Historias de silencio

De los que no pudieron o no quisieron despedirse trata Desaparecidos, en la noche de los miércoles, en TVE. Sin palabras de adiós, sin un final, las historias se derrumban de tristeza. Como parte de la terapia de superación del duelo tras la muerte o ruptura de la pareja los psicólogos aconsejan escribir una carta de despedida. Si todos lo hiciéramos estallaría un seísmo epistolar, como la reciente novela de la bilbaína Elena Moreno Scheredre, Devuélveme la luna, pequeña maravilla de amor. En el remozado programa de Paco Lobatón, presentado por Silvia Intxaurrondo, solo hay plaza para el sufrimiento, bajo el lejano consuelo de una última esperanza. Po eso, alejado del ocio hueco y la cháchara, será una opción de minorías. De los que no se tienen noticias hay tres clases: los que fueron asesinados en algún lugar remoto, aquellos que se esfumaron por su propia voluntad y los que están retenidos por la fuerza. Desaparecidos confirma que existe el crimen perfecto y que hay demasiadas personas que no saben escapar honestamente, por cobardía o miedo, y huyen sin dejar rastro. Maldito silencio.

Estamos ante una rareza: es un espacio de servicio público que pugna contra el olvido. Con las personas perdidas no hay tiempo que perder. ¡Cuánta frustración causan las noticias falsas sobre los ausentes y cuánto bien hace una pista cierta! En un universo de emociones extremas se requiere una enorme delicadeza. Estuvo bien la presencia de un mando de la Ertzaintza, encargado de la localización del gasteiztarra Borja Lázaro, de quien no sabemos nada desde que viajara a Colombia en 2014.

Más discutible fue la entrevista al padre de Diana Quer. Reclamar en medio del horror del caso la prisión permanente revisable, eufemismo de cadena perpetua, es juego sucio, por el riesgo de negar una oportunidad a muchos seres humanos tras la furia desatada contra un malnacido. Ahí Desaparecidos renunció a una dignidad que mantuvo el resto de su tiempo ante casi dos millones de espectadores, tanta gente solidaria, resistente al relato del dolor y la ausencia.

 

4 comentarios en «Historias de silencio»

  1. Muy buen artículo.
    Me parece una labor muy interesante de investigación que realiza este programa pero también pienso que hay gente que desaparece porque no se atreve hacerlo de otra manera y romper con un pasado que no están satisfechos.
    No es la manera más adecuada de hacerlo eso es así.
    Mis felicitaciones por abordar este tema tan delicado y de una forma tan digna.

  2. Hay los desaparcidos y los hay los que estamos desaparecidos. Em este laberinto del mundo tecnológico basta apretar um botón y salimos por la tangente.Tanta gente!!!

  3. No suelo ver TV pero sí que estoy de acuerdo esta vez contigo en el asunto que criticas de la niña de papá asesinada en Galicia.

    El estado madrileño, «España», el «Reino de España», se muestra en este caso como lo que es, una estructura política piramidal al servicio de quienes se hallan en su cúpula, los cuales viven en el ZIP Code preciso donde resido el señorito Quer.

    Con los impuestos de todos, también de los pagadores de impuestos forales vía Cupo, hemos financiado miles de horas de investigación para resolver un caso más de las decenas de casos de desapariciones.

    Y no lo ha ocultado la cúpula esta borbonera que encarcela a disidentes políticos si lo ve necesario. Al contrario, en un ejercicio de pornografía donde la masa asnal solo ve una crónica sobre un suceso, la Mafia de la punta de la pirámide ha desplegado una fabulosa propaganda haguográfica de la misma Gendarmería cuyos miembros son encarcelados por violar mujeres (Pamplona) o se adentran en territorio de la República Francesa buscando a un molesto disidente político.

    Este mes el número aún encarcelado en la capital navarra será liberado.

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