Ciudadanía sorprendida

SORPRESAS

Sorprendida políticamente, no porque triunfase el manoseado Brexit sino porque aun siendo los brithis muy suyos, tras el triunfo parecería que ningún dirigente quisiera ser el padre del neonato ni hacerse cargo de su crianza, que al parecer viene demasiado entreverada. También sorprendida en esto de la res pública con el triunfo sesteado del Podemos más madrí-español que un chotis y que solo despunta como líder ganador en… CAV y en Cataluña; vamos, como para ir a mear y no echar ni gota. Sorprendida, porque a lo mejor sin enterarnos los vascos/as somos cabeza de progresía, progresía bien apalancada considerando el gran número de funcionarios rampantes entre los nuevos podentes. Aparentaría sorprenderme por el ascenso rajonyano de la derecha neo.com pura y dura, pero no es el caso, salvo porque algunos de los que se sorprendieron la vez anterior ahora han vuelto al redil de la caja B…, por si acaso, digo yo. Ahora podría parecer sorpresivo, pero al paso de marcha actual bien podiera suceder que los conde, bárcenas, gürteles, urdangarin e infanta consorte and Cía nos reclamen daños y perjuicios a los ciudadanos del común que sorprendidos en nuestra buena fe llegamos a considerar ilegal su corrupción y metemano en la caja pública. Al tiempo.

Entre los vaporosos postres alcohólicos de una boda a la que asistí hace más de 25 años, la neurona deslenguada por el cava de un chisposo compañero de mesa empezó a desgranar sus proezas financieras (vulgo mordida) como trabajador en el ayuntamiento condal; su sueldo de 90.000 pesetas/mes, se doblaba o más con el pícaro tomaycalla; sólo por dejar “al descuido” sobres sin lacrar y cambiar el orden de registro. Siendo aquel parlanchín etílico el último de la fila, imagínense los niveles superiores de la pirámide. Así que lo sorprendente no son las recalificaciones domingueras, contratas a la baja temeraria… con cazo, putas de lujo, cruceros familiares o vacaciones de cinco estrellas, sino que la policía detenga a alguien, sea el corruptor o el pseudo-corrompido como está haciendo ahora con la cúpula de Adif en Barcelona. Además, queda la sospecha que no sorpresa de que quizá algún ministro empuje/fuerce desde fuera la investigación de la trama catalana.

Pero mucho más sorprendente que este juego de pícaros y buscones es que tras escuchar las reflexiones del reciente galardonado premio fronteras del conocimiento en Medio Ambiente, el climatólogo Veerabhadran Ramanathan, alertando sobre los gravísimos efectos de los gases invernaderos, se estén preparando cruceros para atravesar en verano el Polo Norte. Y más sorprendente aún que sabiendo por boca de otro galardonado, el economista Martin Ravallion, que con 1,95 euros/día se eliminaría la pobreza extrema en el mundo, aún haya 700 millones de personas que mañana no podrán comer. Sorprendida y tal vez asqueada, porque mi café/pintxito matutino vale más que salvar una vida.

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