Eva le pide el divorcio a Adán

La semilla del feminismo activo (la semilla del diablo, según Munilla) prendió en Hollywood y con su poderoso simbolismo se extendió por todas las naciones. No sabemos en qué medida los movimientos como #MeToo y la valentía de las estrellas de cine han influido en el éxito de la jornada histórica del 8M18, pero es indudable que la han catapultado y conferido un alto nivel de relevancia. Los discursos de Ophra Winfrey, Meryl Streep, Frances McDormand y otras actrices contra el acoso sexual, la brecha salarial y la escasa presencia de mujeres en cargos de dirección han otorgado épica a una causa ya madura. El jueves pasado fue el día de la autoestima, de todas ellas. De ahí su éxito emocional, icónico y social. La televisión tomó partido y amplificó el orgullo femenino hasta el punto de desbordar al propio colectivo.

La huelga se hizo visible en la ausencia de las comunicadoras en los teleberris y magazines de los principales canales. Ana Rosa, que se cree imprescindible, canceló su espacio, dando opción a Espejo Público, sin Griso, a un récord histórico. La Sexta acertó al programar la mítica Thelma&Louise a la noche, pero fue más papista que el Papa tiñendo de morado su logo verde. Y puesto que la tele se ha sentido arrebatada por el clamor de la dignidad feminista, cabe preguntarse: ¿En qué grado es machista la televisión? ¿No son Sálvame, Gran Hermano, Corazón, Mujeres y hombres o viceversa y Supervivientes (que vuelve este jueves) reflejo de la agresión contra ellas? No creo que Telecinco, propiedad del cínico Berlusconi, pueda impartir doctrina sobre igualdad de derechos si no cambia sus infamantes productos.

¿Cómo se va a gestionar? Quizás suceda lo mismo que con el 15-M, diluidas sus ilusiones pasado un tiempo. Lo mejor es que el 8M18 no ha tenido lideresas, ni partidos, ni más banderas que el triángulo de las manos. Pertenece a todas. Y esta revolución coincide con la airada rebelión de los mayores, otra causa justa. Atentos a la pantalla, que algo se está moviendo en el mundo y en Euskadi singularmente.

Un comentario en «Eva le pide el divorcio a Adán»

  1. Un título muy divertido para este artículo.
    Me ha gustado mucho y a su vez muy interesante el tema que ha tratado con su opinión.
    Yo pienso que las diferencias que se han ido produciendo y realizando a lo largo de la historia entre los hombres y las mujeres respecto a su igualdad en el desarrollo laboral es injusto.
    Sí es cierto que el hombre piensa de una forma y la mujer de otra y lo bonito es el complemento entre ambos.
    Pero las diferencias nunca deben de existir en el desempeño de sus funciones profesionales.
    Las diferencias crean rencor.
    Muy bueno su artículo muchas felicidades.
    Por cierto ha comentado que Ana Rosa se cree indispensable si tiene mucha soberbia y mucha prepotencia .

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *