Es la p… chufla

Después de decenas de hilos en Twitter, columnas en digitales, tertulias televisivas y entrevistas en papel a científicos o simples opinadores que se vinieron arriba, asegurando que el foco de los contagios eran los puestos de trabajo, ahora se escucha el silencio, como diría el hortera de Albert Rivera. ¿Por qué? Porque vía Mallorca hemos confirmado lo que venían avisando quienes tienen que lidiar con la pandemia en primera fila: que los contagios se dan en las chuflas y por el entorno cercano de los que se van a esas chuflas. Es así. Y no tiene nada de malo a menos que lo neguemos como han hecho algunos durante un año.

Y quienes la promueven

El sector de la chufla siempre ha sido rentable solo para unos pocos: The Coca-Cola Company (que da trabajo a mucha gente, vale) y los empresarios de la noche o de empresas de turismo a los que les da igual todo mientras facturen. ¿Ellos son los responsables de esta movida? Yo tiraría más arriba, pero no más abajo: los menores son menores y hay que tutelarlos, y las amas y aitas hacen lo que pueden. Son los gobiernos (español y balear, en este caso), la presión de asociaciones de empresarios y sindicatos, y la lánguida mirada al atardecer de las instituciones isleñas las que deben responder del desastre.

No pero sí

Solo 48 horas después de que Pedro Sánchez afirmase que “nunca jamás” iba a celebrarse un referéndum en Catalunya, la vicepresidenta primera de su gobierno, Carmen Calvo, “no ha descartado la celebración de un referéndum consultivo” (El Independiente), el ministro de Política Territorial, Miquel Iceta, “defiende votar en referéndum un acuerdo sobre autogobierno y financiación” (El Periódico) y la ministra de Igualdad, Irene Montero, sugiere: “Un referéndum ahora, no, en un tiempo ya veremos” (El Nacional). La rectificación me parece bien, por supuesto, pero la falta de coherencia en política suele pagarse muy cara.

El jefe infiltrado, versión Juan Palomo

Dara Khosrowshahi, director ejecutivo de Uber Eats, decidió pasar dos días como “rider”. Solo documentó en sus redes sociales uno, el primero, en el que ganó tanta panoja (casi 100 dólares) que los que curran todos los días con los envíos lo pusieron en duda. El segundo día ganó solo la mitad. Pero el resto del año se mete al bolsillo 12 millones de dólares, por lo que jugar a ser rider resulta insultante. ¿De dónde sale tanto dinero? De las expectativas, de una valorización virtual y de las piernas y las espaldas de sus repartidores, que tienen que vivir con esas fluctuaciones, esa inseguridad y, encima, cierto pitorreo.

La intrahistoria

Que una Eurocopa maravillosa no nos impidan insistir en un necesario reajuste en la industria del fútbol. El mejor ejemplo es Leo Messi que, en el momento en el que escribo estas líneas, sigue sin contrato. Messi ha arruinado al Barcelona, que “tiene ya una deuda de más de 1.100 millones de euros (se acerca al doble de lo que factura)” (Vozpópuli) y desmonta la teoría de que “ganan tanto porque lo generan”. Al contrario, y ese agujero empuja a Laporta a abrazar la Superliga de Florentino Pérez. La familia del jugador, por cierto, quiere seguir en Barcelona pero “su entorno” (quienes viven de él) le invita a cambiar de pagador.

Un año de una gran victoria

Hace un año les hablábamos de violencia policial en Catalunya y escribíamos emocionados sobre un pueblo que había hecho frente a una ilegalidad injusta con un aplomo ejemplar. Hoy, doce meses después, podemos expresar con total seguridad de que el 1 de octubre de 2017 asistimos a una victoria inapelable del pueblo catalán contra los gobernantes españoles y también los propios, que no tenían ni idea de qué hacer a partir del día dos, y así lo hemos comprobado. Nada, en cualquier caso, ni los errores de los políticos catalanes ni la vergüenza española justifican los meses de prisión o exilio.

La vergüenza de España

Ni Mariano Rajoy ni su equipo, ni el juez Llarena y sus ganas de hacer la justicia por su cuenta, supieron gestionar el 1 de octubre y las jornadas posteriores, cuando la vergüenza les invadía mientras les desbordaba en Europa. Las imágenes de una policía que maltrataba al pueblo catalán, que solo quería votar y, para hacerlo, había burlado la prohibición haciendo aparecer las urnas de tal manera que hoy sigue siendo una incógnita. Para la vergüenza española, insisto, quedarán esas imágenes de violencia directa ante una ciudadanía pacífica y de provocación policial.

La violencia sigue

Gabriel Rufián denunciaba en Twitter el acoso que recibe del que parece ser un Guardia Civil. Así, en Instagram estaría recibiendo insultos y amenazas (“te tenían que fusilar, cabrón, y tu familia de mierda que tienes, hijo de puta”) de un usuario que se hace llamar Aaron y que, en otras fotos, muestra su gorra de la Guardia Civil y a sí mismo en una manifestación por la equiparación salarial entre cuerpos policiales. No hemos podido encontrar al usuario, que podría haber cambiado su identidad porque a Rufián le seguimos muchos y se habrá sentido atosigado entre la curiosidad y los justicieros.

No cabe la equidistancia

El 1 de octubre hizo un año también de la paella que organizó Miquel Iceta. Puedo entender que el del PSC quisiera intentar entonces hacer algo simbólico, algo que significara un momento compartido mientras daba la espalda a una actuación policial desmedida y un protagonismo ciudadano inapelable. Pero entonces, y más hoy, la equidistancia no es una opción: o se está con el pueblo catalán y se exige la excarcelación de sus líderes presos, o se justifica la violencia de Estado y de una justicia desaforada. Simplemente, no hay un término medio posible.

Pero hay que leerlo todo

Que hoy haya políticos presos en Catalunya me parece de extrema gravedad, que el Estado no haya pedido perdón a los catalanes y a toda Europa por sus decisiones es una vergüenza, pero que algunos sigan estirando el chicle del proceso independentista cuando ni ellos mismos hacen se lo creen tampoco es positivo. Y esto también hay que escribirlo. Por eso creo que, aunque fastidie porque dice lo que no nos gustaría leer, hay que dedicar unos minutos a la entrevista en El Confidencial a Bernat Dedéu, que ha apoyado el independentismo pero se ha alejado de este falso procés.

Rechaza el cupo porque no lo entiende

Agárrense: Susana Díaz rechaza el cupo como modelo de aportaciones de las autonomías al Estado español porque, según ella, se rompería la caja única de la seguridad social y eso supone romper un país. O la líder socialista no ha entendido nada… O sabe muy bien que con lo que pagamos los vascos (más de lo que nos corresponde por población y PIB) se genera el excedente que tan bien le viene a su comunidad, Andalucía. Que recauden, gestionen y aporten, o que callen.

Nos toman por tontos

Podría abrir una serie con los párrafos que llevo titulados de la misma manera: “Nos toman por tontos”. He recurrido a esta fórmula cada vez que he visto a un político decir una mentira tan flagrante que, o nos toma por tontos, o el tonto es él. Por ejemplo, el portavoz del gobierno de Madrid y secretario general del PP de esa comunidad: “Nuestro código ético es el más duro de los que existen. Creemos que en este momento tenemos que dar ejemplo y estar en la cabeza de la lucha contra la corrupción”.

Crisis de liderazgo

Ni Puigdemont, ni Rovira, ni Arrimadas, ni Iceta, ni Domènech, ni mucho menos Albiol. Los líderes de la política catalana, permítanme la opinión, son bastante flojos. Así que la pieza en Vozpopuli sobre la fragilidad de la de ERC, que hace que la fortaleza con la que salía el partido en las encuestas se resquebraje, es extrapolable al resto. Sí, también a Puigdemont, el líder al que le temblaron las piernas cuando tuvo que convocar las irremediables elecciones. ¡Ay, los rescoldos del procés!

Podemos vuelve a pinchar

Ayer les contaba que Bescansa se desmarcaba de Pablo Iglesias y que había iniciado su propia gira para dar a conocer un proyecto político (suponemos que dentro de Podemos) alternativo al del líder morado. Parece que lo hace con un éxito muy escaso. Pero no es menos cierto que el propio proceso iniciado por Podemos, oficial, para dar a conocer su visión de una España plurinacional (justo lo que enfrentó a Bescansa con Iglesias) pincha también. En La Rioja solo asistió una docena de simpatizantes.

No, no es por Angelina

Igual esta semana han leído que una caprichosa chica iraní ha deformado su aspecto para parecerse a la actriz Angelina Jolie y ha acabado convirtiéndose en la viva imagen de la muerte. Pues bien, no es cierto. En Magnet lo explican, como siempre, muy bien: se trata de una artista, Sahar Tabar, que ha querido reflejar con operaciones, maquillaje y Photoshop, la degradación del aspecto por las modas. The Sun cazó una foto, amarilleó la historia y el resto hicimos el eco.

La verdad es mucho más simple

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Puedo estar equivocado, pero creo que la lucha interna del PSOE no tiene que ver con la banca, los poderes fácticos, el IBEX y toda esa mandanga. Solo es una cuestión de poder, de recuperarlo: el aparato socialista pone a Sánchez, este empieza a tomar sus propias decisiones, y el mismo aparato decide recuperar el control ante la evidencia de que éste se va por el sumidero. Así que los análisis de visionarios como Manolo Monereo que citan a Gramsci, echan la culpa de todo a lo incontrolable, por si acaso, y aplauden los Iglesias, Errejón y Garzón, me resultan hasta infantiles.

Soy de Podemos y vengo a tu casamiento

Que a mí me conste, dos de Podemos acudieron a Ferraz el sábado a malmeter. Porque a otra cosa no iban. Un sujetapancartas profesional (y por eso le descubrieron rápidamente) y un caradura tremendo que mira a la cámara y dice que es de Podemos y que le parece una vergüenza lo que está pasando en el PSOE. Lo que les cuento me invita a pensar que no eran los únicos, y me refuerza en la sensación de que todos hemos visto a la misma banda de carroñeros sobrevolar en círculos la sede del PSOE.

El juego sucio no tiene dueño

Seguimos escuchando los ecos de los gritos del sábado en Ferraz. En Esdiario recogen cómo, en plena batalla dentro de la sede, la todavía ejecutiva decide filtrar al exterior los currículums de quienes preparan el motín que acabará con la dimisión de Pedro Sánchez. Así, desde el entorno de César Luena deslizaron a la prensa que los amotinados no tenían experiencia profesional alguna y eran unos apoltronados… Pero la tortilla se daba la vuelta rápidamente, porque entre los “fieles” a Sánchez había unos cuantos (y podríamos mencionar a cierto no-ingeniero) con trayectorias “profesionales” similares.

Para mí esto se termina

Y hasta aquí llega mi relato de los hechos en el PSOE. Tienen todo el derecho a poner orden con cierta tranquilidad, como nosotros hemos tenido obligación de seguir la actualidad que generaban. Miquel Iceta agradecía a Sánchez su valentía y cerraba la puerta a un gobierno alternativo en España… Pero no a las terceras elecciones. Y ese final abierto me parece estupendo: seguiremos contándoles lo que veamos… Pero con menos intensidad, por fin.

El amor de las FARC en Twitter

Desde la distancia, el proceso de paz en Colombia siempre me ha generado sentimientos encontrados. Por supuesto, deseo el cese de la violencia pero, ¿auspiciada por la dictadura cubana? ¿Con el refrendo de una sociedad pero sin alternativa al “no”? ¿Sin atender a los otros grupos armados que han nacido a partir del enfrentamiento FARC-ejército? ¿Con una cuenta en Twitter de las FARC desde la que dicen: “El amor que llevamos en el corazón es gigante y con nuestras palabras y acciones seremos capaces de alcanzar la Paz”. La Paz es el camino, ¡joder!, no el final.

Iceta se ofrece

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Las encuestas siguen dando la espalda al PSC y a Miquel Iceta aunque éste se empeñe en repetir el bailecito que tuvo tanta gracia la primera vez como poca gracia las siguientes. Aún así, el secretario general de los socialistas catalanes se ha ofrecido, según ‘El Boletín’, a liderar un gobierno catalán “de amplia base”. Para lograrlo propone la cuadratura del círculo de contentar a todos con una reforma constitucional, un cambio de fiscalidad y seguir aportando a España.

Hoy votan en Grecia

Hoy los griegos y las griegas volverán a votar a sus diputados para que estos (con el “plus” de los 50 escaños que el sistema regala a la lista más votada para otorgarle estabilidad) decidan quién será el próximo presidente del gobierno (‘República.com’). Yo sigo pensando que estas elecciones no tendrían que haberse dado y que a Tsipras, que aceptó los rescates y frustró a los griegos, le tocaba gestionar su propia cosecha. Si gana es lo que va a hacer. Y si pierde habrá un gobierno griego con las manos aún más atadas por la herencia que lo que él las tuvo.

La (nueva) política de cartón-piedra

La de la pose, el posado, la foto, lo fotografiado, el tuit y lo tuiteado, esa es la nueva política de los nuevos partidos. En Ciudadanos pusieron de candidata en un pueblo de 17.000 habitantes a una ex Miss Sevilla que además se define como “abogada, periodista, actriz, modelo y dramaturga” (‘El Plural’). Ahora, esta supermujer pide que el ayuntamiento cargue con los costes de su traslado desde Chicago (EE.UU.) a Castilleja de la Cuesta cada mes para asistir a los plenos municipales.

No era de Fukushima

Estos días hemos visto de vez en cuando en las redes sociales digitales la foto de un pez “mutante” que, al parecer, habría sido pescado en aguas de Fukushima. A mí estas noticias me parecen sospechosas por lo que, aunque sean llamativas, no me gusta traerlas a la columna. Y esta vez parece que he acertado: en ‘Libertad Digital’ aclaran que se trata de un pez lobo un poco más grande de lo normal pescado a 500 kilómetros del lugar del accidente nuclear.

El fútbol televisado en España

Lo que está pasando en España con el fútbol televisado (‘El Confidencial’) es pura marca España: una mina de oro (el fútbol) que ha enriquecido a listos y poco listos, a partes iguales, está siendo zarandeada, manoseada, sobrada y maltratada por pura avaricia. Y al aficionado, al usuario, al pagador… que le den. Lo que hay que hacer para ver partidos de pago solo tiene un nombre: vergüenza, y la guerra de las teles y las plataformas perjudican al deporte en la búsqueda de un beneficio empresarial que nadie quiere compartir.