Esa Patria no es la mía

Parria copia

DEIA me publicó el pasado 28 de febrero, un artículo bajo el título “Oigo, “Patria”, tu manipulación”.http://www.deia.com/2017/02/28/opinion/tribuna-abierta/oigo-patria-tu-manipulacion Mi escrito era crítico con el fenómeno literario -a mi juicio, inflado, artificial e ideológico- que se ha montado alrededor de la novela “Patria”, del escritor donostiarra Fernando Aramburu. Por supuesto, no era una crítica erudita sobre el valor literario de la novela, porque ese no es mi quehacer. Lo de menos, decía, era mi opinión sobre el libro, que a mí me parece reduccionista, mediocre e indigno de tantos elogios que viene recibiendo y con tan poco bagaje como para ser un bestseller. La veo como una novela vulgar que a los poderes del Estado les ha parecido conveniente introducir en la batalla del relato, un fetiche que les ocupa y les preocupa. Se diría que le han utilizado con ese propósito descabellado.

Mi escrito me ha valido respuestas a favor y en contra, que me han llegado a través de mi blog y de Deia.com, además de las que he tenido noticia por otros medios y en la calle. Lo normal. También he recibido otras opiniones solidarias de personalidades importantes del mundo literario, que es mejor ocultar por su propio bien y prudencia. La industria editorial se cebaría en los opositores.

El caso es que El Correo Español publica hoy, 13 de marzo, un artículo de opinión, http://www.elcorreo.com/bizkaia/culturas/libros/201703/13/patria-dedo-llaga-20170312201809.html firmado por Jesús Prieto Mendaza, antropólogo de profesión y habitual colaborador del periódico, el mismo que fue fiel apoyo de la dictadura franquista hasta que llegó el momento de chaquetear. En su artículo Mendaza se refiere al mío, sin mencionarme expresamente, al que califica de “piropos expresados a través de la pluma de un conocido articulista”. Acto seguido recoge frases sueltas de mi escrito sin orden ni concierto, desenfocando el sentido de mi mensaje.

Correo

La cosa no tendría mayor importancia si no fuera porque a lo que era una opinión mía, individual y no representativa más que de quien la firma, otorga una manifestación colectiva del nacionalismo vasco “moderado”, es decir del PNV. Dice Prieto sobre el desacuerdo con el libro de Aramburu: “Se me hace mucho más difícil comprender esa especie de veto no explícito, pero en la práctica poderosamente eficaz, del nacionalismo jeltzale”. Más adelante, añade: “¿A qué obedece esta posición negacionista del nacionalismo moderado a reconocer la contribución sanadora de la obra de Aramburu?”. Omito otras consideraciones que el autor aporta para denostar, por mi causa, al nacionalismo vasco, del que dice le resulta “muy difícil condenar a los miembros del mismo grupo corporativo, la misma tribu”. ¡Ay, vuelta a los tópicos que ya creíamos olvidados y que tanto castigaron a esta sociedad durante años! Prieto regresa con ira al pasado porque algunos no aceptamos “la contribución sanadora” de la superficial historia escrita por Aramburu.

Vamos por partes. Es cansino tener que recordar a Prieto Mendaza y a otros de su misma paranoia intelectual que el contenido y enfoque de los artículos de opinión publicados en un periódico, cualquier periódico, no implican menoscabo ni identificación con la línea editorial del medio en el que se imprimen. Son opiniones individuales e intransferibles. ¿Es tan difícil entender un concepto tan simple? En DEIA, donde vengo escribiendo desde hace más de 30 años firman artículos personas con ideologías y opiniones muy diversas. Pueden leerse escritos, entre otras personalidades, del profesor Ramón Zallo, del conocido dirigente socialista Josu Montalbán y de mi buen amigo y archisocialista José Luis Uriz, nacido en la misma finca de la calle Ferraz que alberga la sede central del PSOE. No por eso, por publicar sus criterios sobre la realidad pública vasca a los colaboradores fijos o esporádicos de DEIA se les ubica en Sabin Etxea, ni abrazan con entusiasmo el legado de Sabino Arana. Sus opiniones son exclusivamente suyas, sin más proyección.

Siguiendo ese mismo principio, las opiniones de alguien identificado con el PNV, como es mi caso, no implica que sean las mismas de la formación jeltzale. El PNV habla a través de sus ponencias, estatutos, congresos, sus dirigentes, órganos colegiados y por sus portavoces autorizados. Yo escribo con mi nombre y apellidos, no lo hago en nombre del PNV. Mis opiniones son exclusivamente mías. ¿Es necesario recordar algo tan elemental? ¿Cuándo se acabarán en Euskadi los prejuicios sobre la disidencia frente a las posiciones ideológicas contrarias a las propias?

De lo dicho por Mendaza en su escrito me ha llegado al alma lo de “la contribución sanadora de la obra de Aramburu”. ¡Santo Dios, contribución sanadora! Pero, ¿qué dice usted? “Patria” es solo una novela y nada más que una novela. Que sea de mejor o peor calidad literaria es un debate que no viene al caso. Una novela que algunos quieren situar como parte del dichoso relato o memoria histórica de Euskadi, la de los últimos cincuenta años. “Patria” no es la biblia, ni palabra sagrada que tenga que sanar a los equivocados de la nación española, ni a los disidentes que no aceptamos, por falsa, la simpleza de que la sociedad vasca es culpable de silencio, equidistancia o complicidad con la violencia de ETA. “Patria” un relato pobre y particular a partir de personajes caricaturescos y situaciones deformadas. Solo nos faltaban los curanderos y hechiceros. ¿Para sanarnos de qué?

Lo plasmé en mi artículo y lo repito ahora. Hace mal Fernando Aramburu en aspirar a ser el Günter Grass vasco. Quizás él se deja. O ha encontrado un yacimiento editorial para su carrera. La cuestión es que el relato tiene que ser una historia coral, de todos y entre todos. Cada ciudadano vasco tiene su propia consideración de lo que ocurrió. Sabe lo que hicieron unos y otros: el Estado con sus crímenes y bajezas, y ETA con su salvaje terrorismo. Aramburu parece más un producto de una campaña de mercadotecnia de su empresa editorial que un novelista libre de ataduras. La campaña es muy inteligente, pero falsa.

Lo que puede querer Mendaza, y no sé si Aramburu, es que la ciudadanía vasca acepte el relato oficial o el olvido de la izquierda abertzale. Y no va a ser ni lo uno ni lo otro. Va a ser lo que queramos hacer entre todos. Yo no creo en la capacidad del simbolismo para crear una memoria honrosa. Esa manía de los monumentos, días de la memoria, instituciones de historia, placas callejeras y ramos de flores se acerca más al género del teatro que a la dignidad social. Demasiado simbolismo. Muchos valles de los caídos. Exceso culpabilidad institucional. Engolamiento. Ya lo he dicho en otros escritos: sería mejor contratar a una compañía de teatro que escenificasen un drama. Es patético ver lo forzado de los gestos compungidos de las autoridades, lo teatral de los eventos programados. Y no, no es eso. Tiene que ser más natural, más auténtico. Y no lo está siendo. Esto de la memoria empieza a ser una industria para algunos.

Mire usted, señor Prieto. La gente quiere olvidar, sin dejar un rastro de silencio. La gente no es culpable. Lo son los partidos políticos, cuyos dirigentes, durante muchos años, salían por la puerta trasera de la iglesia en los funerales de las víctimas. Los que callaban. Los que no hicieron lo que había que hacer para resolver el problema de la violencia. Hubo un Estado que montó con dinero público y en nombre de los ciudadanos españoles una organización terrorista. Es un hecho de tal gravedad que en España tenían que morirse de vergüenza, al mismo tiempo que en sus cunetas yacen los represaliados de la dictadura. Allí siguen penosamente.

La gente no necesita ninguna “contribución sanadora” de nadie. Es lo suficientemente madura e inteligente, es tan éticamente superior como para saber lo que tiene que hacerse. Y lo que no; por ejemplo, dejar de decir lo que tiene que sentir y lo que debe pensar. Ya vale, ya vale de una maldita vez. Ese dirigismo, esa tutela de la prensa y la política institucional me repugna, porque concibe la sociedad de forma totalitaria. No, la paz no se enseña. La historia es mayormente una patraña, siempre lo fue, contada por los ganadores o los pagados por poderes culpables cuyas manos están ensangrentadas. La paz y la verdad están en el corazón libre y limpio de la gente.

Déjele en paz a este país, señor Prieto Mendaza. Es un pueblo feliz, con grandes dificultades. No hay nada más importante que el presente y el futuro. La vida de cada día que tenemos por delante. El pasado son tumbas y tristeza. Déjenos recordar en paz y a nuestro modo, sin tutelas. El pasado no existe: el pasado existió. 

 JOSÉ RAMÓN BLÁZQUEZ

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31 comentarios en «Esa Patria no es la mía»

  1. Totalmente de acuerdo, otra vez, con el artículo.
    Esta novela, como lo del programa de EITB (aunque a Iñaki-txu) no les parezca forman parte de la estrategia de imposición del pensamiento único españolista y antivasco. (Punto)
    La campaña de propaganda (El Correo, El País, etc. Rajoy…) delata la intencionalidad (nada nueva) de engatusarnos un relato a la medida de los que se creen nuevos vencedores de otra guerra (nietos bastardos dek¡l franquismo) en el que elPueblo Vasco (Euskal Herria) sea el protagonista malo (como en el 36, como en las carlistadas…)
    Algunos vascos se seguirán haciendo de oro con sus artículos, libros, libelos etc. siempre que hablen contra su propio pueblo (hubo muchos vascos que se hiocieron de oro después de la derrota foral, con la victoria de Franco, etc.)
    Mal que les pese, los vascos euskaldunak, abertzaleak, jeltzaleak, euskaltzaleak… escribiremos nuestra verdad, y, como después de la dictadura, saldrá adelante.

  2. No habia leido nada del sr.Aramburu y por curiosidad e interés leí su novela. Todo lo leido me suena familiar, el mundo de la herriko,el cura,la vision de las dos familias, las torturas, el asesinato con previa presión,etc. ¿alguien en este pais no ha vivido estos hechos? No se porque esos comentarios despectivos, creo que el texto no se aparta ni un milimetro de lo que hemos vivido. Creo que se cae por parte del articulista en lo mismo que critica, un apriorismo debido a la buena acogida de la prensa española. Quizás convenga hacer un poco de historia reciente y ver a muchos que se han subido al tren del nacionalismo moderado,legitimamente, pero buscando un cobijo de todo tipo y sobre todo una vez desaparecido el dictador. Como dijo por otro motivo y por otra persona un antiguo dirigente nacionalista «un tal Blazquez». Nunca hay que olvidar de donde venimos.

    1. Coño, ya salió el «tal Blázquez», qué original. Me encanta el espectáculo de la gente vacía que va de listo para insultar. ¿Qué le vamos a hacer?

    1. Yo la leí, no sé si Prieto Mendaza. Varias horas perdidas; pero es lo que tiene el gusto por los libros: que alguna vez te toca un bodrio.

    2. no rotundamente no la a leido Porque si la hubiera leido se le caeria la cara de verguenza al decir tantas mentiras y falsedades……y sobre todo acectar la verdadera realidad del pais vasco.Le recomiendo a este señor que para mi no lo es que lea la opinion del filosofo y una gran autoridad en la materia fernando sabater.O es que tampoco le gusta………no sera la envidia ademas de la verguenza

  3. Qué poca vergüenza el señor Prieto Mendoza copiar fragmentos de su artículo publicado en el periódico DEIA. Hay que tener cara dura.
    Yo leído este famoso libro y la verdad que no me ha gustado nada.
    Creo que la publicidad es exagerada mente contradictoria al valor del libro.
    Muchas felicidades por su artículo y por toda esta reflexión colgada en su blog. Un gran merito.

      1. Ya estoy retirado, así que a poco puedo aspirar. He vivido siempre de mi trabajo, muy duramente, y jamás he ostentado cargo público. Usted se equivoca conmigo haciendo esos juicios de valor. Cuídese.

  4. Ya salió lo más rancio del nacionalismo vasco. No amitirán nunca su desprecio a los que no opinan como ellos. El ombligo del mundo con la cara del paniaguado Blázquez. Es humano pagar peajes y favores pero tanto ….. Descanse en su porquería intelectual Sr. Blázquez que las personas de bien nos identificamos con esa historia que es la que hemos vivido y ustedes quieren reescribir porque son los autenticos vascos. Los demás…. no somos nada… solo buena gente.

    1. Usted me insulta y no argumenta: paniaguado, porquería intelectual, además de lo de rancio y desprecio. Claro, bajo el anonimato. Qué valiente, qué altura intelectual. Y se llama así misma buena gente.

      1. De anónimo nada. Me llamo Zuriñe Laukiz(zurilau@gmail.com). Usted es el que insulta a todo el que no piense como usted. Es el típico nacionalsocialista xenófobo donde su máxima es el estar conmigo o contra mi.
        Muchos años soportando gente con una superioridad étnica como la que usted tiene o presume tener. Siempre han sido ustedes lo primero y luego los demás. Se piensan el ombligo del mundo y no dejan de ser unos paniaguados financiados por todos y con sus 3 o 4 o más %.
        Se libran que todavía no ha salido toda la porquería que acumulan en este oasis vasco,pero cuidado ya cayó el oasis catalan.
        Se las da de intelectual y es penoso que no acepte otras opiniones depersonas que que tienen derecho a expresarse como usted. Es un censor de la gente y de las opiniones que no son de su agrado. Representa lo más retrógrado del nacionalismo vasco. Esperemos que las nuevas gewneraciones de su partido tengan la mente más abierta y no practiquen la intolerancia como usted.
        Un saludo desde la discrepancia e igual desde la pena que me da.

          1. Habla de odio la persona que no acepta opiniones de otras. Y claro que me voy a cuidar porque si estoy esperando que el partido guía y sus miembros lo hagan,voy lista.
            Muy cansada ya de la teórica superioridad nacionalista en un país de toda raza y condición.

          2. «nunca discutas con un idiota. Te llevará a su nivel y allí te ganará por su experiencia».

  5. Aún no he leído el libro.Pero es que prefiero tomar una cierta distancia en bombazos editoriales de este tipo.Me huelen a campañas de marketing literario bien orquestadas.No me gustan las modas, y menos las intelectuales.Lo leeré si alguien me lo presta,antes de comprarlo, que es para toda la vida.
    Mientras, dos verdades absolutas; la historia es mayormente una patraña, y hubo un Estado que montó con dinero público y en nombre de los ciudadanos españoles una organización terrorista. Es un hecho de tal gravedad que en España tenían que morirse de vergüenza.
    Suficiente para respetar el resto de la exposición.

  6. Sr. Mendaza, no sé si leeré la novela de marras, pero dígame, ¿de verdad se cree usted que «la industria editorial se cebaría en los opositores»?. No sé en qué país vivirá usted, pero en el mío, que yo sepa, «la industria editorial» no se ceba con quienes opinan en el campo literario, que creo es bastante abierto, y las editoriales van a lo suyo y todos somos mayorcitos y leemos críticas ácidas todos los días. Por contra, adivino en usted un deseo de censura hacia ciertas novelas en función del argumento – de si ganan los buenos o los malos- antes que de la prosa, el estilo, o como prefiera llamar a eso que a lo largo de la historia ha determinado el valor de una obra literaria, y que es lo que me hace tirarla a la basura en el primer capítulo o seguir leyendo. Pero a usted no le interesan tales fruslerías, sino que el relato no desentone de la particular estampita de la Historia que, como oro en paño, tiene usted a la cabecera de su cama, .

  7. Hola, en primer lugar decir que estoy de acuerdo contigo, en segundo lugar decir que una de las muchas cosas malas que ha traído internet es que cualquiera, y recalco cualquiera, puede opinar sin filtro ninguno de lo que le de la gana, esto lo único que hace es abrir pequeñas guerras ya que no estamos preparados para criticas y los críticos no conocen el limite ético de sus pensamientos, lo mejor: como dice mi abuela «por un oido me entra y por otro me sale» «al que no le guste que no mire»

  8. He dudado muchoy durante mucho tiempo, pero me he animado a responder. Sr. Blazquez acepto la crítica, es un don que nos permite mejorar y crecer. Pero, por contra el insulto, la ridiculización o la insidia no son sino expresiones de otra cosa bien distinta. Presupone usted muchas cosas inciertas Sr. Blazquez, además de arremeter contra mi periódico, un lugar en el que constato diariamente respeto, libertad y democracia (era yo muy pequeñito cuando atribuye a ese diario su pasado histórico). La segunda que en cuanto tuve uso de razón, allí por 1975 (en que celebré con mis amigos de EGI la muerte del dictador) me posicioné hasta el día de hoy rotundamente a favor de los DDHH y la democracia. Confunde, no se si deliberadamente otras cuestiones como es la de atribuirme alguna fobia contra el PNV. No es cierto, pero si constato una falta de entusiasmo ante determinados hechos históricos de nuestro pasado, y ahí yo soy el primero en confesar mi silencio en los años de plomo. Yo no califico al conjunto del PNV, sino a determinados sectores anclados en ese primigenio concepto sabiniano de la patria, de la raza y del “gu ta gutarrak” que les hace ver toda crítica como un insulto. Por supuesto que el conjunto del PNV no es así, no lo son mis numerosos amigos y colegas con los que he trabajado y trabajo de forma estrecha día a día. No hace mucho tuve el gusto de conocer a nuestro lehendakari y he manifestado públicamente mi admiración por su personalidad y gestión (por supuesto nada mesiánica). Aun así, y sabiendo que estar lejos del poder me hace muy frágil, seguiré dedicado al ámbito académico y a escribir desde la libertad. Criticar no es insultar, insultar no es criticar. No espere de mi que responda con la misma moneda, no lo haré, es más recuerdo con agrado mis coincidencias con usted en el programa de Klaudio Landa en EITB, por ello no le mencionaba con nombre y apellidos en mi artículo. Siento que no haya tenido usted esa misma deferencia para conmigo. El rencor no es una palabra que anide en mi diccionario. Agur bero bat eta, errespetotik baldin bada, nahi duzunaren arte Blazquez jauna!

    1. La réplica es tardía, Sr. Prieto, y hace que gran parte de lo que yo pueda decir ahora pierda sentido. Contra El Correo Español solo hay que poner enfrente la realidad de su historia, que no es culpa de usted, obviamente. Pero usted escribe en un periódico que ha cantado la dictadura franquista y ha acreditado una trayectoria antinacionalista. En esto último está en su derecho. En lo primero, no; con lo cual ese periódico tiene todo mi desprecio. Yo no he insultado a nadie, ni tampoco a usted. Usted escribió su artículo de tal manera que se identificaba mi crítica (no literaria) a Patria al conjunto del PNV, cuando solo soy un modesto militante. Algunas de sus palabras eran, para este partido, hirientes, sin matices, en la medida que filtraba veladas posturas justificativas de la violencia de ETA. Jamás vi yo tal cosa en 35 años de militancia. Fíjese que el responsable de opinión de El Correo Español fue miembro de ETA (pm). ¡Qué paradojas! Un violento en años pasados se dedica ahora a impartir doctrina pacifista y democrática. Pero, ¿qué quiere que le diga? Recordamos viejos tiempos en que, por la demonización política y mediática del PNV, absolutamente salvaje, de la que El Correo Español fue ariete principal, lo de ahora es poca cosa. Por lo demás, es cuestión del éxito de una operación de marketing editorial, unido a la obsesión del Estado y sus siervos de escribir a toda prisa un relato favorable al Estado sobre los años del terrorismo de ETA, en el que cabría, en esa historia, minimizar el terrorismo de Estado, pese a que España creó, financió y dio operatividad a una organización terrorista. Yo soy un modesto observador que, por venir de la comunicación, tiene especial interés por señalar las manipulaciones mediáticas y políticas. Patria, supongo que con el beneplácito de su autor, es uno de esos instrumentos de desinformación malévola. Me limito a señalarlo, sin más. Gracias por su respuesta. Cordialmente,

  9. Por lo que veo, desgraciadamente sigue habiendo gente que echa de menos esos años de sangre y plomo….
    Sigue habiendo gente a la que le aburre la paz y sobre todo desprecia a los que renunciaron a la guerra…
    Cobardes que echan de menos a sus asesinos valientes para seguir jugando a Indios y Vaqueros…
    Pena penita pena…

  10. Leido el libro me queda la sensación de un relato incompleto y simple del conflicto vasco , no quitando su valor narrativo que, modestamente creo que tiene.

  11. Ojala los presos etarras estén todavía más lejos de su tierra y sus familias , esa gente se merece lo peor que les pueda suceder . Lo que yo viví en Hernani fue un infierno.

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