¿Se piensan que somos tontos?

La de estar en el despacho y la pancarta a la vez es una mala idea. Y quien todavía tenga dudas puede preguntárselo a Martin Garitano. Básicamente porque es una tomadura de pelo para los votantes que eligen tu papeleta para que llegues al gobierno o lo condiciones si estás en la oposición. Pero, ¿de qué sirve un partido que con una vicepresidencia y cinco ministerios sigue comportándose como si no tuviera responsabilidades de gobierno? El “no a la guerra” de Echenique y Podemos en su conjunto, sobre todo vía Twitter, es un insulto a la inteligencia de la ciudadanía que ya no traga con poses, y menos en algo tan serio.

El lastre es su decisión

Está bastante acertado Gorka Landaburu con su tuit sobre Sortu y, por extensión, Bildu: “El blanqueo, la falta de autocrítica y de ética suponen un lastre considerable para la memoria y la convivencia”. La entrada de David Pla, el último jefe de ETA, como número tres de la formación es un claro signo de que la que no ha superado la época de la acción armada, la que sigue influenciada directamente por ETA, la que sostiene postulados de terroristas, la que no ha pasado página ni quiere hacerlo, la que más pasos tienen que dar todavía, la que va muy por detrás de la sociedad vasca, en definitiva, es la izquierda abertzale.

Señoritos y palurdos

“Desde luego que lo que necesita Andalucía es identificarse con una mafia de Birmingham”. Niporwifi, que frecuenta esta columna por lo bien que explica cómo funciona el crimen organizado ironiza sobre a la comparación que la propia Macarena Olona ha establecido en Twitter entre ella y sus compañeros de Vox y los Peaky Blinders, una serie de mafiosos británicos de los años 20 con una estética que ha fascinado especialmente a los borregos de derechas. Es decir: no les parece suficiente vestirse de señoritos para representar, según ellos, a los trabajadores del campo, y también se comparan con delincuentes.

Reflejo de la sociedad

Vox se mantiene firme en las encuestas, en las que ha escalado hasta el 18 o 19% de la intención de voto. En Euskadi, quienes incluyen a terroristas en su toma de decisiones también buscan ser refugio del voto antisistema. Todo esto es reflejo de la civilización que hemos construido o, tal vez, destruido poco a poco: “Vivimos en una sociedad tan de ricos caprichosos que a algunos les parece normal llamar ‘Bizitza’ a organizaciones que defienden la muerte”. Pello Salaburu se refiere a los negacionistas que se han organizado porque se creen más listos que los demás pero, uno a uno, no pasan del tonto de cada pueblo.

No podemos obviarlo

¿Y cómo es posible que tanta gente (porque, sí, es mucha gente) sea capaz de exhibir comportamientos tan poco solidarios y tan perjudiciales? Este tuit de Víctor Muiña explica en parte lo que sucede: “Manu Carreño diciendo, en mitad del Athletic-Barça de Copa del rey, que atentos al programa de después de Friker porque ‘hay nuevas pruebas sobre el posible origen artificial del covid’. Y sigue con el fútbol, porque al parecer es legal decir lo que te salga del arco del triunfo”. Es decir: no solo Iker Jiménez puede dar aire en abierto a teorías tóxicas, es que en cualquier espacio se pueden reproducir sin que importen las consecuencias.

No, esto no va así

En Podemos están completamente equivocados. Y no pasa nada: todos tenemos que perder el miedo al error, al fallo, a no hacerlo bien a la primera. Lo único malo de equivocarte es el riesgo de empeñarte en seguir haciéndolo, como sucede a los de Podemos: Ione Belarra sigue aferrada a enfrentarse al PSOE como si fuera otro partido de la oposición (y no lo es, por eso también es ministra). “Ahora mismo el acuerdo entre Unidas Podemos y el PSOE está lejos”, dice Belarra y recoge Público. Si lo que dice es cierto no puede reconocerlo: un gobierno discutirá de puertas para adentro, pero saldrá con un proyecto único.

Y esto otro no puede ser

Lo que no es justificable ni por ignorancia es el comportamiento de José María Sánchez, el diputado de Vox que ha llamado “bruja” a una parlamentaria del PSOE y, antes, “chillona gallega” a otra del PP, que espetó “¿esto es lo mejor que han encontrado?” sobre el ministro español de la Presidencia, Félix Bolaños, y que soltó que la ministra Calvo sonaba “al consultorio de la señora Francis”. Este sinvergüenza, además de miembro de un partido de extrema derecha, es “catedrático de Derecho y juez en excedencia” (Nius Diario), y en Vox, por supuesto, le ríen las gracias y se las aplauden.

“Macarrena” Olona

Es evidente que Vox apuesta por subir el tono: descarados como Sánchez le resultan útiles, en redes, su jefe de comunicación, Juan E. Pflüger, es capaz de tuitear la mayor barbaridad, y Macarena Olona no ha tenido problema en encararse con la periodista parlamentaria Cristina Pérez en un tono tan macarra, tan chulesco y tan fascista, que más que acojonar da risa. Insisto en que no ha tenido problema en hacerlo: al contrario, está encantada con su bochornosa hazaña porque ella misma la ha tuiteado (¡ay, Twitter!). Que nadie se confunda: no les incomoda la prensa, es que la utilizan para su populismo.

Pero Echenique tampoco puede hacerlo

Estado de Alarma es solo un canal en YouTube, sus emisiones son vergonzantes y exageradas, y sus colaboradores saben que solo tienen una oportunidad: la de agitar los árboles que estén más a la derecha. Es su opción y nuestra decisión es que no nos gusta. Coincido en eso plenamente con Pablo Echenique. Pero ni él ni contra ellos puede el de Podemos expresar un desprecio como el que lanzó a Josué Cárdenas, que está en la sala de prensa del Congreso para hacer campaña por su medio, próximo a Vox, y que en un tiempo se dará cuenta del ridículo al que se está prestando. Pero de momento también él tiene derecho a preguntar.

Esto sí va así

Me parece estupendo que ERC se incorpore a la “realpolitik” y que desde la presidencia del Govern tienda puentes, con toda la escenificación y prudencia necesarias, hacia el gobierno español. Pero ese avance lógico lo aplaudiremos sin perder de vista cómo empujó a Puigdemont durante el Procés, cómo voló los puentes antes Rufián con sus monedas de plata, o cómo escondió sus intenciones hasta ganar las elecciones, sumándose incluso a reprochables blanqueos para exhibir una radicalidad que ahora abandona: “ERC garantiza a Sánchez la estabilidad en la Moncloa y el PSC la permanencia de Aragonés en la Generalitat” (República.com).

No es momento de juegos de palabras

Pablo Echenique, sin duda, ha elegido un mal momento para tuitear este juego de palabras: “Cuando no intervienes el mercado, el mercado te interviene a ti”. Ha elegido un mal momento, principalmente, porque Podemos forma parte del gobierno español y porque ninguno estamos para virtuosismos cuando la factura de la luz de este agosto supondrá un récord en nuestro gasto. El primer récord de los que vendrán, por cierto. Echenique y Podemos en su conjunto tienen que empezar a entender que sus discursos suenan casi insultantes para la mayoría, que sus quejas no nos valen porque nosotros tenemos más motivos.

Cuanto más insistan, peor

Cuanto más hablen en Podemos de la división del consejo de ministros, peor para el gobierno de coalición. El tuit de Ignacio Escolar es una buena muestra de lo que quiero decir: “Unidas Podemos pide a la ciudadanía que ‘presione’ con ‘movilizaciones’ por la subida de la luz”. ¿A quién presionaríamos con esas movilizaciones si no es al gobierno en el que está Unidas Podemos? No es posible estar en la institución y la pancarta (Martín Garitano lo intentó en Gipuzkoa y salió escaldado), y cada vez que insisten en ello lo que todos vemos es que su papel en la gestión y con poder es irrelevante.

Los relatos y los extremos

Ayer mismo escribía sobre Javier Villamor y su hilo en Twitter romantizando en exceso la década de los 80: su “ahora estamos peor que nunca” se alinea con la estrategia de la extrema derecha con a la que el propio Villamor se arrima. Horas después justifica su burdo intento de colárnosla: “Como cada uno recuerda la historia de una manera, una ley de memoria histórica está completamente fuera de lugar”. Cuando lo leí recordé unas palabras muy parecidas que había escuchado solo unas horas antes, las de Otegi justificando los “ongi etorris” y la existencia de más de un relato porque cada uno había sufrido de una manera.

También

Pero el discurso de Otegi y el de la derecha española no solo coincidieron ayer con los relatos: Margaret Castor recuperaba con acierto un tuit del PP en enero en el que Pablo Casado (como hacían los portavoces de Bildu por esas fechas en la CAV) alertaba de un fracaso absoluto del proceso de vacunación por cómo había arrancado. Pues bien, hoy el 70% de la población está completamente vacunada (el porcentaje es ligeramente más alto en la CAV que en el conjunto de España) y quienes entonces criticaban el ritmo y, en el caso vasco, que se reservasen vacunas para las segundas dosis, ¿qué tienen que decir?

La desvergüenza sin fin

Termino con el tema con el que empezaba la columna: el del precio de la luz. Si es mucho lo que pagamos a estas empresas por nuestro consumo, más será lo que les abonaremos vía Estado, que “deberá devolver más de 1.400 millones a las eléctricas por un decreto del PP anulado por el Supremo” (Eldiario.es). El entonces ministro Soria implantó un canon por el uso del agua para producir electricidad que la justicia europea avaló… Pero la española ha tumbado argumentando que una concesión una parte no puede cambiar las condiciones unilateralmente. Una vez más, el bien común no prevalece.

Ayuso y Vox, al frente de Telemadrid

La presidenta de Madrid ha puesto en marcha un mecanismo para controlar, con descaro y junto a Vox, la televisión pública madrileña. Su excusa ha sido el coste, y en su argumento burdo, como siempre, está la verdadera razón de su movimiento: Telemadrid es una herramienta demasiado relevante como para no echarle el guante. Lo que todos nos preguntamos es hasta dónde va a llegar, porque Telemadrid ya era una televisión fuertemente politizada, y la maniobra de Díaz Ayuso, en la que participa Vox, busca profundizar en ese control que, con esos mimbres, solo puede producir cestas sorprendentes.

Al otro lado, también

El programa de Jesús Cintora en La1 provocó la reacción de una parte de la plantilla de TVE porque una productora privada iba a hacerse cargo de contenidos informativos. Una vez puesto en marcha, la calidad hablaba por sí sola. La defensa en plan hooligan del espacio y su conductor, sobre todo por parte de prescriptores de Podemos, era bastante sospechosa. Ahora, la queja de Pablo Echenique por su cancelación acaba de cerrar el marco con el que tenía que ser vista la emisión para ser comprendida o puesta en valor. Asegura el de Podemos que lo quitan “por motivos políticos”. ¿Lo pusieron por los mismos?

¿Dónde irá ahora Iván Redondo?

Doy por perdida mi novela: no consigo trenzar una historia. Pero sigo fijándome en esos personajes que me hubiera encantado inventar, describir y poner en aprietos. Curiosamente, dos de mis favoritos han tenido el mismo empleo: Jorge Moragas e Iván Redondo. Cada noticia con la que me topo del primero, ahora embajador en Filipinas, hace más especial al personaje. Pero espero que Redondo siga otro camino: algunos dicen que saltará a la empresa privada, donde se gana dinero de verdad, otros le esperan pegado a un nuevo candidato, como hizo Josh Lyman en The West Wing, y algunos le ubican explorando nuevos mercados políticos.

Hay que ver cómo está el español

Desconozco el horario de trabajo de Toni Cantó pero voy a pensar que es flexible para explicar que en tiempo de oficna se ponga a tuitear sobre cosas que nada tienen que ver con el “hueco” que le ha buscado Ayuso. O eso o, como él mismo decía, está solo en un despacho, sentado delante de una mesa vacía y tuiteando para pasar las horas: “Cantó difunde un bulo sobre uno de los agresores de Samuel para defender a la ultraderecha” (El Plural). Un bulo que también ha extendido quien fuera su jefe de gabinete, Alvise Pérez, y que habría partido de El Español. El digital de Pedro J., no la oficina de Cantó.

Sí, es legal

La detención del líder de Alianza Nacional, Pedro Pablo Peña, “en el marco de una investigación por sus continuas exaltaciones del nazismo” (Público) nos ha recordado la existencia de su partido, que fue denunciado por IU por no cumplir con la ley de partidos, que promueve “la ilegalización de aquellas formaciones que apuesten por ‘justificar el racismo y la xenofobia o apoyar políticamente la violencia y las actividades de bandas terroristas’. Sin embargo, el Supremo consideró que esos principios no cuadraban con Alianza Nacional pese a sus permanentes mensajes y discursos de adoración hitleriana” (Público).

«Un fallo»

Solo fue parte de Internet y, que sepamos a esta hora, ni siquiera la parte importante (conexiones aeroespaciales, controles remoto, sanidad, etc.), pero la caída de la gran red que afectó ayer durante unas horas “a Amazon, Twitter y medios como El País y el New York Times” (El Independiente) nos tiene que recordar lo frágiles que somos ahora mismo. Hemos condicionado nuestro ocio, nuestro negocio (¿qué pedido o stock no es ya digital?), nuestra salud y hasta nuestra memoria a una única herramienta cuyo control real desconocemos. La herramienta gracias a la que pago mis facturas, por cierto.

“Echenique borra”

Pero Internet no es solo mi herramienta de trabajo: también algunos políticos han hecho de las redes sociales (especialmente, Twitter) su mejor tribuna y, casi, su única ocupación. Tanto han tuiteado algunos que ahora se arrepienten, como Pablo Echenique, que ha borrado “la mayoría de sus mensajes en Twitter en vísperas de Vistalegre IV”. Solo ha dejado los que hacen mención (positiva) a la candidatura continuista y, como recuerdan en República.com, este no es el primer borrado masivo que hace quien fuera número dos de Pablo Iglesias. La política de tuit es tan mala que no la quiere de legado ni quien la practica.

“ERC endereza”

Pero la noticia política de la semana ha vuelto a ser la de los indultos. En este caso, su avance pese a la presión derivada de la falta de humanidad de algunos líderes políticos. Y después de esa, l otra noticia es el giro al pragmatismo de ERC: Junqueras, ya como líder político y moral del independentismo, defiende la vía escocesa, que es la vía vasca también. Defiende un referéndum acordado, defiende la complicidad de la comunidad internacional y defiende la vuelta a la política para hacer política. Un mecanismo tan sencillo y tan olvidado por todas las partes, desde la unilateralidad hasta la justicia vengativa.

“El PP traga”

Claro que Díaz Ayuso ha accedido a la petición de Vox de reducir notablemente el número de representantes en la Comunidad de Madrid: el populismo lo hace la extrema derecha y el PP se beneficia de una posición de fuerza porque, que nadie se equivoque, cuando se reduce el número de parlamentarios lo que se reduce es la posibilidad de que entren nuevas fuerzas o representantes más alejados del establishment. Los ordenados y ortodoxos siempre estarán en los primeros puestos. Si ese tijeretazo va acompañado de una reducción del personal asistente el parlamento tratará menos temas y recibirá a menos agentes sociales.

“Ha sido raro”

La pieza en Magnet sobre el primer evento de inversores de Bitcoin no tiene desperdicio. Más que una serie de sesiones sobre economía aquello fue un festival. Por momentos, según el relato, incluso una rave. Una fiesta del exceso, en cualquier caso, que celebrara un “neoliberalismo tech” en un momento en el que la moneda virtual sigue bajando sin que nada haya en el horizonte que pueda hacerle rebotar. Y si son los de esta fiesta la que debe velar por el futuro financiero de inversores anónimos que poco tienen que ver con los que allí se dejaron ver, desde Paris Hilton a skaters que proclaman la revolución.