No es un pulso entre dos

Es cierto lo que tuitea Cristian Campos: la estrategia de Rajoy de dejar hacer se ha caído porque nunca creyó que el referéndum por la independencia fuera real. Y Carles Puigdemont, por su parte, nunca pensó que el estado español actuara de un modo tan salvaje contra sus instituciones. Pero no se puede resumir la voluntad de un pueblo al pulso entre un presidente español indolente y otro catalán alejado de la realidad. Es evidente que se trata de una emoción de muchos.

No hablemos de Catalunya

Creo que tenemos que imponernos un ejercicio de disciplina: dejar de mirar a Catalunya un tiempo cada día para no perder de vista otras cuestiones importantes. “Un interventor general de la Administración del Estado” declaró la semana pasada que no comprendía el destino de hasta 300.000 euros de dinero público que, según investigaciones judiciales, habrían acabado en cuentas vinculadas a la trama Gürtel, implicando directamente al PP de Madrid, según El Plural.

La burbuja de Internet

No me cansaré de decirlo: Carlos Fernández Guerra solo hay uno. Esa es la característica principal de los gurús, que son irrepetibles. Y su modo de trabajar al frente de las redes sociales de la Policía Nacional española también es irrepetible. El resto le imitan con mala o peor suerte y caen en chistes que no tienen sentido o amarillismo sin sustancia. El último ejemplo lo denuncia El Confidencial: la Guardia Civil es la que da a conocer una peligrosa moda de autolesiones.

Alemania, frente a su pasado

En Ciencias y Cosas hemos encontrado una noticia de esas que nos sorprenden: en 2017 siguen desalojando barrios completos de Alemania, por lo menos durante unas horas, porque en medio de obras, construcciones o en un desalojo, encuentras bombas de la II Guerra Mundial sin explosionar. Ojo, que se trata de entre 10 y 15 bombas cada día de los 2,7 millones de toneladas de proyectiles que cayeron sobre suelo alemán para derrotar a Hitler y el nazismo.

Vuelven las viejas marcas

Realmente nunca se fueron: quienes somos aficionados a redes sociales de fotografía como Flickr o Instagram, sabemos que hay muchos usuarios de cámaras antiguas y película que, sin embargo, triunfan en estos nuevos espacios. Seguramente atraídas por ese éxito sobrevenido, Polaroid primero, Zenit recientemente y ahora Yashica (poco sabemos de su futuro modelo), marcas de otras décadas, han acometido o anunciado una “rentrée” en el mercado, según Photolari.