PANORAMA Y PAISAJE ( según Juan Daniel Fullaondo)

Se presentó ayer en la sede vizcaína del COAVN la nueva edición de Juan Daniel Fullaondo.Escritos críticos, editada a cargo de la profesora María Teresa Muñoz, participando en el acto el arquitecto Carles Muro y el crítico de arte Peio Aguirre.

Como destacó la editora, este volumen podría inscribirse en una tetralogía en la que no faltaría una recopilación de los escritos sobre Bilbao de este arquitecto singular – como ha recordado recientemente el historiador del arte Javier González de Durana – , hombre de amplia y variada cultura que, además, fue el alma de la revista NUEVA FORMA( 1967- 1975), marcando un hito informativo sobre este arte que articula los espacios.

La obra presenta un conjunto de textos sumamente sugerentes combinando registros del gremio con otros plásticos, filosóficos o literarios.

Y a mí, sin duda debido a la deformación que padezco como «sociólogo -( del espacio) -en excedencia», me ha interesado sobre todo el capítulo titulado «Panorama y paisaje» que, creo, debería ser de obligada lectura para quienes ,de modo privado o bajo el amparo institucional, toman parte en la reordenación del espacio público, sea configurando plazas, parques o jardines, pues en mucho casos el «espacio arquitectónico» ( que diría Pierre Bourdieu) funciona tan algorítmicamente como «el sistema de la moda» ( que mentaría Roland Barthes), como ha puesto de manifiesto colateralmente el cineasta Felix Viscarret en su divertida y a la vez delicada Una vida no tan simple.

Pero la reedición de este libro ya es,como tal, algo muy de agradecer en estos tiempos de tanto alboroto y tan poca reflexión…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

PÍO BAROJA ( ¡a escena!)

La semana que viene me toca hablar de La última vuelta del camino, la larga autobiografía entreverada de Pío Baroja, en el curso sobre Memorias y Autobiografías que vengo desarrollando en las aulas de ACAEX-EGIKE de la UPV.

Revolviendo papeles y fichas – de papel, de las de antes- he encontrado un apunte que dice: «En la segunda parte de La ciudad de la niebla ( 1909), Pío Baroja sorprende a sus lectoras y lectores con unas reflexiones acerca del libro que están leyendo, para terminar anunciando que ha decidido “tomar la pluma de su heroína” y convertir lo que era un relato en primera persona en otro, escrito desde la tercera persona. Parece así que Baroja se hiciera eco de las teorías del formalista ruso Viktor Schkolovsky, quien pretendía que, con técnicas similares, se conseguía el efecto de extrañamiento ( ostranenie), una de las claves para la supuesta renovación de la literatura contemporánea. La cronología desmiente esta posible influencia , pues las teorías de Schkolovsky son una década posteriores a la redacción de la novela mencionada, pero, en cualquier caso, con el ejemplo apuntado, queda un tanto en entredicho el cacareado carácter decimonónico de la narrativa barojiana».

Creo que ya usé esta reflexión en un artículo anterior hace una veintena de años, pero, una vez más, y más allá de sus derivas anti-todo (antisemitas, antiparlamentarias, antidemocráticas o anticomunistas) fruto probablemente un pesimismo histórico bien fundado en Nietzsche y Schopenhauer, su figura continúa pasando desapercibida , salvo para algunos atentos lectores como es el caso de Miguel Sánchez-Ostiz que no hace mucho nos regaló Pío Baroja, a escena: Una biografía a contrapelo , en la que se recogen los fundamentos del colosal fresco barojiano dando cuenta, además, de la potencia de su escritura.

Una potencia que le hizo hacer lo que después inspiró a otros ( por ejemplo, a Hemingway) y que se cimentaba en comenzar a escribir por donde le viniera en gana, terminar de la misma manera , cambiar sin previo aviso el punto de vista, e incluir, ad libitum, diálogos intensos o descripciones varias de paisajes y paisanajes.

Algunos han visto en este hacer una indolencia y desaliño que le impidió llegar a ser un Proust o un Joyce , pero, todavía hoy, en tantos ámbitos en los que la escritura se mantiene ligada a las normas rígidas de la literatura sancionada por parte de la crítica y el profesorado , resulta para algunos irritante la obra de este vasco-madrileño que quiso ser un escritor sin veleidades literarias.

Quizá por eso, casi nadie se acuerda de él , y menos aún quienes “ a fuerza de leer y no vivir, han perdido la noción de la realidad” ( La vida es ansí, 1912) y desean hacer de la vida literaria la vida misma, a pesar de que, en el fondo de sus corazones, no le perdonan al primer solterón de Itzea que , en su momento, vendiera más ejemplares que quienes hoy encabezan esas famosas listas de los libros «más vendidos»….

(c) by Vicente Huici Urmeneta

DIEZ MINUTOS ( de Maite Moñux)

De vez en cuando llega al Taller de Escritura que coordino un texto que me deja sorprendido por su delicada sensibilidad. Es el caso del que viene a continuación, una breve pero intensa crónica sobre una parada de autobús , sutil escenario para la duración ajena al tiempo del reloj ,y firmada por Maite Moñux:

DIEZ MINUTOS

Día desapacible de frío, lluvia y viento, casi un completo de mal tiempo. Había sido un aperitivo largo de domingo. En la parada del autobús que me acercaría a mi refugio, no había nadie más – ¿Quién iba a estar en la calle a esas horas, con la fuerte borrasca? – . Las personas sensatas estaban resguardadas en sus casas. Pero yo permanecía allí, bajo la marquesina. La pantalla de información anunciaba diez minutos de espera.

De pronto me fijé en el alcorque que estaba al lado, todo un mundo cabía dentro de él. Las trombas continuas de agua lo habían anegado formando un pequeño mar. Los restos de colillas de colores flotaban como embarcaciones que eran movidas por las olas provocadas por la ventolera. Envolturas de chicles parecían barcos a la deriva y el residuo de una fruta ,quizá roída por un chucho, se mantenía a flote como un gran trasatlántico. Alguna semilla ,arrastrada por el aire, había hecho que brotara una extraña vegetación simulando un bosque de diminutos helechos que cubría casi la mitad de la superficie. En medio de aquella selva y océano embravecido, una perla blanca ponía el contrapunto. Acaso se había desprendido de un pendiente, en el fuerte abrazo de despedida de una pareja de adolescentes, antes de que ella se subiera al vehículo y dijera adiós con la mano.

Levanté la vista del suelo y observé que el color rojo del transporte urbano asomaba por la esquina. -¡Qué pronto!-, dije en voz alta. A mi lado, protegidas bajo la cubierta, descubrí a cuatro personas...

(c) Maite Moñux

ILUSIÓN ( el porvenir de una)

Levantarse del sofá y apagar el televisor o dejar de lado las redes sociales exige hoy más esfuerzo que romper las ataduras de la caverna de Platón y ascender penosamente hasta la salida.

Ahora que estamos en ese periodo que se suele tildar de pre-electoral y de diferentes y escaladas elecciones, resulta difícil escuchar a un candidado ( o candidata, of course) sin oír una frase en la que, más allá de numerosas esdrújulas forzadas, no aparezca la palabra ilusionante. Así, líderes ( y lideresas) de diferentes pelajes nos hablan de «proyecto ilusionante», «cambio ilusionante», «etapa (o fase) ilusionante» y otros tantos sintagmas nominales de ciertas pretensiones sonantes.

Curiosamente, este adjetivo no está recogido en el Diccionario de la Real Academia Española, pero sí ilusión, una de cuyas cuatro acepciones indica lo siguiente: «Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo».Otra de las acepciones torna el sentido y señala que la ilusión es una «viva complacencia en una persona, una cosa o una tarea».Otra más apunta a un registro retórico de «ironía viva y picante».

Pero la acepción principal es muy contundente, pues resuelve que la ilusión es el «concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos».

O sea, que, cuando alguien nos habla de algo ilusionante, intenta inocularnos un rayo de esperanza autocomplaciente que no tiene mucho que ver con la realidad y que supone una ironía inconsciente. Osease, y en cristiano, que nos quiere engañar, quizá sin darse muy bien cuenta.¡Vaya!

Este tema de la ilusión es viejo, muy viejo. Ya aparecía en la República de Platón, en el libro VII (lectura recomendada), cuando por medio del Mito de la Caverna nos anunciaba el futuro advenimiento de esa potente generadora de ilusiones que es la televisión.

También el amigo Freud, en El porvenir de una ilusión (lectura recomendada) y relacionándola con el deseo, nos decía que la ilusión es «una creencia cuando aparece engendrada por el impulso a la satisfacción de un deseo, prescindiendo de su relación con la realidad».

Entre el idealista Platón y el psicoanalista Freud, las ilusiones continúan desfilando frente a nosotros sin prisa pero sin pausa. Levantarse del sofá y apagar el televisor o dejar de lado las redes sociales exige hoy más esfuerzo que romper las ataduras de la caverna de Platón y ascender penosamente hasta la salida. Y acaso es así porque las ilusiones parecen satisfacer nuestros deseos, aunque lo hagan de un modo narcisista, es decir, buscando más un deseo de satisfacción que la satisfacción de un deseo.

Incluso los más rigurosos escépticos no fruncen mucho el ceño ante las «ilusiones de todos los días» porque, como dijo Josep Pla, «som uns conformistes d´ adhesió incompleta»(así, en catalán, para quienes lo hablan en la intimidad)…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

¡ PELOTAZO !( o la pintada guadiana)

Dar la cara sería muy recomendable, sobre todo en estos momentos pre-electorales cruzados – y otro sí crucificados- por esos casos de corrupción de algunos partidos políticos que más bien parecen haber operado como caciques orgánicos y que generan una desconfianza general básica hacia el mundo de la gestión pública.

Como ya he comentado en ocasiones anteriores, justo delante del chaflán de mi casa se está vaciando una gran parcela para construir contra viento y marea un enorme edificio que ha sido , es, y supongo que será, motivo de judicialización y de rechazo vecinal.

La parcela está rodeada por una valla metálica de mediana altura sobre la que se desarrolla una gran actividad diurna y nocturna :cada cierto tiempo aparece una gran pintada en la que se puede leer : «QUIEREN GRIS- QUEREMOS VERDE» junto con otra que dice «PELOTAZO OBISPAL ILEGAL»,aludiendo al santificado propietario del terreno.

Estas dos pintadas son tan sistemáticamente ejecutadas como rápidamente borradas por los eficaces servicios de limpieza del Ayuntamiento – aunque últimamente ya solo borran el «OBISPAL ILEGAL» de la segunda, acaso por hastío o…¿ por economía?- pero la valla se ha convertido en objeto de deseo de las empresas ad hoc que pegan sin solución de continuidad todo tipo de carteles publicitarios – ahora alternan los de Los 10 tenores con AC /DC WT Tour ,componiendo singulares collages multicolores aunque un tanto horteras.

Pues bien, estos últimos cartelillos – algunos verdaderos cartelazos – permanecen en la valla hasta que con las inclemencias del tiempo se despegan a trozos cayendo sobre la acera y un supuesto espacio de juego escolar, animando el cotarro de los más pequeños, sobre todo de aquellos más proclives a ver pelotas de balonpié en cualquier amontonamiento insólito.

No hace falta demostrar una gran agudeza política para comprender las acciones y omisiones de estos servicios de limpieza pero sí sería interesante escuchar el argumentario de quienes tienen el mando en plaza ya que a fin de cuentas son los que ordenan y desordenan esta algorítmica alternancia, porque si se considera que la valla-en-cuanto-que-valla es un soporte válido para hacer publicidad de cualquier cosa- de verdad ¡ de cualquier cosa!- ¿por qué no puede ser humilde y elemental bastidor para una reivindicación vecinal que además se expresa tan reiterativamente?

Dar la cara sería muy recomendable, sobre todo en estos momentos pre-electorales cruzados – y otro sí crucificados- por esos casos de corrupción de algunos partidos políticos que más bien parecen haber operado como caciques orgánicos y que generan una desconfianza general básica hacia el mundo de la gestión pública.

Y es que hay que tener cara para no dar la cara…!PELOTAZO! ¡Ah la pintada guadiana!

(c) by Vicente Huici Urmeneta

LAS ILUSIONES (¿perdidas?)

Vuelvo en el tren tras un viaje rápido a Salamanca. El jueves estaba invitado en una Escuela de Escritura para hablar sobre ficción y auto-ficción y, de paso , presentar ( more Umbralis) mi ensayo El hilo de Ariadna (Nuevas aproximaciones a la razón narrativa).

Como durante este cuatrimestre estoy desarrollando un curso sobre Memorias y Autobiografías, en las Aulas de EGIKE de la EHU/UPV, y la semana que viene tocaba charlar sobre Stendhal, se me ocurrió contraponer Recuerdos de Egotismo y Vida de Henry Brulard.

De la contraposición entre la crónica torpe que supone Recuerdos y la fina elaboración de la segunda, ambas escritas en primera persona, surgió inmediatamente un interesante debate que se remontó hasta El Lazarillo de Tormes difuminándose progresivamente la frontera entre la ficción y la auto-ficción, e incluso disolviendo el ensayo , aparentemente tan diferente, en el mundo de la ficción- esta es, por cierto y con sus matices, una de las tésis de mi obrilla.

Y así saltó por los aires el voluntarismo inocente de Philippe Lejeune y su «pacto autobiográfico» que iguala verosimilitud a verdad, y también se puso en evidencia el oportunismo comercial de Serge Doubrovsky y su propuesta de «autoficción», por mucho que ya haya sido sancionada por el Premio Nobel de Literatura.

Recuperada la escritura como tal, independientemente del género adjudicable, la tenida dio un giro radical y, como casi siempre, derivó hacia el mundo editorial, causa final que suele abducir a los (y las) lletraferits.

Me salvó de la inoportunidad mi colega y director de la Escuela de Escritura – ¡ gracias y muchas, Carlos!- que indicó al respecto que una próxima sesión se dedicaría a la película Las ilusiones perdidas de Xavier Giannoli, basada en la obra del mismo título de Honoré de Balzac, pues «en el film se muestra de manera clara y distinta el mundo literario que le tocó vivir a Balzac tan atravesado por intereses comerciales, ideológicos y políticos que quizás no hayan cambiado tanto».

Un colega barbado y algo añoso sacó a relucir al respecto Las reglas del arte Génesis y estructura del campo literario de Pierre Bourdieu, pero algún bostezo combinado con varias miradas discretas al reloj que presidía el aula, dió a entender que la sesión ya tocaba a su fin …

Bueno ,voy a dormir un poco acunándome en el traqueteo del vagón…Pero, en fin , como también decía Stendhal en el Henry Brulard , «en realidad, yo no estuve en Wagram»…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

DIETARIO SIN FECHA(leyendo el periódico )

Están sentados  siempre en la misma esquina   del bar, a  la una de la tarde. Son dos sesentones avanzados y probablemente jubilados, él grande y barbado, ella delgada y fina.

Comparten una mesa sobre la que  tienen extendido un periódico abierto cuyas hojas van pasando, entre los dos, lentamente. Mientras él  bebe poco a poco una cerveza rubia y espumada  y ella apura lo que parece ser un vino blanco , van leyendo el diario de cabo a rabo,  señalando de vez en cuando alguna noticia y haciéndose entre sí numerosos comentarios y alguna que otra broma.

Cuando terminan la lectura, doblan el ejemplar cuidadosamente, se levantan, llevan el periódico y sus vasos hasta la barra, pagan y se marchan. Luego se les ve desaparecer entre el bullicio del mediodía unidos de la mano.

Más allá de lo sorprendente de poder contemplar algo así en un mundo de intercambio permanente de whatsapps y tik-toks, es inevitable aceptar que se trata de un rito desarrollado y  perfeccionado a lo largo de muchos años. Un rito  muy propio de gentes que han aprendido acaso, con el paso del tiempo, nuevas formas  de amor, más allá de las tópicas y convencionales. Por ejemplo, la de leer un periódico juntos…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

SANDECES (gastronómicas)

Estamos ante una nueva versión del expolio histórico en el orden gastronómico, que, para más inri y recochineo inculto se plantea como “una adaptación a los nuevos tiempos«.

El desembarco de los gastrobares underground en estos lares ha tenido como una consecuencia mayor la imposibilidad de comerse una simple tortilla de patatas. Pues lo que ya se nos ofrece es una base de tortilla española con multitud de añadidos espurios como jamón york, morcilla de Burgos, queso roquefort o a saber qué crustáceo despistado. Por lo visto, la patochada de los culinary-centers y de los concursos de master-chefs ha calado y bien- de la inminencia y significación de este avatar ya nos previno en su momento Pierre Bourdieu en La Distinción-Crítica social del gusto.

Otrosí ocurre con el té, que de tanto haberse vuelto rojo ,verde o blanco, ha dejado de ser el negro de siempre, lo cual que hay que específicar ante la cara de contricción del camarero o camarera correspondiente. Y del vino, mejor no hablar: cualquiera que no se tome (por lo menos) un crianza con la mirada transida, entre aspavientos benevolentes y palabreo metafísico, pasa por un paleto total.

Tanta sutileza no deja de ser sorprendente para un país y una cultura zafia hasta antesdeayer, cuando no directamente bruta y descamisada. Parece como si quisiéramos ser postmodernos sin haber pasado por la modernidad (Bruno Latour: Nunca fuímos modernos) y a ello se aplican bareros cool y restauradores iniciáticos (alabados sean sus a veces impronunciables nombres) dirigiendo su particular política de estímulo al consumo a base de sandeces gastronómicas.

Y como la burguesía de estos lares ha sido siempre corta-cortísima de miras (Manuel Tuñón de Lara dixit), haciendo más la cuenta de la vieja que la de resultados a medio plazo, la más pequeña y emprendedora, con el concurso de quienes tienen el mando en plaza, juega a la clavada del guiri mientras pueda y le dejen, ya que es al guiri al que se capta a través de las social networks.

O sea que, en realidad, estamos ante una nueva versión del expolio histórico en el orden gastronómico, que, para más inri y recochineo inculto se plantea como “una adaptación a los nuevos tiempos» porque el dinerillo acumulado, a fuer de salir mayormente disparado hacia las multinacionales, es pan para hoy y hambre para mañana (esto sí lo sabemos desde la crisis de los Altos Hornos).

Bobos y bobas todos y todas, nadie dice que el rey está desnudo…¡Sandeces gastronómicas!

(c) by Vicente Huici Urmeneta

IKURRIÑA (aquella)

Se ha celebrado recientemente el 130 aniversario de la “gamazada”, una reacción popular a favor de los fueros contra los planes del ministro español de Hacienda Germán Gamazo que pretendía en 1893 modificar parcialmente el status jurídico impositivo de Navarra, articulado en la llamada Ley Paccionada de 1841.

Sin entrar en el debate que se ha generado con ocasión de esta efeméride, quiero referirme al episodio de la recepción de  la comitiva de diputados que habían conseguido anular aquellos planes y que se desarrolló el 18 de febrero de 1894 en la estación de Castejón, donde tenía parada el tren que los devolvía a Pamplona.

Pues en aquella recepción, a la que acudieron, según se ha dicho, cerca de diez mil personas , entre discursos, música y bailes ( y misa, of course ) se exhibió, según también se dice, por primera vez  la ikurriña, si bien como enseña vizcaína.

Viene lo anterior a que cuando me dedicaba a la investigación histórica, allá por finales de los años setenta del siglo pasado, trabajando sobre la Asociación Euskara de Navarra y particularmente sobre la figura de Arturo Campión (1) , Koldo Mitxelena, mi director, me facilitó una entrevista con Estanis Aranzádi para ampliar mi documentación.

En aquella entrevista, que transcurrió a lo largo de toda una tarde, Aranzádi me proporcionó mucha e interesante información ( entre ella la existencia de una novela sicalíptica , titulada La Monja, escrita por D. Arturo) , y me comentó que aquella ikurriña que se había exhibido en Castejón la había bordado su abuela , Juana Irujo ,y que se había conservado en aquella casa durante muchos años.

Siempre he tenido curiosidad por saber dónde acabó aquella ikurriña, una bandera sobre la que por entonces no parecía haber ni muchas ni buenas expectativas, o , al menos, similares a la expresión «Euzkadi» que tan poco ( y tampoco) convencía a Campión…Sobre todo teniendo en cuenta que hogaño es una de las enseñas oficiales en cualquier institución.

Por lo demás, y volviendo a la Gamazada, ahí sigue ,en el Paseo de Valencia, el Monumento a los Fueros erigido en 1903, con el rostro pétreo de Rosa Oteiza al frente como matrona foral , aquel que yo veía desde el balcón de la casa de mi abuelo , el jeltzale Ataúlfo Urmeneta, y que , por lo que parece, todavía no ha sido inaugurado…

(1) Se presentó como primera Tésis de Grado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UPV/EHU bajo el título Ideología y política en Arturo Campión y se publicó en Revista Príncipe de Viana, núm. 163, Mayo-Agosto, 1981, pp. 641- 687

(c) by Vicente Huici Urmeneta

LA SOMBRA (entrando en)

Siempre es posible encender una luz en esa sombra en la que se va entrando , la luz del otium cum dignitate libremente creativo.

Un viejo y buen amigo, ya jubilado, me ha escrito desde Barcelona quejándose de que ya no le llaman para participar en ningún ciclo de conferencias, ni siquiera para una mesa redonda, y me ha puesto el ejemplo de un diálogo que se va a celebrar próximamente en la universidad. Un diálogo sobre el tiempo vivido y el tiempo del relato, tema al que ha dedicado una buena parte de su vida profesional como ensayista y que ha fructificado en unos cuantos libros y en varios premios.

Añade que , para más inri, en el mentado diálogo participan dos tipos para él totalmente desconocidos que apenas si llegan a la cuarentena, pero que, dice,»deben de estar de moda en los círculos literarios».

No he sabido muy bien qué contestarle y tan solo me he solidarizado con su sentimiento, dándole una razón que mientras la argumentaba me daba perfecta cuenta de que era «más falsa que un amadeo» – como solía decir Miguel Sánchez-Ostiz.

Pues, como también he podido comprobar yo mismo, una vez que se sale del espacio institucional más ( el académico) o menos ( el literario) matizado – por no hablar del político- , en el que se ha desarrollado lo que antes se denominaba una carrera, sobreviene un a modo de muerte social ante lo que conviene «saber entrar en la sombra suavemente», como comentaba recientemente Rosa Montero.

Además, y por lo demás, esta sustitución generacional no deja de ser inevitable por mucho que a las nuevas levas se les reproche bien su inocencia prístina o su incultura manifiesta: ahora les toca a ellos y a ellas ( y ya a elles ) colocarse – como se decía antes- y eso implica matar a los correspondientes padres y madres.

Ahora bien, siempre es posible encender una luz en esa sombra en la que se va entrando , la luz del otium cum dignitate libremente creativo, de la atención y el cuidado hacia los novísimos y novísimas , y cuando sea solicitada, de la conseja. Todo aquello que, en fin, cumpla con los límites indicados en el aforismo 110 del Oráculo manual y arte de prudencia de Baltasar Gracián: «No aguardar a ser sol que se pone»…pues «máxima es de cuerdos dejar las cosas antes que los dejen»…

Pues, eso, my dear and old friend…

(c) by Vicente Huici Urmeneta