No es país para viejos

Vivimos en un país que te coloca, cuando te jubilas, en el lugar en el que están los baños de los bares, al fondo a la derecha. A los 55 ya te ven incapaz, y a los 60 te ponen con la colección de arte egipcio, junto a las momias.

Y eso que el mundo nos demuestra a diario que se pueden tener hijos a los 68, con la maternidad rocambolesca de Ana Obregón, presidir Estados Unidos a los 80, encabezar mociones de censura a los 89, Tamames mediante, o ser coronado rey de Inglaterra a los 74.

Ahora que vamos todos de tolerantes, y se habla de racismo y de machismo, no se habla de la discriminación por la fecha del DNI. En la publicidad, a los mayores ni se les ve ni se les espera. Anuncian cremas para menopáusicas mujeres de 30 años, la incontinencia urinaria aparece recién pasados los 40. Y los anuncios con mayores son tan estereotipados o peyorativos, que sorprende ver a una sexagenaria, Ángela Molina, en la última campaña de Zara.

Por eso hace unos meses, cuando Joe Biden anunció su intención de presentarse a la reelección en 2024, inmediatamente se abrieron las compuertas del edadismo con comentarios como “el presidente más anciano que ha ocupado la Casa Blanca”. Es verdad que no veo a Joe subiendo vídeos a Tiktok. Pero le cronometran los despistes y los tropiezos, y le obligan a corretear cuando baja del Air Force One como si fuera Harrison Ford en sus buenos tiempos.

La ‘bruja avería’ de la política

Esa villana de cómic, de nombre de pila Isabel, se ha descolgado apoyando a ese psicópata de manual, de nombre Javier. Son Ayuso y Milei, Milei y Ayuso. La bruja avería de la política, de nuevo alineada con el eje del mal. Porque la presidenta madrileña ha vuelto a dejar meridianamente claras sus posiciones políticas al salir a defender al ultraderechista argentino. Un tipo deleznable que niega las desapariciones en la dictadura argentina, defiende la privatización de la sanidad y el uso de armas, está a favor de la venta de órganos y propone derogar el aborto. No hay lugar para la sorpresa.

La novia de Chucky –que siempre ha apoyado la doctrina de Trump y Bannon– se parece, cada vez más, a la muñeca diabólica. Además, ella empezó gestionando las redes sociales de un perro, y Milei habla con su perro muerto a través de una médium. Todo, parecidos razonables.

Es bien conocido que a cualquiera de los dos, nada les pega más que una buena motosierra con esas miradas al bies. Y como ella se pone siempre en el lado correcto de la historia, y apoyando fascistas nunca falla, pues blanco y en botella. Dios los cría y ellos se juntan. Los dos han sabido conectar, desde el exotismo, con el hartazgo de una sociedad que prefiere mandarlo todo al demonio. Eligiendo amigos nunca defrauda, y por eso comparte la misma carta de presentación que el ultra: “No vine a la política a guiar corderos, sino a despertar leones”

Polvorones de torrezno

Cada año, las preparaciones de algunas fiestas se atropellan, se pisan unas a otras, y corren más que el alcalde de Vigo poniendo las luces de Navidad. El último trimestre del año es como un tren de borrascas consumistas donde la ciclogénesis explosiva del capitalismo estalla.

Comprobamos cómo es Pascua desde septiembre y los turrones y los mazapanes ya aparecen en los lineales de los supermercados con la vuelta al cole. Domina la estrategia de vender lo que sea, en cualquier momento, para conseguir que compremos polvorones de torrezno y alubia agarbanzada. Por eso, el panettone ha pasado a formar parte de las mesas durante todo el año y el Roscón de Reyes ya hace acto de presencia en noviembre. Los sacan del congelador y sírvase usted mismo.

Las fechas avanzan a trompicones por el calendario sin ton ni son. «Adelántese al Black Friday», «Ahorre para el Ciber Monday», «Organice el puente de la Constitución sin haber acabado el del Pilar»…

Los renos cabalgan sobre las calabazas de Halloween, las tortas imperiales compiten con los buñuelos, y los disfraces de zombi se baten el cobre con los pijamas de Papá Noel. Hemos llegado a un punto tal de precipitación que el año pasado, poco antes de Nochebuena, fui a buscar unas bolas para rematar el árbol de Navidad y resulta que ya habían puesto los accesorios de playa. Así que coroné el árbol con un balón de Nivea, y santas pascuas.

‘Furbol es furbol’

Cuando algunos tocabalones hablan, sube el pan. “Obligaría a Guardiola y a las chicas de la selección femenina a besar la bandera española”. Lo podía haber dicho Alfonso Armada, pero lo ha dicho un tal Alfonso Pérez, futbolista pasivo y tontolaba activo. Mamarracho a tiempo completo y fascista a tiempo parcial.

Este individuo que, cuando jugaba estaba más preocupado por negociar primas que por defender banderas, ha largado en una entrevista, demostrando que cuando salen del fútbol es fútbol o partido a partido, dan pena. Al parecer, las lesiones cortaron su proyección como heredero de Butragueño, pero renació como ídolo bético y machista redomado.

Suena bastante hipócrita lo de besar símbolos, sobre todo viniendo de un tío que jugó en el Real Madrid y Barcelona y morreó ambos escudos. También ha asegurado que las mujeres “no se pueden quejar” por ganar menos que los hombres. Y por su boquita ha salido otra frase mítica: “No se pueden equiparar en ningún sentido con un futbolista hombre”. ¡Zasca!

Que solo le ha faltado mandar a las futbolistas a plancharse las bragas. Tras sus brillantes declaraciones ha conseguido que Alfonso Pérez ya no sea el nombre del estadio del Getafe, el Coliseum. Pero él ha replicado y ha dicho que no es machista, “que tiene madre, esposa e hija”. Se le he olvidado nombrar a la chacha, la tendera y la peluquera….

Historias del gym o cómo ser Rosalía en versión Michelín

Después del verano, he vuelto al gym. He pensado que si Núñez Feijóo ha podido presentarse a una investidura paripé, yo también puedo hacer una clase de body combat de pega. Total, todo son sesiones fallidas.

Para empezar, ya me ha acomplejado la monitora. Lo de la ropa deportiva deprime mucho. ¡Cómo le queda la indumentaria! Parece que se la han pintado a pistola. Si estás cachas, estupendo, aunque si tienes un cuerpo escombro, vas en plan teletubi. Porque la lorza, si la aprietas, se rebela y adquiere aspecto de morcilla de Burgos. Ahora que ya nadie se pone un chandal de los de toda la vida, y se usan mallas supuestamente sexys, puedes parecer Rosalía en versión Michelín.

Luego, la tía (la profa, digo) es elástica que te mueres, y se dobla como el prospecto de un medicamento. “A tu edad debes hacer ejercicios de fuerza” me recomienda, y me endilga una pesa que parece una berza de cinco kilos. En los gimnasios a la gente le gusta ponerse ante el espejo, y yo me miro y solo veo a la foca Nicanora haciendo torsiones a un palo de escoba.

Antes hacía aerobic, pero ahora hay aquagym, bodypump, crossfit, hipopresivos, TRS, Gap…, que parece que estás en la escuela de idiomas aprendiendo inglés. Y no sabes si vas a ponerte en forma, o a presentarte a una OPE para marine. “La nutrición es fundamental. Te voy a quitar el pan, el alcohol,… y tienes que comer mucha verdura”, me dice el otro día. Pero ¿qué quiere decir mucha? ¿Una hectárea?