Ganaron dos

La batalla electoral la ha ganado Ciudadanos de un modo inapelable, pero en la guerra ha vencido Puigdemont haciendo mítines por vídeoconferencia y dejándose fotografiar viendo los encuentros del Girona en bares de Bruselas. No, no me gusta “el Carles” porque no he encontrado en él rastro de ser un hombre de partido ni de valentía política. Pero, vaya, es el vencedor del 21-D con todo el merecimiento. De hecho, es el único cuya victoria no se va a desinflar.

Perdieron los demás, también el PDeCat

Los demás perdieron, algunos lo hicieron estrepitosamente y otros incluso subiendo escaños como el PSC. También perdió el PDeCat, que ha recibido una herencia desastrosa de aquella CiU hegemónica. A Marta Pascal le urge cimentar porque convive con un presidente que no es de su confianza y que lastró la lista pero que, sin embargo, ha logrado capitalizar un procés inverosímil contra España, los pronósticos y la lógica tradicional de los partidos. ERC seguirá pagando las Fantas.

No, Rivera, esos votos no son tuyos

Albert Rivera tiene que hacer una lectura fría de los resultados, pero yo no contaría con ello. Los votos que recibió su partido no tienen que ver con el valor de su marca o el liderazgo de Arrimadas. El voto a Ciudadanos era el modo que encontraron cientos de miles de catalanes de hacer llegar su mensaje: que alguien pare este procés y arranque Catalunya. O Cataluña. Dentro de unos meses Arrimadas estará en la oposición y en las municipales del 19 Ciudadanos no va a tocar poder.

Templado… Más bien, frío

No soy muy bueno haciendo predicciones y, una vez más, me he vuelto a equivocar: esperaba que Miquel Iceta rebañara bastante más a Podemos. Pero al final no están contentos ni unos ni otros. Los dos escaños más que gana el PSC no suponen nada: siguen en su suelo. Y Domènech y Colau han protagonizado el capítulo catalán del lento e irremediable descenso de Podemos. Es cierto que una campaña polarizada vacía la zona templada, pero la izquierda española se ha enfriado totalmente en Catalunya.

Albiol tiene que marcharse

Las derrotas estrepitosas me han alegrado una semana que espero que me la compense Olentzero, finalmente. Los de la CUP siguen viviendo en una realidad paralela reclamando el valor de sus cuatro escaños como si fueran los diez que ya no tienen. Y Albiol tiene que abandonar la política. Alguien que lleva al PP hasta los tres asientos no puede echar las culpas a los demás y seguir adelante. No se trata de que dé un paso atrás: su carrera política está liquidada.

Rechaza el cupo porque no lo entiende

Agárrense: Susana Díaz rechaza el cupo como modelo de aportaciones de las autonomías al Estado español porque, según ella, se rompería la caja única de la seguridad social y eso supone romper un país. O la líder socialista no ha entendido nada… O sabe muy bien que con lo que pagamos los vascos (más de lo que nos corresponde por población y PIB) se genera el excedente que tan bien le viene a su comunidad, Andalucía. Que recauden, gestionen y aporten, o que callen.

Nos toman por tontos

Podría abrir una serie con los párrafos que llevo titulados de la misma manera: “Nos toman por tontos”. He recurrido a esta fórmula cada vez que he visto a un político decir una mentira tan flagrante que, o nos toma por tontos, o el tonto es él. Por ejemplo, el portavoz del gobierno de Madrid y secretario general del PP de esa comunidad: “Nuestro código ético es el más duro de los que existen. Creemos que en este momento tenemos que dar ejemplo y estar en la cabeza de la lucha contra la corrupción”.

Crisis de liderazgo

Ni Puigdemont, ni Rovira, ni Arrimadas, ni Iceta, ni Domènech, ni mucho menos Albiol. Los líderes de la política catalana, permítanme la opinión, son bastante flojos. Así que la pieza en Vozpopuli sobre la fragilidad de la de ERC, que hace que la fortaleza con la que salía el partido en las encuestas se resquebraje, es extrapolable al resto. Sí, también a Puigdemont, el líder al que le temblaron las piernas cuando tuvo que convocar las irremediables elecciones. ¡Ay, los rescoldos del procés!

Podemos vuelve a pinchar

Ayer les contaba que Bescansa se desmarcaba de Pablo Iglesias y que había iniciado su propia gira para dar a conocer un proyecto político (suponemos que dentro de Podemos) alternativo al del líder morado. Parece que lo hace con un éxito muy escaso. Pero no es menos cierto que el propio proceso iniciado por Podemos, oficial, para dar a conocer su visión de una España plurinacional (justo lo que enfrentó a Bescansa con Iglesias) pincha también. En La Rioja solo asistió una docena de simpatizantes.

No, no es por Angelina

Igual esta semana han leído que una caprichosa chica iraní ha deformado su aspecto para parecerse a la actriz Angelina Jolie y ha acabado convirtiéndose en la viva imagen de la muerte. Pues bien, no es cierto. En Magnet lo explican, como siempre, muy bien: se trata de una artista, Sahar Tabar, que ha querido reflejar con operaciones, maquillaje y Photoshop, la degradación del aspecto por las modas. The Sun cazó una foto, amarilleó la historia y el resto hicimos el eco.

El día empezó así

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Fernando González Urbaneja resumió muy bien en un tuit cómo empezaba la jornada en el Congreso de los Diputados: “Rajoy vive en otro mundo, su intervención ha sido patética. Los aplausos de los suyos deprimentes. Restan y restan”. Añado: se lo puso fácil a quienes quieren enfrentarse a la nueva política abanderando la nueva (en nombres, pero no en ideas, visto lo de ayer), con expresiones antiguas, posiciones esperables y un discurso bronco pero sin brillantez.

La estrella de la mañana fue Iglesias

Lo esperábamos todos: a Sánchez le puede el discurso y las maneras de libro, Rajoy está absolutamente agotado y caducado, el de Rivera fue un discurso de salón (el que esperábamos todos) pero sin entrar en el barro. Pablo Iglesias era el candidato de todos para alegrarnos la mañana repartiendo estopa, por lo menos, con más frescura que Rajoy (pero con la misma falta de brillantez): “Tú eres como un jefe de centuria y tú del partido de la cal viva. Pactamos o qué”, leíamos en Twitter.

La foto, ¿buscada o casual?

El beso entre Pablo Iglesias y Xavier Domènech cuando el catalán regresaba a su escaño es, sin duda, una de las fotos de la jornada. Pero la imagen, no sabemos si buscada o encontrada, no puede tapar un mecanismo un tanto perverso en el reparto de tiempos que se ha inventado Podemos: Iglesias pisó el tiempo de Domènech antes de su beso, y Domènech pisó sin que le importase el de la gallega Alexandra Fernández. Y en el turno de réplica, por cierto, ninguno tuvo oportunidad: solo habló Pablo.

Y Rivera habló bien pero no dijo nada

Roberto García empezó contando las veces que Albert Rivera dijo “clase media trabajadora”. La muletilla era solo una muestra de la cantidad de tópicos y lugares comunes que usó el de Ciudadanos durante su discurso. Una intervención cuidada en las formas y hueca en los contenidos que invitaba a pensar que los únicos que ayer mostraron un acuerdo fueron los políticos con menos fondos y la telegenia más cuidada. Una circunstancia significativa

¡Malditos móviles!

Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez echarán la culpa a su móvil, pero ahí estaba también la socialista Amparo Rubiales, que no necesitaba Smartphone alguno y su mano le ofrecía un entretenimiento mayor que lo que sucedía en el hemiciclo. La foto de la desidia, sacada el martes, ha corrido por Twitter junto a mensajes de indignación durante las dos jornadas de la votación, sobre todo después del ascenso del paro en España, que conocíamos ayer.