El ejemplo del Unabomber madrileño

Posiblemente, ni usted ni yo, lo consideremos buenos ejemplos a imitar. Pero por lo visto, nuestras paternales autoridades tienen miedo del “efecto contagio” entre la población a la hora de informarnos en tiempo real de cuanto sucede con atracos exitosos a entidades bancarias, a bandas organizadas que atacan a multinacionales vía Internet, o como acaba de suceder con el bautizado “Unabomber español” del que, a toro pasado sabemos que ha estado en activo desde Abril del 2009 poniendo bombas a diestro y siniestro por la capital de España, dándonos a conocer los hechos, únicamente cuando ha sido detenido por la policía que andaba tras sus pasos desde hace un año y al que – esto es una suposición muy arriesgada – a lo mejor, había ordenes de dejarle actuar para que en una de sus acciones muriese alguien y así presentarle ante la opinión pública como un asesino perturbado al objeto de descalificar su lucha como se hace con los atracadores; Pero José López Menéndez, ha demostrado ser un discípulo más prudente ante sus potenciales víctimas que su Maestro T. Kaczynski, por lo que tras un año de paciente espera, se han visto obligados a detenerle sin que se le puedan achacar moralmente más que daños materiales.

Por supuesto, el juez Pedraz de la Audiencia Nacional, ha decretado su ingreso en prisión acusado de terrorismo, imputándole un mínimo de 35 acciones: desde su primer ataque conocido perpetrado el 14 de Abril del 2009 contra un comercio de ropa de cuero y una curiosa acometida contra un establecimiento que vendía tortillas – confiemos que fueran al menos tortillas francesas – a los que rompió las lunas de los escaparates, hasta su última hazaña de principios de Septiembre contra la Junta Municipal de Tetuán dando cuenta de un sinfín de pintorescos objetivos como una sede de Izquierda Unida, una peletería, distintas industrias cárnicas, varias delegaciones diplomáticas, una Iglesia Protestante, oficinas de seguros, dependencias de la Seguridad Social…que dan buena muestra de cómo un activista vegano – vegetariano que se abstiene de ingerir cualquier producto de origen animal como huevos, leche o miel- puede, sin embargo, mantener una variada dieta reivindicativa.

Según parece, este anarquista primitivista de corte Rousseauniano miembro de “Tierra Salvaje” – quiero suponer que no se trata de una Oenegé – de 30 años de edad, se ha convertido en todo un paradigma positivo y negativo: respecto a lo primero, se debe tomar buena nota de que, como todo Superhéroe, actuaba en solitario, de noche, desplazándose en transporte público o en bici, siempre con la cara tapada por una amplia capucha para evitar que las cámaras de vigilancia dispuestas por todas las entidades bancarias permitan seguir su rastro para lo cual también se cambiaba de ropa durante los trayectos, colocando pequeños artefactos caseros muy baratos, sencillos de hacer, de manipular y muy efectivos, consistentes en una manta empapada en líquido inflamable que ponía a secar y con la que luego recubría una bombona de camping o varios pulverizadores cuya potencia incendiaria y explosiva, le garantizaba una deflagración capaz de destruir los objetivos escogidos.

Respecto a lo segundo, es preciso igualmente observar como, el empezar a reivindicar sus acciones en páginas izquierdistas pese a todas sus medidas de seguridad para no dejar rastro, ayudó a los investigadores policiales, a entender lo que estaba sucediendo pues hasta entonces no tenían ni pajolera idea de a qué se estaban enfrentando y qué debían buscar, así como la autoconfianza y la relajación que provocó descuidara su celo en no dejarse filmar a cara descubierta hace más de un año, finalmente han malogrado todos sus esfuerzos, siendo detenido cuando les ha interesado – vete a saber a cuántos amigos no habrá presentado en este último año – en su propio domicilio.

Sin lugar a dudas, gracias a este seguimiento, la policía le ha vinculado con otra activista condenada a ocho años por enviar un paquete bomba al Secretario de asuntos Penitenciarios de la Generalitat en el 2009, de cuya historia, también supimos tras su condena.

3 comentarios en «El ejemplo del Unabomber madrileño»

  1. La condición de anarquista, o de libertario no necesita del permiso de nadie para proclamarse, y a estas nomenclaturas se adscriben gentes de diversas índoles.
    Alguien hacia observar como los antiguos tiempos de terrorismo anarquista, se apaciguaron cuando se pusieron en marcha los sindicatos, como vía posible de encauzamiento de conflictos.
    Hace tiempo que los sindicatos actuales han perdido su razón de ser y no representan a los parados ni a un gran sector de los trabajadores.
    Pero eso no quiere decir que un «Guerrero del Antifaz», un «Llanero solitario», vaya a cambiar la realidad para mejorarla, por muchos escaparates que reviente. Sólamente beneficia al gremio de cristaleros, por buscar el cariz más positivo al asunto.
    También puede apoyar las tesis de que hay que gastar más porción del escaso presupuesto en vigilancia, por lo que nos llevará a estar más vigilados y la población podrá entender esa necesidad de más seguridad, porque en el fondo queremos estar protegidos.

    Con todo el respeto a los veganos, parece ser que el hombre alcanzó la categoría de «Sapiens» cuando introdujo la carne en su dieta.
    Tengo en mi imaginario la idea de vegetariano como inclinado al pacifismo, así que dudo mucho de la personalidad de este «radical» y me parece que está radicalmente obnubilado.
    Un saludo, Nicola y demás deslenguados.

  2. Carlitos, hazte mirar un poco los prejuicios porque a fecha de hoy no hay ni un solo indicio científico (es más, no se tiene ni repajolera idea) de como el hombre alcanzó la categoría de «sapiens»: hay quien dice que fue el dominio del fuego y la capacidad de cocinar alimentos (tanto verduras como carne), hay quien dice que fue exclusivamente la carne (algo bastante dudoso puesto que existen muchas otras especies, primates incluídos, que pese a todo tienen una dieta omnívora, comiendo carroña esporádicamente tal y como hacían los primeros homos y no por ello han desarrollado un mayor cerebro o capacidades) y hay quien dice que fueron los aliens…

    En cualquier caso, no tienes ni idea, tampoco de lo que implican las filosofías anarquista, vegana y pacifista: ¿Sabías que en el siglo XIX los pacifistas eran aquellos que por ideas no atacarían jamás a otra persona? ¿Sabías que los daños materiales NUNCA se consideraron violencia hasta que los medios actuales pervirtieron esa palabra (¿¡Cómo demonios se puede violentar un objeto inanimado!?) ¿Podrías decirme a cuanta gente ha dañado este anarquista en cuestión?

    Pues eso, a callar y a leer más.

  3. Hola, señor «Doctor» Juan Palomo.
    Sobre lo de leer más, te doy la razón. La verdad es que si uso gafas es más por mirar por dónde piso y a quien, que por cultureta titulado.
    Sobre lo de «a callar», no sé que contestar a una orden tan fuera de lugar, a pesar de manejar un extenso vocabulario.

    Tengo mi idea de lo que es el anarquismo y el pacifismo sin pretender ser el que más sabe, o levantar grandes piedras culturales.
    (No vayamos a caer en la contradicción del anarquista elitista y prejuicioso, que de todo ha pasado por este «barrio de lágrimas».)
    De todas formas le sugiero que vuelva a leer mi texto, a ver si así se congracia un poco con mi humilde persona. Creo no haber faltado al respeto a nadie con mis consideraciones.
    Sólo opiné que me parece paradójico lo del vegetariano poniendo bombas. Si éso es una falta de respeto, espero que le escueza, pero no es mi primera intención.
    Vale, ya me callo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *