El derecho de los animales

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Como humano que soy, todo lo observo desde mi perspectiva humana. Creo lícito obrar de este modo, aunque se diera el caso de una conciencia objetiva y universal. Todo es percibido por mí como posible instrumento, salvo mi semejante, fin en sí mismo.

Los animales, como la entera Naturaleza, están ahí para valernos de ellos con tal de subsistir. Ahora bien, dado que el hombre tiene la capacidad de transgredir como ninguna otra especie las leyes que la propia Naturaleza se ha impuesto, ha de ser prudente en su interacción con el resto de los seres que le rodean. De lo contrario, destruiríamos no sólo la Naturaleza que nos circunda, que a fin de cuentas podríamos reinventar con espacios artificiales, engendrando especies genéticamente, y modificando nuestro comportamiento biológico, sino también acabaríamos con nuestro propio ser físico y moral.

Se ha hablado mucho acerca del derecho de los animales, del respeto que hacia ellos debemos tener, a veces, rozando el ridículo, la estupidez, y la majadería. Conviene señalar que, curiosamente, esta discusión fueron creciendo de tono, precisamente en un siglo en el que se dieron dos Guerras Mundiales. Estamos tratando un tema, cuyas conclusiones pueden acarrear deslizamientos muy peligrosos en el pensamiento colectivo de nuestra sociedad. Antes de la 2ª Guerra Mundial, se ponderó largo y tendido en el debate científico, si la diferencia entre el hombre y el animal era meramente cuantitativa, es decir, sólo una cuestión de cantidad: mejor adaptación al medio, más inteligencia, lenguaje más articulado… Ya vimos los resultados. Matar judíos era como matar cerdos. ¡No había diferencia! . Por un tiempo se aprendió la lección, y aunque los argumentos puestos sobre la mesa no fueron refutados, nadie en la comunidad científica se atrevió a ondearlos nuevamente. Pero entre las nuevas generaciones, ignorantes de lo sucedido, vuelve a brotar la cuestión, si cabe con más virulencia. Esta vez -algo se aprende- se plantea el tema desde otra perspectiva. En vez de reducir al hombre a la categoría del animal, se intenta elevar a este al nivel del hombre.¿Cuáles son los peligros que semejante intento puede albergar? Para mí son evidentes: primero, que se dedique más atención a otras especies que a la propia. Segundo, que los particulares den su amor a animales de compañía y no se relacionen con otras personas. Y tercero, que se vuelva a diluir la diferencia entre animales y hombres permitiéndose nuevamente los campos de concentración, al margen de Gaza.

Lo que acabo de decir, puede sonar exagerado, pero fíjense: en un mundo donde el hambre, las enfermedades curables, y las balas, son las primeras causas de muerte, cunden moralistas, que nos hablan de los toros, las ballenas, y la desaparición del rinoceronte blanco, en una sociedad donde se está privando a los inmigrantes, a los desfavorecidos sin recursos… del comer, del vestir y de la atención sanitaria, están proliferando las comidas para perros, las tiendas especializadas en mascotas, y las clínicas veterinarias. Desde un sistema como el Yanqui, que permite las ejecuciones en silla eléctrica, cámaras de gas, inyección letal, tiro en la nuca, que emplea torturas que sólo el describirlas me ponen los pelos de punta…se nos habla de la crueldad de nuestras fiestas, de lo mal que lo pasa el toro, de los asesinos que son los cazadores, etc

No obstante, los animales, como cualquiera de nosotros, también sufren, y por tanto, hacerles daño innecesario, no sólo es ser cruel con ellos, sino mostrarse indigno de la Naturaleza humana que nos corresponde, por la esfera moral que compartimos. Los animales no sufren como nosotros, sienten dolor simplemente, de igual manera que padecen sed y hambre. Les es algo natural que les acaece. No así al hombre que no lo acepta y padece por ello la angustia de su anticipación. Así pues, hemos de juzgar nuestras acciones, que interactúan con otros animales, no desde la perspectiva de éste, sino de la finalidad con la que la acometemos.

Así tenemos el caso de experimentar con animales, métodos y vacunas que sirvan luego en el hombre. Estos ensayos, han de tener todo nuestro asentimiento, pues de ellos depende la calidad de vida, cuando no la vida misma de nuestros semejantes. Poco más debe importarnos lo que a conejos o ratas, les suceda. Ahora bien, si el científico se ensaña con ellos, o prolonga la situación más de lo debido, eso atenta no contra el animal en cuestión, sino contra nuestra propia Ética por lo que debe ser reprobado.

Pero, aún con todo, la acción de causar mal a un animal, no ha de ser juzgado de igual modo que la de hacérselo a un semejante. Ciertamente es de mala índole aquel que rocía a un gato con gasolina y lo prende fuego por mera diversión, pero peor es aquel que lo hiciera con su vecino por ser mendigo. Normalmente las cosas no se presentan tan claras y sencillas: no hacer nada por no atropellar a un perro en la carretera, para no provocar con una maniobra brusca un accidente, creo que es algo que está bien hecho. Pero no intentarlo cuando el que está en mitad de la carretera es un niño, es algo que no tiene nombre. Por el mismo prisma miro el pegar un tiro a un perro con rabia o sacrificar miles de polluelos para dedicarlos a croquetas.

Creo que si los humanos nos respetásemos unos a otros, como otras especies se respetan a sí mismas, estaríamos entonces sí, en disposición de plantearnos el respeto hacia los demás animales. Optar por el camino inverso, no sólo me parece equivocado, sino también insultante y muy peligroso.

8 comentarios en «El derecho de los animales»

  1. Sinceramente me ha parecido un discurso muy demagógico y pobre de argumentos. Decir “… en una sociedad donde se está privando a los inmigrantes, a los desfavorecidos sin recursos… del comer, del vestir y de la atención sanitaria, están proliferando las comidas para perros, las tiendas especializadas en mascotas, y las clínicas veterinarias” es totalmente demagógico. ¿Acaso no proliferan los fichajes multimillonarios de futbolistas y Cristiano Ronaldo nada en millones? ¿O no es la misma sociedad donde todos los chavales disfrutan de sus móviles de última generación y gastan más en sms que lo que la sociedad aporta a la ONGs? Es decir, que el argumento es simplista hasta más no poder y se puede aplicar a cualquier ámbito según nuestro interés.

    Igual que el tema histórico, ahora resulta que a los judíos se les trató así por un debate sobre los derechos de los animales. Me pregunto si los Reyes Católicos también sufrieron algún debate similar para ordenar su expulsión de sus reinos o si durante la peste negra en la que se persiguió en Europa a los judíos como causantes de la enfermedad, y se realizaron horribles crímenes contra ellos, también se fundamentaba en un arduo debate científico.

    Lo dicho, mucha palabra y poca argumentación. Una pena.

  2. Otro ejemplo de gente que confunde las cosas: o respetamos a las personas o a los animales. Aunque el articulista no lo crea, se puede hacer todo. Que justifique la experimentación animal o atropellar a un perro por salvaguardar el interés de la especie «superior» es típico de una víctima de la nefasta educación cristiana. Obviamente, con gente que afirma que defender a los animales es peligroso no vamos a evolucionar jamás. Es más, cavaremos nuestra propia tumba. Y no debiera extrañarle que, como dice, haya quien prefiera la compañía animal a la humana. Yo, personalmente, no cambiaría a mis dos perros por él. De hecho, ni a una rata de laboratorio.

  3. No es raro que un humano prefiera la compañía animal a la de sus semejantes.
    O que tengan más afinidad con un automovil que con un vecino.
    Muchos humanos, pretenden obtener el estado de «ente benéfico», fuera de toda duda, por el sencillo motivo de que «aman mucho a los animales».
    En los realitys televisivos en los que interviene un educador de perros para poner orden en la manada, todos tratan a su mascota «como a una persona de la familia», porque le quieren mucho.
    En realidad se demuestra siempre que tanto supuesto amor, obliga al perro a apechugar con responsabilidades que no le pertenecen, con la gracia de hacerle pensar que es el líder de la manada.
    Con éso, hacen que el perro tenga mala vida, así como éllos mismos, y los vecinos que tienen que sufrir las molestias del «líder ladrador» y «atraviesacalles».

    Moraleja: No me quieras mucho, quiéreme mejor.

    Y recojan la caca de sus perros, que por aquí no paro de dar saltos en los sitios más inesperados.

    Tal vez, Nicola ha sido algo demagógico, pero se que aun estando dormido, ve más que algunos despiertos.

    «Egunones» para todos, moros y cristianos.

  4. Amigo Carlos, a nada que nos descuidemos con esto de los recortes, empezaremos a apreciar como delicatesen la comida de las mascotas como ya sucede en ciertos lugares de los USA que como siempre nos llevan la delantera en asuntos sociales.

  5. Yo creo que si las mujeres gobernasen la politica de las naciones nuestro mundo fuese mucho mejor y mas equitativo . Si los animales tuviesen plenos derechos y potestades ,posiblemente ya nuestras sociedades fuesen como los valles del Africa en donde los animales andan y se divierten por su propia cuenta sin que nadie los caze ,a no ser algun cazador furtivo ,pero precisamente el hombre como mamifero aun no despega hacia la evolucion razonable ,queda mucho camino , hay que otorgarle mas derechos a las formas de vida que componen la biosfera y la tierra ,por ley universal poseen todo su derecho .

  6. Supongo que en un futuro cercano, podremos fabricar carne sin maltratar animales, porque será fabricada a partir de una célula madre que se multriplicará dando más y más células de «sólo filete».
    El proyecto ya está en marcha y funciona. Faltan los últimos toques de textura y sabor, para hacerlo atractivo a nuestras bocas y poder comercializarlo.
    Además se podrán personalizar las propiedades de estos «neofiletes», con vitaminas, calcio, o medicinas, por lo que cada uno podrá alimentarse a capricho.

    Por fin no tendremos que maltratar animales para comérnoslos, aunque sí por otros motivos más o menos apoyados en el acerbo, o en el sector hostelería con los empleos que genera.

    Me temo que la comida del futuro va a ser sintética y de la marca ACME. Soy de buen comer, así que estoy preparado para la mutación gástrica, si es que sus señorías se deciden a alimentarnos de este modo y no fuera posible otra opción.

    Tengo entendido que el paso del humano al estado de Homo Sapiens coincidió con la inclusión de carne en la dieta. No quiero renunciar a comer carne, pero eso no quita que desee el mejor trato posible para todos los entes de la Biosfera.
    Pero en algún sitio tenemos que imponer nuestra prevalencia sobre los intereses del resto de las especies, porque por mucha buena voluntad que tengamos, nadie puede reprochar a otra persona que no quiera tener en casa ratas o cucarachas.

    Y ya si hablamos de piojos, ladillas, o la solitaria, las gentes misericordes colaborarían en la matanza.

    Si se trata del último escalón, el de los virus, se tomará como una cruzada meritoria que se suele premiar y aplaudir, sin que a nadie se le ocurra campaña en contra de éllo.

    En el Espejismo de los dioses, de Dawkins, hace referencia a un experimento hecho por un tal Hauser, en el que parece que demuestra que los valores morales son realmente atávicos e inconscientes, por mucho que prefiramos pensar que controlamos nuestras creencias y nuestros valores.
    En resumen, en el experimento se trata de contestar preguntas relacionadas con nuestra colaboración o asentimiento en situaciones en las que podrías salvar a cinco personas sacrificando a una, y así unas cuantas variaciones con diferentes supuestos.
    El caso es que según Hauser, en sus estadísticas no se vió diferencia entre las respuestas de los que profesaban una fe, y las del grupo de los ateos.

    Un saludo para todos todos.

  7. Sobre la ilustración que encabeza el texto:

    Me encontré esa misma imagen en el Face Book, y comente:
    ¡A los tiburones con él! ¡A éstos hay que tratarlos como polillas!
    Una amiga contestó:
    Pobres polillas…
    Puse a trabajar mi inteligencia durante unos minutos, y por fin encontré una salida airosa:
    Adivina quien se comió las velas…
    -Jejeje- respondió élla.

    Por cierto, también cuadra con el tema del animalismo una frase de mi admirado Sabina:

    «Antes de que me quieras como se quiere a un perro, me largo con cualquiera que se parezca a ti.»

    PD: Al escribir este post, espero no haber maltratado ningún animal.

  8. Buenos días, coincido con Carlos Sanabria, en todo respecto al tema del maltrato animal. Por otro lado, yo no tenía ni idea de que están experimentando para lanzar al mercado carne que nace a partir de células madre.
    Me parece una buena idea, aunque también he de decir que pongo en duda que esa carne pueda tener todas las proteínas que pueda llegar a terner un filete de vaca, por ejemplo.
    Aunque si es igual de rico, oye, todos salimos ganando, tanto los animales como las personas.
    Un saludo

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