El día que una pija revolucionó Bilbao

 

Hilton, de profesión; sus escándalos

La llegada de Paris Hilton a Bilbao nos ha vuelto un poco más pueblerinos y bastante más papanatas. A mí me la trae al pairo que venga Hilton, que se quede sin bragas como en aquel exclusivo local de Los Ángeles con Cristiano Ronaldo, que traiga a su cerdita de mascota (si eres pija y rica es lo que toca), pero hay que ser bastante tontainas para darle tanto bombo, ir al hotel y pegar la nariz a unos cristales tintados, esperando el autógrafo de una celebrity analfabeta.

Con sus aires de vip, alojada en la suite imperial del Carlton, mejor que hubiera ido a San Mamés, que con lo petarda que es, igual nos montaba unos fuegos artificiales. Hay que ver lo que podemos hacer la pelota a una rica heredera que no sabe cantar, que ha tratado de actuar y le dieron el título de la peor actriz, que no escribe, (también lo intentó con su biografía), y que no defiende ninguna causa, porque solamente se exhibe. En ninguna ocupación ha encontrado su sitio, aunque sigue acaparando portadas por sus escándalos, sus desnudos, sus detenciones, sus consumos de drogas y sus decenas de novios.

No en vano cumple a rajatabla todos los requisitos para ser una pija; salir con otros de su estirpe, estrellar un coche caro, que la policía te pille conduciendo bajo los efectos del alcohol u otras sustancias, ir a una clínica carísima de rehabilitación y tener ficha policial. Y lo más importante, no trabajar o que los demás lo hagan para ti. No sé porqué me da que venir a Bilbao no está en ese listado.

Un comentario en «El día que una pija revolucionó Bilbao»

  1. Paris Hilton, David Bisbal, Shakira… Todo es un pasteleo orientado a que no pensemos, a que no reflexionemos en lo que pasa. Luego dirán del deporte, pero la farándula es peor aún. Y encima lo llaman cultura. No podemos esperar nada de un estado que «presume» de que el periódico más leído es el «marca» y la revista más leída el «Hola». Y encima se permite hablar de que los alemanes son tontos porque se venden 10 millones de ejemplares del «Bild». Yo no quiero ser de esos. Me asquea la colombiana, me producen nauseas la heredera de los hoteles, paso del triunfito de los ricitos. De mientras, todos gastando el último sestercio en hacer rica a una farandulera o a una discográfica. Nos estamos desnaturalizando. Pachi López estará contento, seguro que están en su iPod. El lo llama «normalizar». Muchos lo llamamos «subnormalizar» (y que conste que no quiero atentar con esta expresión contra los discapacitados psíquicos)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *