LA UNIVERSIDAD Y EL «PAS» SILENCIOSO…

Siempre detrás de un mostrador procurando poner buena cara a pesar de las muchas procesiones que vayan por dentro…Saben que son, en muchas ocasiones, la cara  pública de la institución y  en cualquier caso dan la cara por el profesorado o por  las diferentes escalas de la  jerarquía universitaria …Solventan cuestiones que parecerían perderse en  los vericuetos administrativos más intrincados y alivian  a familias, municipios y sindicatos con informaciones precisas  tan largas como sean necesarias…

Han pasado y pasan  una y otra vez de los documentos apilados en archivadores a la red electrónica contributiva, pero en cualquier caso saben con exactitud dónde está tal acta o tal instancia, o también aquel   libro o esa revista, o incluso ese cable tan urgente como necesario…Son muy conscientes de que deben estar en una formación permanente que se les exigirá en cualquier momento.

Trabajan según un horario convencional llevando el peso del cada día como si fueran partes de un dragón amaestrado o un diplodocus bien educado…Y por ello a veces no entienden los horarios particulares del profesorado, sus presencias y sus ausencias , pero , atisbando que  ese otro tipo de trabajo a veces se hace más fuera que dentro,  lo respetan…y lo facilitan.

Por fin, se mantienen en silencio, o sonríen, o incluso ríen y siempre agradecen un «por favor» aunque sepan que lo que se pide forme parte de su dedicación…Son el fluido que todo lo engrasa y que permite que, unas veces  de prisa , otras despacio,  todo continúe funcionando…Figuran  como «el PAS», como «el Personal de Administración y Servicios»…

Publicado por

Vicente Huici

Sociólogo, neuropsicólogo y escritor.

6 comentarios en «LA UNIVERSIDAD Y EL «PAS» SILENCIOSO…»

  1. De entrada, parece de agradecer esta especie de reconocimiento a la labor del “PAS silencioso”. Sin embargo, lamento tener que decirle que su texto denota una suerte de paternalismo subyacente que no es sino proyección de la generalizada consideración subsidiaria que el PAS tiene para “los otros colectivos”, el “profesorado” y en menor medida el alumnado. El PAS, efectivamente, realiza tareas “de apoyo” muy diversas (de bibliotecarios a conserjes, pasando por informáticos, traductores, administrativos o técnicos de laboratorio) para auxiliar la labor del personal docente e investigador, que soporta de manera directa la que sin duda es la función primera de la universidad. Sin embargo, pese a constituir más de un tercio de la plantilla, no solo está radicalmente excluido del gobierno ejecutivo de las universidades, sino que ni tan siquiera participa en los puestos clave de decisión salvo para aquello que afecta de manera exclusiva a su propio trabajo (faltaría más que el director del centro de cálculo tuviera que ser un catedrático de, pongamos, histología). Con esto quiero decir que, en nombre de la sacrosanta autonomía universitaria, la “academia” (o sea, el profesorado) se auto constituye en autogestora de los asuntos de la universidad reservándose a sí misma como “estamento” su gobierno en su totalidad. Tan progresista como feudal, ¿no? Me gustaría ver algún día universidades estamentalmente transversales donde la posición de cada trabajador no estuviera condicionada por el “estamento” y así, el director de calidad o el de actividades culturales o el de igualdad, o incluso ciertos vicerrectores, fueran PAS, seguramente mucho más capacitados profesionalmente para la tarea que el docente de turno que accede al puesto de responsabilidad por su vinculación con una candidatura de académicos. El tema da para debatir largo y tendido, aunque tengo el convencimiento de que la actual gestión de las universidades sigue lastrada por esta especie de coartada de la autogestión y la autonomía, tras la cual se parapeta un sistema de reparto del poder puramente estamental en el fondo no muy distinto de aquél del siglo XIX.

  2. Lamento que confunda agradecimiento con paternalismo. Aún así creo que son muy interesantes las cuestiones que plantea.Gracias por su comentario.

  3. Hola, le ruego perdone que hay personalizado mi respuesta de esta manera. Seguro que su agradecimiento es sincero y muy posiblemente ni tan siquiera comparte esa «subconsideración» hacia el PAS que yo imputo al profesorado, o mejor aun al sistema universitario en su conjunto. Quizás ni tan siquiera éste es el sitio adecuado para mis consideraciones pero… hay tan poca ocasión de leer reflexiones sobre el papel del PAS universitario que no me he resistido. Un saludo cordial.

  4. Muchas gracias por sus matizaciones. Reitero que lo que usted planteaba es muy interesante y que debería ser motivo de un largo y profundo debate pensando en el futuro de la universidad.

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