Vía muerta en la nostalgia

 Escucho con frecuencia el hablar nostálgico de personas de la margen izquierda al rememorar el esplendor industrial de la zona en épocas recientes, de hace varias décadas. Las sirenas y el bullicio de los turnos, el movimiento económico incesante, la animación de la zona de Chavarri, de Rivas… la actividad era casi frenética. Cierto que hoy las noticias económicas y sobre todo laborales que recibimos no son precisamente alentadoras ni halagüeñas.

La Naval bajo mínimos, Babcock echa el cerrojo definitivamente, ArcelorMittal-Acería Compacta de Bizkaia (ACB) cierra temporalmente por falta de demanda… en común, que todas ellas están ubicadas en Sestao, donde el impacto de afectados directos e indirectos será muy acusado.

 El número de desempleados en la margen izquierda casi duplica al del territorio de Bizkaia. Es comprensible echar la mirada atrás y recordar que en sus momentos de esplendor AHV tuvo hasta 14000 trabajadores, que Babcock era un universo con cinco mil empleados y que en las gradas y atarazanas de la Naval se afanaban miles de obreros en la construcción y reparación de buques. Era la muestra de una hiperactividad industrial que generaba riqueza, es verdad. 

Pero escuchando en un programa las opiniones nostálgico/añorantes de personas de la zona, venía a cuento la elegía de J. Manrique “… cualquier tiempo pasado fue mejor”, aunque de verdad, ¿fue mejor? Porque olvidan humos y ruidos, contaminación del agua, basura y calles sucias, jornada laboral de 10/12horas,, trabajo sábado/domingo y fiestas, higiene escasa, raquíticos servicios sociales, hacinación, difícil acceso a los estudios, explotación laboral… Es posible que esas frases de nostalgia entre suspiros de tristeza melancólica hagan que la mente de algún joven vuele elucubrando con la margen izquierda arcadia feliz bastante alejada de la realidad de lo que fue.

 En ocasiones idealizamos el pasado añorándolo como perfecto en contraposición a un presente con dificultades y problemas. Es así porque queremos conservar lo bueno y agradable y olvidar lo malo. Por eso conviene releer a Manrique, porque el poeta no se refiere a una calidad superior de lo ocurrido en el pasado, sino que vista la inestabilidad presente es mejor analizar las cosas como ya pasadas. Nostalgia pura en el dolor de recordar en un futurible el placer del momento presente convertido en pretérito.

Tal vez por ello los mismos responsables de haber desertizado Sestao eligen el pasado en Rubalcaba y Felipe González como presente. Buen futuro nos aguarda.

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