Siempre nos quedará París

Paris

La noticia económica de la semana ha sido la zozobra de Abengoa; llamativo, una empresa especializada en energías renovables.

Hace cinco días la Organización Meteorológica Mundial-WMO anunciaba que 20l5 será el más cálido desde que se realizan registros climáticos, dentro del quinquenio más tórrido jamás registrado; la temperatura media en superficie en 2014 fue 0,57ºC mayor a la media de 1961-1990; este año, hasta octubre, ha sido 0,73ºC superior y en San Silvestre superaremos el 1ºC; según los expertos, el 95% del sobrecalentamiento se debe a la actividad humana; los ciclos climáticos naturales como el Niño/la Niña, la actividad solar y otras variaciones naturales, responden del 5% restante. Gases invernadero como el CO2 baten récords y en el hemisferio norte esta primavera se superaron las 400ppm. También los océanos baten récord de temperaturas elevadas. Apreciamos las nefastas consecuencias, en 2015 aumentaron los fenómenos climáticos extremos: olas de calor e intensas lluvias, Ártico en fusión veraniega, glaciares en regresión… Hoy prácticamente nadie, ni Rajoy ni su primo, niegan la evidencia del calentamiento global y su origen primordialmente antrópico.

Muchas encuestas colocan el cambio climático como la mayor preocupación mundial, por delante de las guerras en Siria, en África o de otros conflictos, pero en nuestra vida cotidiana los problemas cercanos y más palpables (paro, economía, terrorismo, salud…) hacen de árboles que nos impiden ver el bosque, sin percibir que estos problemas se agravan con el calentamiento. Seguimos arrojando CO2 con nuestros motores mientras talamos árboles y contaminamos océanos que son los sumideros naturales del gas. ¿Inconsecuentes?¿necesitados energéticos?¿ambiciosos? o ¿todo a la vez?

Tras Rio de Janeiro-1992, el Protocolo de Kyoto-1998 o la conferencia de Copenhague-2009 sobre el Cambio Climático, afloraron las esperanzas de que los acuerdos se cumplieran por parte de todos porque a todos afecta, pero la realidad es mucho más pedestre… Los gobiernos no cumplieron lo que prometieron y firmaron, y casi todos miramos de reojo a China/India/Brasil/EEUU y a otros países citados siempre como grandes contaminantes emisores de gases invernadero. ¿Y nosotros? Me pregunto porqué no hay más coches eléctricos o porqué quiebran empresas como Abengoa.

La Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de París-COP21 cerrará un año excepcional, con todos los umbrales de dióxido de carbono y récords climáticos batidos. Con la Conferencia hoy abierta, los expertos envían un mensaje diáfano a los dirigentes, las emisiones de gases de efecto invernadero provocadoras del cambio climático pueden controlarse. Tenemos el conocimiento y los medios para actuar. Nosotros todavía podemos elegir, probablemente las generaciones futuras no.

No perdamos la esperanza. Como decía en Casablanca Rick(H.Bogart) a su amante Ilsa(I.Bergman) “Siempre nos quedará París”. ¡Confiemos!

Consternada

CLIMA

Consternada, sí consternada, es un término apropiado y muy repetido en los medios y en miles de bocas para expresar lo que el alma siente ante la indiscriminada y brutal masacre en las calles de París. Además, también cabreada y encorajinada, sufriendo inquieta, preocupada, amedrentada,… la sangre y los muertos a primera vista nos hacen transitar sucesivamente por todos estos estados de ánimo. Distingo perfectamente entre asesinos y asesinados, pero podría pensar “¡yo paso, ha sucedido a mil kilómetros de mi casa!”, consiguiendo un consuelo engañoso, porque nuestra Tierra ya es una pequeña aldea global y en segundo lugar porque los asesinados eran seres humanos; de los asesinos…, me impongo pensarlo también. Rápidamente han señalado a los responsables directos e indirectos, así que lo lógico es que les impongan el justo castigo a su culpa, aunque ello no rebaje mi consternación.

Sin quitar un ápice de dramatismo a la tragedia del morir sin sentido, dentro de unos días comenzará en este mismo París ahora aterrorizado y consternado, la Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático. Según datos de la OMS de 2014, cada año mueren siete millones de personas por cardiopatías, cáncer de pulmón y diversas patologías respiratorias… a consecuencia de la contaminación atmosférica (CO2/NOx/metales pesados/smog…); y alrededor de cuatro millones fallecen por infecciones derivadas de la polución del agua. Me gustaría que también aquí se investigara a los responsables/culpables para imponerles el castigo que se merecen, aunque ello tampoco rebajaría mi consternación.

Casi 800millones de personas no pueden comer para poder vivir, y de hecho 24.000 mueren de hambre al día, especialmente niños, que también son seres humanos; para los responsables/culpables de este hecho también desearía el castigo merecido, aunque ello tampoco rebajaría mi consternación.

Sin mirar a la costa italiana, las aguas jurisdiccionales españolas ven morir a unas 200 personas al mes intentando llegar a “El Dorado”. También en este “naufragismo” cuasi programado sería necesario investigar a los responsables/culpables e imponerles el castigo merecido, aunque ello tampoco rebajaría mi consternación.

En París se buscan culpables, pero es improbable que en estas otras tragedias se busque a los responsables y que en alguna de ellas se indaguen las causas originales para atajarlas. En realidad esto sería lo único que mitigaría mi consternación.

Einstein sostenía que el universo no permitía sucesos aleatorios. Hace poco, físicos de la Universidad de Delft(Holanda) han corregido al sabio y al parecer Dios “juega a los dados” y el universo se mueve por variables azarosas. Saberle errado a Einstein y que el azar mueve el universo tampoco reduce mi consternación; mejor sería que Dios tuviera un plan, aunque fuera el B, para salvarnos de nosotros mismos.