Olivares, el brazo tonto del PP

Mortadelo y Filemón decidieron esta semana ponerse el traje de Rouco Capone y organizar la pantomima en el palacete de Luis Bárcenas. Un tío disfrazado de cura asaltó la casa del tesorero del PP, maniató a su mujer y a su hijo y les exigió todos los pendrive. Menos mal que ya hay quien se ha dado cuenta que el agua bendita y el crucifijo no funcionan y que hay que probar con un Colt 45.

Aunque no sé si me extraña más lo de ir vestido de cura y decir que era funcionario de prisiones o que los Bárcenas tengan sirvienta, chófer y vigilante de seguridad cuando decían que estaban arruinados y que no les daba ni para pagar luz y agua. Por el modus operandi me da que el PP está detrás. Porque primero fue el “todo es falso, salvo alguna cosa”, luego vino el “no se puede demostrar nada”, más tarde “los pagos en simulado y en diferido” y ahora la Cospe ha contratado a la TIA. Ni Carromero es tan chapucero.

¡Qué mal! están poniendo las cosas Rajoy y cía cuando un tipo de 64 años, casi un pensionista, se lanza a hacer de sicario con sotana. ¡Qué pifia! contratando a un sexagenario para hacer un trabajo tipo misión imposible de recoger pruebas y destruirlas… Debe ser por los recortes, no tendrían para pagar a alguien más joven. Con Berlanga haría un papelón porque el que el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón. Pero hoy, con la que está cayendo, mejor una peli de Santiago Segura. De título, obviamente: «Olivares, el brazo tonto del PP».

Dame pan y llámame tonto

¡Qué brotes verdes tan raros! Montoro se pavonea y lanza las campanas al vuelo porque la recuperación económica está a la vuelta de la esquina y sin embargo van a congelar el salario mínimo en 645 euros, o lo que es lo mismo 21,5 euros al día. ¡Vaya derroche! O sea, que han condenado a la marca España a ser una extensión del Magreb con precios europeos y sueldos africanos, mientras los gerifaltes del PP, –que cobran diez veces más–, necesitan sobres mensuales para complementar su sueldo.

Por cierto, una vez pagados los gastos de manutención, alquiler, transporte y consumos varios… ¿para cuántos relaxing cups de café con leche en la Plaza Nueva da un SMI? Aunque si una diputada del PP decía que con un subsidio de 400 euros se compraban televisores de plasma, con más de 600 vete a saber qué tipo de lujos pueden permitirse. El que desde luego no trabaja con el salario mínimo congelado es el marido de Cospedal. El consorte de la bienpagá ha sumado otro cargo como consejero de Iberdrola. Forma parte de ese clan de superdotados que valen para todo. Igual para constructoras, que para eléctricas, que para bancos…

Una casta que se va repartiendo las grandes empresas del país, pasando de una a otra. Para vestir a esa tropilla tenemos la factura de la luz más cara de Europa y un déficit tarifario por las nubes. ¡Qué raro que todos los que tienen que ver con la política acaben en las eléctricas! ¿Será que les molan los enchufes?

Don Croqueto

El tupper y la cartera
El tupper y la cartera

Desde que De Guindos se va de picnic a la reunión del Eurogrupo, se acabaron los ágapes y los cócteles; se impone la tartera. Creo que en Luxemburgo todavía están oliendo la doble ración de croquetas que se llevó en un tupper el señor ministro –en adelante Don croqueto– de una reunión en la embajada española porque no había podido probar bocado. Que hasta los chavales llevan el bocata en una cartera y Luis De Guindos salió del Audi con la fiambrera de avituallamiento en la mano.

¡Pobre Don croqueto! Seguro que cuando curraba en Lehman Brothers no comía de tupper. Aunque los puristas de la tartera mantengan que allí todo está bueno, es mentira. El rebozado de las croquetas se queda blandurrio, la grasilla se escurre por la tapa y la gestión de sobras que se hace en la fiambrera es pésima, ¡al rico estofado mezclado con ensaladilla! Supongo que al señor ministro no se le ocurriría recalentar el relleno de bechamel en el microondas del Eurogrupo porque todos conocemos el pestazo de mucha comida recalentada y el tufillo que puede dejar en la oficina.

¡Qué risa! Ir a Bruselas a hacer el paripé del tupper y luego aquí, tener la cafetería del Congreso subvencionada con precios irrisorios. Bueno, a ver si le copian los de UGT y dejan de ir de mariscadas a cargo del sindicato. Aunque no sé si ahora que se ha adentrado en el proceloso mundo del tupper de comida, el siguiente reto del ministro será el desafiante mundo del tupper sex.

Tócala otra vez

1377619804287loterias detdnDe tanto ser políticamente correctos nos hemos vuelto gilipollas. Por eso, han retirado un anuncio de Loterías con el slogan «1 de cada 3 (décimos) quiere tocarte. Déjate». Acostumbrados a sacar los pies del tiesto continuamente, los ejércitos del puritanismo se han empeñado en ver una mujer tocada por hombres dónde solo hay un número, una falda, y un cartón de lotería junto a una maleta anunciando el sorteo extraordinario del turista del 7 de setiembre.

Según las feministas, el mensaje “apela a comportamientos de sumisión y acoso sexual que consiguen frivolizar situaciones que pueden estar claramente relacionadas con la violencia contra las mujeres”. Dónde han dejado aquella máxima de “es tu cuerpo, tú decides”. ¿Y si la susodicha quiere ser tocada? No es denigrante el spot, lo que es denigrante es que una mujer decida el comportamiento de otra.

¿Por qué no se ven implicaciones machistas cuando una señora anuncia en televisión compresas para la pérdida de orina, que al parecer, solo sufren ellas; o cuando otra dama dice que debido a que con vagisil tiene menos reseco y picor vaginal, antes lo evitaba y  ahora hasta lo busco (sic)? Resulta que no dicen nada de programas que, esos sí, denigran y humillan  a la mujer (Mujeres, hombres y viceversa…), donde participan chatis aspirantes a fulanas con modales de verduleras, y se meten con esta bobada que no deja de ser un slogan publicitario tontorrón y poco imaginativo.

Ya está aquí ‘Pañalman’ o el currela ‘cagao’

Foto-Mariano-in-BlackYa está aquí la nueva figura de la remozada reforma laboral. Ha llegado ‘Pañalman’ o el currela ‘cagao’. Cuando creíamos que nuestro mayor problema era un mercado laboral low cost, un contrato parcial infame, una estadística que merma el número de parados porque los convierte en esclavos, o un despido sin blanca, una empresa hondureña –de capital coreano– ha sido acusada de obligar a sus empleados a usar pañales desechables para evitar que pierdan el tiempo en ir al baño. Aquí no les vamos a la zaga porque el PP está retrasando paulatinamente la edad de jubilación hasta conseguir que nos caguemos encima.

Pero qué vamos a hacer. Estamos obligados a aceptar porquerías porque a los empresarios les llega la mierda hasta las cejas. El neoliberalismo en estado puro está consiguiendo ya no solo horas a cero euros, sino contratos a cero horas. Los ha implantado en Reino Unido Sports Direct, un gigante británico en el sector de las tiendas deportivas. Eso sí, no garantizan trabajo, ni ingresos, ni derechos laborales. Porque el patrón decide el número de horas a la semana, el calendario y las jornadas específicas que ofrecerá al contratado. Son las cagadas del desarrollo.

Pusimos el grito en el cielo con los minijobs alemanes –con un salario máximo de 450 euros mensuales y con un límite de horas (al menos formalmente) de 15 horas semanales–, sin reparar en que aquí ya los teníamos. Con la diferencia de que en Alemania son en blanco, mientras que en España, donde la economía sumergida es mini para casi todo, son en negro ya que ni cotizan ni generan ningún derecho. O es que aquí no hay personas que cuidan por horas a ancianos, a niños, a enfermos… Un panorama laboral que sería para morirse de risa, si no fuese porque es para cagarse de miedo.