La gestión de la expectativa

Pablo Iglesias no necesita oposición política: lo más duro a lo que va a hacer frente es a la gestión de la expectativa que él mismo ha generado. Empezamos por la legión de cargos de confianza que va a nombrar, de esos a los que antes llamaba “pesebreros”. Y seguimos por todo lo que ha prometido y a lo que tendrá que renunciar. Aunque consiga algunos logros (que serán buenos para la mayoría como la subida del SMI si la consigue), él mismo ha puesto tan alto el listón que todo va a parecer poco precisamente a quien le ha comprado el discurso. El legislativo es difícil, pero el ejecutivo aún lo es más.

Por lo menos, abandona el intrusismo

El mayor problema de Pablo Iglesias es su soberbia, la misma que usa para decir que por fin los humildes tienen un representante: él. Nunca se ha cortado en señalar, en poner apelativos (¿no es acaso “casta” desde hace tiempo?), en marcar dónde está lo correcto (lo correcto era su piso de VPO heredado en Vallecas y lo incorrecto era un chalé con piscina en Galapagar, por ejemplo) y en hacer de periodista si hacía falta. Porque los demás no valíamos. Este fin de semana Pablo Iglesias ha cerrado su ciclo La Tuerka y lo ha hecho con una entrevista suya a Zapatero. YouTube está bien, pero ser ministro es otro rollo, claro.

No como otras

Con un regate que pasará a la historia de la vergüenza ajena, el Colegio de Arquitectos de Madrid se negó a posicionarse siquiera sobre las actuaciones de Rocío Monasterio como arquitecta antes de acabar la carrera porque, claro, como no era colegiada entonces no les competía. Pero “el concejal y arquitecto de Más Madrid, José Manuel Calvo” (Público) ha insistido hasta lograr que el Colegio salga de la mazmorra de la cara dura y se mueva. De momento, lo primero que ha hecho es pedir a la de Vox que se defienda de las acusaciones. ¿Quién les protege? Y lo más preocupante: ¿por qué?

Cambio de ciclo

Después del fin de semana copero y supercopero patrocinado por Arabia Saudí, seguiremos hablando de fútbol. Pero aunque parezca repetitivo me temo que será necesario afinar el oído porque estamos en pleno cambio de ciclo: la lista de los jugadores más valiosos de 2019 contiene un montón de nombres que no son los de los últimos años. De los veteranos solo se mantienen Kane, Messi y Griezmann. Ahora brillan los Mbappé, Sterling, Salah, Sancho, Mané, Rashford o Martínez. Jugadores cuyos nombres nos suenan pero que no nos resultan tan familiares como los Ronaldo, Ibrahimovic, Lewandowski o Agüero.

Y de disciplina

Antes o después reconoceremos a las nuevas estrellas del fútbol, pero no estoy tan seguro de que seamos capaces de hacernos con los nombres de las nuevas grandes estrellas del deporte capaces de recibir cheques en blanco antes de que les salga la barba: me refiero a los jugadores de eSports y, en concreto, a Lee Sang-hyeok. Este surcoreano, más conocido como “Faker”, jugador de “League of Legends”, ha admitido recientemente que recibió una oferta de 10 millones de dólares al año para jugar en un equipo chino y que otro estadounidense llegó a proponerle que pusiera él la cifra por sus servicios.

Madrid ya afecta a Euskadi

Podemos en Madrid, su principal espacio, tiene un grave problema. Podemos fuera de Madrid tiene uno añadido: gestionar la crisis en Madrid como elemento añadido a sus propios problemas. Un elemento añadido que no siempre es menor, porque en Euskadi, por ejemplo, la dirección general de Podemos ya intervino provocando la salida de Roberto Uriarte y su equipo y posibilitando la victoria del oficialista Lander Martínez. Por si fuera poco, es en Podemos Euskadi donde milita el hermano de Iñigo Errejón, y desde donde tuitea, casi siempre de un modo críptico, sobre Podemos y política española.

El padre de Pablo Iglesias

El padre de Pablo Iglesias, Javier Iglesias, se ha presentado para ser incluido en la lista que encabezará Fernando Martos, líder de Podemos en Zamora, y que se enfrentará curiosamente a la de IU, que gobierna. Javier Iglesias formó parte de IU en la ciudad pero desde la creación de Podemos ha tenido varios cargos internos. En Euskadi hay partidos con más de cien años en el que algunos hijos han hecho carrera municipal o nacional después de que la hicieran sus padres, pero llama poderosamente la atención que en la avanzadilla de “la nueva política” el líder tenga a tanta familia tan cerca en tan poco tiempo.

La crisis de reputación de los taxistas

¿Cómo puede ser que un colectivo de trabajadores autónomos invadidos por una moda impuesta por empresas tecnológicas extranjeras que hacen competencia desleal y no tributan donde ejercen, no cuente con el apoyo de la sociedad? Bernat Dedéu, en su columna en El Nacional, ahondando en el verdadero problema de los taxistas: su histórica crisis de reputación. “Al taxi no lo ha matado el paso del tiempo ni los teléfonos inteligentes, sino portavoces sindicales espantosos y de vergüenza ajena”, afirma con toda la razón, viendo los ejemplos catalán y madrileño.

Abandonar las redes como reclamo

La semana pasada Mohamed Salah sorprendió a todos anunciando que dejaba las redes sociales digitales. Para un futbolista esta es una decisión importante: cobran por tuitear lo que las marcas contratan. Así que hablamos de arriesgar parte de sus ingresos a cambio de “ponerse en contacto de verdad”, como anunciaba en su último tuit. Pues bien, parece que su silencio digital forma parte precisamente de una campaña publicitaria y que se romperá en breve (si no lo ha hecho mientras imprimen esta columna). Sirva esta decepción para recordar que los “influencers” no nos cuentan nada: solo nos invaden con publicidad.

Para ti, que te crees joven

Mi mujer dice que estoy sufriendo la crisis de los 40 y solo puedo darle la razón. Y Twitter, Facebook o los blogs, que estoy condenado a leer cada día, son terribles para mis episodios de nostalgia: “Si por casualidad os sentís jóvenes recordad que este año se cumplen 20 años del estreno de Matrix”, tuiteaba recientemente McShine. Cuando leí la frase me acordé de aquella noche de verano que fuimos a ver la película de la que todo el mundo hablaba, de aquellos amigos y de aquella sensación de que algo estaba cambiando. Cambiaba yo, que apenas tenía 20 años. No les cuento lo que he cambiado desde entonces.

«Nazi», dijo Guerra

Quim Torra no me gusta porque es justo aquello que critica: un virrey, en este caso de Puigdemont, que no quiere avanzar sino destruir (hasta que empiece a demostrar lo contrario). Pero no es un nazi. Cada día parece más probado que la campaña para denunciar su fascismo es un montaje, y que fuentes como Alfonso Guerra, con el pasado con el que carga, le llamen “nazi” solo confirman que en España van todos contra Catalunya, donde nadie hace lo que ya toca.

Lo que pasó con Evaristo

El tuit de Joaquín Urias es suficiente para conocer qué le sucedió a Evaristo Páramos, sin manipulaciones: “Lo que le pasó a Evaristo hay que entenderlo en sus justos términos, más allá de rumores y de la indignación genérica: la ley mordaza da a la policía un poder excesivo para sancionar que usa de manera arbitraria e ideológica, con poco control judicial. Es ‘solo’ eso”. Le añado yo las comillas al “solo” que luego aclara el exmagistrado en otro tuit. Ya es grave, no hay que mentir.

Eduardo Maura también lo explica bien

Eduardo Maura lanzó un tuit clarificador hace un par de días: “Lo de que la moción es para convocar elecciones se está yendo un poco de las manos. Las mociones de censura son para sustituir al gobierno en base al voto libre y legítimo de la gente. Gane Sánchez o Rajoy, tendrá derecho a gobernar. Convocar elecciones es una decisión política”. Lástima que ayer mismo su partido le contradijera, ofreciendo tres diputados a Ciudadanos para su “moción instrumental”.

Lo que la moción esconde

Más allá de la enésima contradicción de los morados, bajo toda su acción en este baile de mociones (ya se apunta a la tercera, lo que da a entender el fracaso de la segunda) se esconde lo que denuncia Luis Arroyo: que Iglesias busca el fracaso de Sánchez para seguir minando al PSOE, su verdadero objetivo. Por eso ya deja que hablemos de la tercera; por eso, con el rostro muy duro, sugería que Sánchez tiene que irse si pierde la moción cuando no lo hizo él hace solo unos meses.

Ramos, menudo capitán

Después de ver desde varios ángulos la caída de Salah mientras Ramos le agarraba el brazo, tengo bastante claro que la lesión no fue un accidente. Después, hemos visto actuaciones del capitán del Real Madrid agrediendo al portero del Liverpool o simulando con enorme teatralidad una caída. Lo último ha sido el recopilatorio de entradas duras y feas a Messi durante años que corre por Twitter para que nos convenzamos de que el blanco es un jugador algo más que agresivo.