“Sería un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y sería una injusticia exigir que fuera así. Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catecismo religioso por otro de orden científico. El catecismo de la ciencia no entraña sino muy pocas proposiciones apodícticas. La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad, y lo propio del espíritu científico es precisamente saber contentarse con esas aproximaciones a la certidumbre y poder continuar el trabajo constructor, a pesar de la falta de últimas pruebas” .
He buscado y encontrado estas palabras escritas hace más de cien años por Sigmund Freud quien, como se suele decir , no necesita presentación – ¿o sí?
Y las transcribo aquí por si pueden ayudar a fomentar la paciencia y la comprensión frente al trabajo de los ( y las) médicos, investigadores y científicos que están intentando conseguir alguna solución a la pandemia desatada por el COVID-19.
Y lo hago aun sabiendo que siempre habrá gentes a las que les resulten suficientes las explicaciones globales y rápidas de condición conspiranoica ,así como hay otras que reclaman a la Política lo que la Ciencia todavía no puede dar.
Todo lo cual no me impide sumarme a quienes reclaman más medios, más personal y más inversiones, cuestiones que en definitiva dependen de la clase política, con el ruego adjunto de que no hagan de la capa de su eficacia el sayo de su prepotencia diferencial.
Pues al fin y al cabo estamos ya en el siglo XXI, y pretender tener las certezas otorgadas en el medioevo, sería , como también se suele decir, pedir peras al olmo…