonante. Tener que aguantar a catalanes hablando en catalan en el metro de madrid. Acojonante” (sic). Es evidente que lo que Pablo afirma es una estupidez, pero es el resultado de todo lo que se señala al pueblo catalán en Madrid.

No solo lo hace Telefónica

Vaya por delante una certeza: no solo Telefónica está vendiendo los datos que puede comercializar de sus usuarios. Lo hacen todas las empresas que son capaces de hacerlo sin remordimientos. La casualidad ha hecho que la filtración de la venta de Telefónica haya coincidido con la presentación de un producto de esta empresa para gestionar, precisamente, la información que Telefónica posee de cada usuario, y tiene que servirnos de recordatorio.

Todos menos Trump tenemos la culpa

Soy consciente de que he recurrido en esta columna en otras ocasiones a la frase de Homer Simpson: “Todos menos yo tenéis la culpa”, pero una vez más podemos aplicarla, en esta ocasión, a Donald Trump, que acusa a Barack Obama de estar detrás de las filtraciones en la Casa Blanca que dejan en ridículo su gestión. Por supuesto, la culpa tiene que ser de alguien, y si es negro, progresista y está en contra del uso de las armas, tiene más papeletas para llevársela.

Esos juguetes “inteligentes”

Un peluche que se conecta al smartphone de los padres para que estos puedan hablar, por medio del muñeco, con sus hijos aunque estén en casas diferentes. ¿Podría ser una buena idea? Lo que sorprende es la desastrosa gestión, además, de la empresa, que ha dejado los datos de los usuarios de acceso a los muñecos y las aplicaciones en servidores sin seguridad: ya hay constancia de que están en posesión de unos hackers, y el mal uso de la voz de padres y niños, de contraseñas y conversaciones, es incalculable.