«Al socio se le respeta»

Estoy de acuerdo al 100% con Pablo Iglesias en que “al socio se le respeta”. Se lo dijo a Carmen Calvo a la cara en la SER y se refería, cómo no, a Podemos y al PSOE. Pero ambos partidos tienen que darse cuenta, de una vez, de que el gobierno español es en coalición pero está en minoría. Y los enfrentamientos directos y diarios entre los partidos en el consejo de ministros no facilitan al resto de fuerza apoyarles para aprobar cualquier ley o los presupuestos. “Al socio se le respeta”, decía Iglesias y aplaudo yo: pues que empiecen a hacerlo abandonando las puestas en escena que dan un poco de vergüencita.

A esto me refiero

Solo unas horas después de que Pablo Iglesias (mucho más cómodo de contertulio que de candidato) pidiera en público respeto del PSOE para Podemos, Ione Belarra, la nueva gran jefa del partido morado, quiso adelantarse vía vídeo en Twitter al anuncio de la primera ley de vivienda que ha elaborado ese gobierno de coalición tan tensionado. ¿Qué es el respeto entre socios de la coalición? ¿Lo es que la secretaria general de uno de los partidos se apresure a intentar anotarse un gol? ¿Lo es que Yolanda Díaz amague con generar una gran crisis en el momento en el que más fuerte está en las encuestas?

¿Ha preguntado a todas y todos?

Alabo el recuerdo de Consuelo Ordóñez en Twitter a todas las víctimas de ETA, echo de menos cierto contexto (no justificación), y no me parece ni bien, ni justo, ni justificable que para relatar un asesinato (cuádruple, como el del 25 de octubre de 1986 en Donostia), Ordóñez tuitee: “Horas después hubo una multitudinaria manifestación pero no era para mostrar repulsa por esta masacre. ¡No! era para pedir al gobierno que negociara con ETA. Miles de vascos en las calles, la mayoría de ellos jamás se manifestaron por sus víctimas”. ¿Ha preguntado ella a esas personas, una a una, por qué se han manifestado a lo largo de su vida?

Y seguirá pasando

Todos los sectores necesitan reactivarse después de los confinamientos, pero no podemos olvidar que una pandemia mundial sigue azotándonos, y para eso están noticias como la de Abc que llegó a la portada de Menéame: “La vuelta de los británicos a Benidorm dispara el coronavirus hasta quintuplicar la media española”. Esto seguirá sucediendo, por eso la vacunación es tan importante y mantener unas medidas mínimas que son sanitarias pero también se seguridad, es imprescindible. Lo que no podemos permitirnos, por nuestro propio bien, es hacer como si todo estuviera ya pasado.

O con ellos o contra ellos

Ojalá fuera tan sencillo todo como interpretar los silbidos a Iñaki Williams en el campo del Espanyol. La animadversión de la grada perica tiene que ver con cómo se enfrentó el jugador del Athletic a los cantos racistas que en el anterior encuentro le dedicaron. Después de lo sucedido, la decisión que hay que tomar no puede ser más fácil: o con quien cantaba sus mierdas fascistas o con quien recibía los insultos racistas y valientemente les hizo frente. Quienes decidieron silbar el martes se posicionaron meridianamente, ahora nos toca hacerlo a los demás. Si no eres facha, a tope con Iñaki Williams.

Funcionarios vacunados

No es el nombre de un grupo punk nuevo, es lo que debería de suceder: el funcionariado debería de estar vacunado sin posibilidad de discusión, como pretende Joe Biden en EE.UU., especialmente si se trata de empleados públicos del entorno sanitario. Es muy difícil entender que no sea así, que los mismos sindicatos que llevaron a juicio a los gobiernos por no proporcionar EPI a personal médico o de enfermería cuando había escasez en todo el planeta ahora defienda el derecho de esos facultativos y el resto de trabajadores a no vacunarse, cuando esta acción es la mayor protección contra el coronavirus.

Es el derecho a hacer lo que quiera con mis cosas

Alguno dirá que soy un neoliberal y un conservador por querer hacer con lo que compro lo que yo quiera. Yo diré que es un imbécil por pensarlo. Pero me sumo a la petición de Tieso en Menéame, que reclama nuestro derecho a reparar: “No se habla lo suficiente del derecho a reparar. No va de beneficios empresariales, no solo. Es cuestión también de supervivencia. Y de que las cosas se fabriquen con piezas sustituibles, no se pierdan garantías por abrirte tú los aparatos, y ese largo etcétera. En un mundo ideal habría que pedir además a los fabricantes que no oculten que sus nuevas piezas sustituyen a las antiguas”.

China acota a las tecnológicas

Cada vez tengo más claro que el mundo hoy es propiedad de unas cuantas empresas tecnológicas: algunas son muy conocidas y otras se esconden mejor. Lo que no sé es en qué momento ni a quién empezaron a comprar en porciones el planeta y a sus habitantes. Para seguir manteniendo el control (porque se trata de eso) la dictadura china ha decidido ejercer su derecho a la propiedad sobre sus súbditos y “está domando a sus tecnológicas tal y como no hizo Occidente” (Magnet). En el plan chino de “prosperidad común” entra acotar las ganancias de las tecnológicas y hasta limitar el tiempo que se puede jugar a un videojuego.

Empieza el baile del business

Celebré que el Athletic Club no firmara el acuerdo que le ofrecía la Liga de pactar con un prestamista el adelanto de parte de sus derechos televisivos de los próximos 50 años. Estas jugadas solo favorecen a quien las ha jugado antes. No ha pasado ni media temporada y ya tenemos el primer bache: “CVC plantea su salida de la Liga en diez años y emisión de bonos de 850 millones con Goldman Sachs” (Palco 23). Es decir: el prestamista venderá el paquete de la deuda que tienen con él los clubs a otro prestamista. Y lo harán “una vez transcurridos algo más de cinco años”. ¿Esto lo sabían los clubs? ¿Lo sabía la Liga?

Esta vez, no

El periodismo es un oficio muy dispuesto a flagelarse, empezando por mí, pero creo que nos toca poco dolor autoinfligido en el caso de la denuncia falsa de Malasaña: dicen en Diario16 que “el caso del joven masoquista pone en evidencia la mala praxis de políticos y periodistas”. No sé si intentan mezclar todo para repartir culpas o para que alguno se libre de las suyas, pero, ¿qué más tenía que hacer la prensa que publicar la falsedad de la denuncia cuando esta se confirmó? ¿Cómo no vas a dar previamente verosimilitud a esa denuncia si se la da desde el ministro a las asociaciones LGTBI?

La UEFA nos rechaza

La noticia en DEIA sobre el rechazo de la UEFA a la oficialidad de la selección de Euskadi llegó a la portada de Menéame gracias a quienes siempre están dispuestos a apoyar a los pequeños y, por supuesto, a quienes rechazan que en la península haya otras selecciones que no sean la española, la portuguesa, la andorrana y la gibraltareña. ¡Ay, Gibraltar! Pero la “nocturnidad” de la decisión (unas horas antes de la final de la Eurocopa), la previsibilidad de los argumentos y, sobre todo, el camino recorrido, invitan a pensar que podremos doblegar esa voluntad. Porque la oficialidad de Euskadi y de otras selecciones solo es cuestión de voluntad.

Ganó Europa

Por supuesto que voy a hablar de la Eurocopa: el torneo que acabó el domingo fue uno de los mejores de su propia historia y demostró varias cosas. La primera, que el fútbol en abierto sigue siendo irresistible. La segunda, que el fútbol sigue siendo ese milagro que permitió a Europa odiarse sin destruirse: la victoria de Italia fue celebrada hasta por Ursula von der Leyen, que, aunque iría con Alemania hasta que fue eliminada, no dudó en agitar la bufanda italiana porque era también la europea. Sí, el fútbol también es política porque es sociología. Yo he de reconocer que tenía el corazón dividido y que vi el partido con un whisky… Irlandés.

Y Cerdeña

En la celebración del equipo italiano el portero Salvatore Sirigu llevó consigo una bandera sarda, después, Nicolò Barella se sumó a la foto con la Eurocopa. Esa bandera era la suya pero también era un poco la de todos los que, por ejemplo, lamentamos la noticia con la que abrimos la columna sobre el rechazo a la oficialidad de Euskadi. El nacionalismo sardo no es equiparable al vasco, al catalán o al corso, con el que suele confundirse, pero sigue siendo un símbolo de Europa: el de la diversidad, el de la reivindicación nacional, el de la cabida de todas las sensibilidades en un continente que quiere más y no se conforma.

La autonomía británica

El gobierno vasco fue firme con las medidas sanitarias que aplicaría durante la Eurocopa y el bilbaino fue muy hábil reclamando y consiguiendo una compensación por la huida de la UEFA facilitada por instituciones españolas. Y el gobierno británico, al final del periplo futbolístico, ha hecho lo que le ha dado la gana, como podíamos esperar: las imágenes del campo lleno y, sobre todo, de antes del partido o de la salida, con miles de personas unas junto a otras, son sorprendentes e indignantes a partes iguales, incluso aunque todo el mundo supiese que en Gran Bretaña iban a ser, como siempre, soberanos en sus decisiones.

Allá, lejos

Igual que los británicos son predecibles cuando se trata de que ellos siempre harán lo que consideren, lo son los japoneses en cuanto al orden. Así que cuando anuncian que los Juegos Olímpicos serán a puerta cerrada podemos esperar que así será porque la situación de la pandemia es grave en cualquier caso y la diferencia está solo en cómo se actúa. Y esto vale para gobiernos, instituciones deportivas y cada una y cada uno de nosotros. Ahora, la gran pregunta: ¿qué preferimos, ver esas imágenes de Londres tomada antes y después del partido, y el campo, lleno, o la precaución y el eco en los estadios?

«24.000 millones»

En Menéame han puesto de nuevo de actualidad la entrevista de Jordi Évole a la periodista Carmen Monforte, que explicaba el gran problema de la factura de la luz que pagamos: no es el precio de la electricidad, sino los famosos peajes que abonamos a las empresas para que hagan su trabajo, como buscar nuevas fuentes de energía, o la compensación por las nucleares no terminadas. Pero la madre del cordero es el “déficit tarifario”, que es lo que apoquinamos como cuota fija para compensar los 24.000 millones, más intereses, que debemos a las compañías. Ese montante hará, según Monforte en 2012, que la factura suba siempre.

“41%”

Como vasco independentista la cifra que hizo público el Sociómetro del Gobierno Vasco el miércoles me preocupa: “El 21% de los vascos apoya la independencia de Euskadi frente al 41% que la rechaza”, resumen en República.com. En la anterior encuesta el rechazo era del 34%. No creo que haya aumentado la simpatía por España, pero sí se ha afianzado el marco español y, sobre todo, la vía catalana ha sido un estupendo repelente para quienes podían aproximarse al sentimiento independentista. Pero voy a ser optimista: creo que cuaja la idea de que para autónomo dentro de Europa no hay que salirse de ningún sitio.

“2 millones de euros”

Ya solo nos acordamos de la aplicación “Radar Covid” los muy cafeteros, los que hemos estado encima de estos temas desde el principio de la pandemia. Pero sigue activa para arrojar un resultado paupérrimo: “Apenas ha registrado en su base de datos el 0,8% de los casos totales en España” (El Independiente). Y eso que su desarrollo costó dos millones de euros, no estuvo lista hasta agosto y fue utilizada por los más jacobinos para señalar a quienes defendemos que el acceso en euskera a lo que esté desarrollado con dinero público es un derecho y no un capricho. Otro desastre pandémico que nadie asumirá.

“320 millones garantizados”

Tapado por el tema de la vacunación a los integrantes de “la roja” la Federación Española de Fútbol nos ha metido otro gol: la Supercopa, ya sin restricciones por el Coronavirus, se celebrará en Arabia Saudí hasta 2029. El nuevo plazo le reportará a la dueña del torneo hasta 320 millones de euros garantizados por esta dictadura asentada sobre pozos de petróleo. De momento, la próxima edición la jugará de nuevo el Athletic, como finalista, otra vez, y además defenderá el título. Por supuesto que el Club tiene que acudir a la cita, somos quienes lo contemos los que tenemos que estar atentos para que no nos cuelen el blanqueo.

“30 millones de pinchazos”

Termino con una cifra estupenda, la que destaca Ícaro Moyano sobre las vacunaciones en España: 30 millones de pinchazos (11, con la pauta ya completa) y “se cumplen los hitos previstos”. Esta es solo una buena noticia. Igual que lo es la del millón de vacunados en la CAV con, al menos, una dosis. Y no me voy a cansar ni de retuitear ni de comentar estos tuits, porque si lo hemos hecho con las malas noticias y con los argumentos de la oposición cuando venían mal dadas, ahora nos toca celebrar las buenas nuevas y el silencio de quien ya no sabe que decir y por eso busca y difunde la estadística más negativa que sea capaz de encontrar.

Sánchez no es fiel ni a sí mismo

Cuando Pedro Sánchez viró la política humanitaria de España y decidió acoger en el puerto de Valencia a las 600 personas que había rescatado el Aquarius, lo celebré y lo elogié. Ahora, solo 14 meses después, no es capaz de hacer lo mismo. ¿Qué ha cambiado? ¿Qué fue aquello, solo un gesto para una foto? ¡Qué daño nos hace la política a golpe de tuit! Pero para algunas personas el daño es irreparable: hablamos de vidas, de agonías, de una solidaridad que, cuando no le correspondía tomar decisiones, le importaba, como le han recordado esta semana en Menéame.

Vox, como Bildu

En Madrid, Vox ha decidido adoptar el mismo rol que Bildu en Navarra. Por cierto, antes que los de Otegi, los de Abascal ya habían impuesto el modelo de “quitar y poner rey o reina” en Andalucía. Será que además de cierta defensa de lo indefendible, Bildu y Vox comparten un modo de hacer política basado en el matonismo, en el “yo hago lo que me da la gana y tú haces lo que me da la gana”, en la falta de compromiso y, en una palabra, en el populismo de apoyar un gobierno y hacerle la oposición si hace falta. Estas actitudes, estos planes, estas coincidencias, en definitiva, son las que les lastran en democracia.

¡Pues no te desnudes!

Vamos a ver: si sales en la primera página de un periódico enseñando el pecho y los calzoncillos en un posado a un fotógrafo de la cabecera es porque has querido. Punto. Había mil posibilidades distintas y elegiste esa porque no tienes personalidad y el fotógrafo te comió la cabeza sin esfuerzo o porque te gusta verte en los papeles. Cualquiera de las dos opciones habla mal de un personaje que presume de ser profesor de Universidad, de intelecto y de ser uno de los ideólogos de Podemos. El mismo personaje, Juan Carlos Monedero, que alardea en Twitter de lo interesante que es lo que dijo, más allá de la foto.

Arte contemporáneo

Ya saben que soy admirador del trabajo de Pete Souza como fotógrafo y como líder del equipo de imagen durante la presidencia de Obama. El estadounidense nos dejó centenares de instantáneas para la posteridad, muchas de ellas muy atrevidas, gracias a la fotogenia brutal del personaje. En Twitter, el también fotógrafo Edu Nividhia nos propone seguir a Adam Scotti, que sigue a Justin Trudeau cámara en mano y haciendo arte. Lo mejor es que al tuit respondieron José Antonio Ramos, el que fuera fotógrafo de Rajoy, opinando que el canadiense “tiene mucho más mérito que Souza”, y el propio Scotti.

Uno de los nuestros para siempre

Hoy vuelve a rodar el balón: comienza otra temporada de la Liga con cinco equipos vascos en Primera. Y lo hará en San Mamés con un clásico de la competición: el Athletic – Barcelona. Todo esto ya es suficientemente especial, pero para alguien lo es todavía más: Aritz Aduriz ha anunciado que esta será su última temporada, que la de hoy será su última primera jornada, que nos abandona un león de verdad que se ha hecho grande haciendo más grande al Athletic, que es lo que necesitamos en un club tan particular como el nuestro. Aduriz siempre será uno de los nuestros. Gracias por tanto.