Otra forma de mirar el mundo

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El autor de la fotografía premiadaes un free lance que no pudo vender su imagen en los grandes periódicos ni en cadenas de televisión internacionales, sino que la publicitó a través de redes sociales, lo que le da aún más mérito como metáfora del interés de la población europea.

Esperanza en una nueva vida” tituló Warren Richardson su fotografía ganadora en el World Press Photo-2016. La foto muestra a un hombre entregando un bebé a otra persona a través de una alambrada en Röszke, frontera entre Hungría y Serbia, el pasado 28 de agosto. La foto resulta hermosa pero fría, abrasadoramente fría, retocada en blanco y negro vintage que recuerda a fotografías en viejos formatos. Buscaba impactar y lo ha conseguido, tanto como [Enlace roto.] de Nick Ut, o Jeff Widener con [Enlace roto.] o [Enlace roto.] de Kevin Carter. Teniendo en cuenta que las fotografías presentadas no pueden preparar el escenario ni repetir tomas, las historias que cuentan son un relato fidedigno de la realidad. Hoy la realidad de una Europa blindada, vallada con alambre de espino ante los refugiados que huyen de la guerra y/o del hambre para salvar la vida. Además fue sacada sin flash para evitar a la policía y después posiblemente el fotógrafo fuera detenido y golpeado por los vigilantes, de modo que la foto adquiere mayor carga simbólica por el propio simbolismo de la alambrada y porque además lo que se pasa a través de ella es a un niño, tal vez la única esperanza de que unos hombres no maten a otros hombres, una foto de una imagen clásica por imperecedera entre humanos.

De 82.951 fotografía presentadas por 5.775 fotógrafos en el World Press Photo ha sido la de mayor impacto, pero no la de mejor colocación inicial en el mercado, donde el ruido iconográfico actual es tan apabullante que conseguir que la mirada del espectador repare en una imagen unos segundos ya es todo un mérito. El autor es un free lance que no pudo vender su imagen en los grandes periódicos ni en cadenas de televisión internacionales, sino que la publicitó a través de redes sociales, lo que le da aún más mérito como metáfora del interés de la población europea, que no siempre sigue aborregada el diseño de esas macroempresas de comunicación, sino que tiene sus propios movimientos de interés como el 15M y ahora la aceptación de los refugiados, seguramente mucho más efusiva de lo que sus dirigentes creen y quieran.

En todo caso el impacto visual está ahí como primer paso, aunque como en Vietnam, Tiananmen o Sudán, la experiencia nos diga que el impacto real fue escaso y ninguna lograra cambiar la realidad. De hecho, desde que se tomó la instantánea premiada han muerto en las fronteras europeas varios centenares de refugiados, porque la capacidad humana de autoliquidarse sea nuestra característica específica y nuestro mayor riesgo de supervivencia.