Pero esto, ¿de qué va?

Cuando te has presentado ante el mundo como el paladín de la pureza lo que espera la ciudadanía es que cumplas, así que si pedimos más explicaciones a Podemos no es porque les exijamos más, sino porque prometieron más. Por eso resulta extraño que, en plena negociación del nuevo gobierno, hablen de partir ministerios (que más que partirse se duplicarán) quienes hicieron de “la casta” el gran argumento de su primera campaña. Porque no se trata de encontrar encaje a Garzón como ministro o Secretario de Estado, se trata de un montón de puestos de trabajo de los que antes calificaban como “pesebreros”.

Pues no lo entiendo

Almudena Ariza ha renunciado a ser directora de los Servicios Informativos de TVE porque en la votación no vinculante entre trabajadores no ha sacado una amplia victoria (308 votos a favor contra 117 en contra de un total de 3.200 personas que podían participar en esta votación que no conllevaba nada inicialmente). Personalmente, creo que con la confianza de quien te propone el cargo debería de ser suficiente. Y me sorprende, como me sorprende siempre, que un compañero rechace asumir responsabilidades cuando los periodistas siempre tenemos tan claro lo que deberían de hacer nuestros jefes.

Si es malo, es malo

Del último libro de poemas de Alfred García solo he leído las páginas que se han movido en Twitter con poesías que se acercaban más a la broma que a la literatura. Así que no criticaré la obra pero sí sus consecuencias: ¿cómo que no se puede señalar una castaña literaria? ¿Cómo que el linchamiento público después de escribir, firmar y publicar obviedades se aproxima al bullying? ¿Cómo que estamos desanimando a un creador de veintipocos años a seguir escribiendo? Vamos a ver, un pestiño es un pestiño, en la era de Twitter y cuando publicar resultaba carísimo. Y quien se presta al negocio ya lo sabe.

Y si es otra cosa, pues lo es

Marcos Pereda firma en “A la Contra” uno de los mejores textos que hemos leído sobre la suspensión del partido en el que llamaban a Roman Zozulya “nazi” y “puto nazi” desde la grada rayista. “No es lo mismo hacer el ruidito del mono aullando cuando coge el balón Dembelé o llamar a tal jugador ‘gitano de mierda’ que gritar ‘nazi’ a un nazi”, escribe, y recuerda otros momentos del fútbol español deleznables por los que no se suspendieron partidos antes de sugerir que, una vez puesto el listón, habrá que mantenerlo. Preparémonos entonces para la riada de partidos suspendidos… O no.

El fútbol de la mayoría

Como portugalujo me he alegrado muchísimo por la victoria del equipo de la Villa sobre el Extremadura en Copa. ¡Cómo no! “El Portu” lleva ya varios años demostrando que está más que preparado para subir un peldaño, y su mezcla justa de ambición y humildad es la mejor muestra de ese otro fútbol, el de la mayoría de futbolistas, técnicos y directivos: aunque los aficionados nos fijemos en los grandes equipos, los profesionales y voluntarios desarrollan su labor mayoritariamente en otros más pequeños mientras sueñan con llegar un poquito más arriba. Pero disfrutar sí lo hacen como campeones. Zorionak!

Pero, ¿cuánta gente les apoya?

La explicación del colegio de arquitectos de que no puede investigar a Rocío Monasterio porque no estaba colegiada en la época en la que, según varias informaciones, realizó y firmó trabajos como arquitecta antes incluso de terminar la carrera, no hay por dónde cogerla. Pero, ¿quién protege al principal matrimonio de Vox (Iván Espinosa de los Monteros tiene hasta condenas)? ¿Cuántos hacían la vista gorda? ¿Quiénes les conseguían los locales y los clientes, algunos de ellos estrellas de la tele o productores de cine? Y sobre todo: ¿por qué? La impunidad con la que se han movido y se mueven es pasmosa.

Políticamente, ya lo sabemos

Lo de Monasterio y Espinosa de los Monteros es importante porque significa que ha habido protección mucho antes de que hubiese poder político a la vista. Lo de Ortega Smith es importante porque desprecia a quien no piensa como él. Y lo de Isabel Díaz Ayuso, como lo de todos los del PP y Ciudadanos sin excepción, es importante porque colabora políticamente en que los ultras sigan haciendo y diciendo lo que quieran: no quiso reprobar a Ortega Smith por el grave incidente con una víctima de la violencia machista y se escudó en Carmena. Quique Peinado respondió en Twitter: “Estás de atar, Isabel”.

Esto va en serio

No me cansaré de decirlo: lo de la extrema derecha en el mundo (porque Trump les ha dado alas en Norteamérica y Bolsonaro, en el Sur) va en serio. Incluso en países que han combatido en todas las líneas a la extrema derecha los ultras se ven reforzados: en Alemania observan cómo resurge la extrema derecha en los campos de fútbol, cómo los líderes nazis vuelven a las gradas cuando cumplen sus condenas y cómo vuelven a liderar a sus grupos. Lo leemos con preocupación en la web de la Revista Líbero, donde también descubrimos un brillante spot del Borussia Dortmund ridiculizando a los fascistas que ocupan sus campos.

Rubiales también quiere ir en serio

El lamentable show que ha dado la federación española de fútbol con el enésimo cambio de su seleccionador ha eclipsado una noticia importante: Luis Rubiales ha decidido sacar de nuevo el cañón para intentar matar una mosca, aunque en este caso la mosca le ha birlado una millonada. El presidente de la RFEF ha enviado una carta a Rosa María Mateo amenazando con emprender acciones legales y calificando de “irresponsable”, “hipócrita”, “inverosímil” e “inaceptable” que RTVE no puje por emitir la Supercopa de España que se celebrará en Arabia Saudí porque en este país no dejan entrar a las mujeres en los estadios.

Y Telecinco, ¿de qué se queja?

Después de décadas emitiendo telebasura, Telecinco se ha visto acorralada después de permitir, grabar y esconder durante años un abuso sexual en uno de sus programas estrella, Gran Hermano. El escándalo, que es para tomar muy en serio, ha llevado a los anunciantes a vetar su publicidad en este espacio provocando pérdidas de hasta 400.000 €, según El Confidencial. Esto no debería de quedarse aquí y deberíamos de mantener la exigencia como consumidores y televidentes. Sin embargo, el debate del propio concurso obtuvo una audiencia magnífica una vez más. Algo estamos haciendo mal.

En vivo lo del muerto

La cobertura mediática de la exhumación de Franco fue obscena e innecesaria, como todo últimamente en la política y los medios españoles (los medios vascos, por desgracia, cada vez están más contaminados, esperemos que no suceda lo mismo con la política). La cobertura en vivo en las televisiones, los chistes de los propios periodistas en Twitter sobraron. Como si no estuviéramos hablando de un dictador, como si en el Valle de los Caídos no hubiese víctimas del franquismo, como si la extrema derecha española hoy no estuviera más reforzada que nunca y como si el acto de ayer no haya sido indignante.

¿Se les puede meter en la cárcel?

La familia de Franco ha sido excepcionalmente bien tratada todo este tiempo, y ayer no fue una excepción, evidentemente. Francis Franco incluso pudo entrar con la bandera preconstitucional, todos lucían trajes impecables y les permitieron participar tal y como ellos desearon en el evento. Unas circunstancias perfectas para volver a aquellas fosas comunes, a aquellas mujeres que vieron cómo se llevaban vivos y aterrados a sus maridos y sus hijos y nunca pudieron encontrarlos muertos, a aquel golpe y toda la represión posterior sobre un dolor inhumano y el hambre de todos.

Son franquistas

En muchos medios pero especialmente en Televisión Española, recurrieron al eufemismo insoportable de “nostálgicos” para referirse a los franquistas que fueron a reivindicar la figura del dictador a los alrededores del Valle de los Caídos. Todos ellos, como la familia Franco o Tejero, sobran. Sin embargo, parece que tienen hueco en los medios, también en los públicos, en la sociedad y, en demasiados casos, en la judicatura, el ejército y las grandes empresas. La posición actual de la familia Franco debería de ser la vergüenza de España, pero ayer hicieron lo que quisieron, una vez más, porque el PSOE se lo permitió.

Y ayer apretaron las filas

El de ayer fue el mejor acto de precampaña de Vox: la retransmisión de la exhumación, con todos los honores, en las televisiones y en Twitter ha sido muy útil para apretar las filas y señalar a los enemigos del orden de la dictadura. Al PSOE le servirá para detener la escalada del PP, pero la precampaña le está saliendo por la culata: como señalaba el humorista gráfico Ferrán Martín, lo de ayer beneficia a la extrema derecha y el PSOE es el único responsable de darle esta segunda oportunidad tan estupenda. Ayer solo faltaron las salvas militares a Franco y Abascal repartiendo papeletas blancas y sepias.

Ahora, a por el Pardo

Los herederos de Franco son hoy millonarios, así que no veo por qué tenemos que seguir cargando todos con los gastos que genera el reposo del dictador. Ahora que han sacado a Franco de su mausoleo, es momento de tomar una decisión con el cadáver de Primo de Rivera, con el futuro del Valle de los Caídos, con su prior y por supuesto, con las fosas comunes. Los restos de la dictadura hay que atacarlos y despedazarlos hasta acabar con ellos. Y para recuperar la memoria histórica hacen falta recursos y valentía, nada de operaciones preelectorales excepcionales para la foto que, encima, salen mal.

No se puede hacer peor

Pedro Sánchez y su equipo puede que estén batiendo un récord ahora mismo: el de gestionar de la peor manera posible un debate electoral cuando tus oponentes no parecen gran cosa. Con Iglesias sin crédito, Rivera centrifugado en su propia espiral y Casado haciendo de Aznar, Sánchez lo tenía todo de cara, pero primero rechazando el de Atremedia y después aceptando el de La1 en la misma fecha (recurso a la Junta Electoral mediante) solo ha conseguido cabrear a todos sus oponentes (que bien no iban a recibirle) y a dos grupos mediáticos. Es lo que pasa cuando tienes más en cuenta a las encuestas que a la ciudadanía.

El blanqueo imposible

Cayetana Álvarez de Toledo es la cara del PP más repelente: la de la pijo soberbio que mira por encima del hombro, la de quien desprecia al que no piensa igual, la de quien tiene pinta de tratar como a pobres a todos menos a los miembros de su mismo club. El lío que armó en el debate electoral de La1 contra el derecho a la libertad sexual de las mujeres y el modo en el que intentó arreglarlo, con una amenaza de querella, solo vino a confirmar el personaje. Pero ahí está el periodismo que nos iba a rescatar, el de Pedro J. Ramírez, para plantarnos una oda a la licenciada por Oxford, como si no hubiera idiotas con títulos o al frente de periódicos.

Todo a Rivera y Arrimadas

En este escenario tan chungo (no se me ocurre palabra más suave para definirlo) de la política española hay dos actores que no renuncian a ninguna escena: Albert Rivera e Inés Arrimadas. Ciudadanos se ha reducido a estos dos representantes y, como señalan en La Información, han escondido hasta a sus gurús económicos. Tal vez alguna encuesta les ha ratificado lo que dice el sentido común: que el liberalismo que impulsan da más miedo que certezas. Solo quedan Felisuco y Toni Cantó tuiteando sandez tras sandez y siendo más divertidos que cuando contaban chistes por la tele. Con esas naranjas poco zumo se hace.

Bienvenidos a Euskadi

José Antich se queja con razón de que, si prospera el debate a cuatro sin que la Junta Electoral obligue a contemplar también a representantes de los grupos vasco y el de Esquerra, la representación de la España política no estará completa. La derivada natural, como el director de El Nacional concluye, es que acabarán hablando de Catalunya (alguien lo duda) sin nadie que represente el sentir mayoritario de los catalanes. Lo que le pasa a Antich lleva pasándonos a los vascos desde que los medios descubrieron la espectacularización de las campañas: los políticos españoles arreglaban Euskadi sin hablar con un solo vasco.

Mónica está harta, y yo, también

Si Mónica López ha decidido borrar el tuit con la carta que recibió y provocó su hartazgo, me limitaré a señalar aquel en el que lo explica sin mostrar el documento (que reproducen muchos digitales), y por supuesto a darle la razón: nadie puede sentirse libre para decir lo que quiera a esta presentadora del tiempo solo porque sale cada día en la tele. López denunciaba que una mujer le acusaba de tener muslos anchos y usar muletillas, y que este solo era otro exceso de los muchos que tenía que aguantar. El hartazgo de esta presentadora está justificado: la sociedad se está tuiterizando en el peor sentido imaginable.

A Sánchez le eligen RTVE

Pedro Sánchez ya había elegido: su decisión era presentarse sin hacer mucho como la alternativa ante la pelea que, sin duda, iba a producirse entre las tres derechas. Había decidido dar la espalda a Rosa María Mateo y a todos los periodistas del ente público. Había decidido que primero iba él y, después, el servicio público y los votantes, por ese orden. Ahora, la Junta Electoral le ha obligado a tomar otra decisión: Antena3 (la novia por la que había dado calabazas a RTVE) tiene que reformular el debate porque Vox no tiene representación y Sánchez dice que en esas condiciones prefiere el de La1… Y queda mal con todos.

¿Criterios periodísticos en Atresmedia?

Ana Pastor, como buena progre de postal y escaparate, también pide que la Junta Electoral no se meta en los asuntos de los periodistas y no regule la campaña, que la deje en manos de los periodistas. ¿Los periodistas o sus empresas, en este caso Atresmedia? La regulación de la información electoral es una garantía cada día más importante ante la entrada de partidos con muchas influencias (como Ciudadanos y Vox) que, junto a los más grandes (PSOE y PP), pueden arrinconar sin esfuerzo a otras opciones (nacionalistas y partidos sin representación… ni grandes influencias). Ya nos la pueden poner con queso que no nos la dan.

El escenario ideal de Vox

La cancelación del debate a cinco ha beneficiado, sobre todo, a Vox. Santiago Abascal se librará así de su segunda presencia televisiva de la campaña (la primera y única de momento fue junto a Bertín Osborne). Si Abascal era capaz de no salirse del guión, seguramente saldría ganando del debate, pero el riesgo estaba ahí. Ahora, su omisión permite a Vox victimizarse sin arriesgar que es lo que más les gusta, como cuando programaron actos en la CAV y en vez de servir imágenes de sus alocuciones los indeseables de siempre (sobre todo en Euskadi) les regalaron las de los altercados: que otros hablen de ellos. Esa es la campaña de los ultras.

Hablar para esto…

Veremos cómo es el segundo debate de la campaña y si, finalmente, será a cuatro o el servicio público que pagamos todos, RTVE, tiene a bien representarnos a todos. De momento, ya hemos visto uno en el que, sinceramente, los partidos españoles han dado vergüenza ajena. Rufián acertó manteniéndose más comedido que de costumbre y Esteban, simplemente, fue un refugio para los votantes vascos que saben que no tienen nada que ver con las representantes de PSOE, Ciudadanos, Podemos (Montero fue la mejor entre ellas) y, sobre todo, PP. Lo de Cayetana Álvarez de Toledo fue un exceso pepero de manual.

Sí, todos la conocemos

Sin duda, Cayetana Álvarez de Toledo fue la protagonista del debate… Para mal. No solo por el daño que puede hacer a todas las mujeres violentando consensos imprescindibles. El tono soberbio, la búsqueda del cuerpo a cuerpo, la falta de ideas y el exceso de tono pijo y pepero la retrataron. En Twitter fueron muchos los mensajes sobre ella y casi solo el de Casado fue a favor. Alberto Elías la definió el que mejor: “Todos odiamos a Cayetana Álvarez de Toledo porque el peor recuerdo que todos guardamos de la facultad es cuando nos tocó hacer un trabajo de grupo con una Cayetana Álvarez de Toledo”.