Ya está montada

Confío en que la población de Altsasu estará a la altura y ante la provocación evidente de Albert Rivera, Santiago Abascal y todos los suyos, serán capaces de mantenerse indiferentes. ¿Choca esto con la necesidad permanente de hacer frente en todo momento y todo lugar a la extrema derecha? Sí, pero es que es justo lo que buscan los Abascal, los Rivera y los correspondientes secuaces, que se fundirán sin que se note mucha diferencia entre unos y otros. Esta vez para hacer frente a la derecha solo será necesario que ésta se retrate como generadora de enfrentamiento.

El problema es la denuncia

Por muy mal que me caiga Albert Rivera, me sorprendería que hubiese actuado de una manera distinta a la que recoge el comunicado de Ciudadanos, fuente única y suficiente para El Español. Para empezar, porque no le hace falta: a Rivera le basta con hacer lo que le digan los agentes de la Policía Nacional que le escoltan para librarse de controles o lo que sea necesario. Peor mensaje me parece el del cuerpo policial que ha denunciado a los trabajadores que quisieron hacer un control rutinario en un aeropuerto a un político que solo es un ciudadano más.

Arabia Saudí, Podemos y las elecciones

Es fácil estar en contra de una dictadura como la saudí. Y más si eres antimonárquico y tienes un ordenador a mano para buscar en Google fotos de las reuniones de Juan Carlos I o Felipe VI con los representantes del régimen árabe, sobre todo después de la cruel tortura hasta la muerte que ha sufrido Jamal Khashoggi en la embajada saudí en Turquía. Lo difícil viene luego, como sugiere Miquel Roig, con los conflictos de intereses: en Cádiz gobierna Podemos y la construcción de goletas militares de una cuestión delicada que afecta a 6.000 personas. Mucha contradicción para cabalgarla en un tuit.

El PP catalán, con más problemas

Nunca sabremos si le tantearon, si directamente se lo pidieron o si solo fue una idea feliz que oyó un periodista, pero qué mal momento para el PP catalán para verse relacionado con Josef Arjam. El televisivo consultor financiero ha abandonado su cartera de gestión, dejando a los inversores con importantes pérdidas tras su cadena de equivocadas decisiones, justo en el mismo momento en que hemos conocido que el PP catalán que abandona Albiol le pretendía como reclamo. Arjam se define como un ultraliberal y en el PP catalán, ya con todo perdido, parece que no lo veían mal.

El futuro que viene de Japón

Supongo que la noticia les sorprenderá tanto como a mí pero, si se paran a pensarlo, ¿cuánto tiempo hace falta para que la veamos cambiando “Japón” por “Euskadi” o “España”? Me refiero a este titular de Ecoinventos: “Las gasolineras desaparecen en Japón a un ritmo de 1.000 al año”. Es el futuro, todos lo sabemos: los surtidores de electricidad y las baterías de carga superrápida irán apartando al petróleo. ¿O lo hará el hidrógeno? Personalmente hay una pregunta que me inquieta: ¿de dónde va a salir tanta energía eléctrica si no es del uranio enriquecido?

El PP, un partido residual

El PP va a ser un partido residual en Catalunya, en la CAV y en Nafarroa. Y puede que incluso solo sea el comienzo de un desplome autonómico de importantes dimensiones. La debacle, que es real, parece menor porque, como sucede en el Parlamento, una aritmética endiablada les permite ser llave con un número de escaños que, en otro escenario, les situaría como partido irrelevante. Tal es el descenso y la percepción de derrota en el PP que en Catalunya nadie quiere sustituir a Albiol no solo por la pesada mochila que se encontrará, sino por lo que está por venir.

Se lo buscan

¿Cómo llega al PP a la irrelevancia en estos territorios? Buscándoselo: el partido que fundó un ministro franquista y que se revuelve cada vez que alguien intenta mover la tumba del dictador es, para colmo de esta España ultraconservadora, la opción moderada en la derecha. Tan “moderada” que más de una veintena de alcaldes “populares” se han negado a cumplir la ley y retirar del callejero de sus municipios a Primo de Rivera. No estamos ya hablando de las simpatías de sus abuelos, sino de una ley en vigor y de una resistencia contemporánea a que avance la democracia plena.

Fachas de allá

Otro que, con suerte, acabará con su partido, será Donald Trump. En El Confidencial lo cuentan muy bien pero son ya varios los medios que informan de la paliza que se está pegando el presidente de EE.UU. para salvar al partido republicano en las próximas legislativas. Los sondeos indican que los demócratas sacarán la suficiente ventaja para invertir la actual mayoría conservadora (en el sistema estadounidense la cámara se renueva por partes). Para evitarlo, Trump está gastándose una millonada, según los analistas, en eventos relevantes… Y en su propia popularidad.

Tomen nota

A la extrema derecha solo se le derrota de una manera: enfrentándose a ella y señalándola. Flaco favor hacen los que aquí llaman “constitucionalistas” a los nazis que se han manifestado varias veces ya en Catalunya. Y menos favor hacen en Brasil las estrellas del fútbol que están lavando la cara con su apoyo a Bolsonaro. Apunten: Ronaldinho, Rivaldo, Cafú o Neymar (de un modo más velado) según La Voz Libre. De los grandes, solo Juninho Pernambucano (aquel media punta que jugaba en Lyon y lanzaba las faltas como un francotirador) le ha hecho frente recordando la dictadura.

El peligro de la hiperconectividad

El cierre de Google+ ha dejado al descubierto un fallo en la seguridad de la red social de Google. Una red social que pese a los intentos del gigante tecnológico (incluidas obligaciones ilógicas para gestores de identidades digitales) estaba abocada al fracaso y ha terminado fracasando estrepitosamente. A su vez el agujero de seguridad para los usuarios deja al descubierto los riesgos de la hiperconectividad: que tengamos todos nuestros aparatos y espacios en Internet relacionados, y que unos y otros se crucen hasta como modo de acceso no es una comodidad: es un peligro real.

Ganaron dos

La batalla electoral la ha ganado Ciudadanos de un modo inapelable, pero en la guerra ha vencido Puigdemont haciendo mítines por vídeoconferencia y dejándose fotografiar viendo los encuentros del Girona en bares de Bruselas. No, no me gusta “el Carles” porque no he encontrado en él rastro de ser un hombre de partido ni de valentía política. Pero, vaya, es el vencedor del 21-D con todo el merecimiento. De hecho, es el único cuya victoria no se va a desinflar.

Perdieron los demás, también el PDeCat

Los demás perdieron, algunos lo hicieron estrepitosamente y otros incluso subiendo escaños como el PSC. También perdió el PDeCat, que ha recibido una herencia desastrosa de aquella CiU hegemónica. A Marta Pascal le urge cimentar porque convive con un presidente que no es de su confianza y que lastró la lista pero que, sin embargo, ha logrado capitalizar un procés inverosímil contra España, los pronósticos y la lógica tradicional de los partidos. ERC seguirá pagando las Fantas.

No, Rivera, esos votos no son tuyos

Albert Rivera tiene que hacer una lectura fría de los resultados, pero yo no contaría con ello. Los votos que recibió su partido no tienen que ver con el valor de su marca o el liderazgo de Arrimadas. El voto a Ciudadanos era el modo que encontraron cientos de miles de catalanes de hacer llegar su mensaje: que alguien pare este procés y arranque Catalunya. O Cataluña. Dentro de unos meses Arrimadas estará en la oposición y en las municipales del 19 Ciudadanos no va a tocar poder.

Templado… Más bien, frío

No soy muy bueno haciendo predicciones y, una vez más, me he vuelto a equivocar: esperaba que Miquel Iceta rebañara bastante más a Podemos. Pero al final no están contentos ni unos ni otros. Los dos escaños más que gana el PSC no suponen nada: siguen en su suelo. Y Domènech y Colau han protagonizado el capítulo catalán del lento e irremediable descenso de Podemos. Es cierto que una campaña polarizada vacía la zona templada, pero la izquierda española se ha enfriado totalmente en Catalunya.

Albiol tiene que marcharse

Las derrotas estrepitosas me han alegrado una semana que espero que me la compense Olentzero, finalmente. Los de la CUP siguen viviendo en una realidad paralela reclamando el valor de sus cuatro escaños como si fueran los diez que ya no tienen. Y Albiol tiene que abandonar la política. Alguien que lleva al PP hasta los tres asientos no puede echar las culpas a los demás y seguir adelante. No se trata de que dé un paso atrás: su carrera política está liquidada.

Importando interventores

Esta columna va sobre la jornada electoral, no sobre los resultados. Por ejemplo, en Euskadi PP o UPyD han importado interventores para las elecciones, sobre todo las autonómicas, porque con los de aquí no llegaban. La imagen de un partido con tan poco arraigo en un territorio no es buena, pero en las redes sociales nos quieren hacer creer que sí: Félix Álvarez posaba orgulloso en Gràcia, y Xavier García Albiol recibía a los que venían de Madrid en la estación y se sacaba selfies con ellos.

Esa gente merece respeto

Desde el inicio de la última crisis, especialmente, una parte de la ciudadanía expresaba orgullosa que no militaba en ningún partido político, como si por eso fuera superior. Después vino Podemos y una parte de esa parte quiso convencernos de que pertenecían un movimiento y no a un partido de “la vieja política”, ¿recuerdan? Pero en jornadas como las de ayer es necesario reconocer la labor de los interventores y apoderados en los colegios electorales de sus municipios. A Marta Pascal, coordinadora general del PDeCAT, por cierto, le tocó de vocal en una mesa.

Que voten los niños

El productor audiovisual Josep María Mainat es en Twitter una de las figuras del independentismo. Ayer, cómo no, tuiteó desde su colegio electoral: publicó una foto de su hija pequeña sonriente con un sobre en el que, suponemos, iba la papeleta de un partido nacionalista catalán. Él mismo ironizaba con que estaba “adoctrinando” a la pequeña contra la moda esa de asegurar que quien vota con sus hijos les utiliza o manipula. No: les enseñamos democracia.

Y Anonymous, ¿qué?

¿Saben algo ustedes de aquella noticia sobre Ciudadanos que iba a dar Anonymous el martes, último día de campaña, y que iba a reventar los resultados electorales? Yo no he vuelto a oír nada, y en su timeline (esta gente se mueve mucho por Twitter, como todos los que tienen pretensión de trascender) ayer solo anunciaron que empezaba la “quinta fase” de “operación Catalunya” que consistía, agárrense, en tuitear información. Luego querrán que nos los tomemos en serio.

Lo que rechaza Catalunya

A Pablo Casado y al PP les ha parecido oportuno estirar hasta esta semana la falacia de que a Víctor Laínez le asesinaron por llevar unos tirantes rojos y amarillos, y a mí me parece necesario recordar hoy cómo el portavoz y a su partido siguen ayudando a blanquear el fascismo en España. Por supuesto, no defiendo a Rodrigo Lanza, autor de un crimen execrable si actuó como describen las diligencias. Pero declaraciones como las de Casado llevan al PP a sus resultados.

Para liquidar el independentismo

Que no se nos olvide: el modo en el que hemos llegado a las elecciones catalanas que se celebran hoy no es casual. Soraya Sáenz de Santamaría lo reconocía esta semana y lo recogía Europa Press, que ha logrado que su tuit sea viral: “Santamaría dice que ERC y JuntsxCat ‘están descabezados’ gracias a Rajoy: ‘Por tanto, ¿quién se merece los votos para seguir liquidando el independentismo? Mariano Rajoy y el PP’”. Para quien se pregunte por la separación de poderes.

Y ni así

Lo ha dicho la vicepresidenta del Gobierno español: Rajoy cuenta con la complicidad de la judicatura y el PP se arroga sin rubor la “liquidación” del independentismo. Pero ni con ese apoyo ni esa bandera les va bien. Todo lo contrario: Albiol se ha hundido reivindicando el perfil más duro del españolismo, como era previsible. Y Rajoy, el liquidador (¡lo que nos faltaba!), ha tenido que acudir al rescate. ¡Fíjense el mal resultado que el PP espera hoy en beneficio, claro está, de Ciudadanos!

Los “comunes”

Podemos también termina la campaña catalana de la peor manera: las predicciones han sido malas durante toda la campaña (en su caso, el PSC podría capitalizar hoy el voto moderado) y el final ha venido agitado por culpa del de casi siempre, Juan Carlos Monedero. El fundador de Podemos se ha descolgado con unas declaraciones desafortunadas… O no: ha reconocido que el 155 era inevitable porque los nacionalistas se estaban volviendo “locos”. Tan rancio como los del PP.

Pijo como los de Ciudadanos

Esperen, que la ronda no ha terminado: Ramón Espinar se suma a la ola de “favores” a Podemos en Catalunya desde Madrid acusando a Inés Arrimadas de ser una pija. Después, los de Podemos borraron el tuit y Espinar se apresuró a matizarlo: que pijo es el partido, Ciudadanos, no Arrimadas. Oigan, ¡pijo es él, que su padre es de los de las tarjetas “black” y le consiguió una VPO sin sorteo que vendió más cara! Pero, ¡vaya nivel el de Espinar, con todo lo criticable que hace Ciudadanos!

En Madrid también falla la suma

Parece que Podemos va a acabar mal 2017, con unos resultados nada favorables en Catalunya y un lío en Madrid bastante gordo. Después de cesar a su concejal de Hacienda, Carmena ha soltado lastre con Eduardo Garzón, el hermano de Alberto Garzón (pero los enchufados siempre son otros), que ha cometido errores de bulto como asesor financiero del ayuntamiento. Hasta parece que Montoro ha hecho un favor a la alcaldesa interviniendo las cuentas del Ayuntamiento.